miércoles, 15 de octubre de 2014

LAS ARDILLAS DE CENTRAL PARK ESTÁN TRISTES LOS LUNES (KATERINE PANCOL)

No solo las ardillas están tristes los lunes




FICHA TÉCNICA

Título: Las ardillas de Central Park están trises los lunes.
Autor: Katherine Pancol
Editorial: La esfera de los libros
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 808
PVP: 21,90 €.








KATHERINE PANCOL

Nació en Casablanca y se trasladó con su familia a París cuando tenía cinco años. Cursó estudios literarios y se doctoró en letras modernas. Trabajó de profesora de francés y latín antes de comenzar una larga trayectoria profesional como periodista en publicaciones como “Paris Match” o “Cosmopolitan”. Ha publicado más de una decena de libros y el éxito le llegó en 2006 de la mano de Los ojos amarillos de los cocodrilos, del que se han vendido más de un millón de ejemplares en Francia, novela por la que también recibió el premio “Maison de la Presse” en 2006 y fue galardonada como mejor autora por Gorodets Publicaciones.
Ha sido traducida a varios idiomas, entre ellos, ruso, chino, ucraniano, vietnamita o coreano.


Las dos continuaciones El vals lento de las tortugas y “Las ardillas de Central Park están tristes los lunes" han sido también un éxito de ventas.


Con Las ardillas de Central Park están tristes los lunes llega a su fin la trilogía que Katherine Pancol ha escrito sobre la vida de Josephine y su familia.¿He dicho fin? Si, eso es lo que yo creía cuando comencé a leer este libro, pero acabo de ver que la autora yase ha embarcado en una nueva entrega de las aventuras de sus personajes.
"No quería en absoluto continuar. Pienso que son los personajes los que deciden, son ellos los que vuelven. El escritor no decide", señala Pancol (Casablanca, Marruecos, 1954) en una conversación telefónica desde su casa en París. (Publicado en Diario de Navarra)

No quiere decir esto que la historia que hoy me ocupa no quede conclusa, pero evidentemente con tanto protagonista, y con la vida que continúa evolucionando, no es nada descabellado continuar con las aventuras de semejante tropa de personajes. Unos personajes a los que Katherine Pancol le debe su éxito literario.
No es esta trilogía lo primero que ha escrito Katherine Pancol, que ya lleva publicados un total de catorce libros, pero sí la que la ha permitido alcanzar la fama y los primeros puestos en las listas de ventas.






TRES LIBROS, TRES REFLEXIONES

Tres son los libros que componen la trilogía, llamada trilogía animal

LOS OJOS AMARILLOS DE LOS COCODRILOS
No somos tan diferentes los seres humanos de los cocodrilos que, como los reptiles, cambian de piel en el trascurso de sus vidas. Por eso los personajes del libro irán mudando su piel y su vida, para poder sobrevivir.

EL VALS LENTO DE LAS TORTUGAS
La vida es un baile, como un vals que puede sonar lento o rápido, que podremos bailar solos o en compañía, que alguien nos enseñará a bailar o aprenderemos solos a base de errores, en el que podremos perder el paso, tropezar y caernos, en el que recibiremos pisotones, Un baile en el que con suerte encontraremos nuestra pareja ideal para bailarlo hasta el final, o en el que cambiaremos constantemente de pareja. Un baile obligatorio en el que no podremos quedarnos sentado contemplando cómo son los demás los que bailan, mientras permanecemos ajenos sentados al borde de la pista sin participar.

LAS ARDILLAS DE CENTRASL PARK ESTÁN TRISTES LOS LUNES
Tristes se quedan en Central Park las ardillas los lunes al volver a su soledad. Pero la vida sigue con su día a día. Sigue con sus alegrías, sigue con sus tristezas, en busca de una compañía que nos aleje de la soledad.








