Calamares a la romana
Emilio del Río
Título: Calamares a la romana
Autor: Emilio del Río
Editorial:
Espasa, 2020
Encuadernación;
Tapa blanda
Páginas: 249
Esto es lo que la editorial nos dice del
autor:
Emilio del Río es doctor en Filología Clásica por la
Universidad Complutense. Director general de Bibliotecas, Archivos y Museos de
Madrid, colabora en el programa De Pe a Pa de Pepa
Fernández, con la sección «Verba Volant», dedicada al latín y a la cultura
clásica. Su primer libro, Latín Lovers, ha sido un éxito
de crítica y ventas.
ARGUMENTO de
CALAMARES A LA ROMANA
Nos dice el autor en la introducción del
libro:
«¿De qué va este libro? Calamares a la romana va de romanos, va de la vida privada de los romanos, en la que se refleja e identifica la nuestra. (…) Los manuales de historia no dicen nada de los ciudadanos de a pie de aquel inmenso imperio, de las personas normales que lo hicieron posible».
CALAMARES A
LA ROMANA
Calamares a la romana, aparte de una
riquísima tapa, ración o bocadillo (muy populares en la madrileña Plaza Mayor),
es un libro, que no una novela, en la que se
nos pone de manifiesto hasta que punto el mundo romano sigue presente en
nuestros usos y costumbres españoles.
Como nos dice el autor en la
introducción:
«No hay nada más moderno que el mundo romano, como demuestra que se pueda contar la vida cotidiana de la Roma clásica con los títulos de las canciones con las que se cantó la movida». (Página 12)
Si habéis tenido el placer de visitar
Pompeya, es algo que con un buen guía te dejan claro allí: los pasos de cebra
ya existían allí (no sé si también la costumbre de cruzar por cualquier otro
sitio), los locales de comida rápida, la costumbre de tomarse vinos (de chatear
que se decía hasta hace no tanto en Madrid)
Mosaico romano en Mérida |
Calamares a la romana recoge mil y un
detalles de la vida de aquellos romanos que creemos muy nuestras y muy
modernas, como la existencia de los spas (los romanos se lavaban mucho más que
nosotros; tenían mil y un complementos de vestir y la moda era muy importante,
poco que ver con esa monotonía que parecen reflejar las películas de romanos;
los anillos de boda que se ponían en un dedo que por eso llamamos anular (de
annulus que es el nombre que recibe esa sortija); el uso de pelucas; el
fanatismo deportivo, porque aunque no tenían fútbol, tenían carreras de cuadrigas,
cada una representada por unos colores que eran seguidos a muerte; sus pisos
podían ser grandes torres y el precio de los alquileres en el centro de la
ciudad eran prohibitivos; las fiestas eran su gran pasatiempo; la peineta ya
viene de los romanos, como el lanzar con los dedos llevándolos a la boca un
beso de despedida, o felicitar los cumpleaños tirando de las orejas, el gesto
de los cuernos con la mano; el tráfico tan intenso en el centro de la ciudad
que llevó a prohibir el tránsito rodado durante el día; escaparse a la playa de
vacaciones; el uso de relojes para medir el tiempo; ir de bares o restaurantes;
el uso y abuso del maquillaje; la existencia de piratas; las barbas largas (lo
que hoy lamamos hípsters; las grandes borracheras; el baile.
Todo eso y mucho más podréis encontrar
en este libro.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Hay libros que con la apariencia de un mero
entretenimiento, nos aportan muchos más conocimientos del pasado que un libro
de historia. Es el caso de Calamares a la romana, un libro que, aunque lo leí de
un tirón, puedes ir degustando sus capítulos cuando te parezca, porque cada uno
nos refleja apartados diferentes de la vida de los romanos. Como quien no
quiere la cosa, aprenderemos mucho de este pueblo tan parecido a nosotros, a
partir no de sus grandes batallas ni de sus grandes héroes o césares, sino del
pueblo común, que es con el que realmente nos parecemos tanto.
Un libro muy recomendable si quieres
pasar un rato muy entretenido, con unas cuantas risas del que podrás contar unas
cuantas cosas a tu cuñado. Sí, los romanos también tenían cuñados ejerciendo de
tales.
VALORACIÓN: 7/10
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente.
Parece una lectura entretenida y que además te enseña cosas. No lo descarto.
ResponderEliminar¡Besos!
Pues creo que me podría gustar. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!