El noviembre de Kate
Mónica Gutiérrez
FICHA TÉCNICA
Título: El
noviembre de Kate
Autor: Mónica
Gutiérrez
Editorial: Roca, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 312
PVP: 17,90 €
Ebook: 7,59
Ebook: 7,59
MÓNICA
GUTIÉRREZ
De ella nos dice la editorial:
Mónica Gutiérrez nació y vive en
Barcelona. Es licenciada en periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona
(UAB) y en Historia por la Universitat de Barcelona (UB).
Apasionada lectora, escribe novela,
relatos y poesía. En la actualidad compagina la escritura de ficción con la
docencia y suele charlar de literatura con buenos amigos en su blog Serendipia.
Debutó en el mundo de la publicación con
Cuéntame una noctalia,
y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda
novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más
vendidos.
Kate, Don y los
argonautas
ARGUMENTO de
EL NOVIEMBRE DE KATE
Una gran tormenta de nieve va a cambiar
la vida de los habitantes de Coleridge. Especialmente la de Kate y Don. Ella con
su tristeza a cuestas. Él persiguiendo a una empresa delincuente que llevó a la
muerte a uno de sus amigos.
Y todo gracias a un bar escondido, un
jardín oculto en el interior de una casa, un programa de radio que pocos
escuchan, las tortitas de Norman y un par de argonautas revoltosos.
EL NOVIEMBRE
DE KATE
El noviembre de Kate es la tercera
novela publicada por Mónica Gutiérrez, aunque creo que
cronológicamente es la segunda que escribió, y la primera publicada en papel
por una editorial.
Mantiene la misma línea que las
anteriores, en lo que ella ha dado en llamar literatura
feel good y
que yo siempre he definido como de “buenrrollismo”. Porque sus novelas no dejan
de ser cuentos para adultos en los que por encima de todo, predomina un
ambiente con personajes llenos de bondad. O puedes verlos como esos sueños
agradables, justo como define Don, el protagonista, su encuentro con Kate:
«Nunca he sido hábil con las metáforas, pero recuerdo con certeza de esa primera vez que vi a Kate que pensé que me había quedado dormido y estaba soñando con ella. Todo lo que rodeaba a Kate en aquel tiempo era justo así, como un sueño». (Página 32)
No es que sus personajes no sufran, que
lo hacen, ni que les pasen cosas malas o poco agradables. La diferencia está en
como afrontan esos hechos, bien por ellos mismos o gracias al apoyo de aquellos
que les rodean, llámese familia o amigos.
«Estaba en una buhardilla de madera rodeada de personas que todavía eran capaces de poner pasión en un programa de radio por el que nadie les pagaba. Gente tan excéntrica como yo misma pero con las ganas de vivir todavía intactas, convencidos de que los momentos que valen la pena son aquellos que se pasan en buena compañía, compartiendo su ingenio y buen humor con hipotéticos oyentes que buscaban relajarse un poco tras una larga y dura semana de trabajo». (Página 19)
Y esa es otra de sus características: la
familia es un bien muy preciado, especialmente cuando te da apoyo, que no es
precisamente el caso de Kate, con unos padres que viven lejos de ella y con los
que se comunica por Skype los sábados, en unas conversaciones en las que ellos
no parecen escucharla nunca (divertidísima una de las llamadas en la que no
para de decirle disparates a su madre que la contesta como si tal cosa, sin
escuchar lo que ella le está contando)
Resumiendo, lo que rezuman las novelas
de Mónica Gutiérrez es una frase que pone en boca de uno de sus protagonistas:
«-La vida es buena». (Página 272)
Contribuye a reforzar ese carácter de
cuento, el hecho de que las novelas de Mónica Gutiérrez transcurran en
lugares que no existen en la realidad, en ese pueblo perdido de un lejano país
en Cuéntame una
noctalia,
en ese hotel perdido en un bosque de una población indeterminada catalana de Un
hotel en ninguna parte, o en la ficticia ciudad de Coleridge (no se si un guiño el nombre del pueblo a uno de los fundadores del romanticismo en Inglaterra) en el caso de El noviembre de Kate.
