El secreto de las golondrinas
Anónimo
Título: El secreto de las golondrinas
Autor: Anónimo
Editorial:
Planeta, 2019
Traducción:
Pilar de la Peña Minguell
Páginas: 19,90 €
ARGUMENTO de
EL SECRETO DE LAS GOLONDRINAS
Este es el argumento que nos proporciona
la editorial:
Su misión: seducir a un hombre rico y
con poder.
Programa Golondrina: táctica de la Guerra Fría usada para engañar a hombres poderosos y así conseguir información e influencias en beneficio del gobierno ruso.
Octubre de 2016. En Estados Unidos las elecciones están a la vuelta de la esquina. La periodista Grace Elliot acaba de destapar una exclusiva que cree que la llevará a la cúspide de su carrera: una estrella del porno quiere hablar sobre su aventura con el que puede llegar a ser el futuro presidente de Estados Unidos. Pero el presidente es intocable. Igual que su exmujer, Elena.
En Praga, Grace descubrirá una historia explosiva que podría decidir las elecciones americanas y hacer estallar una nueva Guerra Fría. Siempre y cuando, siga viva para contarlo.
EL
SECRETO DE LAS GOLONDRINAS
Como ya he comentado en alguna ocasión,
las novelas de espías parecen estar nuevamente de moda, bien volviendo a la
época de la guerra fría, o transcurriendo en la actualidad. O como en el caso
de El secreto de las golondrinas, uniendo el periodo de la guerra fría con la
actualidad.
Nos va a hablar de las “Golondrinas”,
espías soviéticas que fueron entrenadas durante la guerra fría para seducir a
hombres occidentales importantes para descubrir sus secretos o bien
directamente chantajearles.
Algo que lejos de ser cosa del pasado,
llega hasta la actualidad, pues algunas de aquellas mujeres tienen hoy día
importantes posiciones dentro del mundo occidental, como es el caso de la ex
mujer del presidente de Estados Unidos que va a presentarse ahora a la
reelección. Un hombre que guarda un tremendo parecido con Donald Trump.
¿Qué es realidad y que es ficción en
esta novela? Porque en todo momento, desde la misma contraportada se juega a
confundir al lector, que no sabrá si se haya ante un montaje publicitario o
ante una realidad.
Nos dice en la solapa interior de la
novela:
«Esta es una obra de ficción. Pero rodos estos hechos son reales. La protagonista de esta apasionante novela es una golondrina. Y está a punto de completar su misión.
El autor es un reputado escritor y antiguo periodista. Su identidad debe permanecer en el anonimato para preservar la seguridad de su fuente. Y la suya propia».
Porque lo cierto es que como nos dice en
la solapa interior:
«La idea de que la exmujer del presidente fuese entrenada por el KGB para seducir a un hombre con aspiraciones políticas es totalmente creíble».
Teniendo en cuenta que el mundo esté en
manos de dos hombres como el presidente actual de los Estados Unidos y su
oponente ruso (proveniente de los servicios secretos) sea real, cuando parece
sacado de una novela de ficción, cualquier cosa que sobre ellos se nos cuente,
por ms ficción que sea, puede confundirse con la realidad, que es a lo que
juega este thriller que nos llevará por medio mundo.
La realidad además se empeña en
apuntalar esa paranoia que parece estarnos invadiendo, con sorprendentes
noticias sobre el espionaje soviético y su manipulación o intento de ello sobre
la realidad occidental, intentando mediante Internet de influir y manipular la
opinión pública, cambiar de ese modo los resultados electorales y el rumbo de
esos países.
OPINIÓN PERSONAL
 |
| Portada original |
El secreto
de las golondrinas
ha sido una de mis decepciones del año. Esperaba más de esta novela y al final
me ha resultado un thriller un tanto insulso.
Tal vez no sea culpa de la novela sino
de las comparaciones. Lo cierto es que no resiste la comparación con Gorrión
rojo de Jason Matthews, que trataba el mismo tema, el de las mujeres
convertidas en espías y máquinas sexuales para mayor gloria de Rusia.
No entiendo por qué en un sitio se les
llama gorriones y aquí golondrinas. Porque si nos atenemos al título original
(The Kingfisher) sería un Martín pescador, o sea, otro pájaro diferente.
Es cierto que se lee muy bien, pero la
sensación de incredulidad y de montaje publicitario que tuve leyendo la novela
no hay quien me lo quite.
VALORACIÓN: 6/10
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