Muerte contrarreloj
Joge Zepeda Patterson
FICHA TÉCNICA
Título: Muerte contrarreloj
Autor: Jorge Zepeda Patterson
Editorial;
Destino, 2018
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas; 367
JORGE ZEPEDA PATTERSON
Jorge Zepeda Patterson, economista y sociólogo, hizo
maestría en la Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y
estudios de doctorado en Ciencia Política en la Sorbona de París. Fundó y
dirigió la revista Día Siete y es analista en radio,
televisión y prensa escrita.
Todos los
jueves El País publica
en la edición para América su columna “Pensándolo bien”. Fue director
fundador de los diarios Siglo 21 y Público y director de El Universal. En
1999 obtuvo el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia.
Dirige el diario Sinembargo.mx.
Autor y coautor
de media docena de libros de análisis, entre otros: Los amos de México (Planeta,
2007) y Los suspirantes (Planeta, 2012).
Los corruptores (Destino,
2013), el primer volumen de la serie conocida como Los Azules, fue la
novela con la que alcanzó el éxito en nuestro país y resultó finalista del
premio Dashiell Hammett. Con el segundo volumen, Milena o el fémur más bello del mundo, ganó el
Premio Planeta en 2014. Los usurpadores es el
tercer volumen que ahora publicamos.
En este blog
puedes encontrar las reseñas de sus siguientes libros:
ARGUMENTO de MUERTE CONTRARRELOJ
Durante la
disputa del Tour de Francia, la más importante y prestigiosa carrera por etapas
del mundo, comienzan a producirse una serie de sospechosos incidentes que
terminan con el supuesto suicidio de un ciclista. Un suicidio que no es tal,
pues se trata en realidad de un asesinato. Para intentar esclarecer los hechos
la policía solicita la ayuda de Marc Moreau, el escudero fiel de Steve Panata,
el americano que ha ganado cuatro veces el Tour y se dispone a hacerlo una
quinta con la ayuda del que es reconocido como el mejor gregario del mundo.
Siempre eso sí, que no frene sus planes el asesino que parece estar suelto
entre el pelotón.
MUERTE CONTRARRELOJ
A pesar de ser
el deporte uno de los pilares de nuestra sociedad de consumo, basta si no con
ver el número de minutos que le conceden en los noticiarios, no son tantos las
novelas que lo utilizan para utilizarlo como parte fundamental de su argumento.
Si eso ocurre con el fútbol, el deporte por excelencia en nuestro país, por lo
menos en cuanto a seguimiento mediático, imaginad lo que ocurre con otros
deportes minoritarios como puede ser el caso del ciclismo.
De ahí que sea
tan sorprendente una novela cuyo argumento gire en torno al Tour de Francia y
de todos aquellos que forman parte de él. De hecho los capítulos corresponden a
cada una de las veintiuna etapas que constituyen esta gran prueba (a excepción
del prólogo y un primer capítulo que nos lleva al año 2006)
Lo cierto es que
el ciclismo es un deporte en el que la épica está presente en torno a él, a su
desarrollo. Como nos dice el autor por boca de uno de sus personajes, no es un
juego:
«El ciclismo no es un juego: se dice “Vamos a jugar al fútbol, básquet o tenis”, nadie dice “Vamos a jugar al ciclismo” porque al ciclismo no se juega, en el ciclismo se pelea, en el ciclismo se combate. Que nos describan como un pelotón no es casual porque somos un grupo que va a la guerra, salvo que es la guerra entre nosotros mismos». (Página 59)
Para narrarnos
este mundillo, se sirve de la historia de dos profesionales: Marc Moureau de
padre francés y madre colombiana y Steve Panata, un americano hijo de una rica
familia.
Para Marc, el
ciclismo ha sido su tabla de salvación. Con un padre que lo abandonó y una
madre que toda su vida ha pasado de él, muy bien hubiera podido acabar formando
parte de una de esas bandas que pululan por las ciudades, si la necesidad de
llegar antes a la escuela no le hubiera hecho subirse a una bicicleta y
esforzarse por las cuestas para llegar cuanto antes a la escuela.
«Empujado por las circunstancias me convertí en lo que soy; terminé siendo ciclista -como otros acaban de oficinistas o vendedores- porque ese fue el tronco al que pude aferrarme cuando simplemente intentaba mantenerme a flote en medio de la corriente». (Página 15)
Sin embargo su
función no es la de ganar carreras. Ya desde muy joven se convirtió en el
ayudante de Steve, en el apoyo vital para que el pudiera llegar a ser el gran
campeón que es ahora. Porque para que un corredor pueda triunfar en una carrera
por etapas, necesita un equipo que lo cuide, que le ahorre esfuerzos, que tire
de él en los momentos más difíciles. Y esa ha sido la labor de Marc, convertido
en el mejor gregario del mundo:
«Este año, como todos los anteriores, mi tarea sencillamente consistía en no ganar: estaba aquí para hacer triunfar a Steve. Soy un gregario; eso si, el mejor del pelotón. Durante veintiún días tendría que protegerlo de los rivales, del viento cruzado, del hambre y la sed, de accidentes y tropiezos, y sobre todo de la alta montaña, donde sus enemigos podrían hacerlo trizas». (Página 29)
Un deporte en el
que el sufrimiento, el tratar de superar permanentemente el dolor y la
capacidad de ir más allá son casi su razón de ser.
