La red púrpura
Carmen Mola
Título: La red púrpura
Autor: Carmen Mola
Editorial: Alfaguara, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 425
CARMEN MOLA
Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:
Carmen Mola es un seudónimo. Vive en Madrid. Tras el gran éxito
que tuvo La
novia gitana, como uno de los libros más vendidos poco tiempo
después de su publicación, en traducción en seis países, Carmen Mola regresa
con la segunda entrega protagonizada por la
inspectora Elena
Blanco: La Red
Púrpura. Ambas novelas serán adaptadas para una serie
televisiva.
En este blog
puedes encontrar las siguientes reseñas de novelas de la autora:
ARGUMENTO de LA RED PÚRPURA
La novela arranca con la inspectora Elena blanco y su equipo de la BAC
(Brigada de Análisis de Casos) irrumpiendo en una casa en el momento en que se
está emitiendo en directo a través de unos enlaces de Internet, la tortura de
una joven.
Es un caso que llevan mucho tiempo investigando porque detrás de él está la
Red Púrpura, una red que a través de la Deep Web (Internet profunda) difunde
previo pago de elevadas cantidades para los que se abonan al evento,
violaciones, torturas y asesinatos en directo.
El temor oculto de lq inspectora es que en las mismas se encuentre
implicado su hijo Lucas, secuestrado hace muchos años.
LA RED PÚRPURA
La Red
Púrpura es la segunda novela que tiene como
protagonista a la inspectora Elena Blanco. Una serie compuesta por las
siguientes novelas:
-La novia gitana
-La Red Púrpura
La protagonista de la novela es la inspectora Elena Blanco, una mujer muy peculiar y un tanto extrema que calma
sus frustraciones cantando en un karaoke canciones de Mina, bebiendo grappa
(que nadie ose compararlo con un orujo) y practicando sexo con sus conquistas
de una sola noche en el garaje de un amigo en grandes coches todoterreno.
Está al frente de un equipo muy
especial: la BAC (Brigada de Análisis de Casos). Una unidad
que para muchas comisarías es sólo una leyenda.
«En Estados Unidos los considerarían una especie de superpolicías, en España no hay nada de eso, solo son los que se comen los marrones después que los demás, los que no tienen ya nadie en quien delegar. La única diferencia es que cuentan con más medios que cualquier otro departamento». (La novia gitana. Página 28)
Tiene un gran equipo, al que ya
comentaba que en la primera parte no le sacaba provecho a sus historias
personales y parece que en esta segunda entrega continúa por la misma línea.
Lástima.
«Buenos policías, jóvenes, entusiastas, atléticos, a los que Elena recurre siempre que puede ser necesario usar los músculos además de la cabeza. Orduño procede de los Geos; Chesca era una agente de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos. La inspectora Blanco los escogió personalmente, junto con Buendía, el forense, y Mariajo, su peculiar experta en informática; son las personas en las que más confía». (La novia gitana. Página 29)
En la primera entrega ya se le sumó el
subinspector Ángel Zárate, un joven policía de la comisaría local que en esta
segunda entrega ya es miembro de pleno derecho Por encima de ellos Manuel
Rentero, comisario, director adjunto operativo y número dos de la policía
española.
Por más que digan que es una novela
negra, la deriva hacia el thriller en esta
segunda entrega ha sido total. Puede que atrape más, pero en el fondo
resulta al final menos atractiva como novela.
En cierto modo no puede ser de otro modo
desde el momento en que el eje central de esta novela son los snuff movies (vídeos de carácter muy violento con violaciones,
torturas y asesinatos), que cuesta creer que solo sean una leyenda urbana. D
eso trata esta novela, de ellos y del grupo llamado Red Púrpura que es el que
se está lucrando con dicho negocio. El mismo grupo que secuestró cuando era un
niño al hijo de la inspectora Elena, algo que oculta y guarda muy en secreto a
su grupo.
«A su hijo lo secuestró una organización criminal, que responde al nombre de la Red Púrpura y que trafica en el Internet profundo, indetectable y siniestro, con imágenes violentas. Y el vídeo revelaba algo más horrible todavía: en algún momento de su cautiverio, Lucas se había pasado al enemigo». (Página 24)
En el fondo de eso trata la novela, de
la búsqueda desesperada de un hijo por parte de su madre. Y el temor a que
cuando lo encuentre, la violencia lo haya transformado en algo totalmente
diferente. Algo que inevitablemente está llevando a la inspectora a alejarse de
su equipo.
«Su búsqueda desesperada por alcanzar un buen final genera víctimas colaterales. Es consciente del daño que está haciendo a su equipo, a Chesca, a Zárate. (…) El trabajo y la obsesión de encontrar a su hijo la sostienen. Le dan la esperanza de que, cuando llegue al final, el viaje habrá merecido la pena». (Página 133)
No solo a alejarse, sino que la está
transformando en alguien diferente, sino que la está convirtiendo en una muy
mala profesional
«-No, Chesca, es peor que eso. Elena nos trata como si fuéramos piezas de un engranaje. Para ella no somos personas. Ha perdido por completo la capacidad de empatizar». (Página 151)
Por ello nos pone en cuestión qué debe
primar, su profesionalidad como policía o su instinto de madre.