ARGUMENTO

Da igual que la acción transcurra en París, Londres o finalmente Nueva York como ocurre en la tercera entrega, porque lo que se nos narra, bien podría pasar en Madrid o en cualquier otra gran ciudad de España. No voy a detallar mucho el argumento, porque si no habéis leído las dos primeras entregas, algo que os recomiendo e imprescindible para llegar a esta tercera, os chafaría completamente su lectura.
Para los que como yo tenemos memoria de pez, es muy útil a la vez que muy curioso, como entre las páginas 36 y 39 de este libro, por boca de una vecina la autora nos hace un resumen de lo ocurrido en las dos entregas anteriores.

He aquí, sin destripar nada, mi resumen:
Josephine, una madre de casa con dos hijas, se ve de la noche a la mañana abandonada por su esposo, que se marcha con una mujer más joven a instalar una granja de cocodrilos en África. Ella, que en el fondo es un ratón de biblioteca, se ve obligada a enfrenarse a la vida. Por si no fuera su situación suficientemente complicada, su hermana Iris la embarca en otra aventura: escribir un libro, aprovechando los conocimientos que tiene sobre el siglo XII.
A pesar de que su marido fue dado por muerto tras ser devorado por sus cocodrilos, vuelve a dar señales de vida. Pese a haber triunfado profesionalmente, Josephine sigue tan insegura como siempre. Se ve envuelta en un caso policíaco: un asesino en serie está atacando en el barrio al que se ha trasladado a vivir.
Josephine se enfrenta a una grave depresión tras los acontecimientos vividos en el segundo libro. Incapaz de agarrar la vida por los cuernos y decidirse a vivir el amor, presa de unos remordimientos y un sentimiento de culpabilidad que la tienen inmovilizada.
De esta inmovilidad intenta sacarla su editor, que la invita a escribir un nuevo libro. El problema para Josephine es encontrar una idea que la motive a enfrentarse con la escritura de un nuevo libro, que no deja de ser otra manera de enfrentarse a una vida que se le está yendo de las manos, con sus hijas cada vez más grandes e independientes.






LAS ARDILLAS... EL LIBRO

En cierto modo, Las ardillas de Central Park están tristes los lunes es una vuelta al origen de la trilogía. Porque en el principio, tramas sentimentales al margen, el eje central del primer libro era la escritura de un libro.
Al igual que hay películas sobre la preparación y rodaje de una película (cine dentro del cine lo llaman), junto a la historia central se desarrolla la confección de un libro, desde la pregunta inicial que se hace su autora por boca de Josephine:
«¿Existe un libro que ofrezca recetas para escribir? Medio kilo de amor, trescientos gramos de aventuras, seiscientos gramos de referencias históricas, un kilo de sudor... Déjese cocer a fuego lento, en horno caliente, saltear, remover para que no se pegue, evítense los grumos, déjese reposar, tres meses, seis meses, un año.» (Los ojos amarillos de los cocodrilos, página 237)



Podremos ver cómo se elabora el libro, desde una idea inicial que va desarrollándose desde los conocimientos de Josephine en el siglo XII, personajes que va tomando de los que tiene alrededor y que no pueden dejar de influenciarle en lo que está escribiendo. Y una vez acabado, hay que vender el libro. Pero no siempre quien escribe bien, puede vender bien, y se nos muestra esa cara de la venta del libro en la que más que el contenido, importa el show que se monte alrededor.
En Las ardillas de Central Park... los libros vuelven a estar muy presentes, salvo que en esta ocasión Josephine no quiere remontarse al siglo XII sino narrar algo más actual. Y es así como va a encontrar por fin, de un modo casual, una historia que le apasiona: el amor que un joven siente por la famosa estrella Cary Grant cuando estuvo en Francia para rodar una película.