Puestos a buscar características comunes
en la novelas de Mónica Gutiérrez, cabe destacar el hecho de que en ellas
aparecen casas muy singulares y con mucha
personalidad, como la casa de campo de Cuéntame una noctalia y la casa
convertida en hotel de Un hotel en ninguna parte. En El noviembre de Kate, a falta de una,
serán dos las casas, por una parte la casa en la que vive Kate, una casa que
por fuera parece estarse cayendo pero que esconde en su interior un jardín muy
singular, y la casa del padre de Don donde tiene lugar parte de la trama.
Aunque no es una novela coral, son
muchos los personajes con importancia que aparecen en la novela, aunque dos
tienen una importancia fundamental: Kate y Don, que además son los que van
narrando en primera persona la historia.
Kate es una
periodista que trabaja en una empresa que nada tiene que ver con lo suyo. Un
trabajo en el que se siente maltratada y en el que permanece solo como un medio
para poder pagar el alquiler de su casa.
Arrastra una historia de amor fallida
con un hombre que la dejó para irse a trabajar en las extracciones petrolíferas
del Mar del Norte, y arrastra una tristeza y soledad que no la permiten
disfrutar de la vida como debiera.
«Estoy triste. Y atrapada en un empleo horrible en el que solo les falta fustigarme con un látigo para demostrarme la nada esclavizada en la que me he convertido. Y no puedo dormir». (Página 37)
Don es el otro gran protagonista de la
novela. Vive desde hace cinco años intentando atrapar una empresa que llevó a
la muerte a uno de sus grandes amigos, Una muerte que no ha conseguido superar
y por la que incluso está dispuesto a romper su código de honor. Veamos cómo se
describe él mismo:
«Soy Donald Beck, Don para los amigos, TheGhost en las redes. Tengo treinta y dos años, nunca llegué a licenciarme en Ingeniería informática y soy policía en la Unidad de Delitos Informáticos Federal». (Página 26)
Juntos coinciden una noche de viernes en
el bar del Hotel Ambassador, un bar oculto en el interior del interior al
frente del cual está Pierre, otro singular
personaje amigo de Kate, a la que siempre está intentando animar
«-Oye, cielo. No te pongas tan triste. Haces que las botellas de vino pierdan aroma». (Página 37)
Pero todo cambiará para ambos cuando la
gran tormenta anunciada por William Dorner, un meteorólogo
en paro al que nadie cree y que trabaja en un programa de radio en el que Kate
acaba de empezar a colaborar.
Sumad a estos personajes a Norman, el padre de Don, que a base de buen humor ha
conseguido sacar adelante a sus dos hijos pese a la temprana muerte de su mujer.
Propietario de una casa de la que ninguno de sus hijos quiere marcharse pese a
que tienen medios y trabajo como para independizarse.
Tal vez sea por las tortitas que prepara
su padre y a la que se apuntan los argonautas, dos gemelos
vecinos que alegran el ambiente de la casa los domingos.
