Maldita verdad
Empar Fernández
FICHA TÉCNICA
Título: Maldita
verdad
Autor: Empar
Fernández
Editorial: Off Versátil
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 273
EMPAR FERNÁNDEZ
Della nos cuenta le editorial en la solapa interior:
Empar Fernández (Barcelona) es
profesora, columnista de prensa y autora de guiones para documentales.
Ha publicado entre otras obras de
ficción, Para que nunca amanezca, Hijos de la derrota, Mentiras capitales y Sin causa aparente.
Ha sido finalista del Premio de Novela
Fernando Quiñones con la obra El loco de las muñecas y
ganadora del Premio de Novela Corta Rejadorada por La cicatriz.
Junto a Pablo Bonell es autora de Cienfuegos, 17 de agosto, de la
serie de novelas negras protagonizada por Santiago Escalona y el thriller Hombre muerto corre.
En 2014 inició su particular
trilogía sobre la culpa con tres volúmenes de novelas autoconclusivas. Tanto la
primera La
mujer que no bajó del avión, como la siguiente La última llamada son
historias urbanas y oscuras protagonizadas por personas que nunca creyeron que
acabarían viéndose implicadas en un crimen. Tanto en ellas como en Maldita
verdad, su última novela, no hay una investigación policial, sino una intriga
psic9ológica completamente desnuda de artificios.
ARGUMENTO de MALDITA VERDAD
Olga Bernabé llega a su casa agotada del
trabajo. Hoy no le tocará lidiar con su hijo Daniel, un adolescente con el que
vive sola desde que su marido le abandonó cuando era muy pequeño, porque está
tumbado en su cama, dormido con los cascos de música puestos.
A la mañana siguiente comprobará una
horrible realidad: su hijo no duerme, está muerto. El horror será mayor cuando
le comuniquen que su hijo se ha suicidado.
En busca de respuestas, contratará a un
investigador que ni siquiera tiene licencia pues le faltan aún un par de
asignaturas para acabar la carrera, para que descubra la verdad.
Desconoce que saber la verdad no siempre
es la mejor opción, que hay verdades que probablemente estén mejor ocultas.
MALDITA VERDAD
Culmina con Maldita verdad la trilogía de
la culpa que la autora ha escrito. Lo hace volviendo a la primera novela en la
que una madre acompañaba a su hija agonizante en un hospital tras un intento de
suicidio, solo que en Maldita verdad el suicidio ha tenido éxito
directamente.
Tres novelas completamente diferentes
entre sí pero que guardan muchos puntos en común. Porque esa culpa de la que se
habla en las tres novelas, no es una culpa cualquiera, sino el sentimiento de
fracaso de unos padres en la relación con sus hijos. Madres en el caso de La mujer que no bajó del
avión
y Maldita
verdad, padre en el caso de La última llamada.
Lo que convierte esta trilogía en algo
estremecedor es que sus protagonistas no son seres especiales ni extraños. Lo terrible de estas tres narraciones es su cotidianeidad que hace que
cualquier lector pueda sentirse identificado en los protagonistas, bien por
experiencias personales en el caso de padres que tienen o han tenido hijos en
la terrible edad de la adolescencia, o por haberlo visto a su alrededor en
otras familias.
Por bien que como padre hagas las cosas,
siempre hay una duda en tu interior que te dice si no podrías haberlo hecho
mejor, si los problemas o defectos que tienen o puedan tener tus hijos no se
deben a que no lo has hecho suficientemente bien.
Imposible no empatizar con esta madre
incapaz de entender qué es lo que le pasa a su hijo, hasta hace apenas unos
años la alegría de su vida y que ahora se ha convertido en un ser extraño que
parece esquivarla:
«No conseguía encajar tanta ausencia. No
si el que se ausentaba era aquel joven en feroz desarrollo en torno al cual
había girado su vida durante mucho tiempo. Un chico de 16 años desgarbado y
confuso que aparentaba no verla y simulaba no oírla, Y lo hacía bien. Un
virtuoso.» (Página 15)
Una cotidianeidad que hace que
involuntariamente Maldita verdad esté de moda al coincidir su lanzamiento
con el terrible caso del suicidio de un niño y su carta de despedida por presunto
acoso escolar, uno de los temas que se aborda también en la novela.
Este es el escenario que nos pinta la
novela. Para resolverlo, Empar Fernández ha creado un personaje de tal calibre,
que espero que Maldita verdad sea el inicio de una serie. Se trata de Raúl
Forcano, aspirante a investigador, al que le faltan un par de asignaturas para
acabar la carrera, que a sus treinta años vive todavía con sus padres, aunque
acaba de mudarse a casa de su difunta abuela, un piso muy antiguo que está
arreglando poco a poco.
