El
pasado jueves día 20 tuve el honor de participar en un encuentro
entre blogueros y César Pérez
Gellida. Tuvo lugar en La
Central, una gran librería próxima a la FNAC
de Madrid. Dicho sea de paso, dos modos muy diferentes de concebir la
cultura del libro.
Fue
un encuentro muy familiar. Y no lo digo porque estuvieran Concha y
Bea de De lector a lector
(madre e hija) o Teresa de Leyendo en
el Bus y yo (hija y padre), sino porque ese era el
ambiente que allí se respiraba, como si nos conociéramos de toda la
vida, no solo entre nosotros, que en la mayor parte de los casos era
así pues solamente no conocía a Ismael de Cajón
de historias ya que a Manuela de Entre
mis libros y yo y a María Alonso de De
todo un poco, que por cierto era la convocante del acto
pues ahora colabora con Suma de
letras, ya las conocía de otros eventos.
María
aparte, César conocía a Teresa, con la que ya había
coincidido en Getafe negro
y en la presentación de Dies Irae, y a Concha y Bea.
Podríamos
hablar de una mesa redonda, si no fuera por el hecho de que en
realidad se trataba de una mesa alargada, producto de unir varias
mesas, en una esquina de la cafetería de la librería. Entre
paréntesis, podían poner la música más baja.
Lo
previsto era que tras las presentaciones de la jefa de prensa y de
marketing de la editorial, César Pérez Gellida nos presentase el
libro, respondiese a nuestras preguntas y luego tuviese un pequeño
aparte con cada uno de nosotros. Pero al final, dicho aparte no fue
necesario porque ninguno lo pidió. ¿Para qué si habíamos hablado
abiertamente con él de todo lo que se nos vino a la mente?
Se
habló y no poco, porque yo tuve que marcharme hora y media después,
y allí siguieron charlando tres cuartos de hora más.
Foto cedida por María Alonso |
Es
muy difícil resumir aquí todos esos minutos de conversación,
máxime cuando nadie grabó nada y solo tomé unos breves apuntes,
por lo que a la hora de exponeros este encuentro, no seguiré el
orden real en que se produjo ni reflejaré todo lo que allí se
habló, que como podéis imaginaros no fue poco.
Porque
no se habló solo de su trilogía sino de literatura en general y por
allí salieron a relucir los nombres de numerosos autores como
Almudena Grandes, James Joyce y su Ulises, Dostoievski, Kafka, Juan
Gómez-Jurado (del que dijo que tomó la idea de poner los nombres de
los personajes al principio del libro) o, cómo no, Lorenzo Silva que ha
tenido la amabilidad de escribir el prólogo de Consummatum est.
Empezaré
por el principio. Y lo primero de lo que nos habló
César fue la portada.
Entre otras cosas porque tenía por primera vez en sus manos el
libro, recién salido de imprenta y que allí mismo nos entregaron.
Una portada de la que manifestó sentirse muy satisfecho. Él
intervino en la elección de las fotografías de las dos anteriores.
En
esta ocasión la fotografía es de su amigo Carlos de Francisco. En
ella podemos ver la cajita de música que ya aparece desde la primera
entrega y podemos ver por primera vez tras el título de Consummatum
est, el título de la trilogía: VERSOS,
CANCIONES Y TROCITOS DE CARNE III. Irá apareciendo en las
nuevas ediciones del resto de las novelas.
Una
de las características comunes en las tres novelas, es su banda
sonora. Consummatum est
no es la excepción. Para incluirlas (más adelante salió a colación
el tema de los ebooks y lo desaprovechados que están a la hora de
dotarlos de material complementario como podría ser en este caso las
canciones que incluye la novela), César nos dijo que pensaba la
escena, se ponía en la piel del personaje (que no es otro que
Augusto Ledesma)y de su memoria discográfica buscaba una canción
que pudiera encajar en dicha escena.
Lástima
que nuestros recuerdos musicales sean generacionalmente tan
diferente. De hecho, en esta última entrega sólo conozco uno de
los temas, y eso es porque soy un fan de los ripios de Andrés
Calamaro y ha elegido Estadio
Azteca en uno de los momentos de Consummatum
est.
A
pesar de ser una novela actual (la acción de la novela acaba en
Enero de 2012), la situación política no está presente. Si acaso
hay algún pequeño comentario en esta tercera entrega.
Nos
dice César que la significación política se sale de los cánones
de la novela negra.
César
Pérez concibe la lectura como entretenimiento, de ahí que no tenga
ningún problema en dejar una novela sin terminar si no le convence.
Con todos los libros que tiene en su casa, no merece la pena
empecinarse en algo que no le gusta. Mi coincidencia con él en este
campo es total.
Desde
ese gusto por la lectura como entretenimiento es como escribe sus
novelas
En
cuanto a qué podemos esperar en
Consummatum est
comparada con las anteriores, nos dice que los dos
primeros tercios son un thriller de acción (de mucha acción me
atrevo a afirmar tras lo que he leído) que continúa la subtrama de
la desaparición de la madre de Erika.
En
el último tercio, la acción se frena para convertirse la novela en
un thriller psicológico, para llevarnos en palabras del autor a un
final agobiante.
Un
final que es un cierre total de la trilogía. Escribió varios
finales, algunos muy impactantes, pero se decidió por el que podemos
leer porque es el más honesto con los personajes.