Pero sobre todo, está presente el espíritu de superación, de lucha, de no dejarse abatir por los acontecimientos:
«Recuerda nuestra conversación, el otro día, sobre el hecho de que nosotras las mujeres, dudábamos siempre de nosotras mismas, que pensábamos que no valíamos, que éramos incapaces de hacer nada.Pues bien, estaba pensando que si nosotras dudamos, si pensamos siempre que no lo vamos a conseguir, ¿cómo van a confiar en nosotros los demás.» (Las ardillas de Central Park... Página 571)



Un curioso tìtulo. Curiosos son los nombres que la autora ha puesto a los libros de esta trilogía. Más aún si cabe en esta tercera entrega. Al igual que los cocodrilos tenían una acción, aunque fuera indirecta en la primera novela, aquí las ardillas tienen un papel relevante porque son la obsesión de uno de los personajes: Gary. Por ello se hace a las mismas varias referencias a las mismas durante la novela, aunque no todas sean positivas, porque uno de los protagonistas las ve como ratas voladoras.
El pasaje del que está tomado el título es el siguiente:
«La ardilla está sola durante la época más fría. La ardilla está triste en el gran parque... Sobre todo los lunes, cuando toda la gente del fin de semana se ha marchado. Cuando ya no le tiran cacahuetes ni avellanas, se encoge de hombros y espera al sábado siguiente... o a la primavera.» (Las ardillas de Central Park... Página 214)





IMPRESIÓN PERSONAL

Tengo la impresión de que es en el campo de la literatura donde la autora se siente más cómoda, donde vuelca sus vivencias. Porque ese modo en que va preparando el esquema del libro, sus anotaciones, el cómo toma palabras y conversaciones prestadas de uno y otro sitio, por fueza han de ser un trasvase de su propia manera de escribir.
Y en realidad hasta que se centra un poco en esa idea, el libro tengo la impresión de que va vagando sin un rumbo fijo. Bien es verdad, que este es también el más coral de todos los libros, porque las hijas de Josephine ya no son unas niñas y adquieren una entidad propia, con unas historias casi tan importantes como las de su madre, de ahí que la autora tenga que atender numerosos frentes a la vez, por lo que en algunos momentos, sobre todo al principio, iba un poco perdido. Al margen de que cuando más interesante se ponía esa historia, la cortaba y saltaba en busca de otra, con lo que tenías que esperar unas cuantas páginas hasta que volviera a tener continuación.
Del libro que escribe vamos a tener una idea mucho más precisa, pues lo hace a partir de u, cuaderno que encuentra casualmente en el cubo de la basura, por lo que esa interesante historia, también está presente en el libro. (No descubro gran cosa contándoos esto, porque es algo que te imaginas en cuanto rescata dicho cuaderno de la basura)

Es un libro ante todo optimista. Ya se que hay mucha gente, entre la que no me incluyo, para la que los lunes es un día terrible (y no estaba pensando en los protagonistas de "Los lunes al sol"). Gente que como esas ardillas, está muy triste los lunes al acabarse el escape de la realidad que supone el fin de semana.
De ahí la importancia de una literatura que nos invita a ser felices, a romper los miedos que nos atan en impiden ir en busca del amor o de nuestros proyectos personales. A romper con nuestra rutina y ser felices los lunes también.


Todo con la colaboración de Josephine, un carácter que no toma en cuenta el mal y el daño que le hacen los demás:
- «Pero ¿cómo lo haces?
- ¿Cómo hago qué?
- Para vivir,simplemente. Quiero decir..., si nadie le dice que es formidable, de dónde saca la energía para...
- Es que... estoy acostumbrtada... Siempre ha sido ásí.»
 (Página 142)



Al margen de la literatura hay otro tema que inevitablemente termina ocupando un gran espacio e importancia en el libro: el mundo de la moda. Un mundo que he de deciros que a mi me trae sin cuidado y del que lo desconozco todo, pero que sin embargo está tan bien tratado y dibujado en el libro, que me ha resultado muy interesante, no se si porque al no conocer nada del mismo me ha resultado muy formativo, o porque Pancol es muy hábil a la hora de captar la atención del lector, en este caso mi atención.

Si has leído los dos libros anteriores, no te defraudaré el remate que aquí se le da a la historia. Aunque probablemente el remate no sea tal y haya continuación. Te mantendrá atado a los problemas y vicisitudes de esta mujer y sus hijas, de esta Josephine que se hace querer aún más por todos los que hemos leído el libro.


