El legado de los espías
John Le Carré
FICHA
TÉCNICA
Título: El
legado de los espías
Autor: John
le Carré
Editorial: Planeta, 2018
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 363
JOHN LE
CARRÉ
Podría ocupar páginas enteras, pero ésta
es lo que la breve biografía que nos proporciona la editorial sobre el autor:
John le
Carré
nació en 1931 y estudió en las universidades de Berna y Oxford. Impartió clases
en Eton y sirvió brevemente en el servicio de inteligencia británico durante la
Guerra Fría. Los últimos cincuenta años ha vivido de su pluma. Divide su tiempo
entre Londres y Cornwall.
Estas son las reseñas que de sus novelas
puedes encontrar en este blog:
ARGUMENTO de
EL LEGADO DE LOS ESPÍAS
Ésta es la sinopsis proporcionada por la
editorial:
Peter Guillam, leal colega y discípulo
de George Smiley en los servicios secretos británicos –conocidos como El
Circo–, disfruta de su jubilación en la finca familiar de la costa meridional
de Bretaña, cuando una carta de su antigua organización lo insta a regresar a
Londres.
¿El motivo? Su pasado en la Guerra Fría lo reclama. Unas operaciones de inteligencia que habían sido el orgullo del Londres secreto y habían implicado a personajes como Alec Leamas, Jim Prideaux, George Smiley o el propio Peter Guillam están a punto de ser investigadas con criterios perturbadores, por una generación sin memoria de la Guerra Fría ni paciencia para atender a sus justificaciones.
¿El motivo? Su pasado en la Guerra Fría lo reclama. Unas operaciones de inteligencia que habían sido el orgullo del Londres secreto y habían implicado a personajes como Alec Leamas, Jim Prideaux, George Smiley o el propio Peter Guillam están a punto de ser investigadas con criterios perturbadores, por una generación sin memoria de la Guerra Fría ni paciencia para atender a sus justificaciones.
EL LEGADO DE
LOS ESPÍAS
En el mundo de los espías, da la
impresión de que la jubilación no existe, salvo que te conviertas en un
fiambre, porque por muy retirado que estés ya del trabajo y por más tiempo que
haya pasado, en cualquier momento dicho pasado puede hacerse de nuevo presente
y tus servicios ser requeridos, bien para actuar de nuevo y rematar la faena, o
bien para convertirte en cabeza de turco.
Tal es el caso de Peter Guillam, que
cuando muchos años después de los sucesos acaecidos disfruta de su descanso en la
campiña de Bretaña, es requerido para volver a Londres y explicar qué pasó en
una operación en la que murió un agente y una mujer a la que estaban
reclutando.
Todo porque los descendientes de ambos
quieren poner un juicio a los servicios secretos. Los tiempos parecen haber cambiado
y las generaciones actuales no miran con los mismos ojos determinados
comportamientos.
«Lo que sigue es una relación verídica –la mejor que puedo ofrecer- de mi participación en la operación británica de desinformación, de nombre en clave Carambola, organizada a finales de los años cincuenta y comienzo de los sesenta contra el servicio de inteligencia de Alemania Oriental (Stasi), y que tuvo como resultado la muerte del mejor agente secreto británico con el que he trabajado y de la mujer inocente por la que dio su vida». (Página 7)
Así comienza esta novela, aunque lo de
relación verídica es tal vez mucho decir, porque en realidad de lo que se trata
es de nadar y guardar la ropa, porque en realidad va a ser sometido a un
interrogatorio en toda regla en el que irá haciendo equilibrios entre la
información que posee y la que realmente puede cambiar. Porque está siendo
sometido a un juicio interno en toda regla en la que no solo está él en juego,
sino George Smiley, el que fuera su gran maestro y mentor. Lo que está claro es
que los servicios secretos como tales no quieren pagar las consecuencias de
algo que tal vez fuera un error y que alguien tendrá que cargar con la culpa.
