La tortuga que huía del jaguar
Marta Quintín
Título: La tortuga que huía del jaguar
Autor: Marta Quintín
Editorial:
Versátil, 2019
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 237
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Marta Quintín Maza nació en Zaragoza un 6 del 6 del
89 y cuando tenía cuatro años la subieron a una mesita de su clase de párvulos
para que les contara a los demás niños una historia de su elección. Eligió la
de Cenicienta. Desde entonces lo único que recuerda del resto de su vida es
haber contado unas cuantas más. Como aquellas con las que ganó varias veces el
premio Tomás Seral y Casas de relato corto o las que ha recogido como
periodista en la agencia EFE, la Cadena SER, y la NASA española, o esa otra que
se llama Dime una
palabra y que es su primera novela publicada al calor de los
rascacielos de Nueva York. La historia más reciente de todas las que ha contado
es El color de la luz.
El resto están por venir.
En este blog puedes encontrar la reseña
de la siguiente novela de la autora:
ARGUMENTO de
LA TORTUGA QUE HUÍA DEL JAGUAR
Una mañana, tras escuchar que un jaguar
ha matado una tortuga en la playa, Marilia decide comprobar la veracidad de la
noticia. Cuando ve que es cierto, decide abandonar ese rincón del Caribe, a su
tía Granada, al enigmático Jasón que pesca sábalos para ellas y, tras
despedirse del Demonio del Muelle, parte en busca del jaguar.
Un viaje a su pasado y a los miedos más
profundos de su ser.
«-El jaguar mató a una tortuga. ¿Para
qué voy a quedarme? ¿Para ser testigo de cómo las despedaza a todas, una tras
otra?
-Que vos marchés no impedirá que las
siga matando.
-Sí, si me voy para matarlo yo a él».
(Página 13)
LA TORTUGA
QUE HUÍA DEL JAGUAR
La tortuga que huía del jaguar es la novela
ganadora del Premio Valencia Nova 2019
Alfons El Magnánim de Narrativa, un premio de narrativa en
castellano, para menores de 36 años.
El jurado destacó de esta novela:
“La belleza de su lenguaje con ecos evolucionados
del realismo mágico, la sabia combinación del lirismo y acción y porque, en
definitiva, es una gran metáfora de la libertad en clave de fábula. Y es además
un canto a la naturaleza y una defensa de su supervivencia”.
Pese a haber leído este comentario del jurado, he
de reconocer que para mí supuso una auténtica sorpresa el lirismo que impregna
toda la novela, con un estilo muy diferente al que tiene El color del silencio, la novela que había
leído de esta autora.
Una novela en la que el lenguaje es
fundamental, porque consigue trasladarnos al Caribe, lugar en el que transcurre
la acción y además consigue crear durante toda la novela un halo de misterio,
como de cuento o leyenda a la narración.
Una sensación que sin duda deriva de
Marilia, su protagonista, a la que a través de sus recuerdos iremos viendo su
paso desde una niñez feliz pronto interrumpida por la muerte de sus padres, a
la de una mujer que ante todo busca y anhela su libertad:
«Esta niña nación del fuego, quiso vivir feliz en el agua, pero ha de volver a la tierra. Esto es así y no puede cambiarse». (Página 13)
Porque ese es su gran anhelo: vivir en
libertad y sin ataduras, correr por la playa desnuda, sumergirse entre las
olas, no atarse a ningún hombre. Vivir disfrutando de la naturaleza.
En realidad solo es miedo, miedo a ser
feliz y que la felicidad se le escape, como ocurrió cuando era una cría y
murieron sus padres. Todo el miedo que no siente frente a la naturaleza y los
animales, lo siente en sus relaciones con los demás.
«La selva y la playa son grandes. Y están llenas de animales salvajes.-Bueno ¿por qué temerlos si, según dijo una mujer sabia, el ser humano no es más que un animal salvaje pasado de vueltas de puchero?» (Página 225)
Toda la novela no deja de ser otra cosa
que la búsqueda de la felicidad, un deseo que no deja de ser un cuento o una
utopía:
«La felicidad se cae. Tiene las piernas flaquitas, de lana, y el cuerpo demasiado grande como para que puedan sostenérselo en alto demasiado tiempo. Así que las piernicas se vencen, y la felicidad se viene al piso toda desbaratada. Y por eso la vida se nos pasa intentando poner a la felicidad en pie una y otra vez». (Página 119)
«La felicidad es… lo mismo que pintar en el agua. Consigues crear algo hermoso, y al segundo siguiente, ya no está. Lo único que podés hacer es recordarlo, aunque como prueba de que lo viviste solo te queden los colores diluidos… y el agua revuelta». (Página 212)
Pocos son los personajes que aparecen en
la novela además de la propia Marilia, pero todos ellos están dotados de una
gran fuerza por más que en algunos casos sea breve su aparición. Así
encontraremos a la tía Granada, la mujer que la acogió cuando quedó huérfana y
con la que habita, o Jasón, otro espíritu libre que no quiere ataduras, ese
misterioso personaje que apareció un día en la playa y prendado por la belleza
de Marilia decidió quedarse pescando sábalos para ella. O el Demonio del
muelle, un personaje contrahecho y feo que consigue la amistad de Marilia, el
único capaz de llamarla fea porque lla es incapaz de ver fealdad en él.
OPINIÓN PERSONAL
La tortuga que huía del jaguar es una novela
que ha conseguido sorprenderme totalmente y con la que he disfrutado de un modo
muy diferente a como lo hago con otras novelas, dejándome llevar por ese
espíritu de cuento o fábula que impregna toda la novela, por esa desesperada
búsqueda de la felicidad que nunca podrá alcanzar mientras no se lance al vacío
del riesgo a perder la hallado.
Esa atmósfera, ese lenguaje y esta
historia, merecen sin duda que le hagas un hueco entre tus lecturas, porque
además es una novela corta, que no llega a las doscientas cincuenta páginas y
con la que podrás disfrutar de una experiencia lectora diferente.
VALORACIÓN: 9/10
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Será mi próxima lectura. A ver qué me parece a mí
ResponderEliminarMe atrae más su anterior novela, que aún no he leído. Y luego a ver si me pongo con ésta, que la pones tan bien que me dejas con mucha curiosidad.
ResponderEliminarBesotes!!!