Si no has leído los dos anteriores, no se te ocurra empezar por éste, porque aunque el resumen de cuatro páginas que se hace de los mismos es útil para hacerte una idea de la historia previa, más que nada su función es la de refrescar la memoria a aquellos como yo con memoria de pez. Puede por tanto enterarte de la historia pero te perderás algo fundamental para degustar el libro, y es la de disfrutar con la evolución de sus personajes, empezando por la propia Josephine que, pese a ser ya una mujer adulta no se queda estancada en la vida, pasando por sus hijas que de niñas pasan por la adolescencia hasta convertirse en mujeres.



Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.




VALORACIÓN: 8/10







PERSONAJES

He dejado este capítulo para el final, casi como si de un anexo se tratase, porque probablemente sólo sea aconsejable su lectura para los que hayan leído los dos libros anteriores, porque aunque haya evitado destripar el argumento (eso que se ha dado en llamar spoilers, una palabra que como se lo que quiere decir pero no lo que significa, lo dejo como “destripar”), es inevitable que de unas cuantas pistas, que no todos podéis querer leer.

A pesar de contar con un personaje central como Josephine, que podría ser capaz de eclipsar por su fortísima personalidad literaria a todos los demás, es ante todo una novela coral, poblada de multitud de personajes, cada uno de ellos con su historia que va creciendo conforme van transcurriendo las páginas de esta novela.
Seguramente ahí reside el mayor mérito de El vals lento de las tortugas, en ser una historia de historias, todas girando en torno a Josephine pero al mismo tiempo con su propia autonomía. Un hecho que va reforzándose en las sucesivas entregas hasta llegar a Las ardillas de Central Park están tristes los lunes, donde cada personaje y su historia alcanza una fuerza tan importante que cada una de sus historias es una novela en sí misma.

He aquí una parte de esos numerosos personajes que podemos encontrar, y que continúan evolucionando desde la primera novela de la trilogía:


¡MEJOR SOLO PARA LOS QUE HAYAN LEÍDO LOS DOS LIBROS ANTERIORES!



Josephine:
Una mujer a la que terminas queriendo, que poco a poco va descubriéndose a si misma:
«Esa Josephine buena, razonable, dulce, que se había casado de blanco, había criado a dos hijasque trataba de hacerlo lo mejor posible, siempre justa, siempre razonable». (Los ojos amarillos de los cocodrilos, página 335)

Que ha de bregar con los problemas de dos hijas acercándose a la adolescencia. Es ese camino de crecimiento el que nos muestra el libro: 
«He comprendido que la felicidad no es una vida pequeña sin embrollos, sin cometer errores ni moverseLa felicidad es aceptar la lucha, el esfuerzo, la duda y avanzar, avanzar franqueando cada obstáculo». (Los ojos amarillos de los cocodrilos, página 349)

Con todo lo que ha conseguido superar en su vida, con el éxito que ha conseguido, podría suponerse que tendría que ser una mujer mucho más fuerte, más segura de sí misma. Pero no es así, el pasado la sigue marcando, la falta de cariño en su niñez y, sobre todo, aquella escena de su infancia en la que cuando estaba a punto de ahogarse su madre prefirió salvar a su hermana a ayudarla a ella.
Por eso no se precipita, prefiere avanzar lentamente, paso a paso, como las tortugas de las que nos habla el título:
«Para una mujer es duro vivir solaHay que ser firme, enérgica, decidida y ese no es exactamente mi casoYo soy más bien lenta, muy lenta...
¿Una tortuguita?
¡Una tortuguita que avanza a dos por hora y que se muere de miedo!
A mi me gustan mucho las tortugas, son animales muy afectuosos¿sabe? muy fieles... Que merecen realmente nuestros cuidados»
. (El vals lento de las tortugas, página 418)

