El invierno del mundo
Ken Follet
FICHA
TÉCNICA
Título: El
invierno del mundo
Autor: Ken
Follet
Editorial: Plaza
& Janes, 2014
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas: 960
PVP: 24,90 €
KEN FOLLET
Esta es la
biografía que nos proporciona la editorial del autor:
Ken Follett nació
en Cardiff (Gales), pero cuando tenía diez años su familia se trasladó a
Londres. Se licenció en filosofía en la Universidad de Londres y posteriormente
trabajó como reportero del South Wales
Echo, el periódico de su ciudad natal. Más tarde consiguió trabajo en el Evening Newsde la capital inglesa y durante
esta época publicó, sin mucho éxito, su primera novela. Dejó el periodismo para
incorporarse a una editorial pequeña, Everest
Books, y mientras tanto continuó escribiendo. Fue su undécima novela la que
se convirtió en su primer gran éxito literario.
Ken Follett es uno de los autores más queridos y admirados por
los lectores en el mundo entero y la venta total de sus libros supera los
ciento cincuenta millones de ejemplares.
Está casado con Barbara Follett, activista política que fue
representante parlamentaria del Partido Laborista durante trece años. Viven en
Stevenage, al norte de Londres. Para relajarse, asiste al teatro y toca la
guitarra con una banda llamada Damn
Right I Got the Blues.
En 2010 fue galardonado con el Premio Qué Leer de los lectores
por La caída de
los gigantes.
Entre su prolífica obra cabe destacar: Los
pilares de la Tierra, Noche sobre las aguas, Una fortuna peligrosa, Un lugar
llamado libertad, El tercer gemelo, En la boca del dragón, Doble juego, Un
mundo sin fin, La caída de los gigantes, El invierno del mundo y El
umbral de la eternidad.
En lucha contra el
totalitarismo
ARGUMENTO de EL INVIERNO DEL MUNDO
Este es el
argumento que propone la editorial:
En el año 1933, Berlín es un foco de
agitación política y social. Lady Maud, ahora la esposa de Walter von Ulrich y
madre de dos hijos, publica artículos en una revista semanal que ridiculizan al
partido nazi mientras su marido manifiesta su oposición en el gobierno. Sin
embargo, parece que nada podrá frenar el poder ascendente del canciller Adolf
Hitler. Cuando Maud recibe la visita de Ethel Williams y su hijo Lloyd, todos
serán testigos de la tiranía y la represión de la nueva Alemania.
El reino del Tercer Reich se extenderá hasta Francia y más allá de la frontera rusa. Mientras, en Inglaterra, Lloyd Williams, activista político como su madre, luchará en el ejército británico para intentar frenar dicho avance, antes de alistarse en las brigadas internacionales de la guerra civil española, donde participará en la ofensiva de Zaragoza y la batalla de Belchite.
Ty Gwyn, la mansión familiar de los Fitzherbert en País de Gales, se convertirá en acantonamiento para oficiales, y durante su estancia, Lloyd se sentirá atraído por la mujer de Boy Fitzherbert, la rica heredera americana Daisy Peshkov.
En esta magnífica novela épica, Ken Follett transportará al lector a través de una Europa en ruinas, quebrada de nuevo por las guerras y los conflictos ideológicos. Los hijos de las cinco familias, protagonistas de La caída de los gigantes, forjarán su destino en los años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra civil española, el bombardeo de Pearl Harbor y la era de las bombas atómicas americanas y soviéticas.
EL INVIERNO DEL MUNDO
Uno de los
libros más vendidos del año 2014 en que salió a la venta, fue sin duda El invierno del
mundo de Ken Follet. Aunque el más
vendido no es lo mismo que el más leído, porque no es un libro apto para
lectores poco avezados, por lo que tengo la impresión de que en realidad
está decorando la estantería de muchas bibliotecas.
El invierno del mundo es tras La caída de los gigantes la segunda entrega de la trilogía The Century, en la que Ken Follet a través de varias sagas familiares intenta mostrarnos los principales
sucesos del siglo XX, con la Primera Guerra Mundial como eje principal en la
primera entrega y la Segunda Guerra Mundial en la segunda.
¡El libro más esperado!, una frase recurrente en toda la publicidad que se ha hecho de El invierno del mundo. No creo que sea para tanto, porque por lo menos en mi caso, aunque me gustó mucho La caída de los gigantes, la historia de sus personajes en realidad queda cerrada. No es como en otras trilogías que todo queda por resolver hasta la última entrega. Aquí eso no es posible porque se trata de una historia de cien años, por lo que más o menos cada entrega es la historia de una generación.
