IRÈNE (PIERRE LEMAITRE)

Irène

Pierre Lemaitre

FICHA TÉCNICA

Título: Irène

Autor: Pierre Lemaitre

Traducción: Juan Carlos Durán Romero

Editorial: Alfaguara, 2015

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 397

PVP: 19,90 €

Editorial: Punto de lectura, 2016

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 440

PVP: 9,95 € €

PIERRE LEMAITRE

De este autor francés, nos cuenta la editorial

Pierre Lemaitre nació en París en 1951. Antes de ganar el Premio Goncourt 2013 con su novela Nos vemos allá arriba, ya era un escritor de renombre en el género de la novela policiaca. Con Irène (2006, Alfaguara 2015, Premio a la Primera Novela Policiaca del Festival de Cine Policiaco de Cognac y fue considerada Mejor Novela Negra del Año por El Periódico de Cataluña) inició la serie protagonizada por el comandante Camille Verhoeven, que incluye Alex (Alfaguara 2015, ganadora del Dagger Award 2013 junto a Fred Vargas y del Premio de Lectores de Novela Negra de Livre de Poche 2012 y uno de los libros del año según el Financial Times, en curso de adaptación al cine por James B. Harris, con guion del propio Lemaitre), Rosy & John (Alfaguara 2016) y Camille (ganadora del Dagger Award 2015).

Fuera de la serie llegaron, con una extraordinaria recepción por parte del público y de la crítica, Vestido de novia (Alfaguara 2014, Premio del Salon du Polar 2009 y Premio Best Novel Valencia Negra, en curso de adaptación al cine) y Recursos inhumanos (2010, de próxima publicación en Alfaguara).

Además del Goncourt y de los dos Dagger Awards, ha obtenido el Premio de Novela Negra Europea, el Premio a la Mejor Novela Francesa 2013 de la revista Lire, el Premio Roman France Télévisions y el Premio de los Libreros de Nancy-Le Point, y su obra, con más de tres millones de lectores, está siendo traducida a dieciocho idiomas.

Un caso del comandante Camille Verhoeben 1

ARGUMENTO de IRÈNE

«-Es horrible. Es una carnicería. Nada de lo habitual, si entiende lo que quiero decir…-No muy bien, Louis, no muy bien-No se parece a nada que yo haya visto antes». (Página 19)

Si su ayudante que no es catastrofista, dice eso…

«Habían utilizado la sangre todavía líquida de una de las víctimas para escribir en letras enormes sobre la pared: HE VUELTO». (Página 26)

Aunque parezca un asesinato único, descubren que en realidad el asesino ya ha actuado antes. Los crímenes tienen todos un nexo de unión: son recreaciones de novelas clásicas del género negro. Pero aparte de eso, nada más tienen los investigadores para averiguar quién es el asesino:

«Todas las pistas conducían a la misma cosa, casi nada. Ese crimen era más que premeditado. Había sido preparado con extremo cuidado, no se había dejado nada al azar». (Página 82)

IRÉNE

Iréne es el comienzo de una tetralogía que tiene como protagonista a Camille Verhoeben:

Irène (2006)

Alex (2011)

Rosy & John (2013)

Camille (2012)

Como toda serie que se precie, tiene un protagonista que busca desde el primer momento impactar al lector. En este caso se trata de Camille Verhoeben, que ya desde su físico, marca diferencias con los clásicos detectives que hemos encontrado hasta ahora:

«Desde lo alto de mu definitivo metro cuarenta y cinco, Camille no sabía, en aquella época, a quién odiaba más, a esa madre envenenadora que le había fabricado como una pálida copia de Toulouse-Lautrec solo que menos deforme, a ese padre tranquilo e impotente que miraba a su mujer con la fascinación de los débiles, o a su propio reflejo en el espejo a los dieciséis años, todo un hombre que se había quedado a medio hacer». (Página 14)

Una característica física que desde luego no pasa desapercibida:

«Camille tenía dos buenas razones para ser conocido y reconocido. Su buen hacer le había aportado una sólida reputación que su metro cuarenta y cinco había transformado en una pequeña notoriedad. Por muy difícil que fuese el encuadre del plano, los periodistas estaban bien dispuestos a interrogar a ese hombrecillo de voz seca y cortante. Le encontraban locuaz pero recto». (Página 37)

Alguien de por sí muy notorio a su pesar, que busca precisamente huir de los focos:

«El comandante Verhoeven, que sabe lo que significa hablar, practica el decir más diciendo menos con un arte consumado y finge sorprenderse ante las bombas de relojería mediáticas que ha sembrado directamente por el camino». (Página 114)

Pero Verhoeben no viene solo, sino acompañado por un equipo que el autor nos retrata con mucha nitidez:

Louis es el ayudante de Camille. Sobre todo, su principal característica es que es rico

