Rómpete corazón
Cristina López Barrio
Autor: Cristina López Barrio
Editorial:
Planeta, 2019
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas: 302
Editorial: Planeta, 2020
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 304
PVP: 9,95 €
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Cristina López Barrio,
nacida en Madrid, ejerció como abogada durante trece años, especializándose en
Propiedad Intelectual. Tras ganar en 2009 el Premio Villa Pozuelo de Alarcón de
novela juvenil con la obra El hombre que se mareaba con la rotación de la Tierra (2009), y la publicación de la novela La casa de los amores
imposibles (2010), abandonó la abogacía para
dedicarse plenamente a la escritura. En 2010 obtuvo el premio a la escritora
revelación que otorga el conocido blog literario Llegir en cas d’incendi por La
casa de los amores imposibles. Esta novela se ha traducido a quince lenguas y
publicado en veintidós países, entre ellos Estados Unidos, Italia, Alemania,
Brasil, Argentina, Suecia, Israel o México. Ha publicado también el libro de
relatos El reloj del mundo (2012), así
como las novelas El cielo en un infierno cabe (2013) y Tierra de brumas (2015). En 2017 fue finalista del Premio Planeta
con Niebla en Tánger,
una bella historia de amor y misterio en una ciudad cosmopolita y mágica.
La leyenda de la
bella durmiente
ARGUMENTO de
RÓMPETE CORAZÓN
Hay historias que parecen condenadas a
repetirse. Tal le sucede a blanca Oliveira cuando regresa a su viejo caserón
familiar al pie del monte Abantos junto a El Escorial.
Allí hace doce años desapareció su hija
Alba. Ahora vuelve a desaparecer su nueva hija de tres años, como si una
maldición asolase la casa y a la familia.
«No puedo oírlos, pero me imagino lo que mamá le dice, o lo que me gustaría que le dijera: “Nunca quise regresar a esta casa y me obligaste, me obligaste y ahora ha vuelta a suceder…”»
RÓMPETE
CORAZÓN
«Esta tarde ha desaparecido mi hermana Clara. Han encontrado abierta la puerta del torreón, como la otra vez, y un trozo de cinta roja enganchado en la valla. Todo ha ocurrido igual que hace doce años, solo que en esta ocasión no ha desaparecido mi hermana gemela».
Así arranca Rómpete corazón, como si de una
novela negra se tratase. ¿Quién se ha llevado a una niña repitiendo una
historia que sucedió en el mismo sitio y de la misma forma hace ahora doce
años?
Sin embargo, a pesar de esa apariencia,
difícilmente puede considerarse a esta novela como perteneciente al género
negro, por el modo tan peculiar de estar escrita, por su lenguaje, por su
estructura, por la ambientación, de ahí que tanto en Amazon como en Casa del
Libro se recoja como narrativa actual, ese cajón de sastre en el que ponen a
una novela actual cuando no saben cómo clasificarla.
Porque si bien es cierto que estamos
ante un caso típico de novela negra, con su inspector de policía al frente, un
inspector que ya fracasó en la anterior investigación (uno de los clichés de
muchas novelas negras), a pesar de que indaga en la naturaleza humana, en su
maldad, en sus instintos más básicos, la ambientación hace que nos encontremos
ante algo totalmente diferente y que en ningún momento sepamos de qué se trata.
Esa ambientación nos hace incluso sospechar
si no estaremos ante un libro de fantasía, de tan gótica que es la mansión que
nos presenta, con sus túneles secretos y, sobre todo, con esa especie de
leyenda que se va transmitiendo de generación en generación: una versión del
cuento de la bella durmiente, un fragmento de la cual se nos narra justo antes
de empezar la novela:
«-Y entonces, ¿qué paso?
-Se la llevó. Y nunca más se la volvió a
ver.
-¿La mató?
-Quizá, lo que sí paso fue que la
princesa tuvo otra hija, esta vez con el príncipe, y él también se la llevó
para cobrarse el precio.
-Qué cruel.
-Así es el cuento, Aurora. Aunque todo
sucedió hace muchos años, muchos años, aún sucede…»
Es Rómpete corazón en buena parte lo que
podríamos llamar una novela coral, pues está narrada desde el punto de vista de
cinco personajes diferentes:
Aurora, la niña de quince
años que ya ha tenido que sufrir la desaparición con ésta de dos hermanas. Una
niña que vive pegada a una cámara de vídeo que fue de su madre muerto con la
que graba todo:
»Érase una vez quien no quería ser, esa soy yo: Aurora. Qué horror de nombre tengo, parece el de la princesa de un cuento de hadas«. (Página 13)
Roger, un inspector
de policía al borde de la jubilación que investiga las dos desapariciones:
«Que el último trabajo de mi carrera fuera una repetición macabra del caso que me quitó el sueño durante mucho tiempo y casi la vida, todavía me levantaba con la boca seca y las manos sudorosas, era una ironía del destino. ¿O no?» (Página 25)
Arturo, un huésped de
la casa (las finanzas de la familia no están en un momento boyante). Un
escritor que ha ido a vivir allí buscando tranquilidad y una buena idea para
escribir un guion:
«Si había ido a aquella casa en busca de una historia para escribir mi guion, la tenía delante de mí. El misterio de una niñita desaparecida que se repetía en el tiempo como una maldición que el destino no perdonaba». (Página 42)
Estela, la vecina y
tía abuela de Aurora, una mujer cargada de misterios.
