Los usurpadores
Jorge Zepeda
FICHA
TÉCNICA
Título: Los
usurpadores
Autor: Jorge
Zepeda
Editorial: Destino, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 479
JORGE ZEPEDA
Esto es lo que de él nos cuenta su
editorial:
Jorge Zepeda Patterson, economista y
sociólogo, hizo maestría en la Flacso (Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales) y estudios de doctorado en Ciencia Política en la
Sorbona de París. Fundó y dirigió la revista Día Siete y es analista en radio, televisión
y prensa escrita.
Todos los jueves El País publica en la edición para América su
columna “Pensándolo bien”. Fue director fundador de los diarios Siglo 21 y Público y
director de El Universal. En 1999 obtuvo
el Premio María Moors Cabot, de la Universidad de Columbia. Dirige el
diario Sinembargo.mx.
Autor y coautor
de media docena de libros de análisis, entre otros: Los amos de México (Planeta, 2007) y Los suspirantes (Planeta, 2012).
Los corruptores (Destino,
2013), el primer volumen de la serie conocida como Los Azules, fue la
novela con la que alcanzó el éxito en nuestro país y resultó finalista del
premio Dashiell Hammett. Con el segundo volumen, Milena o el femur más bello del mundo, ganó el Premio Planeta en 2014. Los usurpadores es
el tercer volumen que ahora publicamos.
Los Azules y el
mágico mundo del tenis
ARGUMENTO de LOS USURPADORES
Durante la celebración de la Feria
Internacional del Libro en Guadalajara (México) un grupo de asaltantes irrumpe
en el acto de inauguración acribillando a los presentes y provocando más de
cien muertos entre los que hay numerosas personalidades nacionales e
internacionales, incluido el futuro aspirante a la presidencia de México.
Desde ahí, la acción retrocede a ochenta
días antes, cuando uno de los asesores presidenciales, que intenta ser nombrado
como su sucesor de cara a las próximas elecciones, tiene una brillante idea
para conseguir su propósito, algo difícil en esos momentos pues está desplazado
por otros aspirantes a dicho puesto: convencerá al presidente para que juegue
contra el presidente de Estados Unidos en un partido de dobles en que contará
como pareja con Sergio Franco, una leyenda del tenis mexicano que en esos
momentos está disputando su último torneo y que es amigo de él.
LOS USURPADORES
Los
usurpadores
es la tercera entrega de “Los Azules”: Tomás, Amelia,
Jaime y Mario, el grupo de cuatro amigos que, pese a sus caracteres tan
diferentes forman una piña desde su infancia.
-Los corruptores (2013)
-Los usurpadores (2016)
Es inevitable al leer esta novela pensar
en Woody Allen y su famosa película Match Point, porque ya desde un principio
planea sobre ella aquella imagen de la pelota sobre la red, parada antes de
caer sobre un lado u otro de la pista y decantar el partido hacia uno u otro.
El tenis es una referencia constante a
lo largo de la novela, no en vano uno de los protagonistas es Sergio Franco, primo
de Claudia Franco, la propietaria y directora de el periódico El Mundo.
Las referencias al mundo del tenis y la
comparación de la situación política con dicho juego son constantes a lo largo
de toda la novela, dividida en cuatro capítulos que ya dejan muy a las claras
esa relación:
-La culpa es de Federer.
-La importancia del revés cruzado.
-Doble falta
-Muerte súbita.
Sergio ve el mundo a través de su
experiencia como tenista profesional, ahora aclamado por todos tras una exitosa
carrera culminada con la final de uno de los grandes torneos de la ATP.
«En el tenis se empleaban fintas y simulaciones para engañar a un rival, pero al final se ganaba o se perdía por los méritos o los errores acumulados. Un competidor mediocre como santa nunca habría tenido posibilidades de ascender en el ranking de la ATP, no podía entender como se había encumbrado en la política al nivel de estar a punto de conquistar la presidencia». (Página 129)
Los
usurpadores,
con un fondo innegable de novela negra,
es ante todo un thriller político que como lector
me ha dejado atrapado entre sus páginas. No hay que estar muy puesto en los
entresijos de la política mundial o mexicana para comprender esta novela, pues el
tema de la corrupción desgraciadamente es una lacra mundial.
La definición de la política por parte
de uno de los protagonistas es demoledora y me temo aplicable a cualquier país:
«Mi papá decía que la política es un arte del carajo en el que todo estriba en darle las nalgas al de arriba y darle por culo a los de abajo». (Página 128)
¿Tendrá razón el autor cuando afirma que
la política lleva inevitablemente a la corrupción?
