La llave de Sarah
Tatiana de Rosnay
FICHA TÉCNICA
Título: La llave de Sarah
Autor: Tatiana de Rosnay
Editorial: Suma,
2007
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 400
PVP: 21,00 €
Editorial: Punto de lectura, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
TATIANA DE ROSNAY
Dice la
editorial de la autora:
Tatiana de Rosnay nació en París y tiene raíces inglesas, francesas y rusas. Criada en
un entorno multicultural, vivió en Estados Unidos durante su infancia y se
licenció en la University of East Anglia (Norwich, Inglaterra). Es autora de
nueve novelas y de diversos guiones. También escribe en la revista Elle y
es crítica literaria de Psychologies.
La llave de Sarah fue la primera novela que escribió en inglés, su lengua materna, y
alcanzó con ella un gran éxito.
Actualmente vive
en París, está casada y tiene dos hijos.
ARGUMENTO
Sarah es una niña francesa, que vive feliz e ignorante de los rumores que
corren y que hacen que su padre esté escondido. Es cierto que tiene que llevar
cosida una estrella amarilla que la distingue de las demás niñas y que parece
que las cosas están más difíciles.
Toma con ello
conciencia de algo que hasta ese momento no había sido consciente: Es judía y
por tanta es diferente a casi todas sus, hasta ese momento compañeras y amigas.
¿
Qué tenía de
malo ser judío? ¿Por qué había gente que los odiaba? "Creen que somos
distintos. Por eso nos tienen miedo". ¿Pero por qué eran distintos?, se
preguntaba? ¿Qué les hacía diferentes? (Página 141)
Todo cambia en la vida de Sarah cuando una noche la policía francesa se
presenta en su casa para llevarse al padre y a toda la familia con él. Pero en
el último momento Sarah consigue esconder a su hermano pequeño disimulado en
una pared, cerrándolo con llave y marchándose con ella, pues piensa que en poco
tiempo volverá a casa para rescatarlo.
Las cosas no salen como Sarah piensa, porque son llevados primero al
velódromo y luego a un campo de concentración en Francia. Pero Sarah no pierde
la esperanza de volver y rescatar a su hermano.
LA LLAVE DE SARAH
Remover el pasado nunca es buena idea, sobre todo con lo que ocurrió durante la guerra. A la gente no le gusta que se lo recuerden. Nadie quiere pensar en ello. (Página 379)
Si esta frase no la enmarco en su contexto, bien podría pensarse que se refiere a la polémica ley de la memoria histórica, y que su autor quiere echar otra paletada de tierra sobre los muertos. A fin de cuentas están muertos, enterrados y bien calladitos, sin poder dar testimonio de las barbaries cometidas.
Bucear en el pasado puede ser delicado. Se encuentran sorpresas desagradables. La verdad es más dura que la ignorancia. (Página 190)
Mejor la ignorancia, mejor ser tratados como niños pequeños, no sea que aprendamos algo, olvidando que los que desconocen su historia, están condenados a repetirla.
Dicho lo
anterior, resulta que como dice el dicho, en todas partes cuecen habas, porque
dichos textos no hacen referencia a la Guerra Civil Española, sino al papel da
Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Un papel que han intentado silenciar
una y otra vez, reescribiendo la historia si hace falta, obviando el papel que
muchos extranjeros jugaron en la resistencia, o el uso de tropas africanas (ver
la película Días de gloria) que regaron con su sangre suelo francés sin
que se reconociera su papel, en muchos casos simple carne de cañón.
Uno de los capítulos más silenciado de esta turbia historia, es la colaboración francesa con las tropas nazis para la deportación de judíos de Francia, incluso nacidos en ella a los campos de exterminio en Alemania.
El 16 de Julio de 1942 en el Velódromo de Invierno de París, sin ningún
tipo de condiciones fueron recluidos miles de judíos parisinos, niños
incluidos, como paso previo a la deportación a los campos de trabajo, eufemismo
bajo el que pretendía encubrirse la verdad de unos campos de muerte.
Los niños en realidad no habían sido solicitados por las autoridades
alemanas, pero los franceses creían que enviando familias enteras, daban una
mayor credibilidad a lo de campos de trabajo, porque iba a ser difícil de creer
lo de enviar a los padres y dejar abandonados a los hijos.
Francia envió 80.000 judíos a Alemania. Apenas 2.000 volvieron.Y a todo esto ¿qué opinaba la población francesa? Nada. Se trataba de la policía francesa, no de loa alemanes. Nadie iba a hacerles daño. (Página 40)
Y por duro que resulte de asimilar para los franceses, como se recoge en el
libro:
Los enviaron directamente a la cámara de gas. Y fue el gobierno francés, en autobuses franceses, y en trenes franceses. (Página 180)
Este material como punto de partida, puede dar mucho de sí, máxime si se
añade el punto de vista dramático de una niña protagonista, que todos sabemos
el juego que eso dio con El diario de Ana Frank
Por una parte la historia de Sarah. Por otra la historia de Julia, una
periodista americana que ya lleva muchos años afincada en Francia, donde se ha
casado y tiene una hija.
