El pasado 30 de marzo en la sede de
Penguin Random House en Madrid, tuve el placer de asistir a un encuentro con
Jorge Díaz, el autor de Tengo en mí todos los sueños del mundo.
Para abrir fuego, el mismo se realizó
una pregunta en la que suponía, con mucha razón, que estábamos interesados:
¿Cómo llegó hasta Tengo en mí todos los sueños del mundo?
Cuando escribió su anterior novela
Cartas a Palacio, ambientada en el periodo de la Gran Guerra en España (lo de
llamarla la Primera Guerra Mundial vino luego cuando tuvo lugar la segunda),
tiró de hemeroteca para documentarse y encontró sin buscarlo la noticia de un
naufragio en el que murió el compositor Enrique Granados y el naufragio del
Príncipe de Asturias, aunque comprobó que eran dos naufragios diferentes.
También encontró la historia de las
estatuas “gafadas” que viajaban en el Príncipe de Asturias y le hizo gracia
incluirlas en una novela porque nunca había escrito una con un toque esotérico,
aunque luego vio que podía hacer una historia mejor que la de las propias
estatuas.
Le gustó la historia de este barco que
se va a pique como una alegoría de la propia Europa que se estaba hundiendo con
la guerra.
El punto común de todas las historias
sería el embarque en el barco. No había otro remedio, porque el Príncipe de
Asturias tardo en irse al fondo del mar cinco minutos y no daba tiempo para
contar una historia como la del Titanic que tardó casi cinco horas en hundirse.
Tengo en mi todos los sueños es una
novela en la que confluyen numerosas historias, porque su autor nos dice que a
él lo que le gusta es contar muchas historias divertidas.
Aunque la historia de Gabriella es
inventada, si hay algunos personajes reales, Lo es por ejemplo la historia del
párroco de Soller que el autor encontró cuando se documentaba sobre el tema de
los matrimonios pactados. Un párroco que tenía una especie de agencia
matrimonial que tenía fama de no fallar a la hora de elegir pareja.
Comentamos que había conseguido un gran
equilibrio entre todas las historias, aunque la protagonista principal para el
autor sea Gabriela. Y de ahí pasamos a hablar de cuál era el personaje favorito
de cada uno, que para el autor es Raquel (que hubiera dado pos sí misma para
una novela)
Cuando le preguntamos cómo era posible
mantener tantas historias a la vez, todas tan equilibradas e interesantes, nos
dijo que el secreto es que él es guionista (de Hospital Central entre otras
series) y por obligación ha de llevar varias tramas a la vez.
Nos confesó que en el primer borrador no
existía el personaje del periodista. Una figura que surgió al introducir en la
novela unos pequeños artículos periodísticos. También por el contrario,
desapareció el personaje de un anarquista.
Nos contó que el primer borrador de la
novela lo escribió en seis o siete meses y que en total estuvo diez meses,
apurado por los plazos para que coincidiera con el aniversario del hundimiento
del barco.
Le pregunté por la Oficina pro cautivos,
una iniciativa del rey Alfonso XIII que aparece en Tengo en mí todos los sueños del
mundo y de la que ya había escrito en Cartas a Palacio. Efectivamente
hay algún personaje que ya aparecía en la anterior.
Un tema del que por cierto también nos
habla Antonio Gómez Rufo en Madrid. La novela (normal porque son
amigos y Jorge Díaz le pasó documentación) y en Los ángeles de hielo de Toni
Hill, publicada también hace pocos días.
Nos habló de que en aquella época un pasaje
de un barco era muy caro y era el medio en que los emigrantes intentaban ir a
buscar una nueva vida. Por eso las familias se empeñaban y elegían al más
brillante para que intentara triunfar. Por eso en el barco viajaba no solo el emigrante
con sus sueños, sino con todos los sueños de los que le enviaban, con la
esperanza de que triunfara y les mandara dinero para pasajes para el resto de
la familia.
De ahí el poema de Fernando Pessoa al
comienzo del libro y que da título a la novela:
«No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los
sueños del mundo».
Una historia de la emigración que suena
muy de ahora y es que hay muchas cosas en la novela que son muy actuales porque
la historia es muy cíclica.
Nos habló a propósito de los emigrantes,
que existían en aquella época captadores de emigrantes
Jorge Díaz se define a si
mismo como un escritor profesional. Se sienta
todos los días a escribir y hace “horario de oficina”.
No tiene manías, aunque no pone música porque
entonces canta y se distrae.
Cuando está acabando a la novela, se
levanta a las cuatro de la mañana porque le cunde mucho, aunque luego se vuelva
un rato a la cama.
Aunque no es de esos autores que tiene
una escaleta con la estructura de la novela perfectamente desarrollada, sí sabe
cómo va a acabar.
Al tratarse de varias historias, le
preguntamos si las escribía por separado y luego las montaba. Nos contestó que
prefiere escribir todo a la vez, porque así se divierte más.
Hay cosas al ponerse a escribir que ya
tiene documentadas y otras que busca mientras lo hace, como por ejemplo al
letra de las canciones que aparecen en la novela.
Esto de la documentación nos explicó que
para él era como las croquetas: Si hay jamón, haces croquetas de jamón. Si hay
pollo, las croquetas serán de pollo. Por eso, lo que encuentra es lo que pone.
Si por ejemplo encuentra en su búsqueda de documentación el precio de una
camisa de la época, esta puede aparecer en una escena. Si no, el protagonista
entrará en la sastrería y se limitará a ver la camisa.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Siempre es muy interesante y
gratificante un encuentro de este tipo con el autor de una novela. Además, ya
había leído la novela cuando asistí al encuentro, de ahí que puedas profundizar
y hablar de muchas más cosas relacionadas con la misma con el autor.
Me agradó mucho la afabilidad de Jorge
Díaz, la cercanía que nos mostró, su disposición a aclararnos todo lo que
quisiéramos preguntar sobre la novela, su sentido del humor… Algo que no aparece
reflejado en esta crónica, pero que fue una constante en todo el encuentro.
Un encuentro que terminó con nuestra
sesión de fotos y la firma de los libros que llevábamos.
Solo me queda emplazaros a leer su
novela: Tengo todos los sueños del mundo, una novela que te cautivará. Si
quieres saber más de ella, pincha AQUÍ para leer la
reseña de la misma.
Título: Tengo en mí todos los sueños del mundo
Autor: Jorge Díaz
Editorial: Plaza & Janés, 2016
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 523
Muchas gracias. Para mí fue una tarde especialmente divertida en un mes lleno en entrevistas...
ResponderEliminarFue una tarde muy divertida, me lo pasé muy bien.
ResponderEliminarUn beso!
Deseando leerla y más después de vuestras opiniones. Así que también Toni Hill ... ahora me pica todavía más la curiosidad con su novela. Besos.
ResponderEliminargracias por la presentación.
ResponderEliminarBesos
Un encuentro muy divertido, la verdad es que la novela me había encantado y el autor me pareció muy pero que muy majo.
ResponderEliminarBesos.
Se ve que fue una tarde genial. Muchas gracias por compartirla! Y un autor con el que tengo ganas de estrenarme. A ver cuándo me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!