«-Se dice que Santa es un corrupto de mierda.-Corruptos son todos, en mayor o menor grado. En política la honestidad es una enfermedad que se cura con el tiempo, así que cualquiera de tus nuevos amigos es millonario». (Página 127)
Parece que el denominador común de todos
ellos es el ánimo de lucro. Como expresa con cinismo Jaime:
«La diferencia entre los políticos cultos y los políticos ignorantes es que los cultos tienen mejores argumentos a la hora de robar». (Página 35)
No se trata solamente de corrupción.
Quizás la característica fundamental de la política sea el ansia de poder de
los que a ella se dedican:
«Sergio ya no los escuchaba. Estaba un poco harto de hablar de política y de sus interminables zonas grises. Nada parecía ser lo que era, salvo el apetito de poder que todos exhibían». (Página 129)
Un ansia de poder que no deja para
algunos un resquicio para la piedad, en la que los hombres son simples recursos
«No seas bruto –respondió Beltrán-, tampoco se trata de dilapidar la riqueza nacional. Yo estoy hablando de derramar sangre, no petróleo. Los seres humanos son recursos renovables y por lo mismo son prescindibles, los yacimientos no». (Página 216)
Al igual que en las dos entregas
anteriores, no solo el mundo de la política está presente en la trama. También
juega un papel muy importante la prensa, a través de sus protagonistas. No en
vano Tomás es parte importante del diario El Mundo, un periódico crítico con
los políticos mexicanos y que siempre se la juega publicando noticias donde
denuncia su corrupción.
A esto hay que sumar los cambios en la
edición periodística, con la crisis de la misma y la irrupción de la prensa digital.
Por eso Amelia, otra de Los Azules, ha puesto en marcha Lapizarra, un diario digital que está en alza.
Todo frente al resquemor de las
autoridades, que en todas partes está mal visto una prensa independiente y poco
dócil a los dictados del gobierno de turno.
«En los últimos años la administración había dejado claro a los empresarios de medios audiovisuales que la concesión de la señal, prerrogativa del gobierno, estaba sujeta a una línea editorial favorable a la autoridad». (Página 93)
No todo es política o prensa. Lo importante
es la unión de todo ello en un thriller con caracteres de novela coral, en que
los numerosos protagonistas de la misma (no solo los Azules son importantes)
que van narrando capítulo a capítulo desde su punto de vista, los sucesos que
van precipitándose de modo vertiginoso en esta novela.
LOS AZULES
Para sacar estas novelas adelante, es
imprescindible que el autor nos presente unos personajes
plenos de fuerza,
personalidad y que además resulten creíbles para el lector. Sin duda Tomás,
Amelia, Jaime y Mario, los cuatro amigos desde la infancia cumplen esas
premisas. Personajes cargados de luces y sombras, más luces en unos casos, más
sombras en otros.
Comenzando por Amelia, al frente de
unos de los partidos que está en la oposición. Hay que ser muy dura para en un
mundo de hombres alcanzar esa posición. Pero Amelia, de la que sus amigos
siempre han estado de un modo u otro enamorados, no es tan dura como aparenta.
De súbito Tomás cayó en la cuenta de que el éxito político y la personalidad de granito de Amelia eran un escudo para los miedos e inseguridades aún no resueltos. (Página 110)
Portada para América |
El otro gran protagonista es Tomás, un periodista
que tuvo sus días de gloria, pero ahora a los cuarenta años tiene la vida frota
y desequilibrada, sin presente y sin expectativas de futuro.
Vas por la vida como si fueras un habitante de otro planeta, pisando con cuidado el césped, incierto del resultado, preguntándote cómo conducirte con cada persona con la que te topas somo si aún no hubieses logrado descifrar los códigos de la relación con los nativos de estas tierras., Me da la sensación de que la dejadez y la indiferencia en que te has encerrado no son más que un escape a esa incapacidad para acomodarte en tu cuerpo o en la vida de otros. (Página 98)
Jaime es el gran hacedor del grupo, con una empresa que
participa en todos los temas de seguridad nacional. El duro por excelencia del
grupo.
Siempre pensé que eras un zorro taimado y astuto dedicado a la dura tarea de sobrevivir, callando y en solitario. Estaba equivocada. En realidad eres un lobo cruel que disfruta del poder para dispensar vidas y muertes. (Página 351)
Y
nos queda Mario, en apariencia el menos importante del grupo, pero
sin embargo el contrapunto necesario para los demás, porque si para él hay algo
importante en esta vida es la fidelidad, un valor que no cotiza precisamente al
alza.
