Tantos lobos
Lorenzo Silva
FICHA TÉCNICA
Título: Tantos Lobos
Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 186
LORENZO SILVA
De él nos cuenta la editorial:
Lorenzo Silva (Madrid,
1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del
bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre
sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El
ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta
blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces, Música para
feos y la Trilogía de Getafe. En 2006 publicó junto a Luis
Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la
intervención de las tropas españolas en Irak y en 2010 Sereno en el
peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba
de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los
investigadores Bevilacqua y Chamorro, iniciada con El lejano país
de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y a la que siguieron El
alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la
doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo, La
estrategia del agua, La marca del meridiano (Premio Planeta
2012) y Los cuerpos extraños.
De él
puedes encontrar en el blog reseñas de los siguientes libros:
Os
dejo la entrevista a Lorenzo silva a propósito de la publicación de Tantos
lobos, en la que nos habla del presente y futuro de sus personajes y del por
qué de este libro:
Una colección de
Lobos y Caperucitas
ARGUMENTOS
547 amigos
Una joven aparece muerta a los pies de
un acantilado. Comienza la investigación en su entorno de amigos.
Antes de los dieciséis
En un área de descanso de la autopista
de Madrid a Segovia, aparece el cadáver de una adolescente. ¿Quién pudo
llevarla hasta allí y asesinarla?
Cuatro novios
Al aparecer el cadáver de una joven,
todas las sospechas llevan hasta su novio, que además parece que la maltrataba.
La hija única
En una isla de la costa almeriense,
aparece el cadáver de una niña, que es la hija única de una mujer que ha
quedado destrozada por el dolor.
TANTOS LOBOS
Esta es la décima entrega de la serie
Bevilacqua
-El lejano país de los
estanques (1998). Premio El Ojo Crítico 1998.
-El alquimista impaciente (2000). Premio Nadal.
-El alquimista impaciente (2000). Premio Nadal.
-Tantos lobos (2017)
El autor se la ha planteado en cierto
modo como una secuela de aquel otro libro de relatos que publicó en 2004, el de
Nadie vale
más que otro.
En este caso, los cuatro relatos tienen una característica común: los muertos
son mujeres muy jóvenes, niñas o poco más que adolescentes, pequeñas Caperucitas que han de sobrevivir frente a lobos
muy variados en el bosque. Un bosque que en buena parte de los casos es el
mismo: Internet con el peligro de sus redes sociales.
«-No lo puedo evitar. Me pasa cada vez que nos ponen en las manos una Caperucita muerta. De cinco, de diez o de dieciocho años, la edad es lo de menos. ¿Quién lo hiso, por qué y para qué? Ya no quiero ni imaginarlo; en el fondo, si lo piensas, es perder el tiempo. Hay tantos lobos hambrientos en el bosque, con tanta hambre de tantas mierdas, y a la hora de la verdad somos tan pocos para ponérselo difícil…» (Página 154)
Los dos primeros, fueron publicados en
un pequeño libro que venía de regalo junto a Los cuerpos extraños y son de 2010
y 2013, mientras que los dos últimos han sido escritos este mismo verano para
rematar aquella idea pendiente.
Nos aguarda un pequeño viaje por la geografía
española, desde Oviedo, hasta Segovia (bien es verdad que sólo hasta el área de
descanso de la autopista que la une con Madrid), Badajoz y Almería.
Unos relatos que tienen en común el
importante papel que para la investigación juegan las redes sociales, algo en
lo que Bevilacqua ya está un poco anticuado. Pero para algo son un equipo:
«-No, Virgi, dádmelo todo mascado. Ya sabes que me da mucha pereza. Otra cosa que añoro cada día más, son los tiempos en que una persona era poco más que sus llamadas telefónicas y sus papeles, si los tenía. Cuando no había que fisgar en sus trescientos canales de comunicación con el mundo para decir siempre lo mismo, casi nada de interés». (Página 65)
Y es que los tiempos van cambiando de un
modo tan rápido que parece que las investigaciones a la antigua usanza tocan ya
a su fin.