Que
sea el fin de la trilogía, no significa que en un futuro no pueda
retomar alguno de los personajes que han intervenido en ésta para
poder realizar otra novela, bien con nuevas aventuras de alguno de
ellos, o volver a algún suceso del pasado, por ejemplo con
Carapocha.
Y
ya que he mencionado el tema del final, César nos contó que su
novela no es conductista, al estilo de las de Agatha Christie. No
tiene preconcebido un final al empezar a escribir, que va hacia dónde
le llevan los personajes. ¿Y cómo es entonces que Consummatum est
comienza por el final? Muy fácil, pues no deja de ser un corta/pega.
Está escrito al final, pero lo ha puesto al principio, para crear un
clímax adecuado.
Volveremos
en Consummatum est a
disfrutar de los refranes
que a mí personalmente tanto me gustaron de Memento
mori. ¿De dónde salieron los refranes? Parte de su
padre, que era un auténtico refranero. Pero otra parte, son
inventados por el propio autor.
Consummatum
est supone el cierre de la trilogía, que le llevó un total de
treinta meses de trabajo, los primeros de ellos a tiempo parcial,
pues los compatibilizaba sacando horas de donde no las hay, con el
trabajo que en aquellos momentos tenía y que dejó para convertirse
en escritor a tiempo total.
Sobre
sus curiosas manías a la hora de escribir, os remito a la crónica
de Teresa en Leyendo en el bus,
porque yo me las perdí pero os puedo asegurar que la historia de
César y sus secadores es muy divertida.
¿Por
qué una trilogía? Porque empezó a escribir y vio que
los personajes lo pedían. Lo cierto es que entre los tres libros
suman unas 1700 páginas, algo que no hay libro ni lector que lo
aguante de golpe.
Unos
personajes que van evolucionando en la novela, especialmente Sancho,
lo que le obligó a reescribir algunos pasajes, porque Sancho no
puede sonar igual en Consummatum est que en Memento Mori.
Sancho
fue un personaje más complejo de escribir que Augusto, para el que un
especialista le explicó cómo era un psicópata y ceñirse a ese
guión es sencillo. Y aún con eso, el personaje evoluciona durante
la trilogía.
¿Y
ahora qué? Pues ahora ya tiene terminado el borrador de
la próxima novela. ¿De qué va? Eso nos lo comentó “off de
record” y como tal seguirá, aunque algo cuenta en la nota del
final del autor. Una nota final en la que por cierto aparecen citados
numerosos lectores con los que mantiene relación vía twitter (no es mi
caso).
Genial la crónica, y menuda suerte habéis tenido. Yo me pongo ahora a comenzar esta trilogía que va con altísimas expectativas. Besos
ResponderEliminar¡Qué suerte haber podido reuniros con el autor! Tengo muchísimas ganas de leer el desenlace de la trilogía, que tal y como acabó la segunda parte... menudo final!!! Estaré atenta a tus impresiones, que seguro que lo acabas antes que yo! Un besazo.
ResponderEliminarInteresante crónica, Pedro, para variar. Es de agradecer esa sintonía entre autor y lectores en este tipo de encuentros. Creo que es la forma más fácil de conocer al autor y su obra. La veo más productiva que las presentaciones, que parecen un poco más frías. Saludos.
ResponderEliminarTengo que estrenarme con este autor pero ya, todos habláis maravillas de su trilogía. Genial el encuentro, Pedro, se nota que lo pasasteis bien, César parece un autor de los de buena conversación y mucho interés por hablar con sus lectores, genial. Bss
ResponderEliminarTienes toda la razón, el ambiente fue fantástico, como si nos conociéramos de toda la vida porque mira que tenemos palique ¿eh?, y César un cielo.
ResponderEliminarBesotes
Gracias por la crónica.
ResponderEliminar¡Loca estoy por conseguir este tercer libro! Qué suerte haber podido asistir al encuentro con el autor, me ha encantado leer tu crónica. Besotes.
ResponderEliminarVenga!!!a ponernos los dientes largos a los que no asistimos a esos encuentros!!! Gracias por compartirlo :)
ResponderEliminarYa veo que lo pasasteis muy bien. Besos.
ResponderEliminarAcabo de leer otra crónica de este encuentro. Que bien lo pasasteis!
ResponderEliminarBesos!
Yo la única pega, si puede llamarse así, que le pondría al encuentro fue esa música a la que haces mención y que a veces conseguía que no nos oyésemos bien, eso o yo estoy un poco teniente. Un lujo de tarde y de compañía. Un beso.
ResponderEliminarLa envidia (pero de la sana, eh!) me corroe! Pero te doy las gracias por compartir con nosotros este genial encuentro.
ResponderEliminarGracias por esta magnífica crónica!
Besos
Tengo que empezar esta Trilogía. Me dais una envidia tremenda los que la habéis leido.
ResponderEliminarBs.
Gracias por la crónica!! Aunque algo de envidia os siento! A ver cuándo me animo con esta trilogía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya te he dicho que OS envidio profundamente. No te imaginas lo que me hubiera gustado estar alli y más tras leer tu cronica y ver el tipo de encuentro que fue. Se nota que estuvisteis muy a gusto.
ResponderEliminarQué bien os lo debisteis de pasar!!! e hubiera encantado estar allí!
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