Latidos
Marck Thilliez
FICHA
TÉCNICA
Título: Latidos
Autor: Franck Thilliez
Traducción: Pablo Martín Sánchez
Editorial: Planeta. 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 621
Traducción: Pablo Martín Sánchez
Editorial: Planeta. 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 624
pvp: 9,95 €
pvp: 9,95 €
FRANCK THILLIEZ
Esto es lo que su en la contraportada
nos cuentan de él:
Franck Thilliez (Annecy, 1973) es
ingeniero de nuevas tecnologías, guionista y autor de varias novelas, entres la
que destacan la serie protagonizada por los policías Lucie Henebelle y Frnack
Sharko y formada por El síndrome E, Gataca, Atomka, Latidos y Pandemia.
Ganador de varios premios y aclamado por
la crítica, Latidos fue el thriller francés más vendido del año y obtuvo el
premio Étoiles du Parisien-Aujourd’hui a la mejor novela negra.
ARGUMENTO de
LATIDOS
Camille Thibault es una policía que
trabaja en el norte de Francia. Está sufriendo unas horribles pesadillas. Lo
asocia al hecho de que recibió un trasplante de corazón que ahora está
rechazando. Atribuye esas pesadillas al corazón recibido por lo que encontrar
al donante del mismo se convierte para ella en una obsesión, de ahí que empiece
una investigación por su cuenta y riesgo que la llevará a cruzarse con la
investigación que el grupo de Sharko está realizando por otra parte intentando
averiguar quién es el culpable de un horrible crimen.
Porque una tormenta hace que un viejo
árbol se derrumbe y deje al descubierto una cueva de la que aparece una joven
que lleva ya mucho tiempo allí encerrada. Ha sobrevivido a una terrible
experiencia, algo que no pueden decir otras doce jóvenes que han muerto en
semejantes circunstancias.
En la cueva en la que aparece, hay
esculpido en la piedra el siguiente mensaje:
SOMOS AQUELLOS
QUE VOSOTROS NO VEIS,
PORQUE SOIS
INCAPACES DE VER.
LOS QUE TOMAMOS
SIN DAR.
LA VIDA, LA
MUERTE.
SIN PIEDAD
LATIDOS
Latidos es la cuarta entrega, o la sexta
en función de si consideramos la serie con Franck Sharko solo o junto a su
compañera Lucie Henebelle. La serie completa de Franck
Sharko
está compuesta por las siguientes novelas:
-Luna de miel.
-Latidos.
-Pandemia.
En realidad, las dos primeras tienen
exclusivamente como protagonista a Franck Sarko y es a partid de la tercera
cuando aparece Lucie Henebelle, con lo que la foto de las aparecidas hasta esta
reseña quedaría así:
Al final de la reseña, tras la impresión personal, hay un capítulo
dedicado a los dos protagonistas de esta serie: Franck Sharko y Lucie
Henebelle, que recoge su trayectoria desde el momento en que se encontraron en
la primera novela.
Tras un largo tiempo sin publicarse un
nuevo libro de la serie en España, los seguidores de la misma recibimos con
alegría la publicación de Latidos. Una novela en la que la pareja de
protagonistas, aún siendo importante, cede parte de su estrellato al resto del
equipo, sobre todo con la incorporación de un nuevo personaje: Camille, una
mujer en la que Sharko ve un reflejo de su propia esposa, Lucie. Una mujer
cabezona que vuando se fija un objetivo nada hay capaz de detenerla.
Sin duda, los mejores momentos de esta
novela se deben a su presencia.
Portada original |
No, me refiero a una nueva batalla que
va a dirimirse entre Sharko y su gente y el Mal, así, con mayúsculas:
«La idea era muy interesante. Una serie de gente con el objetivo de propagar el Mal. Pero el Mal verdadero, con M mayúscula. Matar, corromper, considerar a la raza humana por lo que es en realidad: una manada de bestias que merecen ser liquidadas como una piara de vulgares cerdos». (Página 250)
El Mal que viene de la mano de una serie
de individuos desconocidos, pero muy reales, cuyo signo identificativo son tres
círculos concéntricos.
Latidos será la primera batalla contra ellos,
pero ya os anticipo que, aunque el caso que en esta novela nos ocupa queda
cerrado, la batalla no ha hecho más que empezar y en Pandemia, la siguiente
novela que acaba de ser publicada en España, dicha lucha continuará de un modo
más encarnizado.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Latidos, pese a no haberme defraudado, no es la
mejor novela de la serie hasta el momento. Puedo anticiparos, pese a que no he
terminado de leerla, que la siguiente entrega (Pandemia), recupera la fuerza de las
anteriores, tal vez porque hay una temática con mucha fuerza en la misma, algo
que tenían las tres primeras y que recupera la quinta:
-¿Es la maldad contagiosa? (El síndrome
E)
-La genética (Gattaca)
-El poder destructivo del átomo (Atomka)
Con todo, se mantiene en Latidos la fuerza del mal presente en las anteriores Por eso tiene
tanta fuerza la serie, auténtica novela negra. Quizás sea una novela puente entre las tres anteriores y las
que vienen detrás, pero pese a eso, sin duda merece la pena leerla para los
aficionados al género negro.
FRANCK
SHARKO Y LUCIE HENEBELLE
Franck Thillliez ha creado una pareja de protagonistas muy originales, algo
imprescindible para una serie de novela negra.