¡El libro más esperado!, una frase recurrente en toda la publicidad que se ha hecho de El invierno del mundo. No creo que sea para tanto, porque por lo menos en mi caso, aunque me gustó mucho La caída de los gigantes, la historia de sus personajes en realidad queda cerrada. No es como en otras trilogías que todo queda por resolver hasta la última entrega. Aquí eso no es posible porque se trata de una historia de cien años, por lo que más o menos cada entrega es la historia de una generación.
Mi gran duda era
si dada mi memoria de pez y que había transcurrido bastante tiempo desde la
lectura de la primera entrega, sería capaz de no perderme en esta segunda
entrega. La verdad es que ni siquiera me ha hecho falta consultar la guía de
personajes que viene al principio de la novela. Y eso se debe a que los protagonistas de la primera entrega, tienen en esta segunda un papel
totalmente secundario, por lo que basta con pequeños
recordatorios que la propia acción va dando al lector, para que éste no se
pierda.
Viene a
confirmar lo que de antemano sospechaba, que El invierno del mundo es una novela
totalmente nueva que parte de la siguiente generación. Una ventaja para el lector olvidadizo que pudiera perderse en la nueva,
si bien es una pena que el autor haya dado un carpetazo tan drástico a algunos
personajes de la primera entrega.
La Segunda Guerra Mundial centra el argumento de esta novela, comenzando
por los prolegómenos de la misma, con el ascenso que ya se venía venir de
Hitler al poder en Alemania, hasta el inevitable enfrentamiento bélico y la
derrota posterior del nazismo.
Son tantos los acontecimientos que sucedieron en este periodo y tantos los escenarios y los frentes abiertos al tratarse de varias generaciones y localizaciones, que el autor tiene que elegir entre unos sucesos y otros, porque si no su novela no se iría como ha hecho a las mil páginas, sino que ni con tres mil tendría suficiente.
Lo que no deja de resultar curioso, son los hechos que Ken Follet ha elegido para mostrarnos o los que ha omitido. No dejan de ser fotos sueltas de un álbum incompleto por lo que más vale que el lector tenga en su memoria información adicional o la visión del conjunto de la Segunda Guerra Mundial será imposible.
Son tantos los acontecimientos que sucedieron en este periodo y tantos los escenarios y los frentes abiertos al tratarse de varias generaciones y localizaciones, que el autor tiene que elegir entre unos sucesos y otros, porque si no su novela no se iría como ha hecho a las mil páginas, sino que ni con tres mil tendría suficiente.
Lo que no deja de resultar curioso, son los hechos que Ken Follet ha elegido para mostrarnos o los que ha omitido. No dejan de ser fotos sueltas de un álbum incompleto por lo que más vale que el lector tenga en su memoria información adicional o la visión del conjunto de la Segunda Guerra Mundial será imposible.
Son muy
interesantes algunos de los episodios que nos narra, o al menos lo han sido
para mí porque eran aspectos de la historia que no conocía, como el modo en que
llegó al poder Hitler y la subsiguiente eliminación de adversarios hasta
convertir el parlamento en una pantomima, la importancia que el fascismo tenía
en Inglaterra (casi fue un milagro que no triunfara) o el por qué de la
victoria de Estados Unidos en la batalla naval de Midway a pesar de la
manifiesta superioridad numérica de los japoneses.
Hay episodios cuya ausencia me resulta muy llamativa como la retirada de las tropas inglesas en Dunkerke, la ausencia de Italia (podría llegar a pensarse que no participó en esta guerra), los sucesos del Norte de África (con lo entretenidos que resultaron y ni una palabra sobre ellos) o incluso el exterminio judío sobre el que se pasa de puntillas.
Hay episodios cuya ausencia me resulta muy llamativa como la retirada de las tropas inglesas en Dunkerke, la ausencia de Italia (podría llegar a pensarse que no participó en esta guerra), los sucesos del Norte de África (con lo entretenidos que resultaron y ni una palabra sobre ellos) o incluso el exterminio judío sobre el que se pasa de puntillas.
Tal vez como
preparación a la tercera entrega, buena parte de esta novela se centra en los
servicios de espionaje, algo que si bien es incipiente en ésta época, es el
germen de lo que sería una auténtica guerra ”caliente” entre las agencias de
espionajes durante la “guerra fría” de la que ya se nos comienza a hablar en
esta novela.
De todos modos, me ha generado muchas dudas el tratamiento que de los
acontecimientos hace Ken Follet, pues están revestidos de un
anticomunismo visceral. La visión de la Guerra Civil española es tan pueril
que me hace sospechar si no ocurrirá igual con el resto del libro.
