Sidi
Arturo Pérez-Reverte
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial:
Alfaguara
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas: 373
Esto es lo que la editorial nos cuenta
del autor. Muy breve, como podéis ver:
Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951. Fue reportero de
guerra durante veintiún años. Con más de veinte millones de lectores en todo el
mundo, muchas de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión. Hoy
comparte su vida entre la literatura, el mar y la navegación. Es miembro de la
Real Academia Española.
En este blog puedes encontrar reseñas de
las siguientes novelas del autor:
-Eva
ARGUMENTO de
SIDI
Desterrado por el rey Alfonso un año (tú
me destierra uno, yo me destierro dos), Ruy Díaz parte con sus familiares y
parte de sus fieles de Vivar dispuesto a ganarse la vida con su mesnada y acaba
al servicio del rey moro de Zaragoza en su lucha contra su hermano.
SIDI
Mucho ha tardado en decidirse Arturo
Pérez-Reverte a tratar la figura de uno de los guerreros más conocidos de
nuestra historia: El Cid. Él que ha tratado de un modo casi continuo la figura
del soldado, no solo en Alatriste, su personaje más famoso, sino en muchas de
sus otras novelas, tiene aquí la oportunidad de trazarnos el perfil de un
guerrero, de un jefe de guerreros, alzado por la leyenda como el más grande.
Lejos quedan ya aquellos tiempos de la
educación franquista que ensalzaba la figura de l Cid como un adalid de la
lucha cristiana, del conquistador de Valencia que triunfó aún después de
muerto. Pero se silenció buena parte de su historia y su realidad. Tal vez en
un intento de hacer buena una de las frases del libro:
«Las leyendas sólo sobreviven vistas de lejos». (Página 38)
Estatua del Cid en Burgos |
De ahí que el Cid ofreciese su espada y
la de su mesnada a aquel que pudiese pagarle y ofrecerle garantías, sin que el
credo que profesasen fuese un obstáculo para ponerse a su servicio, como fue el
caso del rey moro de Zaragoza.
«Buena parte de ellos había lidiado en batallas serias, en aquella España incierta de confines inestables, poblada al norte por leoneses, castellanos, gallegos, francos, aragoneses, asturianos y navarros, que unas veces combatían entre ellos, cambiando los bandos según soplaba el viento, y otras lo hacían contra los reinos de moros, lo que no excluía alianzas con estos últimos para, a su vez, combatir o debilitar a otros reinos o condados cristianos». (Página 36)
Una mesnada que fue creciendo en
constante número de hombres según las victorias le iban dando fama.
«Lo seguían por el prestigio de su nombre, y éste se hallaba en relación con las perspectivas de botín. Desterrado de Castilla, leal a su rey pese a todo, imposibilitado para luchar contra éste o sus aliados mahometanos o cristianos, no le quedaba sino guerrear en tierra de moros». (Página 37)
Un personaje muy revertiano, testarudo y
arrogante como le define uno de sus lugartenientes, que no le importa
enfrentarse a su rey en la famosa jura de Santa Gadea, pero que, pese a todo,
le sigue siendo fiel y reserva para él un quinto de los botines que va
conquistando en sus correrías.
Un hombre fiel por encima de que sea o
no su rey merecedor de esa fidelidad:
-Me estás diciendo que tu rey es lo de menos. Me refiero a la persona. Es la idea, ¿no?... Eres uno de esos raros hombres fieles, no a una persona sino a una idea. En tu caso, una idea egoísta: la que tienes de ti mismo. (Página 263)
Siempre vencedor, aunque las victorias
no siempre tienen ese carácter festivo que podríamos pensar
«Nada se parecía tanto a una derrota, pensó Ruy Díaz, como una victoria». (Página 330)
Una historia en la que, entre otras
muchas cosas, conoceremos el origen de
su espada Tizona y de su caballo Babieca.
«Siempre afortunado en la lid, siempre invicto. Campidoctor, lo llamaban a veces. Dueño del campo, o campeador. Amado por unos y envidiado, temido y detestado por otros, había tomado como lema el de un emperador romano, sugerido por un abad amigo de su familia: Oderint dum metuant. Que me odien, pero que me teman. Estaba escrito en su escudo, en latín». (Página 38)
Esta es la historia del Cid:
-Te llaman Sidi, tengo entendido. Sidi Qambitur en mi lengua… Señor Campeador en la tuya. Suena bien, ¿verdad? (Página 148)
Aunque creo que hay que matizar un poco
lo de “la historia”, porque solo recoge los primeros años del Cid tras ser
desterrado de Castilla. Dicho de otro modo, queda mucha historia por contar,
por lo que me da la impresión de que estamos ante la primera entrega de ¿dos?
¿tal vez tres? Novelas con el Cid como protagonista.
Si es así, las espero con muchas ganas,
pues su lectura para nada me ha defraudado. Es cierto que hay muchas “batallitas”
(muy bien contadas, todo hay que decirlo) con las que he disfrutado mucho,
porque, por más ciertas por increíbles que puedan parecer las hazañas de
nuestro guerrero, no deja de ser este libro una auténtica novela de aventuras:
las de unos hombres obligados a batallar lejos de casa por su supervivencia y
la de los suyos. Contadas con una pluma muy ágil y que nos hace sentir en todo
momento en aquella época, para disfrutar de aquella España donde la fidelidad
era la excepción. Ese era precisamente el punto fuerte del Cid: la fidelidad,
la lealtad y la unión existente entre él y sus hombres.
He disfrutado mucho esta novela. Si a ti
te gustan las novelas históricas, sobre todo si tienen un trasfondo de
aventuras, no lo dudes: Sidi te gustará.
No me importaría leerla, pero que sea la primera de una serie de libros no me gusta tanto.
ResponderEliminarBesos
Pérez-Reverte ya ha dicho que no habrá continuaciones de este libro.
ResponderEliminarSi como dice Rogorn no hay continuación me lo apunto pero sino....ya tengo muchas series pendientes en mi lista de lectura.
ResponderEliminarno se si me decidiré
ResponderEliminarTerminará cayendo, que este personaje me atrae mucho. Pero espero que se quede en un solo libro...
ResponderEliminarBesotes!!!
Que ganas tengo de hincarle el diente.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarNo soy muy experta en novelas históricas pero me atrevería con SIDI
¡Saludos!
Pérez-Reverte tiene buena mano para los personajes aventureros, individualistas, a veces violentos pero, de una u otra forma, honestos.
ResponderEliminarhttps://imagoestinaqua.blogspot.com/
Me da la impresión de que Pérez-Reverte tenía una deuda pendiente con el personaje de Alatriste, como que la historia ha sido injusta con él (al igual que la gran mayoría de soldado anónimos, de cualquier época) y ha querido "vestir" al mismo personaje con la ropa del soldado más reconocido y admirado de la historia de España.
ResponderEliminarDicho esto, me ha parecido una buena novela, en la línea de su autor, que se bebe de un tirón, con personajes muy interesantes, de los que te quedas con ganas de más.
No sé qué haré con estos... de momento quiero seguir con Alatriste.
ResponderEliminarBesotes