Por una parte Franck Sharko, conocido por todos como Shark (tiburón). No he conocido en todas mis lecturas de novela negra un personaje tan peculiar como éste. Apoyado por un jefe que le hace volver al trabajo, la personalidad de Shark es única. ¿Cuantos inspectores esquizofrénicos conocéis? Porque aquí vais a encontrar uno, al que ni siquiera la medicación consigue frenarle sus alucinaciones que se concretan en la figura de una niña Eugénie, con la que no sólo habla sino que le obliga a comprar castañas confitadas o salsa de cóctel:
«Armado de su licenciatura en psicocriminología y de la experiencia de veinte años sobre el terreno, Sharko, policía esquizofrénico paranóico, había llevado a cabo otro tipo de investigación sin pisar la calle.» (El síndrome E; página 309)
No es Shark un “héroe” corriente. No es
la personificación del bien. En un momento dado no tiene ningún problema en
convertirse en ejecutor, en tomarse la justicia por la mano.
«Con las mandíbulas apretadas provisto de una navaja, grabó en la corteza un palo vertical junto a los otros siete. Ocho cabrones que ya no le harían daño a nadie.» (El síndrome E; página 308)
¿Héroe o superviviente?
«Levallois lo consideraba un superviviente nato, uno de esos héroes caídos a los que solo cabe admirar o detestar. De momento el joven teniente aún no sabía por qué decantarse. Solo tenía una certeza: Sharko había sido un buen investigador.» (Gataca; página 37)
En Gataca, intentando
exorcizar sus demonios personales, aquellos que creía estar enterrando pero que
tras los hechos acontecidos al final de El síndrome E han
vuelto a la carga, Sharko decide sumergirse de nuevo en la sordidez de la
investigación en la calle
«Tras solicitar ser destinado a un grupo de la criminal, ya no tenía de comisario más que el mote con el que algunos se dirigían a el: “¿Qué tal, comisario?”» (Gataca; página 29)
Un policía que gracias a su constancia
(¿o habría que llamarlo cabezonería) consigue sacar adelante los casos en los
que interviene:
«Eres el poli más tarado y el mejor que conozco. Jamás has soldado presa y menos un caso que acabas de empezar.» (Atomka; página 74)
Podemos ver la evolución que tiene en
Latidos, donde vuelve su lado más humano. Es lo que tiene el ser padre.
«Era capaz de resolver los casos más complicados y al mismo tiempo bloquearse ante un pañal, preguntándose durante varios minutos de qué lado tenía que ponerlo. Era evidente que los fabricantes de pañales no pensaban en los tíos de cincuenta tacos, con los dedos gordos como puros, que echaban una mano en casa«. (Latidos. Página 27)
Algo de lo que se alegran los que están
alrededor de él:
«A pesar de las molestias la mayoría de los vecinos se alegraban por Sharko. Unos a otros se decían que el policía solitario, golpeado por la vida, había encontrado por fin su parcela de felicidad junto a “la poli del norte”». (Latidos. Página 28)
Un hombre que es todo acción, incapaz de
estar encerrado entre las paredes de un despacho y dejar que las cosas sucedan
fuera sin poder intervenir en ellas:
«Hubo un tiempo en que Sharko habría podido ser jefe, un periodo en que dirigía a una treintena de hombres, pero aquellos tiempos habían quedado ya muy lejos. El excomisario había tomado libremente una decisión varios años atrás, y no le molestaba en absoluto volver a ocupar el cargo de teniente a las órdenes de alguien más joven. Lo que no podía soportar de ninguna de las maneras era pudrirse en un despacho gestionando casos». (Latidos Página 34)
Junto a él como contraste la figura de Lucie Henebelle, madre de dos hijas gemelas y escarmentada de las relaciones con los hombres. Una vida familiar difícil, pues la resolución de los casos hacen difícil el cuidado de sus gemelas.
«¿Cómo a una joven atractiva como usted le dio por perseguir a criminales? Probablemente sea una cuestión de escalofríos. A fin de cuentas, ambos tratamos de arreglar lo que no funciona.» (El síndrome E; página 83)
Pese a lo duro de su carácter, pese a su
férrea voluntad de seguir adelante, el tiempo no deja su huella en vano hasta
el punto de comenzar a replantearse si merece la pena la vida que está
llevando:
«Hubo un tiempo en el que podía afrontar cualquier cosa, un tiempo en el que la oscuridad de los casos criminales la excitaba más que cualquier cosa. Había dejado de lado incluso a sus propias hijas, su vida amorosa, sus deseos de mujer. Ahora todo era tan diferente...» (Página 76)
Tras su maternidad, el fuego interior
que la impele a buscar la verdad, hace que vuelva a las andadas, a su obsesión
por el trabajo, lo que la lleva a reincorporarse antes de acabar su baja maternal:
«Muy a su pesar, los malditos fantasmas habían vuelto, Unos fantasmas que la impulsaban a investigar, a estar continuamente al acecho. Corría el riesgo de herir a Sharko, de hacerse daño a sí misma, porque buscaba respuestas, pero no había respuestas para el Mal». (Página 185)
VALORACIÓN: 8/10
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Lo sé, lo sé, tengo que ponerme con ellos. Besos.
ResponderEliminarY sigo sin estrenarme con este autor...
ResponderEliminarBesotes!!
Yo ya tengo claro que en noviembre me pongo con Thilliez. Tengo tres novelas de él esperándome. Gracias por la reseña
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