Los enamoramientos
Javier Marías
FICHA TÉCNICA
Título: Los enamoramientos
Autor: Javier Marías
Editorial: Alfaguara, 2011
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 460
Editorial: Debolsillo, 2013
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 376
JAVIER MARÍAS
El autor de Los enamoramientos es Javier Marías,
considerado como uno de los mejores escritores vivos de la literatura española,
del que he de confesar que no he leído nada, quizás porque esa fama de gran
escritor, me hace pensar que tiene que ser un rollo. Nada más lejos de la
realidad, por lo menos en este libro que he leído.
La editorial nos cuenta del autor:
Javier
Marías (Madrid, 1951)
es autor de Los dominios del
lobo, Travesía del horizonte, El monarca del tiempo, El siglo, El hombre
sentimental (Premio Ennio
Flaiano), Todas las almas(Premio
Ciudad de Barcelona), Corazón tan
blanco (Premio de la Crítica,
Prix l'Oeil et la Lettre, IMPAC Dublin Literary Award), Mañana en la batalla piensa en mí (Premio Fastenrath, Premio Rómulo
Gallegos, Prix Femina Étranger, Premio Mondello di Palermo), Negra espalda del tiempo, los tres
volúmenes de Tu rostro mañana: 1
Fiebre y lanza (Premio Salambó), 2 Baile y sueño, 3 Veneno y sombra y
adiós, Los enamoramientos (Premio Tomasi di Lampedusa, Premio
Qué Leer) y Así empieza lo malo; de las semblanzas Vidas escritas y Miramientos;
de los relatos Mala índole y la antología Cuentos únicos; de homenajes a
Faulkner y Nabokov y veinte colecciones de artículos y ensayos.
En 1997 recibió el Premio Nelly Sachs,
en Dortmund; en 1998, el Comunidad de Madrid; en 2000, los Premios Grinzane
Cavour, en Turín, y Alberto Moravia, en Roma; en 2008, los Premios Alessio, en
Turín, y José Donoso, en Chile; en 2010, The America Award en los Estados
Unidos; en 2011, el Premio Nonino, en Udine, y el Premio de Literatura Europea
de Austria, y en 2012, el Terenci Moix, todos ellos por el conjunto de su obra.
Entre sus traducciones destaca Tristram
Shandy (Premio Nacional de
Traducción 1979). Fue profesor en la Universidad de Oxford y en la Complutense
de Madrid. Sus obras se han publicado en cuarenta y tres lenguas y cincuenta y
cinco países, con casi ocho millones de ejemplares vendidos. Es miembro de la
Real Academia Española.
ARGUMENTO
«La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última vez
que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de
ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo en
cambio era una desconocida».
Este es el comienzo de Los enamoramientos en el que María
Dolz, una mujer que trabaja en una editorial, comienza todas sus mañanas
tomando un café en una cafetería al lado de su trabajo y contemplando a una
pareja, a los que ve siempre profundamente enamorados. Es su manera de empezar
bien el día, de enfrentarse con ánimo a su trabajo en la editorial.
Tras un tiempo sin verlos, se entera de que él ha sido salvajemente
apuñalado y asesinado por un indigente que al parecer lo confundió con otra
persona. Una muerte absurda.
Tras un cierto tiempo, su mujer vuelve a reaparecer en la cafetería y un
día tiene el valor de acercarse a ella y entablar conversación. Una
conversación que continúa en casa de Luisa, la mujer del difunto, donde conoce
también a un amigo del fallecido, Javier Díaz-Varela que está enamorado de
Luisa, lo cual no es inconveniente para que comience una relación con María.
Una relación en la que ella casualmente llega a descubrir que la muerte de Miguel quizás no fue accidental.
Una relación en la que ella casualmente llega a descubrir que la muerte de Miguel quizás no fue accidental.
De la muerte, el amor, la vida en
general y más
LOS ENAMORAMIENTOS
Hay libros que son de fácil lectura, que se leen casi sin que te des cuenta. No es el caso de Los enamoramientos, entre otras cosas porque sin ser una novela larga, tiene unas cuatrocientas páginas, y el diálogo es mínimo cuando la hay, en ocasiones son larguísimos monólogos, en algunos casos interiores. Un libro que invita a la reflexión profunda.
