martes, 10 de enero de 2017

LA SIRENA DE GIBRALTAR (LEANDRO PÉREZ)

La sirena de Gibraltar
Leandro Pérez


 
FICHA TÉCNICA

Título: La sirena de Gibraltar
Autor: Leandro Pérez
Editorial: Planeta, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 348










LEANDRO PÉREZ

Esto es lo que la editorial nos cuenta de él:

Leandro Pérez (Burgos 1972) hasta anteayer guardaba sus manuscritos en un cajón. Escritor y periodista, dirige la web literaria Zenda. Ha trabajado en El Mundo y es uno de los creadores de Trestristestigres, empresa que ha puesto en marcha numerosos proyectos en Internet, a menudo periodísticos y culturales.
Además de blogs, columnas y dosieres, Leandro Pérez ha escrito un par de narraciones que jamás publicará y varios primeros capítulos que quizá retome algún día. En algunos figura Juan Torca, el personaje que protagoniza La sirena de Gibraltar, su segunda novela. Las Cuatro Torres (Planeta, 2014), su primer libro, recibió una excelente acogida.






Una sirena varada en el Manzanares


ARGUMENTO de LA SIRENA DE GIBRALTAR

Río Manzanares (Madrid)
En el hotel en el que vive Juan Torca, se presenta una mujer con un disparatado plan: matar a dos mujeres de una determinada manera y en fechas concretas en Madrid y en Gibraltar. Torca se niega a llevar a cabo semejante acción y esconde en un lugar de su memoria ese suceso.
Pero cuando comprueba que aparece muerta la primera mujer en el Manzanares y recibe una llamada amenazadora de quién le contrató, entra en acción. Su plan es evitar el segundo asesinato y salvaguardar su propia vida que ahora siente en peligro.

Por si no fuera suficiente, su hijo que ahora es policía, averigua que de un modo u otro está implicado y le concede un plazo de 48 horas para presentarse con él en comisaría.
Por eso, Torca decide recurrir a sus antiguos compañeros, a sus compadres:
«-Si no la has matado tú, ¿qué es lo que pasa?
-Que puede que me coma el marrón». (Página 48)

Un intento contrarreloj de difícil consecución. Pero hay demasiado en juego para no intentarlo:
«Estaba allí por Rodrigo. Para no lanzar a Rodrigo a los pies de los leones, para no joderle la carrera.Estaba allí por egoísmo. Para salvar su culo, no quería pasar en la cárcel ni un solo día.Pero también estaba allí por ella.
Bella, serena uy eterna, como una estatua». (Página 57)







LA SIRENA DE GIBRALTAR

La sirena de Gibraltar es la segunda entrega de las novelas que tienen como protagonista a Juan Torca. Las novelas que hasta ahora componen la serie son:
-La sirena de Gibraltar (2017)





Frente a su novela anterior, hay una diferencia fundamental, no tanto en la forma como en el fondo. Porque en La sirena de Gibraltar ya no hay dudas de frente a qué nos encontramos, porque la primera impresión que uno podía tener con Las cuatro torres es que era una novela que buscaba el impacto mediático con un tema que podía atraer a otro tipo de lectores diferentes a la novela negra como era el de los amantes del fútbol y seguidores del Real Madrid, lo cual, si bien por una parte podía ser una ventaja, por otra es un inconveniente, porque aleja a los que todo aquello que contenga la palabra fútbol es rechazado directamente.
Por otra parte, el hecho de mezclar personajes reales como eran los futbolistas del Real Madrid, partiendo de un hecho real como era el presunto soplón que había en sus vestuarios, distraía de lo fundamental de la novela, que no es otro que su personaje central: Juan Torca.
En La sirena de Gibraltar ya no hay nada de eso. Ya no hay un McGuffin (elemento de suspenso que hace que los personajes avancen en la trama pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí, según lo define la Wikipedia) que nos distraiga de ante lo que realmente nos encontramos: una novela negra con elementos de thriller.

Desaparece el elemento futbolero, salvo unas breves líneas en las que en una carambola múltiple, el autor une Málaga, Burgos y Madrid con Juanito, uno de los jugadores míticos del Real Madrid. A fin de cuentas, Leandro Pérez es un madridista confeso.

