EL PEÓN ENVENENADO (RICARDO ALÍA)

El peón envenenado

Ricardo Alía

FICHA TÉCNICA

Título: El peón envenenado

Autor: Ricardo Alía

Editorial: Maeva, 2018

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 455

PVP: 20,00 €
Ebook: 9,49 €

RICARDO ALÍA

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:

Ricardo Alía (San Sebastián, 1971) pasó su infancia en Rentería, Guipúzcoa. Dejó de competir en torneos internacionales de ajedrez para concluir sus estudios y acabó licenciándose en Ciencias Químicas por la Universidad del País Vasco. En la actualidad trabaja como químico en Barcelona, ciudad donde reside junto a su familia. Tras la publicación de la Trilogía del Zodiaco, en el que su trabajo como químico ha tenido mucha influencia, dedica su nueva novela a su otra pasión: el ajedrez.

Aquí puedes ver la entrevista que realicé al autor a propósito de esta novela:

ARGUMENTO de EL PEÓN ENVENENADO 

«Uno cree que juega una simple partida de ajedrez, y…» (Página 283)

Arturo Muñoz, campeón español de ajedrez y eterno aspirante a poder luchar por el título mundial, tiene que abandonar precipitadamente un campeonato en el que estaba participando por requerimiento de Scotland Yard, que requiere sus servicios para un caso que les trae de cabeza.

Él es el nombre que ha solicitado para jugar una peculiar partida de ajedrez alguien que ha amenazado con terribles consecuencias si dicha partida no tiene lugar. 

EL PEÓN ENVENENADO

El ajedrez es un duelo a muerte, una batalla con sus reglas establecidas que termina con la muerte o rendición de uno de los reyes. Salvo que firmen una tregua (tablas). ¿Imaginas lo que puede resultar de combinar esta batalla en la que no se toman prisioneros como es el ajedrez con un thriller con un asesino en serie? Pues el resultado no es otro que El peón envenenado.

El ajedrez es un duelo entre dos personas, dos mentes enfrentadas la una frente a la otra. Y eso es precisamente El peón envenenado, una partida entre un ajedrecista profesional y otro aficionado que es un asesino en serie. Porque la partida que está jugando tiene repercusiones en la vida real: las capturas de piezas conllevan el asesinato de inocentes.

El ajedrez como argumento en una novela no es nuevo en la literatura. Vayan por delante algunos ejemplos de novelas que he leído (en la reseña de Los crímenes del ajedrez, podéis ver un listado con novelas con el ajedrez como protagonista):

- El ocho de Katherine Neville donde sus protagonistas buscan un antiguo ajedrez perteneciente a Carlomagno, cuyas piezas están relacionadas con secretos de la alquimia.

- La tabla de Flandes de Arturo Pérez Reverte, donde un cuadro del siglo XV refleja una partida de ajedrez en la que se esconde un secreto.

- La máquina de ajedrez de Robert Lorh, donde en el siglo XVIII una prodigiosa máquina automática era capaz de ganar a los más prestigiosos jugadores de ajedrez.

- Los crímenes del ajedrez de David J. Skinner, donde un asesino en serie deja una pieza de ajedrez junto a las víctimas (y la pareja de dicha pieza en el interior de su garganta)

A diferencia de las citadas novelas en las que el ajedrez es casi un tema de fondo, en El peón envenenado, es una parte fundamental de la trama, porque al margen de mostrarnos como es el mundillo del ajedrez, de un modo muy especial el de la alta competición que es en el que se ve inmerso el protagonista de la novela, toda la trama se desarrolla alrededor de una partida de ajedrez en el que cada jugador hace una jugada a la semana y es respondido a la siguiente por su rival. Jugadas que tendrán consecuencias en la vida real.

Una partida que no afectará al seguimiento de la novela para aquellos que no sepan jugar al ajedrez, pero que seguro que disfrutarán todos aquellos que sí sepan jugar. Además, para facilitar el seguimiento de dicha partida, a lo largo de la novela podemos ver diagramas de la misma, semejantes al que os muestro en la imagen.

Un libro que sin duda bebe del amor que Ricardo Alía tiene a este deporte (como tal se le considera) y que practicó en su juventud. Un juego que es mucho más que un juego:

«El ajedrez es el arte hecho ciencia. Ya lo dijo Unamuno en una crítica: “el ajedrez tiene casi todos los inconvenientes de las matemáticas”». (Página 233)

Un título significativo, porque hace referencia a una jugada del ajedrez en el que la captura de un peón es una trampa envenenada. La pieza de menor valor, pero de un alto valor estratégico:

«Los peones. En palabras de Philidor: “Son el alma del ajedrez”. Solo se pueden mover hacia delante, nunca retroceden». (Página 121)

Pero El peón envenenado es mucho más que ajedrez. Es una mezcla de thriller y de novela negra con una compleja estructura, porque la acción transcurre en tres planos temporales distintos:

-1937: Se nos narra brevemente la lucha en el frente Norte, incluyendo el bombardeo de Guernica. Conoceremos la historia de Ander Sukalde, un niño que fue exiliado junto con otros muchos para huir de la guerra en dirección a Inglaterra.

-1975: Conoceremos la infancia de Arturo en un pequeño pueblo de Extremadura.

-2003: Arturo, convertido en un ajedrecista profesional ha de enfrentarse en una partida a un asesino en serie.

Una compleja trama en la que al final todos los hilos del pasado confluyen en un logrado final.

OPINIÓN PERSONAL

He disfrutado con esta novela y con la partida de ajedrez que en ella se propone. Una partida que me decía el autor está basada en una que él jugó hace años y que le sirvió para construir la trama.

Es un buen thriller, con mucho ritmo y en el que la partida está muy bien integrada en la trama pero que no será obstáculo para los que no saben jugar al ajedrez, porque simplemente pasarán de los diagramas (que por cierto ayudan mucho para seguir la partida sin necesidad de montar el tablero de ajedrez)

Desde luego es muy original la propuesta que hace Ricardo Alía, de un modo muy especial para aquellos lectores aficionados al ajedrez que podrán así unir sus dos pasiones.

Aunque de poco valdría esa trama si no se apoyase en unos personajes, con una personalidad por otra parte compleja, como es el caso de Arturo Muñoz el protagonista, marcado por unos hechos sucedidos en su infancia que solo conoceremos al final de la novela.

Espero que la disfrutéis tanto como yo.

VALORACIÓN: 8/10

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