Pero frente a otros libros hay una diferencia fundamental, y es que cuando
hablo de Los enamoramientos,
lo estoy haciendo de LITERATURA. No es que otros libros no sean literatura, porque
todo lo escrito lo es, aunque sea literatura de usar y tirar. La diferencia
está en esas mayúsculas.
¿Qué
convierte a un libro en LITERATURA con mayúsculas? Para empezar algo que puede parecer una perogrullada
pero que no es tan sencillo: Que esté bien escrito. Bien es verdad que algunos por bien escrito entienden el uso de palabras
rebuscadas, convirtiendo al lector en un consultor forzado de un diccionario so
pena de no enterarse de nada de lo que el autor quiere decir.
No es el caso de Los enamoramientos, que pese a su riquísimo lenguaje, está al alcance de cualquier lector. Un lenguaje cuidado pues sus personajes además son cultos, no en vano la protagonista se gana la vida trabajando en una editorial seleccionando textos para publicar.
No es el caso de Los enamoramientos, que pese a su riquísimo lenguaje, está al alcance de cualquier lector. Un lenguaje cuidado pues sus personajes además son cultos, no en vano la protagonista se gana la vida trabajando en una editorial seleccionando textos para publicar.
La otra
característica que debe tener la LITERATURA, es la de crear unos personajes
que, por muy extraños que sean, podamos sentirlos como reales, como arquetipos
de seres de carne y hueso. Lo que convierte en un personaje inmortal a un loco
que cabalga contra los molinos como si fuesen gigantes, es la habilidad de la
pluma (hoy en día es el teclado) del autor.
En Los enamoramientos destaca
la riqueza de sentimientos de
sus personajes, lo bien descrita que está su vida interior. Aunque
hablar en plural de personajes quizás sea un poco excesivo, porque si el libro
fuera fútbol televisado, podríamos decir que su protagonista María Dolz, tiene
una posesión del 90% de las páginas. E incluso puede que me quede corto. Pocos
más son los personajes que tienen vida propia en esta novela, aunque
consideremos dicha vida la que vemos a través de los ojos de María: Miguel
Desvern (el hombre muerto), Luisa Alday (su mujer), Javier Díaz-Varela (el
amigo del muerto enamorado de su mujer) y Ruibérriz (un conocido de Javier). No
hay más.
La novela está repleta de párrafos que invitan a la reflexión. A fin de
cuentas la muerte y el amor son experiencias por las que tarde o temprano todos
tenemos que pasar.
Si bien es cierto que he comenzado el argumento al igual que lo hace la
contraportada con las primeras líneas del texto, me llaman mucho más la
atención los que podremos encontrar más adelante, porque nos van a hablar de la
casualidad, de cómo la vida está ausente de la lógica
que intentamos darle. El destino es un puro capricho, en el que nuestro día
y nuestra hora están escritos a la espera de ejecutarse:
«Si, era el día de su cumpleaños, ¿puedes creértelo? El mundo deja entrar y hace salir las
personas demasiado en desorden para que alguien nazca y muera en la misma fecha, con
cincuenta años por medio, justo cincuenta. No tiene el menor
sentido, precisamente por parecer que lo tiene. Podría no haber
sido así, era tan fácil que no hubiera ocurrido. Lo que tocaba es
que no fuera. En absoluto. Que no fuera». (Página 55)
Es cierto que
ese destino puede parecernos caprichoso, pero es que hay un elemento de la vida
humana que es inevitable : La muerte
«Nadie puede quejarse de no haber nacido, o de no haber estado antes en el mundo, o de no haber estado por siempre en él, así que ¿por qué habría de quejarse nadie de morir o de no estar después en el mundo, o de no permanecer siempre en él?».(Página 339)
«Nadie puede quejarse de no haber nacido, o de no haber estado antes en el mundo, o de no haber estado por siempre en él, así que ¿por qué habría de quejarse nadie de morir o de no estar después en el mundo, o de no permanecer siempre en él?».(Página 339)
He de reconocer que aún sin obsesionarme, la muerte es un tema que
inevitablemente me planteo de cuando en cuando y, alguno de los razonamientos
que se hacen en la novela, me los he planteado en términos semejantes, aunque
evidentemente no tan bien escritos:
«Quién ha vivido y ha muerto no desaparece del todo. Durante un par de generaciones al menos, hay constancia de sus actos y al morir él está al tanto de todo eso». (Página 125)
«Quién ha vivido y ha muerto no desaparece del todo. Durante un par de generaciones al menos, hay constancia de sus actos y al morir él está al tanto de todo eso». (Página 125)
Como decía, la vida es muerte y es amor y tres son las historias de amor que vamos a poder ver en esta novela, la de Miguel y Luisa, descritos por María como “la pareja perfecta”, la de Javier enamorado de Luisa, la mujer de su amigo, y la de María para con Javier.
