Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora: Yolanda Guerrero nació en Toulouse (Francia) en 1962 y es licenciada en
Periodismo. Trabajó con el Instituto Internacional de Prensa (IPI, por sus
siglas en inglés) en la sede de Londres y en sus asambleas de Buenos Aires,
Montevideo, Estambul y Berlín. A su regreso a España, desarrolló durante más de
25 años su profesión en el diario El País, especialmente en su
edición latinoamericana y en suplementos internacionales como The New
York Times en español, hasta que, a partir de 2014, comenzó a dedicar su
actividad prácticamente en exclusiva a la literatura. Además de colaborar
habitualmente con reseñas y artículos en la revista literaria Zenda,
ha publicado cuatro novelas: El huracán y la mariposa (2017),
Mariela(2019), El día que mi madre conoció a
Audry (2023) y Los días ligeros (2024).
ARGUMENTO de MARIELA
Esta es la
historia de Mariela:
«Nací y me
crie en un pequeño pueblo del Moncayo, ese es el origen de mi viaje. Desde
entonces, he cruzado media España y toda Francia persiguiendo a un monstruo que
ni siquiera tiene forma y al que en todas partes llaman igual que a las mujeres
de mi país… Pero no es más que una bestia, porque no es racional, lo desgarra
todo sin lógica, va y vuelve cuando quiere». (Página 277)
MARIELA
Esta es una
novela de esas novelas que se me van quedando entre los libros pendientes sin
que me decida a leerla por mucho que me apetezca. El por qué está muy claro:
674 páginas. Pero es una de esas que cuando empiezas, poco a poco, te va
atrapando y ya no puedes parar de leerla. Tengo que
confesaros una cosa: cuando llevaba algo más de cien páginas, busqué el año en
el que se había publicado la novela: 2019. Os preguntaréis por qué y es muy
sencillo. Mi duda era si era un libro publicado antes o a raíz de la pandemia o
anterior. Como podéis ver, es anterior, lo cual me hizo leerlo ya con una
perspectiva diferente. No es un libro que a partir de un hecho actual nos
reinterpreta el pasado, sino que, anticipándose a lo que iba a venir al año
siguiente, nos muestra como el presente fue una simple variación y repetición del
pasado. Porque el
eje central del libro es la lucha de una mujer contra lo que ella denomina “la
bestia”, que no es otra cosa que la epidemia de gripe que asoló el mundo
durante dos años y que Mariela combatió primero en España, para seguir luego en
Francia, Alemania y finalmente Rusia. Así que
veremos los confinamientos y esa epidemia que vuelve una y otra vez, semejante
a la anterior pero más mortal. Aunque la diferencia entre aquella mal llamada
gripe española y el covid, es que aquella se cebaba en gente joven, sana y
fuerte.
Una novela que debió formar parte (como no lo había leído no pudo hacerlo) de un vídeo que tal vez os apetezca ver, justo al principio de la pandemia de 2020 cuando aún no estaba claro de qué iba la cosa, sobre Epidemias en la literatura, que os invito a ver:
La
escritora insiste en que no puede considerarse a Mariela como una novela
histórica, puesto que el personaje principal, esa enfermera de la que nos habla
la historia no existió. Pero sí que son reales muchos de los personajes que
circulan por esta novela así como todo el trasfondo histórico de los hechos que
se nos narra, ese horror de millones de muertos que provocó la primera guerra
mundial aumentado por esos otros millones que se llevó por delante aquella gripe. No hay que
olvidar, que no sabían a qué se enfrentaban, porque aún se tenía un
conocimiento preciso de los virus. Es desde
luego Mariela un elogio encendido a una profesión como la enfermería, de cuyo
inicio como tal profesión y estudio en España se nos habla en esta novela. Un
trabajo que pasó de ser algo exclusivo de religiosas para ser practicado por
todo tipo de personas. Un trabajo
que en las condiciones de una masacre como fue la primera guerra mundial y
agravado por una epidemia como la que se produjo, fue épico, por más que fuese
una lucha silenciosa y silenciada. «Morir en
la cama seguía sin ser épico. La gripe no hacía héroes, se repitió mi
bisabuela, y tampoco revolucionarios. Solo hacía muertos». (Página 394) Esta novela
no deja de ser la historia de una vocación de servicio, que no otra cosa es en
muchos casos la enfermería.
«Lo que
ella realmente quería era que todas las vidas, fueran de hombres, mujeres o
niños, dejaran de ser malas al menos mientras durara el consuelo que la
sabiduría verde y ancestral del Moncayo les proporcionaba». (Página 70)
OPINIÓN
PERSONAL
Mucho me ha
gustado esta novela, que no solo trata de la enfermería, sino de la lucha de la
mujer por tomar un papel importante en la vida diaria más allá de su papel de
madre. Porque nos narra no solo el nacimiento de los movimientos
revolucionarios que cambiaron el mundo, sino la revolución dentro de la
revolución que llevaron a cabo las mujeres para tener los mismos derechos que
el hombre. No
olvidemos que el derecho de la mujer a votar no es algo antiguo, sino algo que
tuvieron que pelear incluso dentro de los movimientos revolucionarios. Por eso,
esta novela es mucho más que la exaltación de una profesión. Es también un
homenaje a aquellas mujeres que lucharon por ocupar el sitio que les
corresponde en esta sociedad.
VALORACIÓN: 9/10
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