martes, 22 de octubre de 2019

EL CHICO QUE SE COMIÓ EL UNIVERSO (TRENT DALTON)


El chico que se comió el universo
Trent Dalton


 Título: El chico que se comió el universo
Autor: Trent Dalton
Traducción: Carlos Ramos Malavé
Editorial: Harper Collins, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 478
PVP: 19,90 €
EBook: 9,49 €


Traducción: Carlos Ramos Malavé
Editorial: Harper Collins, 2020
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo

Páginas: 480
PVP: 10,90 €





TRENT DALTON

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:

Trent Dalton es un galardonado periodista que trabaja en The Weekend Australian Magazine. Sus escritos incluyen algunos guiones tanto de cortos como de largos. Esta es su primera novela con la que ha triunfado en Australia y en todo el mundo anglosajón.






ARGUMENTO de EL CHICO QUE SE COMIÓ EL UNIVERSO
«Tu final es un pájaro azul muerto».
 Con esta enigmática frase dicha a Eli, el chico protagonista de esta novela por su hermano mayor August, comienza El chico que se comió el universo.
Eli es un chico de doce años, con un hermano que ha decidido no volver a hablar y escribe las palabras en el aire, con una madre drogadicta, un padre que se fue de casa, un padrastro que se dedica a trapichear con droga para salir adelante y que tiene como canguro a uno de los ex presidiarios más famosos de Australia.
Por si su vida no fuera lo suficientemente complicada, se cruzará con uno de los más peligrosos traficantes de droga de la zona.






EL CHICO QUE SE COMIÓ EL UNIVERSO

Portada original
El chico que se comió el universo es la historia, contada en primera persona, de un chico de doce años, por más que las experiencias que tiene que vivir le hagan ser mucho más maduro
«Slim dice que tengo una mente de adulto en el cuerpo de un niño. Solo tengo doce años, pero Slim opina que puedo asimilar las historias más duras». (Página 11)

No lo tiene nada fácil, comenzando por su propia familia, con esa madre que a duras penas ha conseguido huir de la drogadicción, con un padre que se fue (o le “fueron”) de casa, un padrastro que realmente les quiere pero que está metido en sucios negocios de droga y con un canguro (pese a que es Australia se trata de un canguro humano que se dedica a cuidar niños) que es toda una celebridad en Australia por ser el rey de las fugas carcelarias. Vive en un barrio pobre y su mayor deseo es poder ir a vivir a un barrio mejor, uno de esos en que las calles no tienen salida y así los críos pueden jugar a la pelota en la calle.
Está obsesionado con la bondad de los hombres, tal vez porque vive rodeado de gente que en muchos momentos vive o vivió al margen de la ley o, como es el caso de su mejor amigo, el que hace de canguro para él y su hermano, porque estuvo muchos años encarcelado por cometer un asesinato.

De hecho, la novela está poblada de seres que tienen su lado bueno y su lado malo, en algunos casos en equilibrio y en otros claramente inclinados al mal o al bien. Da igual cómo traten de pintarle el mundo, porque Eli desde su inocencia se empeña en encontrar el lado positivo de todos los humanos, por más que le repitan lo contrario:
«-Los hombres adultos, Campanilla, son las peores criaturas del planeta. Jamás confíes en ellos». (Página 63)

Piensa que es un cobarde porque llora con mucha facilidad. Muy diferente es la opinión que tiene su padrastro del tema:
«No eres un cobarde. No te avergüences nunca de llorar. Lloras porque te importa. No te avergüences nunca de que te importen las cosas. A muchas personas en este mundo les da miedo llorar porque les da miedo que las cosas les importen». (Página 100)

Eli y August su hermano, dos seres muy especiales unidos por un gran lazo de amor. Dos niños que a medida que pasa la novela cada vez son menos niños y más adultos, con una gran perspicacia para ver el mundo y analizarlo.
«-¿Sabes de lo que me he dado cuenta durante todo el tiempo que he tenido la boca cerrada? La mayoría de las cosas que la gente dice no hace falta decirlas». (Página 214)

Una historia narrada por Eli en primera persona, un niño con una vocación escritora que se va acentuando según van pasando los años y que calma escribiendo cartas a un prisionero. Unas cartas que marcan su vida pues su canguro, ex prisionero, le dice que las escriba con todo tipo de detalles, que los detalles son los que cuentan para dar realismo a las historias, para poderlas vivir, que es lo que desea un preso cuando recibe una carta.
Ese es el estilo en el que está escrita esta novela, cargada de pequeños detalles. Su gran mérito es que en ningún momento suene recargada, ni te aburran esos detalles, ni frenen el ritmo narrativo que va a más según va pasando la novela, porque tampoco tendremos muy claro cuánto hay de cierto en lo que nos va contando Eli y cuánto es fruto de su imaginación. A fin de cuentas, es un narrador.
«Él es un narrador. Eli nació con las dos cualidades de cualquier buen narrador: la capacidad de hilar frases y la capacidad para mentir». (Página 305)






OPINIÓN PERSONAL

Foto de El Búho entre libros para Instagram
Esta novela viene avalada desde Australia por un montón de buenas criticas y por el apoyo del público que la ha convertido en un éxito de ventas. Antes de comenzar a leerla, me preguntaba cuánto había de verdad en ello y cuánto de propaganda editorial. Además, bien pudiera ser que el gusto australiano no tuviera nada que ver con el mío.
Pero una vez terminada la novela, entiendo muy bien el por qué de ese éxito. El chico que se comió el universo es una novela cargada de emotividad, de sentimientos, capaz de convertir una historia muy dura, en algo cargado de poesía gracias a la visión de ese niño capaz de ver el bien en cualquier ser. O por lo menos de intentarlo y no cejar en el empeño.
Un niño al que vemos crecer a lo largo de la novela y desarrollarse a medida que crecen sus problemas, capaz de cualquier cosa por aquellos a los que quiere. Alguien cargado de ternura que nos hará sufrir y gozar con él, que nos emocionará y que nos invitará a soñar con un mundo mejor. No en vano, gracias a su ilusión y arrojo, se convirtió en el chico que se comió el universo.

Tengo que reconocer que el principio de la novela, hasta que me centré en quién era quién, me costó un tanto, pero que una vez superadas las primeras cincuenta páginas (una dificultad que pudo ser solo mía, que a veces me cuesta arrancar o concentrarme con un libro), me atrapo de tal manera que es desde luego una de esas novelas que me va a costar olvidar.

Una novela muy recomendable y sobre todo, muy diferente a lo que al panorama literario suele ofrecernos. No te la pierdas.





VALORACIÓN: 9/10


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5 comentarios:

  1. Que buena pinta tiene!!! Me encantan las frases que has seleccionado y que verdaderas son!!! LO apunto sin duda.

    Bs.

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  2. Veo que le has dado una puntuación muy alta. Lo tendremos en cuenta. Bss

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  3. No me sonaba de nada. Y pensaba que no me iba a llamar la atención, pero al final has logrado tentarme con tu buena reseña.
    Besotes!!!

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  4. ¡Vaya! pensé que seria un libro más flojo por otras opiniones, pero me has convencido para darle una oportunidad.
    Un beso

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  5. ¿Pero qué es esta maravilla que nos traes? Me la llevo, me gusta mucho todo lo que nos cuentas y me da igual el gusto australiano, ando buscando algo distinto y esta historia y este protagonista lo son. Fíjate que Harper Collins tiene una línea casi feelgood genial, me encantó "El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo" y creo que "El chico que se comió el universo" también va por esos derroteros. Besos.

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