Empezaré con la definición que el autor hace del enamoramiento:
«El enamoramiento es insignificante, su espera en cambio es sustancial». (Página 244)
Con todo, el amor muchas veces no se hace presente más que en pasado. Esa
era precisamente una de las frases que encontraba en Si tu me dices ven
lo dejo todo, pero dime ven de Albert Espinosa:
«Amar era recordar que has querido y que te han querido, pero siempre en
pasado. Querer es el presente, amar
el pasado». (Si tu me dices ven lo dejo todo, pero dime ven; página
75)
Porque por más que queramos al ser amado, dicho amor en realidad lo vemos muchas veces solo a toro pasado, cuando nos deja, bien porque se va, o porque se muere como es el caso de esta novela:
«Lo añoro sin parar, ¿sabes? Lo añoro al despertarme y al acostarme y al soñar y todo el día en medio, es como si lo llevara conmigo incesantemente, como si lo tuviera incorporado en mi cuerpo.» (Página 84)
Lo cual no quiere decir que dichos recuerdos no sean en un momento dado una gran losa que nos impide vivir:
«Todos los recuerdos están teñidos ahora por ese final triste y sangriento. Cada vez que me acuerdo de algo bueno, al
instante se me aparece la imagen última». (Página 84)
No deja de ser
un tanto descreída y escéptica la visión de Javier Marías sobre el amor. Quizás
un tanto triste:
«No
podemos pretender ser los primeros, o los preferidos, sólo somos lo que está disponible, los restos, las sobras, los
supervivientes, lo que va quedando, los saldos, y es con eso poco
noble con lo que se erigen los más grandes amores y se fundan las mejores
familias». (Página 150)
Aún queda otro aspecto importante de la novela: la búsqueda de la verdad. Porque María descubre que la muerte de Miguel no fue un hecho fortuito como en un principio podría pensarse, que en realidad fue un asesinato inducido. Pero ¿realmente fue así? ¿Empujar un poco al destino para que juegue a nuestro favor es un asesinato? ¿Fue un asesinato o una asistencia a un suicidio? ¿Fue una manera de ayudar a un amigo, o una manera de ayudarse a sí mismo?
Ya decía al principio que esta novela es LITERATURA. Y mucho de literatura
hay en ella. Porque aprovechando que María es editora de libros, Javier
Marías aprovecha para hacer un crudo repaso al mundo de los escritores y su
relación con el mundillo editorial, de las ridículas ínfulas de algunos
escritores, de sus exigencias, de sus manías. Seguro que detrás de cada uno de
los tipos que nos presenta, hay un escritor real, pero evidentemente no se
quién es cada cual.
Hay además dos referencias literarias muy importantes en esta novela:
- El coronel Chabert de Honorato de Balzac.
- El coronel Chabert de Honorato de Balzac.
- Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas.
La primera es
una novela para mi totalmente desconocida que reconozco que se me ha despertado
la curiosidad por leerla. En cuanto a la segunda, ¿quién no ha leído o visto
alguna de las películas basadas en dicha novela? Y sin embargo, el pasaje al
que se hace referencia en Los enamoramientos, estaba borrado de mi
memoria.
Dos libros aparentemente muy diferentes, pero que tienen un punto común, el mismo que se hace presente en Los enamoramientos: El amor y la muerte. Porque en El coronel Chabert, dicho coronel recibe durante una batalla un sablazo en la cabeza y luego es pisoteado por la caballería que acude en ayuda de sus tropas. Dado por muerto es arrojado al montón de los cadáveres, de dónde milagrosamente logra salir con vida para encontrarse que oficialmente está dado por muerto, por lo que cuando intenta regresar junto a su esposa tras haberse recuperado, se encuentra con que su viuda ya no es tal, sino que se ha casado con otro hombre. Él, muerto y añorado en un principio, es ahora una carga, un estorbo, un sinsentido para su mujer, que en caso de reconocerlo, tendría que desbaratar su nueva vida.
