viernes, 27 de enero de 2017

TRENTO (GABRIEL G. ESMERO)

Trento
Gabriel G. Esmero






FICHA TÉCNICA

Título: Trento
Autor: Gabriel G. Esmero
Editorial: Alas, 2016
Ebook; 5,00 €










GABRIEL G. ESMERO


De él nos cuenta su editorial en su página web:

Gabriel Esmero forma parte del denominado Grupo Tritón. Ha colaborado activamente en diversas manifestaciones literarias y culturales. Crea un experimento, Las vísceras de los polígonos industriales, como pieza angular del proyecto Blackie Project Revisited, en el año 2008. Colabora en numerosas revistas literarias como LeTour1987 y Perspectivas Literarias (revista emblemática de los inicios de la actividad artística del Grupo Tritón). 
Autor que se mueve en los márgenes de los cánones literarios establecidos, en su búsqueda por encontrar lo poético en la suciedad del mundo, ha publicado el poemario En el cielo las cenizas (1999) bajo pseudónimo, así como textos poéticos en publicaciones corales como Miradas sin voz... (2010). 
A caballo entre Denver y Liverpool, escribe el poemario La feria llega a la ciudad y abandona el barco, defendiendo siempre lo obsceno de la literatura en todos sus frentes. 
Tras un proceso minucioso y visceral, cargado de abandonos y de pérdida de valores, que dura más de dos años, escribe su primera novela, Trento, que ha suscitado todo tipo de reacciones. 
Escritor comprometido con lo que la literatura representa, acaba de iniciar la senda hacia su segunda novela,  Radiografía del asfalto.
Amante de la música, ha aportado textos para las composiciones del grupo Los Nervioss, grupo iconográfico de los inicios tritonianos.
Gabriel Esmero es, sin lugar a dudas, un valor a descubrir, un  provocador rico en matices, sincero, cargado de literatura, ausente en las modas que tiñen los tiempos que corren. 

Si quieres saber más sobre el autor, puedes acceder a la entrevista realizada por Lectora de Tot pinchando AQUÍ







Cuando vengan a por ti, diles que no estoy


ARGUMENTO de TRENTO


Trento es la historia de una amistad. Una compleja amistad entre tres personas: Margarita, Sebastian y Dimitri. Se conocieron en la universidad, cargados de los sueños e ilusiones que da la juventud.
Unas ilusiones que les llevaron a embarcarse en el proyecto de una ONG con la que empezaron a trabajar en los más recónditos lugares del planeta, mientras Marga y Sebas se iban a vivir juntos, pero no revueltos, que Sebas es homosexual, para compartir gastos y estirar así el poco dinero que tenían.
«No sé si recuerdas cuando decidimos buscar un piso para los dos. Yo, un maricón que buscaba la felicidad entre excesos y rencores, y una soñadora con los pies en la tierra».  

Pero lo que un día fue una ilusión y un proyecto de vida, se fue transformando poco a poco en un modo de subsistir, mientras van descubriendo el auténtico proyecto de la organización para la que trabajan.
«Me lo prestó Berto en una de nuestras primeras citas. Es un lector obsesivo y siempre busca las respuestas en las preguntas que los libros nos entregan. Me dijo que la vida era como la describía el libro. Medrar y subir, pisar y desgastar. Morder las orejas hasta dejar sordos a los amigos y transformarlos en enemigos. Aprovecharse de la debilidad para fortalecerse uno. Obsequiar a la pobreza para permitirnos mantener nuestra riqueza».






TRENTO


«Cuando vengan a por ti te lo contaré todo, antes de que acaben contigo».

Bienvenido a Trento, una novela imposible de clasificar. Bien pudiéramos hablar de ella como de una novela negra, donde el mal está muy presente en todos y cada uno de los protagonistas. Un mal que al principio solo intuimos en esa cantinela que Sebastián no para de repetir en sus escritos y a la que el lector trata de encontrar un sentido, en adivinar qué es lo que va a pasar y por qué va a pasar:
«Aún trato de encontrar el significado de lo que me dijo aquél día, cuando vengan a por ti… Llevo años buscando el sentido».

Pero al mismo tiempo es una historia de amor, de amor a tres bandas en las que el sexo, un sexo duro y desgarrador también está muy presente:
«Me recuerda que nos quisimos mucho, que nos queremos demasiado y que algún día soñamos con pescar el gran pez y no llegamos a tomar la orilla. Todo esto que te cuento en realidad da lo mismo».