«Pasó la oposición y entró en la policía. Su decisión se basaba a la vez en las ganas de servir (no de Servir, no, simplemente de servir para algo), en el temor a una vida que pronto viraría hacia la monomanía, y quizás el pago de la deuda imaginaria que pensaba haber contraído con las clases populares por no pertenecer a ellas». (Página 21)

Jean-Claude Meleval

«Jean-Claude Meleval tenía veintiséis años y un encanto del que abusaba como abusaba de todo, de la noche, de las chicas, del cuerpo. (…) Maleval tenía el perfil de un futuro corrupto, al igual que algunos niños tienen cara de mal estudiante desde el parvulario». (Página 45)

Armand:

«Inspector de la Brigada Criminal desde hacía casi veinte años, y desde hacía por lo menos diecinueve y medio con la reputación del rácano más sórdido que jamás hubiese pertenecido a la policía». (Página 45)

Un grupo que completa Le Guen, el jefe de todos ellos:

«Le Guen tenía muchos defectos, era incluso la opinión unánime de todas sus exmujeres, pero la estupidez no era su fuerte. Había llegado a ser en otro tiempo, uno de los mejores, un policía de una inteligencia excepcional». (Página 116)

Además de este grupo de personajes, la otra característica de Iréne, es que es un homenaje a la novela negra. Pronto encontramos la primera cita literaria:

«Louis se encontró inmerso en un universo muy alejado de lo que había imaginado: nada de la pulcritud inglesa de Agatha Christie, de la reflexión metódica de Conan Doyle, sino cuchitriles mugrientos con chicas apaleadas…» (Página 21)

Un comienzo con una de las clásicas del género, que volverá a repetir a lo largo de la novela:

«-¿Acaso me has visto leer alguna vez una novela policiaca? Es un género que odio.-¡Pero sí que leíste…!-¡Diez negritos! Me iba de viaje a Wyoming y mi padre pensó que era la mejor manera de prepararme para la mentalidad americana. La geografía nunca fue su fuerte». (Página 99)

Pero no será el único autor “clásico” que se cite a lo largo de la novela:

«En última instancia, sus modelos serían más bien Ssherlock holmes, Maigret o hasta Sam Spade. O mejor aún, Rouletabille». (Página 112)

Sin duda, nos encontramos ante una novela que defiende a capa y espada el género de la novela policiaca, por más que siempre se la haya considerado un género menor:

«La novela policiaca ha sido considerada durante mucho tiempo un género menor. Necesitará más de un siglo para adquirir carta de ciudadanía en la “verdadera” literatura. (…) En la literatura, el crimen es tan antiguo como el amor». (Página 145)

Aventura el autor, cuál es la causa por el que este género, tan denostado por algunos, es sin embargo tan querido por el público lector:

«El éxito indescriptible de la literatura policiaca demuestra, con toda evidencia, hasta qué punto el mundo necesita de la muerte. Y del misterio. El mundo persigue esas imágenes no porque necesite imágenes. (…) El hombre se nutre de imágenes de muerte porque tiene hambre de muerte». (Página 302)

Y como homenaje máximo al género, diferentes libros irán apareciendo a lo largo de la novela, aunque sin duda los principales son aquellos en los que se basa el asesino para realizar sus crímenes, que no dejan de ser otra cosa que recreación de alguna escena de los mismos.

Unas novelas que me han demostrado que, por lo menos en literatura internacional, me queda mucho, demasiado por leer, porque solo conozco dos de los cinco títulos que ha manejado el autor:

-El crimen de Orcival (Gaboriau)

-Roseanna (Sjöwall y Wahlöö)

-Laidlaw (McIlvanney

-La Dalia Negra (James Ellroy)

-American Psycho (Brest Easton Ellis)

IMPRESIÓN PERSONAL

Esta es la segunda novela que leo de Pierre Lemaitre, tras haber quedado muy impresionado con Vestido de novia. Dos novelas que nada tienen que ver entre sí, entre otras cosas porque Irène sigue más los cánones del género, con un detective, por más que este no sea el clásico que podemos esperar.

No sé cómo continúa la serie, aunque tras los sucesos que tienen lugar en esta primera entrega, es seguro que la personalidad del protagonista tendrá que cambiar mucho, pues sucesos como los que le han tocado vivir, no pueden pasar de largo sin dejar una profunda huella.

Sin duda lo mejor de esta novela son sus personajes. Todos y cada uno de ellos han sido trazados por el autor con mucho cuidado, dotándoles de una personalidad única y que en nada se parecen a los clichés tan típicos del género.

La trama es muy ingeniosa, al poner la novela negra como protagonista y guía de los crímenes que se irán sucediendo a lo largo de la novela. Un aliciente más que sin duda gustará a los aficionados al género como ha sido mi caso, que ya estoy con ganas de continuar con las tres novelas de este inspector que aún me quedan por leer.

Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles

VALORACIÓN: 8/10

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