El Búho entre libros: EL MAL HIJO (SALVADOR S. MOLINA)

jueves, 22 de febrero de 2024

EL MAL HIJO (SALVADOR S. MOLINA)

El mal hijo
Salvador Molina

Título: El mal hijo

Autor: Salvador S. Molina

Editorial: Espasa, 2024

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 240

PVP: 19,90 €

EBook: 8,54 €

SALVADOR S. MOLINA

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:

Salvador Serrano Molina (Alhama de Murcia, 1992) es escritor, dramaturgo y guionista de cine y televisión. En 2017 se diploma en Guion por la ECAM. Ha sido finalista del XVIII Premio SGAE Julio Alejandro por su guion titulado Se fue con la noche. En 2022 su largometraje Manu conduce de noche fue seleccionado en la cuarta edición de las Residencias de la Academia de Cine. Para teatro ha escrito Mantua, estrenada por la compañía SinFin. Durante varios años ha compaginado su trabajo como guionista con las labores docentes en la ECAM, y en el Máster en Guion Cinematográfico y Series de Televisión de la Universidad Rey Juan Carlos. El mal hijo es su primera novela.

ARGUMENTO de EL OTRO HIJO

Esta es la historia de Rubén, un niño de once años que vive con su abuela en Alhama, un pueblo de Murcia. Un día su abuela Pascuala le enseña su gran secreto: en una caseta tiene encerrado a su padre.

EL OTRO HIJO

El otro hijo es una de esas novelas que podríamos definir como “rurales”, pues transcurre en un pequeño pueblo, Alhama, en medio de la huerta murciana:

«Esto sucedió en uno de esos lugares donde nadie cree que pueda suceder nada. Un pueblo del sur. Uno de tantos que, al ser iguales, podría ser cualquiera». (Página 19)

Esa sensación de que no pasa nada es la que parece transmitir la novela, que es una vida corriente en la que no pasa nada. Pero vaya que si pasan cosas, por más que el propio niño tenga la impresión de que todos los días son iguales.

«Para nosotros, para los que nos quedábamos varados en estas calles, nos daba lo mismo el día que fuera porque seguíamos haciendo y diciendo lo mismo». (Página 54)

Pero no es así. Los días pasan y no paran de pasar cosas. De hecho su padre ha desaparecido y un día su abuela le muestra cómo es ella el que le tiene secuestrado y atado a la cama en una pequeña caseta. Una historia que me trae a la cabeza la canción de “Madre” de Víctor Manuel.
Porque el padre lleva ya tiempo cuesta abajo, robando a quien se le ponga por delante y, aunque no se diga expresamente en la novela, metido hasta el cuello en la droga.

No es nada fácil el que el narrador sea un niño, como es el caso y la historia y el lenguaje sean adecuados. Que no sea una historia ñoña o que el protagonista se pase de sabiondo o repipi, pero Salvador Molina consigue que nos creamos el personaje de Rubén, tal vez porque parte de sus historias si sean reales.

Una historia sobre la familia, por más que sea una familia muy rara. De madre gitana y él tras un acuerdo de la abuela con la familia de ella, viviendo con su padre. Bueno, en realidad con ella, porque el padre está ausente.

«Ser hijo es bastante quebradero de cabeza, más incluso que ser padre, me juego los dedos. No se sabe muy bien cuándo o qué hay que sentir, o hacer, o pensar». (Página 60)

La historia está narrada a través de capítulos cortos, a veces como flashes de la memoria y no siempre conectados entre sí. Nos decía el autor que era como un álbum familiar en el que los capítulos son las fotos de un álbum que no está ordenado.
Porque de fotos va el álbum (algo que tiene en común con Los astronautas de Laura Ferrero) a la búsqueda el niño de una foto con sus padres como prueba de que son o en su día fueron una familia (la misma búsqueda de la protagonista de Los astronautas)

OPINIÓN PERSONAL

La verdad es que no esperaba gran cosa de El mal hijo, de ahí que al final me haya sorprendido tanto. Por cierto, que no os despiste el nombre como me pasó a mí, empeñado desde el principio que el mal hijo era el pequeño. Normal el error, porque la historia va de abuela, padre e hijo. Pero al padre es a su vez hijo, ese mal hijo.
Porque es ese tipo de historias que me gustan, que nos llevan a la niñez. Una niñez la de Rubén muy libre y asalvajada, como solo puede ocurrir en los pueblos, o si me apuráis en los pueblos de hace años, lejos de las restricciones de las grandes ciudades.
No llega a ser una historia de crecimiento, porque apenas vemos un fragmento de esa infancia, pero eso no quita para que la vida y la necesidad aceleren la maduración de Rubén:

«Yo llevaba sintiéndome mayor desde antes de dejar de ser pequeño». (Página 211)

Una novela pues que os recomiendo

Si queréis ver el encuentro hablando sobre la novela con el autor que mantuvimos en el ClubdelecturaLocuradeLibros, pincha el enlace: