La madre de Frankenstein
Almudena Grandes
Autor: Almudena Grandes
Editorial:
Tusquets, 2020
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 558
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Almudena Grandes
(Madrid, 1960) se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Desde entonces el aplauso
de los lectores y de la crítica no ha dejado de acompañarla. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan, junto con los volúmenes de
cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en uno de los nombres más consolidados y
de mayor proyección internacional de la literatura española contemporánea.
Varias de sus obras han sido llevadas al cine, y han merecido, entre otros, el
Premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y el de los de
Sevilla, el Rapallo Carige y el Prix Méditerranée. En 2010 publicó Inés y la alegría (Premio de la Crítica de Madrid, el Premio
Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y el Premio Sor Juana Inés de la
Cruz), primer título de la serie Episodios de una Guerra Interminable, a la que
siguieron El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2014) y Los pacientes del doctor García (2017; Premio Nacional de Narrativa).
Puedes encontrar las siguientes novelas
de la autora reseñadas en este blog:
ARGUMENTO de LA MADRE DE FRANKESTEIN
Germán Velázquez era un joven español
que salió de España en 1939 en el último barco que zarpó del puerto de alicante
rumbo al exilio. Tras quince años en Suiza donde trabajaba como psiquiatra,
vuelve a España para trabajar en el psiquiátrico de Ciempozuelos para
introducir en España el uso de la clorpromazina, un novedoso medicamento con el
que ha trabajado en Suiza y que remite los síntomas de la esquizofrenia
abriendo un nuevo horizonte para estos pacientes.
En el psiquiátrico se reencontrará con
Aurora Riodríguez Carballeira, una parricida paranoica a la que conoció cuando
tenía trece años y a María Castejón, una auxiliar de enfermería que trabaja en
el psiquiátrico. Dos mujeres cargadas de secretos y misterios que le cambiarán
la vida.
LA MADRE DE
FRANKENSTEIN
La madre de
Frankestein es la quinta entrega de los Episodios de una Guerra
Interminable de Almudena
Grandes. Un proyecto constituido por seis
libros, cuyos títulos se nos presentan ya en la primera entrega, que nos
mostrarán episodios desconocidos de nuestra reciente historia.
- Inés y la alegría: Nos narra la olvidada incursión durante la Segunda Guerra
Mundial de un grupo de antiguas tropas republicanas al valle de Arán. (Pirineo
de Lérida, 19-27 de octubre de 1944)
- El lector de Julio Verne: Conoceremos la situación de la guerrilla en las sierras de
Jaén a través de los ojos de un niño que vive con su familia en el cuartel de
la Guardia Civil. (Jaén, Sierra Sur, 1947-1949)
- Las tres bodas de Manolita: Manolita
Perales accede a casarse con un preso político en la cárcel de Porlier al que
no conoce, para poder poner en marcha una multicopista. (Madrid 1940-1950)
- Los pacientes del doctor García: El Doctor García se ve obligado al acabar la guerra a
abandonar su profesión para poder salvar su vida. Terminará colaborando a
intentar desarticular una organización clandestina que evadía criminales de
guerra prófugos del Tercer Reich (Madrid-Buenos Aires, 1945-1954)
- La madre de Frankenstein (Manicomio
de Ciempozuelos, Madrid, 1955-1956): El doctor Germán Velázquez vuelve a España
tras quince años de exilio en Suiza para trabajar en el psiquiátrico de
Ciempozuelos con un novedoso medicamento. Allí se reencontrará con una
parricida paranoica que conoció a los trece años y que le dejó fascinado.
- Mariano en el Bidasoa (Castuera-Eibar,
1939-1964)
Quiero dejar muy claro que por mucho que se trate de una
serie de seis libros, todos se pueden leer de un modo independiente. Pueden
aparecer alusiones o breves apariciones de personajes de las otras novelas,
pero son más bien guiños a lectores muy avezados y de gran memoria, porque al
resto de los mortales nos pasarán sin duda desapercibidos
Esta novela está narrada en primera persona a través de tres
personajes bien diferentes:
Germán Velázquez:
Muy joven partió de España en el último barco que zarpaba de
Alicante. Un regalo de su padre que le cedió el billete. Partió al exilio en
Suiza donde fue protegido por la familia del doctor Goldstein. Allí cumplió su
sueño: estudiar psiquiatría y ejercer como tal. Se casó. Se divorció.
Finalmente tras quince años aceptó una oferta para volverá a España a trabajar
en el psiquiátrico de mujeres de Ciempozuelos, donde estaría al frente de un
programa que estudiaría el uso en España de la clorprimazina, un medicamento
casi milagroso para aquella época y que cambió el rumbo de la psiquiatría al
permitir una mejoría en los esquizofrénicos.
Allí se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, la
célebre madre que mató a su hija Hildegard. Él la conoció en su casa un día que
acudió a la consulta de su padre antes de ir al juicio por el asesinato de su
hija. Tal fue la conmoción que le provocó, que eso hizo que quisiera seguir los
pasos de su padre como psiquiatra.
Un hombre que en el exilio comprende que la guerra le ha
dejado marcado pese a su corta edad.
«Yo no era judío, no era alemán, nunca me habían obligado a coserme en la ropa ningún trozo de tela de ningún color, pero había convido tres años con el fascismo, había estado en guerra con él y no había sido capaz de derrotarlo. Eso me había enseñado a desconfiar de la esperanza». (Página 210)
Aurora Rodríguez
Carballeira:
Una mujer paranoica que no fue a la cárcel por el asesinato
de su hija sino directamente al psiquiátrico de Ciempozuelos, en el que tiene
su propia habitación con su piano que toca constantemente.
Una
historia singular y verdadera la de esta mujer. Una reflexión sobre la
maternidad entendida como el hecho de crear unos hijos a los que moldear según
nuestros criterios. Por eso, cuando su hija Hildegard ya era todo un fenómeno
en España y quería tomar las riendas de su propia vida, la asesinó.
«Maté a mi hija, sí, porque estaba en mi derecho, era un boceto defectuoso y yo, como su autora, comprendí que no había alcanzado la perfección que esperaba. Soy una madre, ¿es que no lo entienden?» (Página 128)
María Castejón:
Un
personaje inolvidable y entrañable el que nos regala Almudena Grandes en
esta novela. Es auxiliar clínica en el psiquiátrico de mujeres de Ciempozuelos,
en el que su abuelo trabajaba como jardinero. Tiene una relación muy singular
con Aurora Rodríguez a la que cuida con esmero.
En
realidad tiene un don especial que le permite empatizar con las “locas” del
psiquiátrico y tratarlas con mimo y cariño. En la propia novela nos la definen
como una Sherezade por su gran capacidad para contar historias.
«A eso sabían sus palabras, aquellas historias pequeñas, tan insignificantes en apariencia, que habían tenido el poder de levantar sobre un sofá los muros de un castillo invisible, poderoso, con los ladrillos transparentes de una flamante intimidad». (Página 308)
Cada
capítulo está contado por uno de esos personajes. No es necesario poner quién
es el que está hablando, porque la voz de cada uno de ellos es muy diferente.
Así los capítulos de Aurora son cortos, pero sin un solo punto y aparte. El
diálogo mental de una mujer que pasa por diferentes estados anímicos en función
de la evolución de su enfermedad. O los de María, cargados de una sencillez y
un amor por los demás que no pueden dejar indiferentes al lector. Por contra,
los de Germán son mucho más reflexivos, más expositivos, contándonos los hechos
que vivió o está viviendo. Solo el contacto con María hará que su tono vaya
cambiando poco a poco.
Al
comienzo de la novela, pensé que La madre de Frankestein era
una de las menos políticas de la serie, pero según me adentraba en ella, veía
que no era así. A fin de cuentas como dice uno de los personajes de la novela, «en
una dictadura todo es política»
Lo
de menos es que nos muestre en un momento dado cual era el pensamiento que
movía a los españoles de aquella época:
«España es la reserva espiritual de Occidente, el país escogido por Dios, la más católica de las naciones, la hija predilecta del Espíritu Santo, de la Virgen María y del Papa de Roma. Y precisamente por eso, lo que está pensando todo el mundo es que, en efecto, estás loco por acostarte con María. ¿Qué es absurdo, que es injusto, que es ridículo? Pues no. Es España. Aquí, las cosas son así». (Página 68)
Lo
más importante es que nos muestra como nada se hacía o se deshacía sin el
beneplácito de una élite gobernante en el que además la influencia de la
iglesia era omnipresente.
Por
supuesto, la visión feminista de Almudena Grandes estará presente a lo largo de
toda la novela, mostrándonos que, si ya era duro para muchos españoles, para
las mujeres era todavía aún más difícil:
«Para las mujeres pobres, con antecedentes, la independencia era muy difícil y la explotación, la humillación, la pobreza, se daban por descontadas». (Página 169)
Una
novela con muchas capas, con muchos temas, algunos tan sorprendentes como el de
la eugenesia, aquel pensamiento inspirado por Vallejo Nájera que tanta
desgracia trajo a muchos españoles:
«Mucho gusto –dije al estrechar la mano del ideólogo de la eugenesia fascista española, creador de la teoría de que el marxismo era un gen perverso, intrínsecamente asociado con la inferioridad mental, que debía extirparse a toda costa, fusilando a sus portadores y arrebatándoles a sus hijos recién nacidos para entregarlos a familias intachables, que sabrían neutralizar su pésima herencia genética a través de la adecuada educación religiosa y patriótica». (Página 70)
OPINIÓN
PERSONAL
Foto de El Búho entre libros para Instagram |
A todo ello hay que unir la exquisita
ambientación con la que Almudena Grandes nos presenta sus novelas, en este caso
con un escenario muy particular como es el psiquiátrico de Ciempozuelos.
Una gran variedad de temas hay presentes
en esta novela, incluyendo uno que a mí por mi pasado sanitario, ha sido de
especial interés: el mundo de la psiquiatría y los avances que gracias a los
medicamentos se pudo lograr en el tratamiento de las enfermedades mentales.
Sumadle a eso una gran historia de amor,
de esas que te genera un nudo en la garganta en muchos momentos y tendréis una
novela que no puede leerse con indiferencia, que os deparará muchos momentos
emotivos y que seguramente en muchos momentos también os provocará perplejidad e
indignación por cómo tuvieron que sufrir muchos seres humanos.
Si te gusta Almudena Grandes, disfrutarás
sin duda de esta gran novela, un retrato de una España no tan lejana de
nosotros y que por momentos amenaza con volver.
No he leído nada de la autora. Y la verdad que tengo muchas ganas
ResponderEliminarVeo por lo que comentas que la novela está en la línea y la altura a la que nos tiene habituados Almudena Grandes. Bien. También veo que a poco que se descuide esta novela se puede alzar con el Premio de Narrativa de este año como ya le sucediera con otra de la serie.
ResponderEliminarSe me escapa un pelín en tu comentario la alusión al feminismo de Matilde Asensi. ¿Te refieres a la escritora? No sé, quizás es que haya leído tu reseña muy rápidamente.
A mí me gusta Almudena y he leído con gusto infinito "Las tres bodas de Manolita" y "Los pacientes del doctor García". Esta también caerá.
Un abrazo
Normal que se te escape, porque debería decir (y ya dice) Almudena Grandes y no Matilde Asensi. ¿En qué estaría yo pensando?
EliminarYo no me he estrenado con la autora todavía, pero tengo en casa un par de libros suyos. Empezaré por esos y después veré si me animo con estos libros...
ResponderEliminarMe alegro mucho de que lo hayas disfrutado tanto.
Un beso!
Me encanta Almudena Grandes, he leído los anteriores y no tardaré mucho en leer este también. Saludos.
ResponderEliminarMe ha encantado también la novela. He llorado, me he reído, te indignas y pasas unos momentos estupendos con unos personajes muy sólidos. Efectivamente, de 10. MI favorita sigue siendo INés y la Alegría y quizás después este.
ResponderEliminarBs.