Afectos secundarios
Fátima Casaseca
FICHA
TÉCNICA
Título: Afectos
secundarios
Autor: Fátima
Casaseca
Editorial: Espasa, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 271
FÁTIMA
CASASECA
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Fátima
Casaseca
(Madrid, 1981) Licenciada en filosofía y teología protestante por la Humboldt
Universität (Berlín) Ha vivido en Casablanca, Londres, Berlín y desde 2008 en
una pequeña localidad del sur de Alemania.
En 2013 publicó Una mamá española en Alemania, recopilación del que fuera
su blog, y en 2015 su primera novela Nadie se
muere de esto
que va por su tercera edición. En 2015 colaboró en el libro de relatos
Disecciones.
ARGUMENTO de
AFECTOS SECUNDARIOS
Cuatro mujeres coinciden en una clínica
madrileña a la que han acudido tras realizarse un aborto. Son muy diferentes
entre sí y piensan que este encuentro casual no volverá a repetirse. Sin
embargo, la aparición de un cadáver hará que sus vidas se crucen y terminen
siendo amigas.
AFECTOS
SECUNDARIOS
Esta es la historia de cuatro mujeres
muy diferentes entre sí.
Alicia es la más joven, una niña de papá,
que aunque matriculada la van a echar de la universidad por no acudir a clase y
que está comenzando a coquetear con las drogas.
«La Alicia esta era una niña de papá. Un poco pánfila pero bueno, tendría como mucho veinte años y se le notaba a la legua que había crecido entre algodones, así que tampoco se le podía pedir más». (Página 16)
Lola es profesora universitaria, casada
con un famoso catedrático bastante mayor que ella en una relación que está
haciendo aguas.
Begoña es un ama de casa con dos hijos
que trabaja para una empresa de limpieza en un hotel. Una mujer con un gran
corazón. Como dice su marido Ramón:
«Trabajando como una mula y encima ayudando a los demás, porque es que Bego es así, sale disparada en cuanto alguien necesita algo». (Página 73)
Sonia es una prostituta a la que en uno
de sus últimos servicios se le ha muerto un cliente en la cama.
Cuatro mujeres aparentemente muy
distintas pero con algo en común: las cuatro han acudido solas a una clínica de
IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo). Es cierto que cada una tiene sus
motivos, pero la realidad es que están más solas de lo que aparentan, sin una
amiga real en la que confiar para que las acompañe en tan delicado trance.
Y de eso es precisamente de lo que trata
la novela, de cómo puede forjarse una amistad profunda entre unas mujeres cuyas
vidas poco tienen que ver entre sí, tanto por trabajo, como por modo de ser,
como por nivel social.
La novela está narrada en primera
persona por boca de sus protagonistas: Bego, Alicia, Lola y Sonia. Lo cual no quiere
decir que esporádicamente no intervenga algún personaje más, como Ramón el
marido de Bego, el inspector Gutiérrez, Luis que es el presunto novio de Alicia,
Eduardo el marido de Lola…
Muchas voces narrativas diferentes y
cada una con su propio lenguaje para darle credibilidad a una historia de
mujeres.
OPINIÓN
PERSONAL
Me gustan las historias de mujeres, o si
lo preferís, de historias de amistad entre mujeres en la que estas terminan
contándose su vida y milagros. Y me gustan porque sus sentimientos están mucho
más cargados de matices, no son blancos o negros. De ahí que sus conversaciones
si son con el alma al desnudo, resulten al final muy esclarecedoras para
entender la complejidad del ser humano.
Una novela que asume el reto de estar
contada en primera persona por muy diferentes voces. Porque no es como otras
novelas en las que se nos muestra el punto de vista de varios personajes, sino
que aquí cada uno de ellos narra en primera persona la historia. Tal vez por
ello haya elegido la autora a personajes muy diferentes entre sí, de diferentes
edades, estratos sociales y profesionales, cada uno de ellos con un lenguaje
propio, lo cual le permite desenvolverse entre al ambiente pijo de Alicia (pijo
y habría que añadir que descerebrado, porque la gente con la que se junta está
coqueteando con demasiado descaro con las drogas), el universitario selecto de Lola,
el de sencilla ama de casa de Bego y el humor casi negro yd esgarrado de Sonia
la prostituta.
Una novela que se lee con mucho agrado u
que seguro que gustará a aquellos que disfruten con pequeñas historias de la
vida. Porque eso es precisamente esta novela: historias de vidas cotidianas que
se entremezclan entre sí.
VALORACIÓN: 7/10
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No tiene mala pinta, no me importaría leerla.
ResponderEliminarBesos
Aunque cuando leí Nadie se muere de esto no estaba muy convencida de ciertos aspectos de esa historia, la verdad es que con el tiempo el remanente que ha quedado en mi memoria ha hecho que la mire con muy buenos ojos y que me guste más; por eso esta nueva novela de Fátima me llama mucho la atención y sé que la leeré, aunque no sé cuándo.
ResponderEliminarInteresante lo que has contado sobre ella.
La he dejado pasar en pos de otras que me atraían más 🙄 Puede que más adelante.
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
No me importa leer este tipo de libros de vez en cuando. Lo tendré en cuenta =)
ResponderEliminarBesotes
No termina de convencerme. Y entre tanto pendiente, prefiero dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo la he disfrutado mucho, es una novela de esas, como dijimos ayer, desintoxicante después de tochos de tamaño considerable y muy intensos. Un beso
ResponderEliminarEste es uno de esos libros que atrapan en la página uno y tienes que seguir leyéndolos mientras bajas en el ascensor, vas al baño o te preparas un café. De los que acaban con más de un goterón de algo que se te cae encima mientras haces otra cosa, precisamente porque es el libro lo que no se te cae de las manos...
ResponderEliminarNo abundo en la trama, reseñada arriba, pero sí en que la autora construye las situaciones, los personajes y los diálogos con la fluidez y el ritmo del mejor Almodóvar. Los retratos son realistas y auténticos, pero se trazan con dos pinceladas y te arrancan la carcajada sin parar. Yo he tenido que parar constantemente para releerle pasajes al señor que tengo al lado en casa y compartir la risa con él.
Así es cómo recorres las doscientas y pico páginas con la avidez de un yonki. Luego se te acaba la novela sin que te hayas dado cuenta y te quedas con un síndrome de abstinencia de caballo.