Resumamos como está la situación al
comienzo de esta novela:
«Con frecuencia Mario se sentía intimidado por la relevancia que había adquirido la trayectoria de los otros tres frente a su modesta carrera de profesor universitario. Tomás dirigía el diario más importante del país; Jaime era el propietario de una poderosa e influyente empresa especializada en seguridad y en el pasado había dirigido los servicios de inteligencia del gobierno, y Amelia había sido presidenta del PED, principal partido político de izquierda y apenas un año antes había fundado Lapizarra, la nueva sensación en materia de noticias digitales». (Página 35)
Pueden rondar los cuarenta años, pero su
carácter no ha cambiado mucho. Así, Amelia sigue siendo la defensora de todos
los débiles, así se juegue con ello la vida
«Jaime advirtió que esa línea de argumentación no iba a prosperar con Amelia. Desde niña su temeridad era legendaria; fueron muchas las ocasiones en que metió a los Azules en problemas por su proclividad a enfrentarse con los bravucones de la escuela en defensa de los compañeros más débiles. Con exhortos a la precaución no iba a llegar muy lejos». (Página 148)
Tomás se apoya en la fuerza del grupo,
porque sus orígenes más humildes, le hacen ser más cauto:
«Él no pertenecía a la estirpe de varias generaciones acostumbradas a hacer valer su voluntad; a diferencia de los Franco, los Arizamendi formaba parte de los mexicanos de a pie, acostumbrados a hacerse a un lado para no ser arrollados por el paso intempestivo de las calamidades o de los carruajes majestuosos e indiferentes en los que viajaban personas como los Franco». (Página 349)
Pero las circunstancias le obligarán a
tomar decisiones
«Amelia consolaba a su amigo como mejor podía. Le dolía verlo hundido en ese pesar tan profundo, tan poco usual en Tomás. Desde la infancia había sido un experto en evadir consecuencias, en pasar la página con cualquier pretexto. Poseía un cinismo fatalista para sacudirse el pasado inmediato y una tendencia a experimentar entusiasmos ingenuos sobre lo que le esperaba a la vuelta de la esquina». (Página 302)
Jaime es el duro del grupo, el “ejecutor”.
Sabe que ese es su papel y disfruta cumpliéndolo
«Pese a la tragedia que los reunía, había algo tranquilizante en saber que los cuatro formaban una manada. Así había sido en los últimos cuarenta años y así seguiría siendo hasta el fin de sus vidas; sin importar los amores, las fortunas y los infortunios, los muertos que se atravesaran en el camino. Ahora Jaime respondía como mejor sabía, aquello que creía era su deber y función dentro de esa manada: defender y atacar». (Página 302)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Se me hace muy difícil decir cuál de las
tres novelas que componen de momento esta serie me ha gustado más, si aquella
con la que se inició, si con el fascinante personaje de Milena de la segunda o
el ritmo trepidante que consigue en esta tercera.
Porque comenzar con un atentado brutal y
a partir de ahí continuar con un ritmo permanentemente en alza tiene mucho
mérito.
Decir por otra parte que es la tercera
novela de “Los Azules” es quedarse muy cortos, pues si bien ellos son los
protagonistas y el nexo de conexión con la serie, no es menos cierto que solo
son una parte del inmenso retablo de personajes que componen esta novela, en la
que volvemos a tener aunque se en un papel más secundario a Milena, A Carlos Lemus (el padre de Jaime) y a toda una serie
de nuevos personajes, como el impresionante Sergio
Franco,
el tenista que en cierto modo da carácter a esta novela, Claudia Franco la propietaria del periódico El Mundo, Prida el presidente de México que está a punto de cumplir
sus seis años de mandato y abandonar el cargo, o los aspirantes al mismo: Celorrio, Santana y Beltrán.
Pero no son los únicos. Todos y cada uno
de los personajes que pueblan este fabuloso mundo creado por Jorge Zepeda, por
mínima que sea su intervención, están perfectamente cuidados y trazados,
logrando dotar a la novela de una gran verosimilitud.
Una verosimilitud que aún hace más
inquietante la novela, donde el poder de información y control de nuestras
vidas por parte de los servicios secretos parece no tener techo, donde los
correos electrónicos pueden ser manipulados, donde los teléfonos móviles, por
más apagados que estén, son un micrófono abierto para oír todo lo que se habla
a nuestro alrededor…
Aunque no hayas leído las novelas
anteriores, Los
usurpadores
está escrita de tal manera que, aún no teniéndole de entrada el mismo cariño
que si las hubieses leído, no te perderás, pues da los toques justos en sus
comentarios para que los conozcas, sin por ello disminuir el ritmo de la
novela, una de las más trepidantes que he leído en 2016.
VALORACIÓN: 10/10
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Pues fíjate que estaba esperando tu opinión y... ¿quién se resiste? Yo sólo he leído Milena y me encantó así que buscaré éste seguro.
ResponderEliminarBesos
Le daré una oportunidad después de lo que dices de ella pero tendrá que esperar.
ResponderEliminarBuena nota has puesto. Besos.
ResponderEliminarUna reseña que desde luego invita a querer leer este libro. Pero soy maniática y al final me vas a hacer que busque el primero.
ResponderEliminarBesotes!!!