«Me rendí a la evidencia. Mis días como investigador estaban tan contados como los de la raza humana como especie única y presuntamente inteligente, La humanidad estaba a punto de desdoblarse en dos: la fracción mayoritaria, unos primates idiotas que vivirían sólo para enriquecer a otros; y una minoría hiperconsciente e hiperinformada que manipularía a placer al resto. Me pregunté si estaba aún a tiempo de unirme a los superhumanos. Tuve mis dudas». (Página 114)
Algo que me ha llamado la atención en
los dos últimos relatos, es el papel que empieza a jugar Arnau, cada vez con
mayor protagonismo, hasta el punto de que me pregunto si Lorenzo Silva no está
preparándole el camino para empresas de mayor calibre cuando, ley de vida, Bevilacqua
tenga que jubilarse, algo para lo que ya no le queda mucho tiempo (ver al
respecto lo que el autor nos cuenta en la entrevista para mi canal de
Youtube)
«Lo vi hacerse de pronto mayor ante mis ojos, lo que no dejaba de conmoverme: a aquel muchacho lo había criado a mis pechos, desde que un día me lo entregaran, atontado perdido y con demasiadas ganas de agradar, como becario a prueba en la unidad a la que pertenecíamos, y a la que ya antes de haber superado la oposición para ingresar en el Cuerpo aspiraba a incorporarse». (Página 129)
Como no, no pueden faltar chispazos
irónicos en el que el autor nos retrata la sociedad actual. Sirva como ejemplo
el siguiente, en el que de una misma tacada nos muestra la situación de
nuestras costas, el turismo que tenemos y el islamismo, todo de una tacada:
«Después de años de escasez y malos números, la única gran locomotora del país, el cordón casi continuo de chiringuitos, bares y garitos que alicataba la costa de punta a punta, con su oferta ilimitada de sol y alcohol barato para norteños melancólicos y sus plazas hoteleras asociadas, volvía a funcionar a pleno rendimiento. Incluso pulverizaba récords, tracias a que la competencia, la orilla meridional del Mediterráneo, estaba enfrascada en un proceso de autodestrucción con creciente protagonismo de unos tipos barbudos que prohibían emborracharse». Página 153)
IMPRESIÓN
PERSONAL
He disfrutado con estos relatos. Su propio
carácter de relatos hace que tengan que ser rápidos. No puede el autor
desarrollar tramas complejas ni profundizar en exceso en los personajes que en
ellos aparecen. Algo que en parte es menos difícil porque la parte de los
investigadores, de Bevilacqua y compañía, ya la tenemos bien conocida los
seguidores de la serie. Pero no hay que quitar por ello mérito a Lorenzo silva,
que en muy breve espacio, con pocas palabras consigue poner en situación al lector.
Probablemente además nos muestre algo
que debe ser muy real. No es tan fácil matar y salir impune. De ahí que los
cuatro casos que nos presenta en este libro, puedan resolverse con rapidez y
sin grandes alardes.
Unos relatos que por otra parte, nos
alertan de hasta que punto estamos creando una sociedad en que cada vez es más
peligroso el bosque para nuestras pequeñas Caperucitas.
Un libro muy recomendable para los seguidores
de la serie, que devoraréis en un abrir y cerrar de ojos.
VALORACIÓN: 8/10
Si quieres conocer más novedades editoriales 2017, pincha AQUÍ
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
Me gusta mucho el autor con su serie de Vila y Chamorro, fuera de ella no me acaba de entusiasmar...
ResponderEliminarBesotes
Sólo he leído el primero de la serie. A ver cuándo me animo a seguir, que me gustó mucho.
ResponderEliminarBesotes!!
Es que a mi Lorenzo Silva me tiene ganada desde antes de leer cualquiera de sus novelas, se que voy a ir sobre seguro y eso me da tranquilidad.
ResponderEliminarUn beso.
Participo en el sorteo, con ilusión, como siempre :)
ResponderEliminarMuy de acuerdo con tus impresiones, Pedro. Acabo de terminar la reseña y coincidimos hasta en la puntuación. Conocemos tan bien a los personajes que necesitamos pocos trazos para ubicarnos.
ResponderEliminarBesos