Dos libros aparentemente muy diferentes, pero que tienen un punto común, el mismo que se hace presente en Los enamoramientos: El amor y la muerte. Porque en El coronel Chabert, dicho coronel recibe durante una batalla un sablazo en la cabeza y luego es pisoteado por la caballería que acude en ayuda de sus tropas. Dado por muerto es arrojado al montón de los cadáveres, de dónde milagrosamente logra salir con vida para encontrarse que oficialmente está dado por muerto, por lo que cuando intenta regresar junto a su esposa tras haberse recuperado, se encuentra con que su viuda ya no es tal, sino que se ha casado con otro hombre. Él, muerto y añorado en un principio, es ahora una carga, un estorbo, un sinsentido para su mujer, que en caso de reconocerlo, tendría que desbaratar su nueva vida.
En cuanto a Los tres mosqueteros, se hace
referencia a un pasaje que tenía completamente olvidado en el que Athos le
confiesa a D'Artagnan cuál fue el amor de su vida, una hermosa muchacha de
dieciséis años, que a pesar de no ser noble el convirtió en su mujer para
descubrir luego la marca de lis en su hombro, lo que la delataba como convicta
de prostitución. Amor y muerte unidos, porque sin pensárselo, ciego de rabia
por lo que el considera un engaño, la ata una cuerda al cuello y la ajusticia.
Pero al igual que el coronel Chabert, empeñado en volver a la vida, reaparece
de nuevo, totalmente cambiada e irreconocible, para hacer la vida imposible a
los propósitos de los mosqueteros.
IMPRESIÓN PERSONAL
Me imagino que
si has leído hasta aquí, te habrás dado cuenta de que ésta no es una novela
para todos los públicos y gustos, por muy buena que sea, porque no se trata de
una lectura que, salvo algunos momentos enganche como para no parar de leerla.
Es más bien un monólogo interior del que muy bien podría
hacerse una obra de teatro al estilo de Cinco horas con Mario. Y es
que la protagonista no deja en toda la novela de pensar y manifestar sus
pensamientos, unas veces de palabra y otras solo mentalmente aunque queden
recogidas en la novela. De hecho hay como un retardo del tiempo en algunas
ocasiones, pues es mucho más largo el discurso del pensamiento que el tiempo
real que ha trascurrido en el diálogo que está manteniendo.
Una forma de
narrar que a mi me ha gustado, porque es como estar en todo momento en la
cabeza de la protagonista, una pensadora incansable. Si esos pensamientos
además giran en torno al amor y la muerte y están muy bien escritos, no ha
podido por menos que gustarme el libro. Pero entiendo que esa no puede ser la
situación de todos los lectores.
No es una lectura intrascendente, de esas que se buscan para evadirse y disfrutar con aventuras o historias
de pasión. Dicho de otra manera, no es una novela veraniega (entendiendo como
tal aquella que es pura evasión). Porque nada más lejos de esta novela
que permitir al lector evadirse, pues te enfrenta a tus propios
pensamientos y sentimientos, al sentido de la vida, al sentido de la muerte, al
sentido del amor.
Quizás por eso la sienta yo también como LITERATURA, porque pocas novelas
como ésa me han hecho pensar tanto. Lo cual no quiera decir que coincida
plenamente con todos sus planteamientos, porque a fin de cuentas, frente a la
vida y la muerte, cada uno es “cada uno y
cada uno tiene sus cadaunadas”.
VALORACIÓN: 9/10
Mi primer acercamiento a su obra no fue precisamente satisfactorio, por lo que no sé si volveré a leer algo de él. Imagino que sí, pero dentro de un tiempo.
ResponderEliminarUn abrazote.
hola! conozco muy poquito su obra y con esta magnifica reseña lo presentas espectacular. no lo dejare pasar asi nomas. gracias!
ResponderEliminarLo leí en 2013 y me hizo reconciliarme con Javier Marias. ¡Me ancantó!. Besinos
ResponderEliminarMarías es uno de mis imprescibdibles. Es cierto que las suyas nunca son lecturas rápidas ni ligeras, pero el placer de disfrutar de sus argumentos, sus reflexiones y entrar en su peculiar mundo propio es enorme.
ResponderEliminarSaludos.
Tengo pendiente a este autor desde hace un montón! Precisamente quiero empezar con este =)
ResponderEliminarBesotes
No he leído nada de Javier Marías. Me apunto este libro para estrenarme con él.
ResponderEliminarUn beso!