Gran Vía madrileña
Cobra mucha fuerza en esta novela un personaje que ya aparecía en la anterior y que muy bien podría servir para crear otra línea con novelas propias: el hijo de Torca, un joven que tras aprobar las oposiciones trabaja en la policía. Es la antítesis de él. No hay lado oscuro y positivo unidos en uno solo, sino que es la rectitud personificada:
«Entérate bien, que te quede muy claro: no voy a mirar a otro lado. Jamás seré tu cómplice. Sólo te ayudaré si puedo. Si mi conciencia me lo permite. Yo no soy como tú. Tengo unos principios que no voy a traicionar». (Página 30)


La  novela nos permitirá viajar por España, y no solo nos moveremos a ritmo de carrera por la Gran Vía madrileña y el parque del Retiro, o contemplaremos el río Manzanares de cuyo fondo sacan a una mujer desnuda con los pies atenazados por el cemento, sino que también nos llevará el autor a Bilbao, a Marbella o al mismísimo Gibraltar.
Escenarios para una acción trepidante, que no hay como poner a los protagonistas de una novela en unos plazos imposibles de cumplir para crear tensión y atrapar al lector en las páginas de un libro.








JUAN TORCA

No puedo estar más de acuerdo con lo que dice Silva en la faja promocional de la novela:
«Leandro Pérez cuenta con una baza que ya quisiera todo narrador: Torca, un tipo que está solo y al que dese la primera página no puedes dejar de acompañar».

Algo fundamental en toda buena novela negra, y más aún en aquella que aspira a convertirse en una serie, es tener un protagonista que atrape al lector, del que queramos saber más, que marque las diferencias con otros libros. Leandro Pérez lo tiene: Juan Torca. Un nombre que procede de un tío del autor y un apellido que es muy común en Burgos.

Leandro Pérez tenía muy claro lo que buscaba: No quería un detective. Quería a alguien resuelto y con capacidad para meterse en asuntos turbios, y este exmilitar curtido en oscuras misiones, da muy bien el tipo. Así nos lo presenta el autor:
«Durante lustros, su vida familiar y profesional apenas varió: orden y caos. Pero ahora, con cincuenta y un años, con mucho tiempo tal vez por delante, estaba solo, Sin amigos. Sin trabajo. Viudo. En cierto sentido doblemente viudo, sin Raquel, la mujer con la que había compartido media vida, y sin Nadia». (Las cuatro torres. Página 18)


Gibraltar
Un personaje que atrapa porque está lleno de claroscuros, que puede pasar de parecer un tipo desvalido y necesitado de protección, a alguien frío e implacable. Alguien que arrastra un turbio pasado del que la novela va dándonos apenas unas pinceladas, como esa misión en el mar de Aral que le ha roto el alma.
Un hombre consciente de que hay cosas de su pasado que mejor no contar. Un hombre de pocas palabras, quizás por deformación profesional, tantas son las cláusulas de confidencialidad que ha tenido que firmar a lo largo de su vida.
Así es como, casi en un telegrama se define:
«Tuve una mujer. Murió. Tengo un hijo, Rodrigo. Vive aquí. (…) Buen chaval. Mejor que yo. Mucho mejor. De mí poco puedo decirte. He hecho demasiadas cosas, pero pocas buenas. He combatido en..., cómo explicártelo, en guerras sucias. Bueno, todas las guerras, sobre todo las no declaradas, son sucias, repugnantes, terribles». (Las cuatro torres. Página 240)


Es de agradecer al autor que, pese a su pasado, con su mujer muerta trágicamente en un accidente, no haya convertido a Juan Torca en un borrachín. No quiere decir que de vez en cuando no empine el codo. Pero si hay que dejar de beber para preparar una carrera a la que quiere presentarse, no tiene problemas en no beber. Lo de no fumar..., ya es otra cosa.
Porque lo de correr es para Torca, más que una necesidad, un estilo de vida:
«Correr no era solo correr. Correr incluía los estiramientos previos y posteriores, la ducha y el cigarrillo de después. Correr también era limpiar la mente, o despejarla al menos, y mantener la carrocería a punto. Era disfrutar del paso de las estaciones en el Retiro, a ras del suelo. Pisar tierra, hierba, perder la mirada en las nubes o las hojas. Olvidarse, a veces, de uno mismo. Y, en otras ocasiones, en cambio, viajar al pasado y revivir desde los sucesos más nimios hasta los más extraordinarios». (La sirena de Gibraltar. Página 92)


