jueves, 13 de febrero de 2025

EL SECRETO DE MARCIAL (JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ) PREMIO NADAL 2025

 
El secreto de Marcial
Jorge Fernández Díaz
 
 

Título: El secreto de Marcial
Autor: Jorge Fernández Díaz
Editorial: Destino, 2025
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 256
 
 
JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ
 
Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:
 
Jorge Fernández Díaz es un escritor argentino, influyente analista político y periodista con cuarenta años de oficio. En 2003 publicó Mamá, una de las novelas más emocionantes de los últimos veinte años; una carta de amor y agradecimiento única de un hijo a su madre, y que fue un gran éxito de crítica y lectores. También son suyas novelas como La logia de Cádiz (2010) o Alguien quiere ver muerto a Emilio Malbrán (2012), entre otras, y el libro de relatos Te amaré locamente (2016), así como la saga policial protagonizada por el agente Remil: El puñal (Destino, 2015), finalista del Gran Premio de Literatura Policiaca de Francia 2019 y del Festival Violeta Negra de Toulouse 2020; La herida (Destino, 2018) y La traición (Destino, 2021). Fernández Díaz ha recibido prestigiosos premios por su obra, entre ellos la Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 2012. En 2017 ingresó en la Academia Argentina de Letras. En 2025 publica El secreto de Marcial, que ha sido galardonada con el Premio Nadal de Novela.
 
 
 
Una vida hecha película
 
ARGUMENTO de EL SECRETO DE MARCIAL
 
Esta es la historia de la relación entre un hijo y su padre. Una historia llena de silencios e incomprensión cuando el hijo decide llevar adelante su vocación literaria. Solo hay un vínculo que les une: su afición por el cine, una guía educacional del padre para con su hijo.
 
 
 
 
EL SECRETO DE MARCIAL
 
El secreto de Marcial ha sido la novela ganadora del Premio Nadal 2025. 
«Este libro no trata sobre un veterano reportero que vio demasiado, sino sobre un hombre que fue un enigma». (Página 151)
La intención de la novela parece muy clara. Sin embargo, tiene que pasar más de la mitad de la novela para que el autor nos confiese cuál es su intención al escribir esta novela: hablar sobre su padre. Y en realidad, solo en las últimas cincuenta páginas es cuando realmente su padre se transforma en protagonista
 
Un tema mucho más difícil de lo que parece hablar sobre el propio padre, y es aquí donde viene a mi memoria lo que nos contaba Emili Albi en su novela Esta vana esperanza al hablar de escribir sobre un padre muerto: que o bien lo mitificabas y engrandecías, o el escrito era una revancha contra aquellas zonas oscuras de tu relación con él.
Pero en cualquier caso, al margen de eso, hablar sobre un padre es en cierto modo hablar sobre uno mismo.
«Es obvio que al recordar a mi padre, estoy recordando en realidad mis heridas, mis carencias. No es a mi padre a quien desvisto, no es de mi padre de quien hablo». (Esta vana esperanza; página 141)
Eso es justamente lo que ocurre en esta novela, que el que tiene que ser personaje secundario, “roba” el papel al que debería ser el protagonista para pasar a serlo él mismo. Como decía antes, han de pasar más de las tres cuartas partes de la novela para que la lente de la cámara ponga en primer plano al padre y lo convierta en protagonista.
No es casual que utilice esas expresiones cinematográficas al hablar de El secreto de Marcial, pues toda la novela es una constante referencia al cine, pues ese es en el fondo el único vínculo que hay entre el padre y el hijo: esas sesiones en la televisión con viejas películas en blanco y negro.
Eso y que el hijo, a la hora de vivir, lo hace como si estuviera siendo el protagonista de una de esas viejas películas. Todo lo ve y lo imagina como una película que estuviera rodando. De hecho, toda la novela está llena de citas de películas. No en vano el autor nos contaba en una entrevista para Libertad digital  que revisó mas de doscientas viejas películas para escribir esta novela.
 
