EL BUEN VASALLO (FRANCISCO nARLA)

 

El buen vasallo

Francisco Narla

 

 

 

Título: El buen vasallo

Autor: Francisco Narla

Editorial: Grijalbo, 2024

Encuadernación: tapa dura

Páginas: 720

PVP: 24,90 €

EBook: 11,39 €

 

 

 

FRANCISCO NARLA

 
Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:
 
Francisco Narla (Lugo, 1978). Piloto aéreo y escritor de novela histórica con una larga carrera en el género. Entre sus obras más conocidas destaca Assur (Planeta, 2012), un enorme éxito de crítica y de ventas que lo situó entre los nombres más prometedores del género. Su éxito se ha ido consolidando desde entonces con títulos como Donde aúllan las colinas o Laín, el Bastardo (Premio Edhasa de Narrativas Históricas 2018). El buen vasallo será su primera obra publicada en Grijalbo.
 
 
En este blog puedes encontrar reseñadas las siguientes novelas del autor:

-Balvanera

-Caja negra
-Donde aúllan las colinas

-Fierro

-Laín, el bastardo

-Ronin

 
 
 
 

ARGUMENTO de EL BUEN VASALLO

 
Esta es la historia de Diego, el hijo de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que ya desde pequeño tuvo que enfrentarse a la dura educación que su padre le impuso, siempre intentando estar a la altura de las expectativas que todos tenían puestas en él por ser hijo de quien era hijo, pero sin recibir una palabra de aliento o de cariño de su padre.
 
 
 
 

EL BUEN VASALLO

 
Vuelve en El buen vasallo a tratar Francisco Narla un tema que ya abordó en una de sus novelas, concretamente en Fierro: la frontera. Ese mundo duro y cruel que era la tierra de nadie entre moros y cristianos, siempre expuestos a los constantes ataques de unos u otros, cambiando de amo y señor. Un lugar en la que la esperanza de vida era muy corta.
Así nos lo cuenta en su nota final:

«Las páginas que preceden a estas reflexiones son un cuento, ni más ni menos, un cuento con aires de aquella vida del siglo XI en un lugar tan convulso como fue la frontera entre lo cristiano y lo musulmán en eso que hoy se llama España, pero un cuento». (Página 690)

Con esto, ya me he ido directamente al final de la novela, a esa nota final siempre tan interesante en las novelas de Francisco Narla en las que nos contará cuánto hay de verdad o invención en lo que nos ha contado, algo sin duda muy importante en el caso de la historia del Cid, una leyenda que poco tiene de verdad en lo que durante mucho tiempo se nos ha intentado vender.

«Yo creo que contar historias es mentir. Mentir para que parezca verdad, pero mentir al fin y al cabo». (Página 690)

 
Una historia que nos ha llegado a través de lo que los juglares contaron. Muy bonito, sí, pero no muy acorde con la auténtica realidad:

«Y siguieron contando que el hijo del Cid había muerto en Consuegra, porque, como le había dicho en una ocasión un juglar al mismo hijo del Cid, los contadores de historias se ganaban la vida con mentiras». (Página 677)

A día de hoy, a base de repetir la leyenda una y otra vez, de hacer del Cid un adalid de los valores de la unidad de España y otras zarandajas, no resulta tan fácil para los que no son historiadores, distinguir cuál es la realidad histórica y cual la inventada por los juglares:

«La leyenda creció. Los juglares lo contarían una y otra vez. Pero los versos son mentirosos. Los juglares adornan las palabras y aliñan la voz. El honor, el valor. El caballero que deshace el entuerto, que sale de la trampa. Las historias son mentira». (Página 414)

 
Una historia que por otra parte no deja de ser la del crecimiento de un niño y la de su relación con un padre, con tanta personalidad, con tanta fuerza que el niño no es capaz de encontrar su sitio a la sombra de ese padre que, por otra parte, le niega los elogios. Por fuerza ha de ser tan bueno si es hijo de quien es hijo:

«Los niños sueñan con hacerse hombres, hasta que se hacen hombres. Cuando ya se afeitan, miran con melancolía su pasado y desearían ser niños de nuevo. (…) Los niños sueñan con hacerse hombres porque no entienden lo significa hacerse hombre». (Página 217)

 
De fondo, el ruido de la guerra. Una guerra perpetua en la que el niño se ve involucrado desde que nació.

«Ninguna guerra es capaz de apagar las pasiones de los hombres. Y mucho menos los vicios». (Página 36)

 
 
 
 

OPINIÓN PERSONAL

Foto para Instagram de El Búho entre libros

 

El buen vasallo es una grandísima novela en el centro del cual está esa pugna padre/hijo. O mejor dicho, esa pugna del hijo por encontrar el amor y el reconocimiento de su padre.
Un aviso si quiero haceros. No busquéis la sinopsis en Amazon o en Casa del libro, porque lo que allí se cuenta no refleja en realidad lo que os encontraréis en El buen vasallo. Cuando comencéis a leer la novela y a medida que os adentréis en ella, os parecerá que es otra novela diferente la que tenéis entre las manos, hasta tal punto no refleja esa sinopsis la realidad de esta novela.
Porque nada se dice en ella del yesero, un personaje misterioso que no sabemos quién es y que recorre buena parte del relato cuando la novela no está narrando el tiempo de la infancia del hijo del Cid.
Novela dura, no solo porque la guerra lo es, sino por la tristeza que se desprende en esa relación de un hijo que no ve correspondido su amor por parte del padre. Y dura porque toda guerra lo es.
 
Una novela que sorprende por ese tratamiento de la figura del Cid. Un hombre duro, muy alejado de esa figura del héroe que se ha tratado de vendernos y probablemente mucho más cercano a la realidad histórica que le tocó vivir.
 
Sin duda, la mejor novela histórica que he leído este año.
 
 
 

VALORACIÓN: 10/10

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