En su trabajo la han encargado preparar un reportaje sobre los sucesos de
julio del 42 en el velódromo de París.
Por esas casualidades del destino, descubre que la casa que su marido está
reformando para irse a vivir, una casa que perteneció a la familia de él, está
relacionada con los acontecimientos que está investigando, pues muchas familias
francesas aprovecharon aquellos pisos que quedaron vacíos al ser detenidos sus
ocupantes judíos, para trasladarse a ellos.
Por eso ambas historias terminan convergiendo en una sola, la de Julia
intentando averiguar que pasó finalmente con Sarah.
IMPRESIÓN PERSONAL
No me es extraño leer novelas con esta estructura narrativa de dos historias
que transcurren en distintos planos de tiempo y que terminan convergiendo en un
punto.
El problema es que en este caso hay mucho desequilibrio en el interés de
las mismas, hasta el punto de que parecen escritas por manos diferentes.
Mientras que es muy interesante la historia de Sarah, en ningún momento pude
conectar con la de Julia.
Hasta tal punto es así que para mí cuando en la página 240 se produce la
llegada de Sarah a su casa, con un desenlace no ya sospechado sino inevitable,
la novela cae en picado, sobra el tercio final de la misma.
Sobra porque para mí el planteamiento es equivocado, carece de fuerza
dramática la búsqueda de Sarah, mientras que si lo tenía el sufrimiento de la
misma, el vano intento de reconstruir su vida en América.
Zakher, Al Tichkah. Recordar,
nunca olvidar. Eso marcará su vida. Pero quizás la fuerza dramática de ese
sufrimiento, de meterse en la mente y la piel de Sarah ha superado a la autora,
que ha optado por una vía mucho más pastelera y de salsa rosa.
Parece creer que es más interesante averiguar si finalmente Julia se
separará de Michael, su mujeriego marido. Cosa que por otra parte me trae sin
cuidado, porque ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Sexo nada más es lo que Julia tiene y tuvo con un marido mujeriego, brusco,
que no la estima ni considera lo suficiente, incapaz de asumir una nueva
paternidad que le hace sentirse viejo, pero del que Julia sigue prendado de lo
bueno que está, lo simpático que es y la bien que funciona en la cama.
Esa historia,
que termina apoderándose de libro, echa a perder un buen comienzo y lo que
hubiera podido ser una buena novela, una
denuncia sobre la actitud y la colaboración de la población francesa con las
atrocidades nazis.
Y también pierde
la ocasión de profundizar sobre las heridas que la barbarie puede hacer en el
alma humana y sus consecuencias.
No puedo recomendar, y es una pena, la lectura de este libro. Pero puestos
a hacer una recomendación, hay una joya literaria sobre la persecución de los
judíos en Francia: Un saco de canicas
VALORACIÓN: 4/10
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LA PELÍCULA
En el año 2010 se estrenó la versión cinematográfica de La llave de Sarah,
producida en Francia y dirigida por Gilles Paquet-Benner, el mismo que dirigió
Dark Places.
La actriz principal es Kristin Scott Thomas, que fue nominada por este
papel para los César franceses.
Una película pensada, al igual que el libro, para conmover al espectador.
Os dejo el trailer de la película
Es una pena que partiendo de una buena historia la novela se acabe desmoronando. Me uno a la recomendación de "Un saco de canicas" de Joseph Joffo y aunque en un tono muy diferente, añadiría "Sin destino", del premio Nóbel Imre Kertész. Saludos.
ResponderEliminarVaya...una pena que no acabara de convencerte del todo.Tengo este libro desde hace tiempo en la estantería pero no acababa de animarme con él porque tiendo a huir de las historias tristes pero viendo tu puntuación supongo que lo dejaré pasar por el momento.
ResponderEliminarBesitos
Yo la leí hace bastante tiempo y sí, aunque recuerdo el "drama" de Julia con su marido, apenas me quedé con eso. De hecho, si no lo hubiera mencionado al final de tu reseña yo ni me acordaría, ya que solo me quedé con la parte de Sarah y lo mucho que sufrí con su historia. A mí me gustó mucho, la película quizás un poco menos. Así que recomiendo su lectura :)
ResponderEliminarQué barbaridad Pedro! Me has dejado de piedra. La leí hace años y me gustó. En fin, esto de las lecturas es siempre un misterio.
ResponderEliminarUn beso
Pues me quedo con tu última recomendación. Estoy leyendo Y tu no regresaste, también sobre judios franceses entregados a los alemanes.
ResponderEliminarBs.
Pues yo lo tenía apuntado, que la temática me gusta =)
ResponderEliminarBesotes