CAPÍTULO
PRIMERO: Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo
Don Quijote de la Mancha
Si
hay algo que todo autor busca, es comenzar su libro con una frase que
haga que su libro pase a la posteridad. O como mínimo, que enganche
al lector para que éste quede atrapado en la novela y continúe su
novela.
Siempre
que se pone un ejemplo de este tipo de comienzos, el primero que
viene a la mente de muchos es el de Don Quijote de la Mancha:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Y
sin embargo, me permito dudar que la intención de Cervantes fuese
pasar a la posteridad con este comienzo, máxime si tenemos en cuenta
que en aquella época la novela era un género menor, que no daba
prestigio ni, esto último mucho más importante, dinero. El
prestigio y el dinero estaban en el teatro y el teatro, mal que le
pesase a Cervantes era casi una exclusiva en aquella época de Lope
de Vega.
No
sé como es posible, pero releyendo este capítulo he tenido la
sensación de haberlo leído cientos de veces, de tenerlo casi
memorizado. Y me consta que no es así. Es posible que algunas de las
frases que contiene este primer capítulo estén sin embargo grabadas
en mi memoria por haber sido repetidas cientos de veces en distintos
medios.
Lo
cierto es que la descripción de los personajes es tal, que los estás
imaginando nada más leerlos, aunque esa figura de Don Quijote se
aparezca en mi imaginación con diferentes caras: José Sacristán,
Fernán Gómez...
Metaliteratura.
Eso es Don Quijote de la Mancha, por más que los libros de los que
nos habla hayan quedado en el olvido, que sus personajes solo
permanezcan en nuestra memoria gracias a nuestra cultura televisiva o
cinematográfica. Y sin embargo eran conocidos para el público al
que estaban dirigidos. Una crítica a la sinrazón de muchas de
ellas:
Desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para sólo ello.
Y
como resultado de leer tanta majadería, la inevitable pérdida de la
razón. Y es que leer no puede traer nada bueno:
Del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio.
Total
que ya en este primer capítulo, en apenas unas páginas conocemos a
Don Quijote, sabemos quién va a ser su dama, cómo ha llegado hasta
la locura y cuál va a ser la misión a la que va a encomendarse
desde ese momento:
En efeto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo; y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama.
Y
sobre todo, vamos a conocer el nombre por el que va a pasar a la
inmortalidad: Don Quijote de la
Mancha:
Así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della.
REFLEXIÓN
PERSONAL
Me
ha impresionado este primer capítulo, por estar mucho más presente
de lo que esperaba en mi memoria, por la descripción de sus
personajes, porque ya de entrada plantea lo que sé de antemano que
va a ser el libro: la lucha por defender unos ideales, por más que
éstos estén trasnochados o carezcan de sentido para los demás.
Es
esta lucha de la sinrazón, la que ha convertido a Don Quijote en un
personaje inmortal. Pero de eso, tiempo habrá para seguir hablando
en los próximos capítulos.
Las ilustraciones están tomadas de la Edición de 1967 de Espasa-Calpe
Este texto forma parte de la lectura conjunta que semana a semana iremos haciendo de El Quijote
Las ilustraciones están tomadas de la Edición de 1967 de Espasa-Calpe
Este texto forma parte de la lectura conjunta que semana a semana iremos haciendo de El Quijote
Probablemente sea el comienzo de novela más famoso de la historia
ResponderEliminarAl final me he animado a leer El Quijote, que ha pasado mucho tiempo desde su lectura.
ResponderEliminarUn beso!
al final, leyendo vuestros comentarios también os sigo!!besotes
ResponderEliminarNo me he apuntado a este reto,pero como Susana, voy a ir siguiéndolo por vuestras reseñas.
ResponderEliminarBesos!!
El primer capítulo me ha parecido muy ameno, y sí, muy fiel a la idea que tenía de este libro.
ResponderEliminarUn beso
Será el comienzo de la novela más famoso de la historia, como bien dice Laky, pero por desgracia solo se queda en eso porque es un libro al que la mayoría de los lectores le tienen verdadero pánico a la hora de adentrarse en las aventuras del Caballero de la triste figura. Para mi es el libro de los libros, por algo será que me lo leí dos veces y me lo pasé divinamente con él. Que lo disfrutéis.
ResponderEliminarTodos los años durante el Día del Libro, se lee El Quijote (no recuerdo dónde). Yo a El Quijote le pongo la cara de Fernando Fernán Gómez, ya que hizo el doblaje para la serie de dibujos que hubo en TV. Y a Sancho Panza la de Antonio Ferrandis por la misma razón. Lo que pasa que la voz de Fernán Gómez la tengo más metida que la de Ferrandis. De momento, me está gustando.
ResponderEliminarEl principio de un libro más recitado en todos los tiempos!
ResponderEliminarCreo que en esta relectura voy a disfrutar de este libro más que la primera vez. Ya este primer capítulo me ha sabido a poco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo también disfruté mucho leyendo el capítulo. Saludos. Gaby
ResponderEliminarA mi también me ha pasado eso, creo que este capitulo solo locomentamos en el instituto, pero es como si formara parte de mi mas veces :)
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