jueves, 31 de agosto de 2017

VERANO EN ROJO (BERNA GONZÁLEZ HARBOUR)

Verano en rojo
Berna González Harbour



 
FICHA TÉCNICA

Título: Verano en rojo
Autor: Berna González Harbour
Editorial: RBA, 2012
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 339
PVP: 18,50 €









Editorial: RBA, 2017
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 336

PVP: 9,95 €









BERNA GONZÁLEZ HARBOUR


Esto es lo que la editorial nos cuenta de ella:

Berna González Harbour es escritora de novela negra, creadora de la comisaria Ruiz y está considerada una de las voces más actuales y representativas del género hoy en España
Con Verano en rojo (2012) y Margen de error (2014) dio vida a este personaje inolvidable cuya serie continúa con Las lágrimas de Claire Jones. También es autora de la novela Los ciervos llegan sin avisar (2015).
Es periodista, analista política y colaboradora cultual. Trabaja en la sección de opinión de El País, donde anteriormente ha sido editora de Babelia, subdirectora del diario y enviada especial a numerosos países en conflicto. Escribe en las secciones de cultura y opinión, y también en Babelia, y participa habitualmente en la tertulia de Hora 25 en la Cadena Ser.






Cuando España ganó el Mundial de fútbol


ARGUMENTO DE VERANO EN ROJO


Durante el verano de 2010, mientras toda España vibraba emocionada con la evolución del mundial de Fútbol en Sudáfrica, aquel que ganaría la “roja” gracias al gol de Iniesta, aparece un cadáver en el Parque Juan Carlos I de Madrid. Se trata de un adolescente que estaba sumergido en las aguas del lago.
Poco después, en la playa de Oyambre en Santander, el mar arroja el cadáver de otro adolescente. Ambos tienen una cosa en común, un pequeño y curioso tatuaje.

Es el comienzo de una historia de abusos perpetrados en silencio durante mucho tiempo y ocultos por la Iglesia.






VERANO EN ROJO


Verano en rojo es el primer caso de la comisaria María Ruiz, serie compuesta por los siguientes libros:
-Verano en rojo (2012)
-Margen de error (2014)



Un gran personaje esta comisaria Ruíz. Una mujer todo fuerza y coraje que accedió al cuerpo de policía tras años de ver lo peor de la misma, seres alcoholizados, dañados por la lucha en el País Vasco, o que llevaban demasiado tiempo tratando con traficantes o con lo peor de la sociedad. Un fracaso profesional con uno de ellos con el que además se había relacionado emocionalmente, la decidió a buscar otra manera de acabar con el mal. Por ello se hizo policía.
«No había entrado desde la base, como todos sus compañeros, sino que accedió a la plaza tras años como psicóloga del cuerpo. Y no solo de los que ayudan a las víctimas, a las mujeres maltratadas o a los familiares de asesinados, no solo. La mayor parte de su experiencia, la más intensa y feroz, la había labrado atendiendo a los propios policías». (Página 27)

Tuvo la suerte de caer en manos de Carlos, que actualmente trabaja como comisario en Santander y con el que tendrá ocasión de trabajar de nuevo en esta historia, que fue quien la que la guio y la enseñó todo lo que sabe hasta hacer de ella la mejor comisaria de España. Una mujer que no abandona un rastro ni afloja la presa hasta tenerla detenida:
«Se cruzaron la mirada e intercambiaron sin palabras, en un solo segundo, esa momentánea sensación de cansancio al encontrarse en el umbral entre su vida más o menos normal y el abismo inevitable de un caso terrible que empezaba y que nadie sabía durante cuánto tiempo, con cuánta energía y con qué resultados los iba a secuestrar. Era siempre un fugaz instante de pereza que, en décimas de segundo, se iba a convertir en entrega ante un asunto que, en otras décimas más los iba a atrapar hasta el tuétano». (Página 17)

Una mujer aparentemente fría, sin apenas relaciones personales. Todo por culpa de su miedo a volver a sufrir aquella historia del pasado, aquel fracaso profesional y sentimental que estuvo a punto de destruirla y que muy pocos conocen.


Gol de Iniesta en la final del Mundial de Sudáfrica
Esa es la comisaria Ruiz, la que va a trabajar en un contexto pocas veces tratado por nuestra literatura, como es la España del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. No es en absoluto una novela sobre el fútbol, ni mucho menos, pero es muy curioso poder contemplar algo que ahora mismo parece muy lejano, pero que está realmente ahí, a la vuelta de la esquina, aquella pasión que sentimos cuando España ganó su mundial. Un caso que transcurre desde el partido de cuartos con Paraguay hasta la final con Holanda. Inevitable acordarme de la novela de Santiago Roncagliolo que tenía como marco el seguimiento del mundial de Argentina de 1978 por la afición peruana: La pena Máxima.
Muy curioso recordar ese verano en que España se vistió de rojo, aunque en realidad no viene de ahí el nombre de la novela, sino del nombre Verano en rojo que un artista ha puesto al tatuaje que ha diseñado y que llevan las dos víctimas. Una obra inspirada en una estatua que existe en el Parque Juan Carlos I de Madrid en la que apareció una de ellas:
«Cinco dedos perfectos que salen desde el suelo, no se conoce el cuerpo al que pertenecen, no se sabe qué piden, solo sugieren ofrenda y sugieren socorro, sugieren que hay alguien sepultado que pide auxilio. Sugerente, profundo, angustioso». (Página 256)

