La sirena de Gibraltar
Leandro Pérez
FICHA
TÉCNICA
Título: La
sirena de Gibraltar
Autor: Leandro
Pérez
Editorial: Planeta, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 348
LEANDRO
PÉREZ
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de él:
Leandro
Pérez
(Burgos 1972) hasta anteayer guardaba sus manuscritos en un cajón. Escritor y
periodista, dirige la web literaria Zenda. Ha trabajado en El Mundo y es uno de
los creadores de Trestristestigres, empresa que ha puesto en marcha numerosos
proyectos en Internet, a menudo periodísticos y culturales.
Además de blogs, columnas y dosieres,
Leandro Pérez ha escrito un par de narraciones que jamás publicará y varios
primeros capítulos que quizá retome algún día. En algunos figura Juan Torca, el
personaje que protagoniza La sirena de Gibraltar, su segunda
novela. Las Cuatro Torres (Planeta,
2014), su primer libro, recibió una excelente acogida.
Una sirena varada
en el Manzanares
ARGUMENTO de
LA SIRENA DE GIBRALTAR
Río Manzanares (Madrid) |
En el hotel en el que vive Juan Torca,
se presenta una mujer con un disparatado plan: matar a dos mujeres de una
determinada manera y en fechas concretas en Madrid y en Gibraltar. Torca se
niega a llevar a cabo semejante acción y esconde en un lugar de su memoria ese
suceso.
Pero cuando comprueba que aparece muerta
la primera mujer en el Manzanares y recibe una llamada amenazadora de quién le
contrató, entra en acción. Su plan es evitar el segundo asesinato y
salvaguardar su propia vida que ahora siente en peligro.
Por si no fuera suficiente, su hijo que
ahora es policía, averigua que de un modo u otro está implicado y le concede un
plazo de 48 horas para presentarse con él en comisaría.
Por eso, Torca decide recurrir a sus
antiguos compañeros, a sus compadres:
«-Si no la has matado tú, ¿qué es lo que pasa?
-Que puede que me coma el marrón». (Página 48)
Un intento contrarreloj de difícil
consecución. Pero hay demasiado en juego para no intentarlo:
«Estaba allí por Rodrigo. Para no lanzar a Rodrigo a los pies de los leones, para no joderle la carrera.Estaba allí por egoísmo. Para salvar su culo, no quería pasar en la cárcel ni un solo día.Pero también estaba allí por ella.
Bella, serena uy eterna, como una estatua». (Página 57)
LA SIRENA DE
GIBRALTAR
La sirena de Gibraltar es la segunda
entrega de las novelas que tienen como protagonista a Juan Torca. Las novelas
que hasta ahora componen la serie son:
-Las cuatro torres (2014)
-La sirena de Gibraltar (2017)
Frente a su novela anterior, hay una
diferencia fundamental, no tanto en la forma como en el fondo. Porque en La sirena de Gibraltar ya no hay dudas
de frente a qué nos encontramos, porque la primera impresión que uno podía
tener con Las cuatro torres es que era una novela que buscaba el impacto
mediático con un tema que podía atraer a otro tipo de lectores diferentes a la novela
negra como era el de los amantes del fútbol y seguidores del Real Madrid, lo
cual, si bien por una parte podía ser una ventaja, por otra es un
inconveniente, porque aleja a los que todo aquello que contenga la palabra
fútbol es rechazado directamente.
Por otra parte, el hecho de mezclar
personajes reales como eran los futbolistas del Real Madrid, partiendo de un
hecho real como era el presunto soplón que había en sus vestuarios, distraía de
lo fundamental de la novela, que no es otro que su personaje central: Juan
Torca.
En La sirena de Gibraltar ya no hay nada
de eso. Ya no hay un McGuffin (elemento de suspenso que hace que los personajes
avancen en la trama pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí, según
lo define la Wikipedia) que nos distraiga de ante lo que realmente nos
encontramos: una novela negra con elementos
de thriller.
Desaparece
el elemento futbolero,
salvo unas breves líneas en las que en una carambola múltiple, el autor une
Málaga, Burgos y Madrid con Juanito, uno de los jugadores míticos del Real
Madrid. A fin de cuentas, Leandro Pérez es un madridista confeso.