Pero si hay algo que caracteriza a Josephine es la capacidad de amar que tiene, un amor que derrama sobre todos los que se acercan a ella. Una persona a la que todos nos gustaría tener por amiga, que antepone siempre las necesidades de los demás a las suyas propias. Para muchos podría ser una "tonta" por sus actitudes. Pero ¡mucho mejor iría el mundo con muchos tontos como ella!
Una bondad que es natural que le sale del fondo de su corazón, sin esfuerzo:
«Quizás tienes razón y solo el amor te llena de verdadPero ¿cómo aprender a amar? ¿Lo sabes tú? Todo el mundo habla de ello pero nadie sabe lo que esTu repites continuamente que hay que amar, amar, ¿pero eso se aprende? Dime.
Olvidándose de uno mismo»
. (El vals lento de las tortugas, página 379)

Pero como su propia hija descubre, sus dificultades vienen siempre del mismo lado, de que no actúa con la cabeza, sino bajo los dictados de su corazón:
«Ese era el problema de su madre. La emoción la enturbiaba la vista». (El vals lento de las tortugas, página 215)

Algo en lo que el tiempo no la hace cambiar, pues pese a ver la realidad en los demás, pese a ser una gran consejera para todos, es incapaz de hacer nada práctico en materia de sentimientos en su vida:
«Hortense y yo (Shirley) vivimos en la realidad. ¡Tu vives en tus sueños! En tus sueños el príncipe azul te lleva volando en sus brazos; en la vida cotidiana está casado, jura que ya no se acerca a su mujer y que duerme en el salón, y te da plantón continuamente.» (Las ardillas de Central Park... Página 509)


Pero ante todo, para bien o para mal, es una mujer de una gran sensibilidad.
«Cualquier cosa la hería o la hacía feliz. Cualquier cosa la abatía o levantaba en ella una oleada de esperanza y calor. Soy un inmenso papel secante. Un inmenso papel secante lleno de manchas.» (Las ardillas de Central Park... Página 579)



Hortense
Es la hija mayor de Josephine y el contrapunto a ella. No soporta a una madre a la que ve ñoña, tonta de tan buenaza como es, sin algo que ella estima por encima de todo: la elegancia y el glamour. Tiene una visión radicalmente distinta de la vida, piensa que su madre no se da cuenta de la realidad: Hoy día sólo importa el dinero.
El siguiente párrafo la describe perfectamente: 
«¡Me niego a ser pobre, me horrorizan los pobres, la pobreza apesta! ¡La única cosa que importa a la gente es el dineroYo soy como todos, salvo que no me avergüenza decirlo!» (Los ojos amarillos de los cocodrilos, página 71)

Hortense es un personaje que crece mucho en la segunda novela, tanto en personalidad como en importancia. Es un contrapunto a su madre. Como dice en la contraportada es una adolescente mucho más enterada que su madre. Un contrapunto de eficacia frente al caos emocional de su madre:
«No te preocupes, Hortense sobreviviráHortense sobrevivirá a todo, incluso podría ser su lema». (El vals lento de las tortugas, página 215)

A pesar de su corta edad, desde muy pequeña se ha trazado unas metas en su vida y como si fuese un tanque, pasa por encima de cualquier dificultad que se ponga delante de ese camino que se ha trazado hasta la meta. Ella quiere diseñar y trabajar en el mundo de la moda, y a ello se dedica en cuerpo y alma:
«Nadie ha conseguido desviarme ni un centímetro porque yo he decidido que nadie lo haríaMe fijé un objetivo, es muy sencillo ¿sabes? Cuando decides hacer algo de verdad, lo consigues siempreBasta con estar convencido de ello y convencer a los demás». (El vals lento de las tortugas, página 209)

Si importancia tenía en el segundo libro, en Las ardillas de Central Park... llega a tal punto su papel, que sólo con él se hubiera podido escribir una novela más larga que muchas de las que por ahí están a la venta. A fin de cuentas ya no es una niña, y aunque dependa de una pequeña asignación que le ha pasado su madre,vuela ya con rumbo propio, allí donde su ambición de triunfar en el mundo de la moda le lleve ya sea Londres o Nueva York.
Además el amor entra en su vida. Y por más que quiera controlarlo y fijarlo entre sus objetivos de batalla, eso no es siempre posible.