Trento es la historia de un triángulo. Un triángulo en el que sus lados no son iguales:
«El perro aúlla, nosotros dos aquí sentados seguimos siendo tres, y cuando vengan a por ti no cambiará ese número, desgraciadamente no aprendimos a contar correctamente, y así nos va.
(…)  Hoy se cierra el círculo de este triángulo que siempre aspiró a estar presente en bodegones renacentistas y no en lecciones de geometría». 
Es ante todo una historia sobre la pérdida de los ideales
«Relátame, como solo tú sabes, que éramos jóvenes y creíamos. Relátame que no nos separábamos del idealismo sin saber qué era. Relátame qué pasó después, que yo lo entienda, que consiga descifrar los pasos en la arena que dejamos y que las tormentas no son capaces de borrar».

Es una historia sobre la madurez:
«Fuimos jóvenes en cuerpos de adolescentes y ahora somos adultos maduros en cuerpos de adultos maduros».

Pero también, al mismo tiempo, es una crítica feroz contra la sociedad, contra su hipocresía:
«A lo mejor resulta que son más astutos, y se darán viva cuenta de toda la mierda que rodea a la beneficencia, lo sencillo que es vivir cómodamente mientras por un lado colaboras con algo de dinero y por el otro viajas gratis a lugares hermosos en donde si quieres puedes hacer sufrir a comunidades que han sufrido demasiado».

Trento, que no toma su nombre de una ciudad ni de un concilio. Simplemente es el nombre con el que se conoce a uno de los protagonistas. Alguien cuya historia iremos conociendo poco a poco y que es en realidad el motor oculto de todo lo que va a ocurrirles a los tres amigos:
«Trento y yo. Le llamaba así porque siempre presumía de sus estudios en Italia, aparte de las incursiones en el extranjero que protagonizó vendiendo técnicas de meditación y reconciliación social».

Pero junto a todo eso, Trento es también poesía, una poesía de la que nos hablan los protagonistas durante muchos momentos de la novela, tal vez porque Sebastián es un poeta, maldito, al que pocos escuchan
«A mis setenta y cinco años, la poesía es, simplemente, un conjunto de versos, con sus rimas o sin sus rimas, con su ritmo más  o menos tolerado, con su métrica precisa o la ausencia de ella. Una colección de embustes decorada para la ocasión».





IMPRESIÓN PERSONAL

Trento es un manjar no apto para todos los gustos. Eso tienes que tenerlo muy claro antes de comenzar su lectura. No se trata de su estructura, dividida en tres partes en la que cada uno de los protagonistas, con una voz propia, nos irá narrando una historia, que sólo alcanzaremos a comprender a lo largo del relato del tercero de los protagonistas.
Una historia muy cruda, no solo por los hechos que nos narra, esa historia de amor y muerte, sino porque el sexo está muy presente a lo largo de la novela. Un sexo que se nos presenta con un lenguaje descarnado, porque descarnadas y duras son las cuenta, donde el dolor y el sufrimiento de sus protagonistas se liberan a través de la violencia.

Pero, al margen de esa violencia, lo interesante de Trento, es el lenguaje empleado a lo largo de toda la novela:
«Las palabras, decía Sebas, son tesoros de bucaneros aptos solo para valientes que tengan los cojones de ir a su encuentro».

Aunque tal vez, lo más duro de la novela no sean esas escenas de sexo que iremos encontrando a lo largo de la misma, sino esa sensación de desamparo, de desilusión, de derrota que sufrirán en su carne los tres protagonistas de la misma, esa sensación de que su vida ha sido una pérdida de tiempo y de ilusiones. O tal vez no, tal vez en algún momento del camino sí fueron felices:
«Al final nos pasamos la vida conjugando verbos, creyendo que hay presente cuando se fue en el pasado y que no hay futuro cuando realmente ya lo hemos vivido».


De vez en cuando, aunque solo de vez en cuando como cantaba Serrat, viene bien salir de nuestro enquilosamiento mental y enfrentarnos a una lectura que rompe todos los esquemas, y que, pese a la amargura y el dolor que destila a lo largo de toda la narración, nos permite disfrutar de una compleja estructura en la que al final de la misma, todas las piezas han encastrado en su lugar correcto hasta formar un triángulo que sí, esta vez es equilátero.





VALORACIÓN: 8/10




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1 comentario:

  1. Me alegro de que te haya gustado tanto como a mí. Es una de esas novelas que cuesta leer pero que una vez que la has terminado no se olvida fácilmente. De hecho, todavía sigue coleando en mi cabeza de vez en cuando.

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