Gran Vía madrileña |
Cobra mucha fuerza en esta novela un personaje
que ya aparecía en la anterior y que muy bien podría servir para crear otra
línea con novelas propias: el hijo de Torca, un joven que tras aprobar las
oposiciones trabaja en la policía. Es la antítesis de él. No hay lado oscuro y
positivo unidos en uno solo, sino que es la rectitud personificada:
«Entérate bien, que te quede muy claro: no voy a mirar a otro lado. Jamás seré tu cómplice. Sólo te ayudaré si puedo. Si mi conciencia me lo permite. Yo no soy como tú. Tengo unos principios que no voy a traicionar». (Página 30)
La
novela nos permitirá viajar por España, y no solo nos moveremos a ritmo
de carrera por la Gran Vía madrileña y el parque del Retiro, o contemplaremos
el río Manzanares de cuyo fondo sacan a una mujer desnuda con los pies
atenazados por el cemento, sino que también nos llevará el autor a Bilbao, a
Marbella o al mismísimo Gibraltar.
Escenarios para una acción trepidante,
que no hay como poner a los protagonistas de una novela en unos plazos
imposibles de cumplir para crear tensión y atrapar al lector en las páginas de
un libro.
JUAN TORCA
No puedo estar más de acuerdo con lo que
dice Silva en la faja promocional de la novela:
«Leandro Pérez cuenta con una baza que ya quisiera todo narrador: Torca, un tipo que está solo y al que dese la primera página no puedes dejar de acompañar».
Algo
fundamental en toda buena novela negra, y más aún en aquella que aspira a
convertirse en una serie, es tener un protagonista que atrape al lector, del
que queramos saber más, que marque las diferencias con otros libros. Leandro
Pérez lo tiene: Juan Torca. Un nombre que procede de un tío del autor y un apellido que es
muy común en Burgos.
Leandro
Pérez tenía muy claro
lo que buscaba: No quería un detective. Quería a alguien resuelto y con
capacidad para meterse en asuntos turbios, y este exmilitar curtido en oscuras
misiones, da muy bien el tipo. Así nos lo presenta el autor:
«Durante lustros, su vida familiar y profesional apenas varió: orden y caos. Pero ahora, con cincuenta y un años, con mucho tiempo tal vez por delante, estaba solo, Sin amigos. Sin trabajo. Viudo. En cierto sentido doblemente viudo, sin Raquel, la mujer con la que había compartido media vida, y sin Nadia». (Las cuatro torres. Página 18)
Gibraltar |
Un
personaje que atrapa porque está lleno de claroscuros, que puede pasar de
parecer un tipo desvalido y necesitado de protección, a alguien frío e
implacable. Alguien que arrastra un turbio pasado del que la novela va dándonos
apenas unas pinceladas, como esa misión en el mar de Aral que le ha roto el
alma.
Un
hombre consciente de que hay cosas de su pasado que mejor no contar. Un hombre
de pocas palabras, quizás por deformación profesional, tantas son las cláusulas
de confidencialidad que ha tenido que firmar a lo largo de su vida.
Así
es como, casi en un telegrama se define:
«Tuve una mujer. Murió. Tengo un hijo, Rodrigo. Vive aquí. (…) Buen chaval. Mejor que yo. Mucho mejor. De mí poco puedo decirte. He hecho demasiadas cosas, pero pocas buenas. He combatido en..., cómo explicártelo, en guerras sucias. Bueno, todas las guerras, sobre todo las no declaradas, son sucias, repugnantes, terribles». (Las cuatro torres. Página 240)
Es de
agradecer al autor que, pese a su pasado, con su mujer muerta trágicamente en
un accidente, no haya convertido a Juan Torca en un borrachín. No quiere decir
que de vez en cuando no empine el codo. Pero si hay que dejar de beber para
preparar una carrera a la que quiere presentarse, no tiene problemas en no
beber. Lo de no fumar..., ya es otra cosa.