Puestos a relatarnos los sucesos que en
gran parte tuvieron lugar cuando era un agente novato, nos lleva hasta su
propio reclutamiento. Ya aquí se nos muestra el lado más contradictorio de una
profesión en la que la búsqueda del bien puede pasar por hacer el mal.
«No pagamos mucho y aquí las carreras tienden a interrumpirse bruscamente. pero nos parece que es un trabajo importante, siempre que creas en los fines y no te preocupen demasiado los medios». (Página 17)
Porque al final, tarde o temprano ha de
enfrentarse al riesgo de deshumanización que conlleva una profesión en la que
lo que prevalece son los fines dejando a un lado el aspecto humano. Sobre todo
si esos fines pueden partir de premisas erróneas, de un afán de grandeza, de
una añoranza de tiempos mejores que ya no volverán:
«¿Hasta qué punto dirías tú que podemos prescindir de nuestros sentimientos humanos en nombre de la libertad antes de dejar de sentirnos humanos o libres? ¿O quizá simplemente padecíamos la incurable enfermedad inglesa de querer protagonizar la escena mundial, cuando ya no éramos actores mundiales?» (Página 352)
Porque visto desde ojos ajenos, la duda
que el autor nos plantea a lo largo de la novela es si los espías son gente
normal o sólo son una panda de enfermos. ¿Lo eran desde el principio o se han
ido contagiando por el camino?
«Los espías estáis todos enfermos. Todos vosotros. No sois el remedio, sois la puta enfermedad. Jugando siempre a vuestros putos juegos, con vuestras pajas mentales, os creéis los amos del universo, Pero no sois nada». (Página 338)
La novela no tiene como protagonista principal
a Geroge Smiley, el célebre espía literario creado por John le Carré, del que
quizá
El topo sea la novela más famosa. Pero es una sombra permanente a lo
largo de la misma. Él fue quién enseñó a Peter todo lo que sabe.
«Tenía ante mí al George que recordaba: el que siempre lo sabía todo acerca de la fragilidad de los demás, pero se negaba estoicamente a reconocer la suya». (Página 357)
OPINIÓN
PERSONAL
El legado de los espías está lejos de
ser la clásica novela de espías con mucha acción y tensión. Entre otras cosas
porque el final de los sucesos que se están narrando y juzgando ya los sabemos.
Por tanto lo más importante no es esa intriga, aunque alguna sí que tenga y lo
más importante sea el mostrarnos ese mundo en el que vivían y se desenvolvían
los agentes.
Un mundo en el que las mentiras, los
engaños y las traiciones parecían ser el pan nuestro de cada día. Un lugar en
el que el amor no parecía tener cabida, ser un estorbo.
Es por tanto una novela muy interesante
para aquellos que han seguido las novelas protagonizadas por George Smiley, al
permitirnos una mirada diferente del mismo, una mirada exterior.
Con todo, quizás el defecto de la novela
es que por momentos no tenía un buen ritmo, o por lo menos yo no se lo pillaba,
con páginas magistrales y otras en las que mi interés por la novela decaía.
Pero sin duda puede merecer la pena
revisar la visión de un mundo que fue y que en estos momentos se está revisando
desde una perspectiva muy diferente: la que provocó la caída del muro de Berlín
y el fin del comunismo. Aunque a saber si con la política de enfrentamiento
actual con Rusia, no vuelve a ser la profesión de espía una profesión de moda.
VALORACIÓN: 7/10
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Me gusta John Le Carré. Disfruté muchísimo con El jardinero fiel. Todavía me acuerdo de algunos momentos de esa novela. El problema es que nunca encuentro el momento para leer otra de sus historias, y ahora me pregunto por qué.
ResponderEliminarGracias por tu opinión sobre su última novela.
Hace mucho leí una novela de este autor y adolecía de lo mismo que tu mencionas, el ritmo. Besos.
ResponderEliminarEs un autor del que no he leído nada... veré a ver por cuál me decido.
ResponderEliminarBesotes
No he leído nada de este autor pero esta novela no termina de llamarme.
ResponderEliminarBesotes!!!