«Quiso creer que aquella era una señal
de que todo iría bien y de que, tras varios tanteos no siempre bien encajados
por sus padres, por fin había elegido el camino correcto, el más acertado para
un hombre observador y obsesivamente meticuloso como él. Todavía no había
resuelto si estaba dispuesto a aceptar hacerse cargo de una investigación pero
escucharía el problema y esperaba que el sentido común le ayudara a decidir.»
(Página 37)
Para que os hagáis una idea de la
singularidad de este personaje, vaya por delante una de las descripciones que
de él nos hace la autora en la novela:
«Raúl no soportaba hacer esperar y
siempre llegaba con antelación. Era obsesivo y extremadamente concienzudo en
algunos asuntos y de una dejadez rayana en la desidia respecto a otros. De
hecho, como cuadro clínico, Raúl era de difícil diagnóstico y de imposible
pronóstico.» (Página 66)
Un personaje sin duda entrañable, porque
está muy lejos de ser un héroe o uno de esos detectives o investigadores tan
inteligentes que todo lo saben:
«Se preguntaba si sería capaz de seguir
adelante y dudaba de su capacidad para afrontar riesgos, Tampoco tenía muy
clara su idoneidad parta desempeñar un oficio cuyas exigencias se le antojaban
cada vez mayores. No era un puto héroe. Carecía de superpoderes y no quería
jugarse la vida ni encarar a un matón a cada paso.» (Página 183)
No es la autoestima su punto
más fuerte, de ahí que agradezca interiormente comentarios sinceros de alabanza
hacia él.
«-Nieves dice que eres muy, muy listo y
asegura que quizás puedas hacer algo por mí. No tengo otra alternativa.
Necesito a alguien. Lo necesito por mí y por mi hijo.» (Página 40)
Una duda más que razonable plantea la
novela: ¿Debemos conocer la verdad a toda costa? Interesante debate moral el que
nos plantea el autor y del que nada más quiero contar, porque tus propias
respuestas debes encontrarlas leyendo la novela.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Siendo la tercera novela de Empar Fernández que leo, ya no existe el
factor sorpresa, solo la constatación de que novela tras novela la autora
mantiene de tal modo el nivel que no puedo decir cuál de sus novelas me gusta
más. Y a ello hay que sumarle el mérito de que todas ellas son diferentes.
Aunque los personajes de sus novelas
sean siempre distintos, tienen un punto en común: su verosimilitud. Son personajes inventados, pero muy
bien podrían ser la vecina de enfrente. Y es esa verosimilitud la que hace que
nos podamos sentir identificados con sus problemas, con sus culpas, con sus
deseos, con sus inquietudes.
Son por otra parte novelas, no voy a
decir cortas, pero sí que no superan las trescientas páginas, que se leen en un
suspiro, de ahí que parezcan más cortas de lo que en realidad son.
Una novela que, al igual que las de esta
trilogía (insisto en que sus personajes y sus tramas son independientes entre sí),
tienen más de narrativa actual que de novela negra, a pesar de que, tanto por
los misterios que encierran como por su estructura, bien pueden enmarcarse en
ese género. Por eso gustarán tanto a los amantes del género negro, como a
aquellos que no simpatizan con él.
Y desde aquí, remato con un deseo: Larga vida a Raúl Forcano. Este antihéroe merece tener
continuidad en otra novela.
Gracias a Editorial Versátil que me ha
facilitado un ejemplar de Maldita verdad para su lectura y reseña.
Pues aún no he leído nada de la autora y no será por falta de ganas, más bien de que me olvido cuando selecciono lectura. LO tendré en cuenta :)
ResponderEliminarBs.
Sólo he leído La última llamada y me gustó muchísimo. Me gusta como escribe la autora así que me lo llevo.
ResponderEliminarBesos
En febrero voy a estrenarme con la autora, lo más probable es que con este libro.
ResponderEliminarUn beso!
Es algo totalmente personal y subjetivo, pero no termino de animarme con esta autora. Besos.
ResponderEliminarLa apunto, me ha gustado la sinopsis, y con la reseña me convencí.
ResponderEliminarBesos
La apunto, me ha gustado la sinopsis, y con la reseña me convencí.
ResponderEliminarBesos
Tengo pendiente a la autora !
ResponderEliminarMe gusta mucho la autora, espero leerlo pronto =)
ResponderEliminarBesotes