Películas que tienen que ver en cierto modo con recuerdos de su infancia o momentos de la misma. Películas que en su mayor parte yo también he visto. Y las que no había visto o no recordaba, no eran un obstáculo para seguir con la novela, (algo que os cuento porque si el que esto lee es joven, o es muy cinéfilo o probablemente no las conozca), porque hacía un breve resumen de su argumento y de por qué allí estaban puestas.
Mucho coincido con el autor a la hora de evaluar el cine y por eso quizás mi desapego al cine actual, que me parece una mera repetición de argumentos ya contados una y mil veces que en nada mejoran al original. Salvo en efectos especiales y a veces ni en eso.
«No se trataba de exaltar el viejo Hollywood en desmedro del nuevo. (…) Se trataba de que aquellas historias clásicas, contadas de esa forma tan particular y concisa, nos habían cruzado por dentro de un modo visceral y definitivo». (Página 191) 

Me gusta la
literatura argentina, o al menos la que nos llega a España, con autoras como Claudia Piñeiro (me encanta), Florencia Etcheves o Leticia Martin y autores como Guillermo Martínez (que por cierto ganó el Premio Nadal en 2019), Guillermo Roz, Eduardo Sacheri, Cristian Perfumo (afincado desde hace unos años en España pero con novelas negras sobre la Patagonia) o Federico Axat (que grandes thrillers escribe).
Muchos de ellos tienen sus libros editados en España o ya han pasado por un proceso de escritura en la que se eliminan expresiones o giros claramente argentinos que le darán mucho localismo a la novela pero que pueden dificultar su comprensión en España.
Es el caso de esta novela, que muy bien podría estar escrita por un español que no hubiera pisado nunca Argentina. Bueno, lo cierto es que los padres de Jorge Fernández Días son españoles, de Asturias para más señas, que en su día emigraron a Argentina. Algo de lo que por cierto se nos habla en la novela. Es más, el ambiente en el que transcurre es en el mundo de los emigrantes españoles afincados en Buenos Aires.
En cualquier caso, solo he encontrado en toda la novela una expresión que, aunque comprensible, me resultó foránea:
«Las películas inconvenientes resbalaron de la televisión».(Página 94)
 
 
 
IMPRESIÓN PERSONAL
 
No puede dejar de llamarme la atención una frase del autor a propósito de su intención a la hora de escribir la novela:
«Sabía que mi padre era una novela, y no tenía la menor idea de cómo escribirla». (Página193)
No puedo quitarme de encima esa idea, porque de ahí tal vez provenga el problema: sí o sí tenía que hablar del padre. De ahí que las cincuenta últimas páginas nos traigan una historia sobre el padre que, a mi parecer son lo peor de la novela. No porque estén mal contadas, sino porque no tienen para mí el más mínimo interés. Es un secreto, ese secreto del que habla el título que nada me aportan. Porque lo que a mí me ha interesado todo el rato es la historia del propio hijo, de su crecimiento, que salta bruscamente de su juventud, a  la actualidad con sesenta años y toda una carrera como escritor, desde esos inicios periodísticos de los que nos habla, pero saltándose su carrera como novelista (alguna mención hay a su novela Mamá y a alguna de sus novelas negras).
Por eso, lo que era una maravillosa novela de crecimiento, de un hijo que vive en un mundo y unas ensoñaciones de película va poco a poco cambiando hasta, sin abandonar ese mundo peliculero, transformarlo en literatura, pasa de golpe a un tiempo actual en el que viaja a España para desentrañas un secreto del pasado de su padre.
A mí, ese pasado, ese que se nos narra en las cincuenta últimas páginas, me sobra, me parecen un añadido innecesario. Evidentemente, esa es una apreciación muy personal, pero que ha hecho que una novela que podía rozar el diez, haya bajado drásticamente mi opinión sobre ella, hasta el punto de no saber si recomendarla o no, aunque probablemente te he dado elementos de juicio para que sepas si te va a merecer la pena leer El secreto de Marcial por esas primeras doscientas páginas.
 
 
 
VALORACIÓN: 7/10 
Si quieres ver más Novedades 2025 pincha AQUÍ

Si quieres comprar el libro pincha en la imagen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Analytics