"Dedos" Parque Juan Carlos I (Madrid)
La trama es mucho menos optimista sin embargo que la alegría que sintió España durante aquellos días, un contraste muy significativo pero muy real, al mostrarnos la realidad de los abusos a los que son sometidos muchos menores.
«Lo cierto es que era él, Alejandro Sánchez Gandarillas, el que había muerto asesinado, que a su alrededor se abría un mundo de adultos capaces de creer que el abuso se lava en el confesionario y que, ante el delito, es mejor callar. Y la sensación de que su trabajo podía aportar unos gamos de justicia en un universo sucio les fue acompañando como un paseante más». (Página 195)

Y si duro es ver ese abuso, mucho más es ver que está realizado por parte de aquellos que serían los primeros en tener que defenderlos y denunciar el tema: la Iglesia. Como deja claro la autora, los hechos que se narran en esta novela son ficticios. Pero es desgraciadamente muy real esa actitud de la Iglesia, no solo española en este caso, sino mundial, de ocultar los hechos, de taparlos, de callar a las víctimas “por su propio bien”
«Va a ser castigado como corresponde, en el seno de nuestra iglesia. Le aseguro que este cura no volverá a tener trato con los niños pero… es por ellos, porque nadie resulte estigmatizado». (Página 207)


No es el único tema que se aborda en esta novela. Porque también conoceremos a través de uno de sus personajes principales: luna, un periodista de cincuenta y cinco años al final ya de su carrera, el mundo de la prensa de investigación, su relación con la policía. Una prensa que está sumida en la crisis económica y que está sufriendo un cambio drástico con reducciones brutales de plantilla que dejan en la calle a grandes profesionales en busca de una rentabilidad que solo puede conseguirse en los medios digitales.








IMPRESIÓN PERSONAL

Tras leer Las lágrimas de Claire Jones, decidí empezar esta serie por el principio, que no es otro que este Verano en rojo, pues me había encantado su personaje principal y todos los que junto a ella estaban.
No me ha defraudado. Es más, me ha encantado esta novela cien por cien negra, en la que la denuncia social está presente desde el primer momento, con una ambientación muy lograda, no sólo por el tema del mundial, sino porque recoge muy bien esa realidad de una iglesia que no ha sabido estar a la altura de lo que de ella necesitan sus fieles ante un hecho tan doloroso como la pederastia. Bien es verdad que ya se recoge como la propia Iglesia quiere acabar con esos hechos, pero la realidad de momento y pese al Papa Francisco ha sido y es, la que es.

Quizás haya disfrutado más con esa ambientación, que con el propio caso, una demostración de que en una buena novela negra no es solo el interés por saber quién es el asesino lo que cuenta (en muchas de ellas lo sabemos desde el primer momento), sino la recreación de un mundo en el que la maldad campa a sus anchas.
Además nos presenta un grupo de personajes que irán creciendo a lo largo de la serie, muy interesantes, lo cual hace que, pese a ser una serie con una protagonista indiscutible como es la comisaria Ruiz, viene tan bien acompañada, que se acerca mucho a una novela coral.

Si no conoces a la comisaria Ruiz, no tardes en hacerlo.




Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.





VALORACIÓN: 9/10

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4 comentarios:

  1. No he leído nada de la autora, aunque conozco a la comisaría Ruiz de otros blogs. A ver si me animo con Glez Barbour, que ya va siendo hora.
    Gracias, Pedro, por tu reseña.
    Un abrazo

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  2. Veo que la has disfrutado mucho.
    Besos.

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  3. Casualidad, hace dos días terminé de leer el segundo de la serie, y dos días atrás el que comentas, he dicho dos días porque en ambos casos tardé dos días en leerlos, magníficos, hace 5 días no conocía ni sus libros, ni a la autora ni tan siquiera a su comisaria Maria Ruiz, una búsqueda me hizo llegar a ella; estoy metido en la búsqueda para su posterior lectura de autores/as cuyo personaje principal sea mujer y defensora del orden, hasta hace poco no había muchas mujeres, policías, comisarias o detectives, por suerte la cosa está cambiando también en la fisión. Algunas autoras con personajes femeninos son Sara Paretsky, Dolores Redondo,Alicia Giménez Bartlett, Rosa Ribas Teresa Solana, etc. etc.

    Saludos

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