Naturaleza muerta
Emilio Bueso
Título: Naturaleza
muerta Autor: Emilio
Bueso
Editorial: Ediciones B, 2024
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 400
EMILIO BUESO
Esto es lo que la editorial nos cuenta
del autor:
Emilio Bueso ha transitado todos los géneros del terror literario,
así como la ciencia ficción y la distopía. Es el único autor galardonado con
dos premios Celsius consecutivos por las novelas Diástole y Cenital. Se ha convertido en unos de los escritores más
reputados del género de terror en España.
Naturaleza muerta con anguila
ARGUMENTO de NATURALEZA MUERTA
Tras su divorcio, Claudia decide huir de
la gran ciudad y refugiarse en una alquería medio en ruinas donde alejarse de
sus adicciones medicamentosas.
Allí poco a poco irá encontrando la paz
en medio de la soledad, al tiempo que descubrirá que aquellas marismas pueden
esconder un secreto aterrador.
NATURALEZA
MUERTA
¿Novela de terror? (Porque de eso es de
lo que nos habla la editorial) Pues sí y no. De hecho el arranque de la novela
y los dos primeros tercios de la misma son mucho más una novela rural. Una novela
que transcurre en las marismas en medio de la soledad y la lucha con la tierra.
Pero poco a poco iremos sintiendo que el
ambiente se vuelve más y más opresivo hasta desembocar en una situación en la
que no sabemos si todo va a reventar con una terrible explosión del metano que
se va liberando o realmente las puertas del infierno van a abrirse en este
mundo.
También iremos descubriendo que Claudia,
la narradora única de la novela (de ahí que funcione tan bien el audiolibro),
no es precisamente una narradora fiable. No porque nos mienta, sino porque hay
momentos en que su percepción de la realidad no sabemos si es una visión real o
fruto de su imaginación, su enfermedad o su lucha con el dolor.
«Está cada vez
más claro que voy a volverme loca en este sitio. No sé si desconectar de todo
me está conectando con algo mucho peor que es mi cabeza, o el pantano, dos
vidas que han vez no funcionen bien juntas».
De hecho, he dudado si titular esta
reseña como lo he hecho, con esa pintura de una naturaleza muerta en la que una
anguila preside el cuadro y con él el salón o bien titularla como “La mujer que
hablaba con los gatos”. Porque Claudia no para de hablar. Con el lector y con
Mao, ese gato que la ha elegido para estar con ella y que habla con ella.
«A ratos le
hablo a Alexa, a ratos a Mao, a ratos al pantano, a ratos a la gente que solía
creer mía y a ratos a mis adentros. Supongo que así es como se combate la
soledad».
Poco a poco irá
conociendo a sus vecinos, gente que vive como ella aislada y sola, comenzando
por Olegario que es el que intervino en la venta de su casa, siguiendo por
Mara, su vecina, una mujer con obesidad mórbida que prepara un peculiar licor;
el apicultor que no solo vende miel sino que tiene una página en internet en la
que más que vender miel, rinde culto a su cuerpo; el “ruso”, del que no tenemos
claro si es un mafioso o un brujo, que entre otras cosas espía toda la zona y
sus vecinos con un dron; la vigilante de la zona, que ya me contaréis para qué
un lugar perdido de la mano de Dios y sin nada que ofrecer, necesita una
vigilante.
«Mira, Claudia.
En rigor yo hago poco más que mirar, hablar por radio y cobrar 1100 € más
complemento de nocturnidad por perder la higiene del sueño y pasarme la vida
patrullando un cenagal vacío».
Iremos introduciéndonos, lejos del bucolismo al que invita el campo, en una
atmósfera más y más opresiva, por más que el humor de la narración y el
desenfado de la protagonista, intentan que no sea tan agobiante.
«Aquí cualquiera
se armaría las paranoias propias de las películas de terror. Pero si a mí eso
no me hace mella, igual es porque llevo un mes instalada en una de Stephen
King: mi casa».
Pero algo huele
raro en el pantano. Y no es precisamente el metano o ese azufre que sale de la
tierra al que se refiere la protagonista.
«Está claro que
en estos pantanos pasa algo raro de narices y que tal vez tendría que
preocuparme por ello, pero también siento cada día más paz en el pecho».
OPINIÓN
PERSONAL
No hay duda que de momento Naturaleza muerta es mi sorpresa del
año.
Es de esos libros que me generan muchas dudas a la hora de leerlos y en los que
finalmente veo que se me ponen a tiro en audiolibro (con Audioteka) y me animo entonces a enfrentarme a ellos. En este
caso además, la interpretación que hace Nahia Laiz, que por cierto consigue
darle con su voz un toque de normalidad a lo que no es tan normal, añadirle
humor y un acento peculiar (me encanta como interpreta los libros, que no es el
primero que escucho narrado por ella) hace de este audiolibro, máxime por
estarla novela narrada en primera persona, un título a
tener muy presente
para los que buscáis audiolibros.
Lo tiene todo Naturaleza muerta. Unos personajes, comenzando por la
propia protagonista y siguiendo por unos acompañantes muy especiales, una
ambientación rural muy conseguida y una atmósfera cada vez más cargada a la
espera del gran reventón final.
Todo ello muy bien narrado, de modo que
la línea entre lo real y lo irreal no esté en ningún momento del todo clara
para el lector.
Como veis, para no ser el género de
terror mi género favorito, esta novela me ha gustado mucho. Tal vez porque no
sea terror puro.
VALORACIÓN: 9/10
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PUes pinta bastante bien. A ver si me animo otra vez con los audiolibros.
ResponderEliminarBesotes!!!