Porque
lo de correr es para Torca, más que una necesidad, un estilo de vida:
«Correr no era solo correr. Correr incluía los estiramientos previos y posteriores, la ducha y el cigarrillo de después. Correr también era limpiar la mente, o despejarla al menos, y mantener la carrocería a punto. Era disfrutar del paso de las estaciones en el Retiro, a ras del suelo. Pisar tierra, hierba, perder la mirada en las nubes o las hojas. Olvidarse, a veces, de uno mismo. Y, en otras ocasiones, en cambio, viajar al pasado y revivir desde los sucesos más nimios hasta los más extraordinarios». (La sirena de Gibraltar. Página 92)
Y por
supuesto y ante todo, es madridista, un madridista de esos que añora algunos de
los jugadores del pasado:
«-Olvidaros de Real Madrid.-¿Y eso? ¿A ti qué te importa?-A mi nada, yo solo quiero que vuelva Juanito. O Raúl». (Las cuatro torres. Página 289)
Os
dejo pues con este hombre, Juan Torca. Un hombre lleno de contradicciones, del
que su propio hijo puede creer que es un asesino. Porque una cosa es matar, que
está claro que en su vida profesional ha tenido que hacerlo para sobrevivir,
pero asesinar es ir un paso más allá. Y que tu propio hijo pueda creer que eres
capaz de haberlo dado. Quien sabe, ese lado oscuro está muy presente en su compleja
personalidad:
«Nerea conocía lo suficiente a Torca. A
todos ellos. Al náufrago del Aral, al ermitaño hosco que durante semanas apenas
había pisado la Gran Vía, al atleta que casi todas las mañanas salía a correr
por el Retiro, al hombre cautivador, Un hombre de mundo y reservado, pero
también cariñoso y divertido». (La sirena de Gibraltar. Página 52)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Disfruté mucho en su día con Las
cuatro torres, más allá de esa trama futbolística que en mi caso era un
gancho (se puede ser lector, futbolero y madridista) Pero lo importante no es
escribir una novela, sino poder darle continuidad. Leandro Pérez lo ha
conseguido con La sirena de Gibraltar, creando además una novela que en cierto
modo supera a la primera, pues el ritmo no decae en ningún momento.
Además, da entrada a otros personajes
que sin duda pueden ser importantes en el futuro desarrollo de la serie como
son su hijo Rodrigo o sus compadres, tres “elementos” de cuidado que en su día
fueron compañeros de fatigas y acción en su vida militar.
Aunque no hayáis leído la novela
anterior, con estas pinceladas que os he dado y que pueden serviros de ayuda,
muy bien podéis leer esta novela, pues la trama para nada está relacionada con
la anterior, un caso al que seguro querréis volver cuando leáis esta novela y
os enganchéis con el personaje.
Solo queda por saber si la acción
continuará aquí, o volverá a ese pasado turbio que intenta dejar atrás, a ese
mar de Aral que le ha marcado la vida.
Si quieres conocer más novedades editoriales 2017, pincha AQUÍ
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
Pues no pinta mal lo que cuentas. Me la anoto.
ResponderEliminarBs.
Desconocía que era una especie de segunda parte, y desgraciadamente por eso la voy a descartar, porque a mí el fútbol me aburre mucho y no he leído la anterior.
ResponderEliminarUn abrazote.
Gracias, Pedro, por tu generosa y currada reseña. Como bien indicas, esta novela no es una segunda parte, se puede leer sin haber catado la anterior. Es un thriller que narra un caso que no tiene nada que ver con la historia de Las cuatro torres. Salvando las distancias, ocurre como en las novelas de Agatha Christie, Conan Doyle, Chandler, Simenon, Mankell o Vázquez Montálban. Podemos devorar cualquier caso de Maigret, Carvalho o Poirot sin haber leído las novelas anteriores.
ResponderEliminarMuy cierto. Se puede disfrutar, y mucho, de La sirena de Gibraltar sin haber leído la anterior
Eliminarhola y feliz año! nos parecia una descortesia no llegarnos con el saludo, lo dejamos a cambio de la reseña. entre buhos nos entendemos!! excelente lectura y gracias.
ResponderEliminarPues no tardará mucho en caer. Besos.
ResponderEliminarTenía mucha curiosidad por esta novela, su portada y título ya me llamaron la atención. Así que me gusta que no tenga nada que ver con el fútbol y que tenga un protagonista con gancho ;) Me la llevo Pedro.
ResponderEliminarBesitos
No he leído Las cuatro torres, no sé si animarme antes con ella, o pasar a esta directamente. Eso sí, me has dejado con ganas de conocer a Torca.
ResponderEliminarUn beso!