«No está haciendo bien su trabajo, porque hace tiempo que dejó de ser una policía, solo es una madre que busca a su hijo». (Página 319)
Con semejante temática, me esperaba un
libro muy duro y violento, sobre todo viniendo del anterior que contenía
pasajes bastante gores, pero no ha sido así, porque quitando el arranque, la
novela es más un corre, corre que te pillo que entrar en los detalles de
torturas y/o semejantes. Lo digo para aquellos que pudieran echarse para atrás
en la lectura de esta novela.
Aunque nos deja muy clara esta reflexión
de la inspectora Elena sobre la violencia en el mundo que estamos viviendo.
«Elena piensa en las palabras de Daniel y le parecen terribles en su verdad. El mundo está enfermo de violencia. Hay personas enganchadas a la violencia en cualquiera de sus formas, Y todavía nadie se ha preocupado de conseguir una cura». (Página 316)
Plaza Mayor (Madrid) |
De fondo de la novela Madrid. Un
escenario muy bien dibujado y con el que he disfrutado mucho cuando nos pasea
por las calles del centro de la ciudad. No podía ser de otro modo, porque la
inspectora vive nada más y nada menos que en la Plaza Mayor y sus recorridos no
pueden menos que transitar por uno de los sitios más bellos de nuestra ciudad.
Aunque también es cierto que no es el
único escenario, que también nos lleva a lo peor de la misma, a esos barrios
donde la venta de droga inunda pequeños pisos o domina zonas enteras como puede
ser el caso de la llamada Cañada Real.
Y Mina de fondo con sus tristes canciones.
OPINIÓN PERSONAL
Foto en Instagram de El Búho entre libros |
He de confesar que La red púrpura es una novela que me ha provocado sensaciones
encontradas. Por una parte sus páginas han volado entre mis manos. En dos días
he terminado su lectura que me ha parecido muy ágil. Pero por otra parte me he
quedado con una sensación de y novela no es tan buena como aparenta por la
manera en que la devoré.
Para empezar, es
mucho más un thriller que una novela negra. Dicho de otra manera, mucha acción,
unos cuantos giros y menos espacio para los personajes.
Además, no es
que algunos giros sean previsibles, sino que yo los vi venir, algo que a toro
paso es muy fácil de decir pero que los que me leéis habitualmente sabéis que
es algo que no es corriente que diga. Pero ésta vez decía tener mis dotes
adivinatorias muy agudizadas.
Volviendo a los
personajes, el equipo de la inspectora Elena es cualquier cosa menos un equipo,
porque se erige en protagonista casi absoluta de la novela. Y si no lo es, es
porque un hito argumental convierte a Orduño en un personaje con importancia,
pese a lo cual, está casi tan desdibujado como el resto del equipo.
Y si nos
quedamos con Elena, ha habido momentos en que tuve la impresión de que el
personaje se le había ido de las manos a la autora (o autor). La interferencia
de asuntos personales con los profesionales hacen de ella un personaje tan
extremo (más aún que en la anterior) y desequilibrado que me parecía poco
creíble.
Como veis,
muchas pegas le estoy sacando. Y sin embargo, devoré la novela, con un final
razonablemente aceptable y que en principio cierra la historia que dejaba
abierta en La novia gitana. ¿Puede haber una tercera
entrega? Por supuesto, porque los personajes y el equipo siguen ahí, pero será
una historia nueva.
¿La recomiendo?
Sí, por supuesto. Los amantes del thriller disfrutarán mucho con ella y si lo
que quieres es un libro entretenido y adictivo, La red púrpura lo es. Pero que
no me cuenten que ésta es la novela del año. En el 2019 las he leído mejores,
aunque quizás no tan adictivas.
VALORACIÓN: 7/10
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente.
Es mi actual lectura (voy más o menos por un poco más de la mitad) y me tiene enganchada, pero es cierto que hay alguna que otra cosa bastante previsible y no tan creíble. A ver como se resuelve.
ResponderEliminarBesos
Hola Pedro,
ResponderEliminarcoincidimos totalmente en impresiones; me gustó más la anterior, esta es adictiva, sí pero muy previsible también.
Un beso
NO he leído aún la anterior, pero me dejas un poquito fría con ésta y no sé si al final me voy a animar.
ResponderEliminarBesotes!!!
El anterior no me llama mucho, pese a que tiene buenísimas opiniones, sin embargo este sí... veremos.
ResponderEliminarBesotes
Buenaas!
ResponderEliminarLo conocía de oídas y por lo que cuentas, pinta bien <3
Ay madre, le tengo muchas ganas pero todas las reseñas que os veo, no la ponen como La novia gitana. Me temo que dejó las expectativas muy altas. De todas formas leerla la leeré. Besos!
ResponderEliminarHola Pedro,
ResponderEliminarNo eres el único que opina así de esta segunda novela, todavía no he leído "La novia gitana" y quiero hacerlo en algún momento. Y desde luego esta también, aunque no sea tan extraordinaria como la primera.
Un beso