Es cierto que por una parte hace una positiva alusión a la labor de España,
la primera en oponerse al fascismo:
«Hasta ahora los fascistas se han salido con la suya en todas partes. En Renania y Abisinia simplemente hicieron acto de presencia y cogieron lo que les dio la gana. Gracias tenemos que darle a Dios de los españoles, vaya. Han tenido suficientes agallas para oponerse»
Pero luego
tiene una curiosa manera de llamar a uno de los bandos oponentes: Los rebeldes antidemócratas. Y no menos curiosa la
justificación que da para no llamar fascista (por más que antes hablara de la
lucha contra los fascistas en España) al gobierno de Franco:
«Yo os lo explicaré -terció Joanne-. La diferencia radica en la visión del futuro. Los verdaderos fascistas quieren aniquilar a todos sus enemigos y luego crear una sociedad radicalmente nueva. Los japoneses hacen todo eso en defensa de los grupos de poder tradicionales, la clase militar y el emperador. Por el mismo motivo, España no es fascista en realidad: Franco asesina a gente en beneficio de la Iglesia católica y la vieja aristocracia, pero no para crear un mundo nuevo.»
Menos de recibo me parece aún su análisis de la derrota de las tropas
republicanas, que atribuye a la mala actuación de los comunistas, preocupados
únicamente de purgar una y otra vez a todo elemento considerado sedicioso y con
unas tácticas militares obsoletas y dictadas desde Moscú. Una visión demasiado
simplista y partidista, englobada dentro del anticomunismo visceral que recorre
todo el libro.
Porque El invierno del mundo lo que finalmente plantea es una lucha contra el totalitarismo, comenzando primero con el fascismo y siguiendo luego con el comunismo, que sin duda será el caballo de batalla de la tercera y última entrega.
IMPRESIÓN
PERSONAL
La gran dificultad que entraña tanto la lectura como la reseña de El invierno del mundo, estriba en su inmensidad. Inmensidad en su extensión, con casi mil
páginas de letra densa y pequeña. Inmensidad en el ingente número de personajes
principales y secundarios que desfilan por sus páginas. Inmenso es también el
número de escenarios en los que transcurre la novela, con localizaciones en
Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, Alemania, Rusia, Hawai, etc.
Inmenso su argumento y los hechos que se nos narran en la novela,
imposibles de resumir en unas líneas.
De esta inmensidad derivan sus mayores aciertos y al mismo tiempo sus
mayores defectos, comenzando por el peso del libro que hace más que aconsejable
su lectura en ebook (que no es barato precisamente), por lo incómodo que
resulta intentar leerlo y cargarlo en el transporte público, o simplemente
intentar leerlo en la cama.
son tantas las líneas argumentales que están abiertas a la vez en
escenarios distintos, que los cambios y pérdidas de ritmo son
inevitables, con momentos en los que era incapaz de dejar la lectura, junto
a otros en los que sentía el peso del libro, todo lo que me quedaba por delante
y la dificultad en volver a arrancar la lectura tras alguno de los parones en
la acción (y hay unos cuantos) que me encontraba por el camino.
Trilogía The Century |
A pesar de eso, a pesar de los bajones del ritmo, a pesar de su rabioso anticomunismo, a pesar del maniqueismo de sus personajes (buenos muy buenos, malos muy malos), Ken Follet es un experto narrador que se las ingenia para atrapar al lector hasta la última de sus palabras, que consigue que como si de un encantador de serpientes se tratase, te olvides de sus defectos y sigas con la lectura hasta el punto final.
Por eso, y pese a que no es una novela que se acerque a la perfección y a
que esté en un nivel de calidad inferior a La caída de los gigantes, su lectura es recomendable. Siempre que
tengas suficiente tiempo, claro.
Debido a su extensión y el volumen de trabajo que tenía, me resultó muy pesada de leer y me costó bastante más tiempo de lo habitual, puesto que sus novelas anteriores las he leído casi sin darme cuenta, tal vez me equivoqué en el momento de su lectura, pienso; no es mala pero me esperaba algo mejor 🙄
ResponderEliminarBesos.
Totalmente de acuerdo. No es el punto fuerte de Follet los personajes, y aquí se nota aún más. Y pese a eso, resulta entretenida de leer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Le tengo muchas ganas a esta trilogía. Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin los tengo en un pedestal, pues guardo muy buen recuerdo de los dos. Me inquieta un poco esos peros que le pusiste, pero bueno, aun así me llama mucho la atención. Será cuestión de armarse de paciencia y buscar un hueco para leerlos, pues no son novelitas ligeras precisamente.
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Hola! Yo leí el primer libro y se acabó. Follett ya ha hecho una plantilla y todos los libros son iguales. En este, me hastió la manera de meter a machamartillo en los hechos históricos a sus personajes. Poco creíble a mi parecer. Estoy contigo en lo q comentas de los personajes, y es q ya este hombre sabe que ha llegado a ese punto q tu nombre es una marca y vendes. Lo mismo q mi adorado Stephen King, da pena un autor capaz de escribir Carrie o Cementerio de animales y compararla con su producción posterior... Saludos
ResponderEliminar