jueves, 3 de septiembre de 2015

PRESENTACIÓN DE EL ÚLTIMO PARÍSO (ANTONIO GARRIDO)



Tuve el placer y la suerte de ser invitado por Planeta a la presentación de El último paraíso de Antonio Garrido, ganadora del XX Premio de Novela Fernando Lara, un premio al que se presentaron este año 238 novelas, tanto españolas como extranjeras.
Un premio muy prestigioso entre otras cosas por los nombres de los autores que en su día lo ganaron como Terence Moix (1996), Francisco Umbral (1997), Juan Eslava Galán (1998) Zoe Valdés (2003) entre otros.

Me salto las presentaciones protocolarias iniciales a cargo de los representantes de los que conceden el premio y me voy directamente al meollo, a la charla-entrevista que tuvo lugar entre Antonio y Lorenzo Silva, porque fueron una serie de preguntas que transcurrieron a modo de diálogo entre los dos.
Sospecho que algo me ocurre con Lorenzo Silva, porque asistí a una presentación suya en Fuenlabrada en la que el techo de la sala en que estábamos parecía que se iba a venir abajo con la fuerza de la lluvia y la tormenta que había. Y en esta presentación, un espectacular, prolongado e inesperado chaparrón cayó sobre Madrid, lo que me hizo llegar empapado y a la organización a cambiar el cóctel posterior que estaba previsto en los jardines del Hotel Villa Magna en el que se celebraba el evento, por unos salones del hotel.


Comenzó Lorenzo Silva destacando que este libro es un placer leerlo porque se ve que detrás hay pasión, sacrificio y profesionalidad.
Comentó Antonio Garrido que ha empleado en él tres años de trabajo. Lo primero fue situarse en uno de los momentos estelares de la humanidad. Estelar por como se estrelló.
Y para narrarlo elige a un descendiente de emigrantes rusos al que la crisis se lo lleva por delante y lo deja no solo arruinado sino sumido en la miseria. Decide emigrar a la Unión Soviética, sumida en una gran contradicción, porque por una parte está lanzada a una gran industrialización y por otra está padeciendo una hambruna.

Es una novela con una dialéctica muy actual, porque se mueve entre el hundimiento de un sistema y la atracción de una utopía.

Encontraremos en El último paraíso una gran meticulosidad en la descripción de los ambientes y los escenarios, tanto en Brooklyn y Manhattan como en Rusia.


Lorenso Silva habló de la tensión para el escritor que supone el fabular y ceñirse a la documentación y la realidad. Le preguntó a Antonio Garrido cómo había sido el esfuerzo de trabajar con tanta documentación y la vocación de fabular.
Para responderle, Antonio Garrido nos contó su trayectoria como escritor. Por eso nos dijo que la culpa de que estuviera allí fue un coche de juguete, que lo que no encontró jugando al fútbol lo encontró en los libros. Por eso empezó a escribir y ganó un concurso en el que le dieron un enorme Mercedes de juguete. Pensó que cuando fuera mayor quería un coche como aquel y por eso se hizo ingeniero.
Pero, las vueltas de la vida, tras un accidente que le tuvo en reposo seis meses, decidió terminar su primera novela. El primer borrador lo leyó su madre, que dijo que había que quitar escenas de sexo para que no pensaran que eran cosas que hacía él.
Y respondiendo a la pregunta, nos dijo que no se trata de contar una historia auténtica, sino una auténtica historia. Son los personajes los que le llevan de la mano. La documentación es un decorado, un barniz.


Lorenzo Silva le comentó que había trabajado con personajes americanos y rusos (aparece un español) y le preguntó si se había servido de referencias cinematográficas.
Antonio Garrido contestó diciendo que más que las referencias más que una película son las sensaciones. Es partidario de que el autor las imagine para que el lector las viva.


¿Por qué esta historia?
Para Antonio Garrido había algo que contar, una historia próxima. Hay un paralelismo entre lo que sufrió aquella gente y la situación actual. De nuevo los poderosos se han aprovechado en su beneficio y han pagado los más pobres, los débiles. Igual que ahora.
El origen de esta historia está en personas próximas, concretamente en sus dos abuelas paternas, dos hermanas gemelas que cuando su abuela se quedó viuda se fue a vivir con ella para ayudar a criar a sus hijos y no se casó.
Le habló de un chico que había estado en Rusia y que le contó algunas cosas maravillosas de aquel país, de la situación de las mujeres, que no sólo trabajaban, sino que incluso dirigían hospitales. Pero también había cosas malas, porque la policía secreta hizo “desaparecer” a numerosos trabajadores.


Se hizo aquí una alusión a Víctor del Árbol y su novela “Un millón de gotas”, un retrato durísimo de los guardianes de la utopía.
Porque ese es uno de los temas que se aborda en El último paraíso, en quiénes son los guardianes de esa utopía, un papel que se le da a los dirigentes que terminaron abusando de ese poder y además los medios no importaban con tal de conseguir esos fines estaban por encima de las personas.


Hay elementos más amables en la novela, como una historia de amor que sin duda es la que termina marcando el libro. Antonio Garrido piensa que el amor es lo que prevalece en la vida, el que saca lo mejor de nosotros mismos


Para terminar y a modo de conclusión, dijo que nos ha tocado vivir una época convulsa. La clave está en la honestidad de las personas en las que se deposita la confianza para salir adelante.


Y terminó el encuentro con un cóctel en los salones anexos y con la firma de libros por parte del autor. Y con muchas ganas de leer una novela que puedo aseguraros que no me defraudó.



Muchas gracias a Editorial Planeta por la invitación a este evento.

1 comentario:

  1. Fue un estupendo encuentro. Vamos a tener que tener cuidado si Lorenzo Silva y tú os encontráis en el mismo lugar, porque la que cayó fue épica. Besos.

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