Elena sabe
Claudia Piñeiro
Título: Elena sabe
Autor: Claudia Piñeiro
Editorial:
Alfaguara, 2019
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 200
CLAUDIA PIÑEIRO
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Claudia Piñeiro nació en
el Gran Buenos Aires en 1960. Es escritora, dramaturga, guionista de TV y
colaboradora de distintos medios gráficos. Ha obtenido diversos premios
nacionales e internacionales por su obra literaria, teatral y periodística. Es
autora de las novelas Las viudas de los jueves, que
recibió el Premio Clarín de Novela 2005; Tuya (Alfaguara,
2005); Elena sabe,Premio
LiBeraturpreis 2010 (Alfaguara, 2007); Las grietas
de Jara, Premio
Sor Juana Inés de la Cruz 2010 (Alfaguara, 2009); Betibú (Alfaguara, 2011), Un comunista en calzoncillos (Alfaguara, 2013), Una suerte pequeña (Alfaguara, 2015) y Las maldiciones (Alfaguara, 2017). Ha publicado
también cuentos para niños, obras de teatro y el libro de relatos Quién no (Alfaguara,
2018). Varias de sus novelas han sido llevadas al cine y la televisión. Es una
de las escritoras argentinas más traducidas a otros idiomas, lo que hace que
sus libros sean leídos y disfrutados por miles de lectores en todo el mundo.
ARGUMENTO DE
ELENA SABE
Rita aparece muerta colgada en el
campanario de la iglesia. Pero su madre se niega a creer que se haya suicidado
porque para algo es su madre. Elena sabe.
La investigación se da por finalizada
pero no cejará en encotnrr al culpable, aunque tenga que ir en busca de ayuda
lejos de su casa, para que alguien investigue, porque su cuerpo, atacado por el
Parkinson no la permite apenas moverse.
ELENA SABE
Elena sabe se publicó en el año 2007 y
ahora en 2019 ha sido reeditada por Alfaguara. Gracias a ello, no se me ha
escapado una gran novela.
Claudia Piñeiro obtuvo en el
2018 el Premio Pepe Carvalho que acaba de
recibir ayer 31 de enero en el certamen de Barcelona Negra. Tal vez por eso
esperaba una novela negra. Más aún cuando arranca con una madre intentando
averiguar quién es el que ha matado a su hija.
Pero por más que aparezca un cadáver,
que haya un comisario al que incluso cuando dan por cerrado el caso comisionan
para hablar con la madre que le va contando quiénes y por qué pueden haber
querido matar a su hija, no es para nada una novela negra. O cuando menos, no
es una novela negra al uso, por más que algo de intriga sí que encontramos.
¿Qué es
entonces Elena sabe? Es el viaje de una heroína. Cierto que todas las madres
tienen algo de heroínas, pero ésta lo es en grado sumo. Ha perdido a su única
hija, y con ella ha perdido su identidad. ¿Cómo ha de llamarse a aquellos que
han perdido su hijo?:
«Madre, Elena, usted sigue siendo eso, usted siempre será eso. Amén, dice ella». (Página 86)
Como los héroes, ha de emprender una
larga travesía, que en su caso es mucho más larga, porque ya no es dueña de su
cuerpo ni de sus movimientos, controlados rígidamente por el tiempo durante el
cual la medicación le hace efecto y se lo deja de hacer. Elena padece el
Parkinson, aunque no esa variedad temblorosa, sino una mucho peor que va
agarrotando el cuerpo:
«Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda él. O ella. Y se pregunta si al Parkinson habría que tratarlo de él o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia». (Página 15)
Todo aquello que damos por descontado y
realizamos sin pensar, para ella supone un esfuerzo terrible. Algo tan sencillo
como caminar, se convierte en un ejercicio y un esfuerzo agotador.
«Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar para llegar a tomar el tren de las diez». (Página 21)
Además, sólo tiene una visión limitada
de la vida, pues su esternocleidomastoideo, ese nombre que le ha enseñado junto
con otros términos como levodopa le ha ido enseñando el médico, le impide
levantar la cabeza y mantiene su mirada fija en el suelo. La de cosas que tiene
que adivinar mirando los pies de la gente.
Pero nada detendrá a esta madre porque, Elena sabe, o cree saber. Porque al final de este viaje Elena sabe que
encontrará la verdad.
OPINIÓN
PERSONAL
Es cierto que no llevo mucho año
recorrido, aunque ya lleve doce lecturas en el cuerpo, pero hasta ahora Elena
sabe es lo mejor que he leído este año y seguro que acaba el año entre mis
mejores lecturas. Una sorpresa que quiero compartir con todos vosotros para que
os animéis con su lectura, porque además tiene la virtud de ser una novela
corta (doscientas páginas justitas) de letra grande que se lee en un suspiro.
Un lenguaje directo, rápido, sin
florituras, como un puñetazo directo a la boca del estómago que te deja sin
aire. Si lees Elena sabe, no podrás volver a mirar a los
enfermos de Parkinson de la misma manera, una vez que gracias a esta novela te
hayas metido en la mente de alguien que padece esta enfermedad, de esta madre
que por encima de todo tiene que saber lo único que no sabe: ¿quién ha matado a
su hija?
Una hija con la que nos mostrará lo
difíciles que pueden ser a veces las relaciones madre/hija por más que se
quieran. Lo difícil que puede ser aceptar una enfermedad por parte del cuidador
y del que la padece. Pero pese a todo siguen siendo una madre y una hija.
Una novela que nos conducirá hacia un
final sorprendente del que nada voy a deciros, pero que supone un cierre
perfecto para este viaje que emprende Elena y con ella el lector.
Anímate, no te pierdas esta novela.
VALORACIÓN: 10/10
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Tengo ganas de leer a la autora, aunque no sé por cuál empezaré aún.
ResponderEliminarBesotes