«Soy una anciana. Una pobre anciana. Pinto caballos, Los adoro. Leo el tarot, soy médium, los espíritus me saetean, me atraviesan como flechas de Cupido». (Página 68)
Blanca, la madre de
las dos niñas desaparecidas, que vive con desesperación una historia que parece
un cuento sacado de sus peores pesadillas:
«El cuento de una bella durmiente que caminaba sonámbula en vez de esperar el beso de su príncipe en un sueño sosegado. Nunca he creído en maldiciones ni en nada sobrenatural, solo en el ser humano y en lo pérfido y cruel que llega a ser». (Página 90)
Ricardo, el actual
marido de Blanca. Ella fue su gran amor, su único amor desde que la conoció
escondido en la habitación de su madre, una modesta costurera que en ocasiones
cosía para gente rica como era la madre de Blanca. Conseguir su amor fue su
objetivo desde que ni siquiera era un adolescente:
«Cuánto soñé con esos ojos durante las largas noches estudiando Arquitectura. Jamás habría sido digno de su hija siendo parte de la progenie salvaje de una modista elegida por el azar de un sofoco veraniego y un malogrado cucurucho de pistacho». (Página 83)
Como decía al principio, Rómpete corazón tiene una complejísima estructura, no por la presencia de cinco
narradores diferentes, pues está muy conseguida la voz propia de cada uno de
ellos, sino porque los fragmentos correspondientes a cada uno de ellos están
fechados en muy diferentes momentos temporales, desde la infancia de Ricardo, a
días o semanas antes o después de la desaparición de la segunda niña. No avanza
la narración en dos líneas una antes de y otra después de, sino que incluso en
ese antes o después va saltando a diferentes momentos.
Una estructura que puede por momentos
desconcertar al lector, que al menos al principio ha de estar muy pendiente de
en qué momento se encuentra.
Bienvenidos pues a esta singular
historia que no va a dejarte indiferente:
“No pasa nada, ni niña, no pasa nada, duerme”. Durmamos cien años, mi amor, sin que el tiempo se detenga, sin sufrir, y al despertar no seamos más que polvo, ceniza. (Página 111)
OPINIÓN
PERSONAL
Foto de El Búho entre libros para Instagram |
Cuando termino un libro, intento hacer
la reseña del mismo enseguida, cuando todavía tengo muy presentes las
sensaciones y los recuerdos del mismo, antes que se contaminen o se pierdan con
nuevas lecturas. Y por supuesto, en esa misma reseña a darle una valoración.
Unas valoraciones que si esperásemos un
par de semanas, probablemente variarían. Y ni os cuento si han pasado dos meses
o un año de su lectura. Normalmente para mal, porque hay lecturas que por su
trama y su manera de engancharte, probablemente me lleven a sobrevalorarlas.
Pero en ocasiones, también hay que decir
que son las menos, hay novelas que es cuando ha pasado un cierto tiempo, cuando
te das cuenta de que te han gustado e impresionado mucho más de lo que en un primer momento pensabas.
Ese es el caso de Rómpete corazón, una novela en la que sobre todo al
principio, andaba molesto con esos saltos temporales que requerían toda mi
concentración, si bien es verdad que al final jugaba a adivinar por el texto
cuándo se producían sin mirar el texto que indicaba cuando era.
Pero sobre todo es con su final, cuando
ya todas las piezas del rompecabezas están en su sitio, cuando empecé a darme
cuenta de que la complejidad de sus protagonistas, especialmente la de Ricardo
era mucho mayor de la que en principio pensaba mientas la estaba leyendo,
cuando con una mirada retrospectiva empecé a valorar la historia desde otro
punto de vista.
Una novela cuyo final te deje con unas
sensaciones muy especiales: la de haber estado transitando por una gran
historia de la que apenas había vislumbrado toda su grandeza hasta el final.
VALORACIÓN: 9/10
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Esos libros que se quedan en la cabeza y que van creciendo después de haberlos leído son los que más me gustan. Y eso parece que es la tónica de este de Cristina López Barrios, autora de quien no he leído nada. Tomo la debida nota que ahora es cuando hay que ir haciendo las compras de Reyes.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo, amigo mío
¡Hola! Yo también suelo reseñar justo después de terminar la lectura, con mis sensaciones recientes, aunque es cierto eso que dices de que según pasa el tiempo cambia un poco tu perspectiva, a veces para bien y otras a peor.
ResponderEliminarMe atrae mucho lo que cuentas de esta novela, su complejidad, seguro que es de esas con las que no te puedes despistar nada para enterarte bien de todo. La tendré muy en cuenta. ¡Feliz Navidad!
Besos
Esos libros son al final los que más disfrutas. Los que vas valorando aún más cuando pasa el tiempo y los asimilas. Bien apuntado me lo llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!