«Allí construí la verdadera sustancia de la que está hecho un ciclista profesional: la capacidad para infligirse dolor, llevarse al límite y continuar». (Página 19)
Tiene pues el
ciclismo todos los ingredientes para hacer de él una gran novela sobre el dolor,
el sufrimiento y los límites de aguante del ser humano. Pero a ello hay que
añadir el que es el pilar fundamental de esta novela: el valor de la amistad y la lealtad.
El destino
parece haber predestinado a Marc a ser el segundo. Bueno, en realidad ni eso,
porque los esfuerzos que tiene que realizar para llevar a su líder lo más cerca
de la meta, determina que al final pueda perder por agotamiento una minutada en
la meta.
Algo que cuando
lo ves por la televisión te parece lo más normal, porque lo importante es el
equipo y el triunfo de su líder, pero sobre lo que te hace reflexionar y mucho
esta novela.
Porque ¿qué
ocurriría si en lugar de desfondarse para el triunfo de otro, trabajase para sí
mismo? ¿Qué pasaría si Marc se rebelase e intentase la victoria? Porque lo que
muchos piensan es que su evolución le ha llevado a ser mucho más completo que
su jefe de filas (más jerga militar como veis)
Como veis, la
novela tiene un trasfondo muy interesante. Pero además, hay que sumarle no solo
la intriga para saber quién será al final el ganador del Tour, sino por
averiguar quién es el que está detrás de los atentados y asesinatos en la
prueba. Porque el abanico de sospechosos y posibles culpables es muy amplio y
hasta las últimas páginas no sabremos la respuesta.
OPINIÓN PERSONAL
Es cierto que
con los años mi interés por este deporte ha ido decayendo un tanto, tal vez
desilusionado por los continuos casos de dopaje y por la sospecha de que los
grandes ganadores han sido aquellos que, además de ser muy buenos, se han
adelantado a los demás en dopajes no descubiertos o buscados todavía.
De todos es
sabido que no hay nada mejor para echarse una buena siesta, mucho mejor que los
documentales de leones de la 2, que una etapa de ciclismo, sabiendo además que
en los últimos kilómetros los comentaristas levantarán el volumen de su voz
para que te despiertes y veas los diez últimos minutos de la etapa.
Pero con todo,
sigue siendo, a pesar de que los españoles lleven unos años de capa caída, un
deporte que llama la atención por su épica, por el esfuerzo titánico de los que
lo practican, por la posibilidad de un fatal accidente (aún conservo en la
retina el accidente de Beloki en el Tour en un descenso).
Una épica que
sin duda consigue transmitirnos y explicarnos en toda su grandeza Jorge Zepeda en Muerte contrarreloj. Ha conseguido
un thriller deportivo que va mucho más allá de la intriga propia de una novela
de suspense. Una novela que, aunque gire fundamentalmente en torno a los
personajes de Marc y Steve, cuenta con unos “gregarios” de auténtico lujo que
la convierten en un amplio muestrario de todos aquellos que intervienen en una
gran prueba como es el Tour.
Una novela que,
más allá de la intriga deportiva o detectivesca, nos llevaba hasta el interior
del alma humana, a esa lucha de la conciencia sobre qué es más importante, si
la lealtad y la amistad, o nuestros propios intereses. Porque evidentemente
esta novela es la visión de Jorge Zepeda sobre este tema. Según me acercaba al
final, imaginaba cómo hubieran desarrollado dicho final otros escritores y me
venía a la mente Pérez-Reverte, tal vez por aquello de los ciclistas convertidos
en soldados y el honor de los mismos, y veía como pueden hacerse muy diferentes
novelas con iguales mimbres de partida.
Me ha encantado
esta novela. Me ha tenido en suspense un par de días, que más no me ha durado,
pegado a sus páginas. Una novela que sin duda disfrutarán muchísimo los
aficionados al ciclismo, pero que estoy seguro que también conmoverá a los que
no tienen ni idea de en qué consiste este deporte. No te la pierdas.
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Tenía previsto leerla estas vacaciones pero mi ritmo de lectura ha sido tan bajo que no le ha llegado el turno. Besos.
ResponderEliminarHola Pedro!
ResponderEliminarNo me atrae demasiado esta vez, puede ser que el tema me repela bastante, estoy super saturada de bicis y ciclistas -bueno, de uno en concreto, marido, que no hace otra cosa que pensar en bicis- jajajaja.
Besotes.
La temática no me llama nada de nada U.U
ResponderEliminarY casi lo agradezco xD que no hago más que fichar libros!!
Besotes
Pues aunque te parezca mentira, a mi que me encanta montar en bici, no me gusta el ciclismo como deporte. Mi bici y yo somos urbanas y la uso como medio de locomoción pero el deporte como tal no me gusta nada más allá de ver los paisajes por donde pasan, jaja. Me gustó mucho este autor en Milena o el fémur más bello del mundo, pero no sé si me gustaría esta novela precisamente por lo del deporte. De todas formas, si cayera en mis manos la leería.
ResponderEliminarBs.