Y por supuesto y ante todo, es madridista, un madridista de esos que añora algunos de los jugadores del pasado:
«-Olvidaros de Real Madrid.-¿Y eso? ¿A ti qué te importa?-A mi nada, yo solo quiero que vuelva Juanito. O Raúl». (Las cuatro torres. Página 289)

Os dejo pues con este hombre, Juan Torca. Un hombre lleno de contradicciones, del que su propio hijo puede creer que es un asesino. Porque una cosa es matar, que está claro que en su vida profesional ha tenido que hacerlo para sobrevivir, pero asesinar es ir un paso más allá. Y que tu propio hijo pueda creer que eres capaz de haberlo dado. Quien sabe, ese lado oscuro está muy presente en su compleja personalidad:
«Nerea conocía lo suficiente a Torca. A todos ellos. Al náufrago del Aral, al ermitaño hosco que durante semanas apenas había pisado la Gran Vía, al atleta que casi todas las mañanas salía a correr por el Retiro, al hombre cautivador, Un hombre de mundo y reservado, pero también cariñoso y divertido». (La sirena de Gibraltar. Página 52)






IMPRESIÓN PERSONAL

Disfruté mucho en su día con Las cuatro torres, más allá de esa trama futbolística que en mi caso era un gancho (se puede ser lector, futbolero y madridista) Pero lo importante no es escribir una novela, sino poder darle continuidad. Leandro Pérez lo ha conseguido con La sirena de Gibraltar, creando además una novela que en cierto modo supera a la primera, pues el ritmo no decae en ningún momento.
Además, da entrada a otros personajes que sin duda pueden ser importantes en el futuro desarrollo de la serie como son su hijo Rodrigo o sus compadres, tres “elementos” de cuidado que en su día fueron compañeros de fatigas y acción en su vida militar.

Aunque no hayáis leído la novela anterior, con estas pinceladas que os he dado y que pueden serviros de ayuda, muy bien podéis leer esta novela, pues la trama para nada está relacionada con la anterior, un caso al que seguro querréis volver cuando leáis esta novela y os enganchéis con el personaje.
Solo queda por saber si la acción continuará aquí, o volverá a ese pasado turbio que intenta dejar atrás, a ese mar de Aral que le ha marcado la vida.





VALORACIÓN: 9/10



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8 comentarios:

  1. Pues no pinta mal lo que cuentas. Me la anoto.

    Bs.

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  2. Desconocía que era una especie de segunda parte, y desgraciadamente por eso la voy a descartar, porque a mí el fútbol me aburre mucho y no he leído la anterior.

    Un abrazote.

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  3. Gracias, Pedro, por tu generosa y currada reseña. Como bien indicas, esta novela no es una segunda parte, se puede leer sin haber catado la anterior. Es un thriller que narra un caso que no tiene nada que ver con la historia de Las cuatro torres. Salvando las distancias, ocurre como en las novelas de Agatha Christie, Conan Doyle, Chandler, Simenon, Mankell o Vázquez Montálban. Podemos devorar cualquier caso de Maigret, Carvalho o Poirot sin haber leído las novelas anteriores.

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    Respuestas
    1. Muy cierto. Se puede disfrutar, y mucho, de La sirena de Gibraltar sin haber leído la anterior

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  4. hola y feliz año! nos parecia una descortesia no llegarnos con el saludo, lo dejamos a cambio de la reseña. entre buhos nos entendemos!! excelente lectura y gracias.

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  5. Tenía mucha curiosidad por esta novela, su portada y título ya me llamaron la atención. Así que me gusta que no tenga nada que ver con el fútbol y que tenga un protagonista con gancho ;) Me la llevo Pedro.

    Besitos

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  6. No he leído Las cuatro torres, no sé si animarme antes con ella, o pasar a esta directamente. Eso sí, me has dejado con ganas de conocer a Torca.
    Un beso!

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