Zoe
Es la hermana pequeña, poco más que un crío en el primer libro, pero que inevitablemente crece y empieza a entrar en la difícil etapa de la adolescencia, con todo lo que eso conlleva de descubrir nuevos sentimientos y enfrentamientos al poder establecido, en este caso a su madre. Un enfrentamiento que se ve reforzado por la creencia de que su padre sigue vivo, de la negativa a enterrarlo definitivamente.
En el último libro, evidentemente no es ya la niña pequeña del principio, sino que tiene quince años, con lo que las hormonas están en pleno apogeo. Las hormonas y el amor que siente por uno de sus jóvenes vecinos.



Iris
Es la hermana rica de Josephine, guapa y admirada. Pero su vida está vacía y ella lo sabe. No solo está vacía, sino que está apoyada en la mentira, en la impostura, algo que está dispuesta a repetir, tomando la autoría de un libro que obliga a escribir a su hermana.
Como todas las mentiras al final se descubren, Iris cae en una tremenda depresión tras el éxito de la novela. A lo que hay que añadir la ruptura sentimental con su marido, lo cual la deja huérfana de afecto y, sobre todo, de protección.



Antoine
Es el marido, siempre con grandes proyectos, pero falto de autoconfianza para llevarlos a cabo. Su último proyecto le lleva a África, un lugar en el que se sintió grande y feliz, para hacerse cargo de una granja de cocodrilos, montada por un grupo chino.
El personaje se resiste a desaparecer y, aunque todos le dábamos por muerto, su familia comienza a recibir cartas escritas por él en las que dice que está vivo y pronto se pondrá en contacto con ellos.



Marcel Grobtz
Es el padrastro de Josephine, de profesión "liquidador de empresas". Toda la fuerza que tiene en la mesa de negociaciones, se diluye como un azucarillo en el agua ante su mujer, una mujer que lo desprecia por su falta de clase, que solo quiso de él su dinero y que incluso se negó a darle un hijo.
Inevitablemente se buscará la vida fuera del hogar mientras busca las fuerzas y la manera de empezar una nueva vida sin su mujer.
No va a tenerlo fácil en este nuevo libro Marcel, que se ve enfrentado a la enfermedad de su amante, con la que ha empezado una nueva vida rompiendo con su mujer, que pese a todo se niega a divorciarse de él.

En este tercer libro tiene un papel menos relevante, pues cobra mayor importancia su pequeño hijo Junior, un superdotado.




VALORACIÓN: 8/10



9 comentarios:

  1. Lo que más me gusta de esta trilogía son los títulos

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  2. No he leído ninguno ni creo que la lea a estas alturas. NO me llama mucho la temática. Estoy leyendo Muchachas y algunos de estos personajes vuelve a aparecer aunque la historia principal se basa en otros diferentes.

    Bs.

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  3. Tengo pendiente la trilogía. Saludos! :)

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  4. Me lo pasé muy bien con "Los ojos amarillos de los cocodrilos", no sé por qué no he vuelto a leer nada más de esta autora. Lo cierto es que me sabe un poco mal leer críticas en contra de la trilogía de los animales de esta señora porque no creo que tenga nada que envidiar a, por ejemplo, Kate Morton (cada una en su estilo). Bss

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  5. Leí el primero, pero ahora mismo no me apetece continuar con la trilogía.
    Un beso!

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  6. Leí la trilogía y me gustó, menos el último que para mi gustó sobró y me pareció más un pegote que otra cosa.

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  7. Pues no, a pesar de tu positiva reseña, no termino animándome con estos libros. Lo que también agradezco, que ya la lista de pendientes...
    Besotes!!

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  8. En su día tenía muchas ganas de leer esta trilogía, pero con tantas lecturas que se han ido interponiendo cada vez lo veo más difícil. Besos.

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  9. Como te comenté en la otra reseña... no son para mí, no terminan de convencerme U.U

    Besotes

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