«Norman y Don llamaban a los duendecillos rubios argonautas por lo mucho que les costaba irse a casa siempre que ponían un pie en la cocina de los Berck». (Página 229)
La literatura también tiene su hueco en
la historia, especialmente la literatura romántica de la que Kate es una
apasionada. Muy interesante la aclaración que hace la autora a la hora de
diferenciar novela “romántica” de novela “rosa”:
«En la actualidad confundimos el término. Una cosa es el movimiento romántico que nació a finales del siglo XVIII y otra muy distinta es la acepción de “romántico” asociado a los asuntos amorosos». (Página 69)
Y es que un romántico no es exactamente
lo que hoy día se entiende por tal:
«Un romántico no es un tipo que te lleva a cenar a un restaurante con poca luz y te regala flores. Un romántico es un apasionado rebelde que desafía tempestades y grita por encima de los acantilados y la niebla». (Página 69)
Y ateniéndonos a la definición que da
del término (que por otra parte no es una invención de Mónica), El noviembre de Kate es una novela muy romántica, porque sus personajes son apasionados
y con mucha fuerza:
«Los románticos del XVIII y del XIX también amaban apasionadamente; creo que en general, todo lo hacían apasionadamente. Vivian apasionadamente, no habrían sabido vivir de otra manera. Pero la oscuridad y la sangre no pegan mucho con lo que hoy en día se entiende por novela rosa ¿verdad?» (Página 70)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Me ha encantado El noviembre de Kate. Desde que leí
su primera novela, he quedado prendado por ese estilo tan peculiar suyo, por
esas historias que defino como cuentos porque son irreales. La vida no es así.
El mal siempre está acechando y presente. El mal suele triunfar y cuando no lo hace, la victoria de
los buenos es solo temporal, porque terminará volviendo a salir a flote. Por
eso me gusta el realismo de la novela negra, mi género favorito.
Pero también me gusta este remanso de
paz, por muy irreal que sea, con la que me quedo tras leer las novelas de
Mónica Gutiérrez. Porque nos muestra un mundo que no existe pero que a todos
nos gustaría que existiese. Un mundo que no es real pero que podría serlo si
todos nos empeñásemos que fuese así.
Quiero agregar también, que la portada me ha encantado, con esa melena de Kate
al viento (si bien parece más pelirroja que castaña), con su larga bufanda,
bien forrada para resistir el frío y con esos botines que rematan su conjunto.
Si quieres
soñar un poco, si quieres leer algo que te deja tras terminar su lectura con un
agradable sabor de boca, no lo dudes, El noviembre de Kate es tu novela.
Lo tengo esperando en la estantería. Me alegra ver que lo has disfrutado tanto porque yo también soy muy fan de Mónica y sus libros, los dos anteriores me han encantado, y veo que este sigue en su misma línea. Estoy deseando ponerme con él.
ResponderEliminar¡Besote!
Mónica nos cuenta cuentos que atrapan, ¿verdad? Tardé muy poco en leer esta novela, como las dos anteriores, y estoy deseando encontrarme con otro de sus lugares inventados en los que te hace sentir muy a gusto.
ResponderEliminarUn beso
A mi también me gustó mucho. Un beso ;)
ResponderEliminarTengo ganas de inaugurarme con esta autora, sigo su blog y me gusta mucho su estilo. En mi Kindle tengo esperando Cuéntame una noctalia pero aún no lo he leído, este me lo apunto también. Un saludo!
ResponderEliminarLas novelas de Mónica siempre te dejan con la sonrisa en la cara y con tantas buenas y agradables sensaciones... Siempre te deja con ganas de volver.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un libro que te hace sentir bien y que te dejan muy buen sabor de boca
ResponderEliminarYa la traigo anotada de otra reseña, pero viendo las frases de tu reseña sé que me va a gustar...me habéis picado lo que comentáis del estilo tan propio de Mónica.
ResponderEliminarBesitos
Pedro, muchísimas gracias por tu generosa reseña. Me encanta las frases que has escogido para presentar a los personajes y que te demores en ese coloquio "romanticista" con el que tanto he disfrutado mientras escribía (sí, el nombre de la ciudad es un homenaje al señor Coleridge, me has pillado). Ya sabes que valoro muchísimo tu opinión porque sé que no eres habitual de este género y porque fuíste uno de mis primeros lectores masculinos que me dio su valioso punto de vista. Muchísimas gracias por tus palabras, pero sobre todo, me alegra que hayas disfrutado escapándote un ratito a esos rinconcitos escondidos de "buenrollismo" con los que suelo obsesionarme. Un besazo.
ResponderEliminarMe gustaría leerlo, de vez en cuando caen libros de este género, apetece =)
ResponderEliminarBesotes