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jueves, 20 de febrero de 2020

NUNCA FUIMOS HÉROES (FERNANDO BENZO)


Nunca fuimos héroes
Fernando Benzo


 Título: Nunca fuimos héroes
Autor: Fernando Benzo
Editorial: Planeta, 2020
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 412




 FERNANDO BENZO

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:


Fernando Benzo (Madrid, 1965). Desde que a los 23 años publicara Los años felices (Premio Castilla-La Mancha), no ha dejado de escribir. Durante algunos años se centró en el relato. Tras recibir numerosos premios, sus principales cuentos quedaron reunidos en el libro Diez cuentos tristes. Regresó a la novela con Mary Lou y la vida cómoda (Premio Kutxa – Ciudad de Irún) y desde entonces ha publicado La traición de las sirenasDespués de la lluvia (Premio Ciudad de Majadahonda), Los náufragos de la Plaza MayorNunca repetiré tu nombre y Las cenizas de la inocencia. En los últimos años se ha dedicado a la gestión cultural pública y ha sido subsecretario de Educación, Cultura y Deporte y secretario de Estado de Cultura.
Nunca fuimos héroes fusiona su pasión por la novela policiaca con sus experiencias y conocimientos de la lucha antiterrorista, en una mezcla inseparable de ficción y realidad.






ARGUMENTO de NUNCA FUIMOS HÉROES

La vida de Gabo, un ex policía que trabajó en los servicios de inteligencia en la lucha contra el terrorismo, sufre un vuelco cuando pese a estar retirado es requerido para una importante misión: Averiguar que hace en Madrid Harry, un terrorista que después de veinte años huido en Colombia ha reaparecido en España.
Todos los fantasmas de su pasado vuelven a hacérsele presentes a Gabo, pues Harry fue su fijación, un objetivo al que por motivos personales estuvo persiguiendo toda su vida sin conseguir detenerlo.






NUNCA FUIMOS HÉROES

Durante mucho tiempo, en la literatura española no existió la “cuestión vasca”, ni mucho menos por supuesto ETA. Jo sé si ha sido la derrota de dicha organización terrorista o que ya hemos ganado un cierto tiempo a los acontecimientos que nos permite verlos ahora desde una cierta perspectiva, o tal vez una mezcla de ambas cosas, que poco a poco, casi con cuentagotas, pero van apareciendo novelas en que se refleja claramente la realidad que se vivió en España en aquellos años cruentos. A la cabeza de todas dichas novelas Patria, que fue la que permitió comprender mucho mejor el dolor que sufrieron unos y otros.
Ahora Nunca fuimos héroes, otra gran novela, que aborda aquellos hechos desde una perspectiva casi de novela negra.

«Las leyendas son siempre tramposas. Al final, ¿cómo se decide quién es el héroe y quién es el villano? Todo va a depender siempre de la voz que nos narre la historia. (…) ¿Cuál es la diferencia tangible entre liderazgo y opresión, entre manipulación de masas y búsqueda del bien común, entre invasión y revolución? La única diferencia está en quién es la voz que nos cuenta la historia». (Página 206)
No nos engaña el autor. Sabemos cuál es su punto de vista: el de su protagonista Gabo, un hombre que dedicó su vida a la lucha contra el terrorismo.
Un Gabo que desde su retiro es reclutado por su antiguo jefe para que vuelva a enfrentarse a aquel mal. Porque lo conoce de primera mano, porque peleó con él cara a cara. Las nuevas generaciones, no saben qué fue aquello:
«Los chicos que tengo ahora no conocen ese mundo. Son de otra generación. Solo saben buscar yihadistas por internet». (Página 20)

Partiendo desde la actualidad, los recuerdos del protagonista al tener que revivir lo que fue su pasado, nos presentarán lo que fue la lucha contra el terrorismo, comenzando por aquellos años en los que siendo un joven policía decidió ir al País Vasco.
«Volviendo ya a San Sebastián, el Dandy le echó una bronca tremenda. Le dijo que en el futuro intentara recordar que estaban allí para cazar terroristas, no para exterminar a todos los vascos de tasca en tasca». (Página 12)

Sin duda el paso de los años, la distancia a la que ya están aquellas bombas, aquellos tiros en la nuca, tantos y tantos muertos, son los que permiten decir en voz alta lo que mucha gente pensaba en aquellos años:
«Había una plaga. Una invasión de jóvenes que habían perdido el alma, violentos, la mayoría manipulados por unos cabecillas que los habían convencido de que eran gudaris, épicos guerreros, heroicos libertadores de un pueblo oprimido. Pero en la mayoría de los casos, a Gabo solo le parecían pobres idiotas a los que les habían inoculado un veneno, un virus que generaba apetito de sangre y muerte, que eliminaba los escrúpulos y la conciencia bajo una aplastante montaña de ideales enardecidos y de agravios inventados. Eran una plaga que había que detener, que controlar, que exterminar, porque su capacidad de destrucción, de provocar dolor, era infinita». (Página 40)

Y frente a aquella plaga, hombres como Gabo: un cazador:
«Él era un cazador. Un cazador profesional. Esa era su respuesta, por muy extraña que pudiera parecer. Su trabajo consistía en una caza en que no quedaba sitio ni para el odio ni para el placer». (Página 40)



Gabo vuelve a la lucha, una lucha hombre contra hombre, contra aquel que en su día le causó un inmenso dolor, que se convirtió en su fijación y al que nunca pudo dar caza. Con todo, Harry, su enemigo, no es un dios, tan solo un hombre:
«Solo es un hombre equivocado que acabará pagando sus pecados. Los tipos como él no son dioses, sino ángeles caídos. No permitas que te arrastre a su infierno». (Página 46).


Una vida la de Gabo que se fundamente en dos pilares: la lealtad, a sus compañeros, a una causa por la que cree y la culpa, esa que le lleva años corroyendo, la culpa por los fracasos, por aquellos que murieron porque él no fue capaz de impedirlo.
«La culpa es un bicho incansable. Siempre está ahí, susurrándote al oído que sigue a tu lado, vigilándote, persiguiéndote, como una garrapata aferrada a tus recuerdos. La peor compañera de los días sin luz y las largas noches sin sueño». (Página 132)

Es tal vez por eso, tiempo ya de que ese eso deje ya de destruirlo, de que una buena novela convierta tanto dolor en hazaña y victoria:
«Buenos y malos, malos y buenos, todos acabamos cargando con el peso de nuestras culpas y nuestros pecados, que solo un buen relato podrá transformar en hazañas y victorias». (Página 208)


Porque a pesar de todos sus esfuerzos, de todos sus éxitos que fueron muchos, la sensación final es siempre la de derrota, la de no haber hecho lo suficiente:
«Daban igual todos los éxitos anteriores. Cada vez que alguien era asesinado, cada uno de los miembros de la Brigada sentía que iban demasiado lento, que una vez más llegaban tarde a salvar otra vida cercenada». (Página 209)


Y como no, la sombra de la sospecha. Ese lema de la Brigada que podía dar lugar a malas interpretaciones a un mal uso del poder. Aquello que dio en llamarse guerra sucia y que también podremos ver en esta novela.
«-¿Recuerdas lo que solíamos decir en la Brigada? Lo único que importa es pillar a los malos». (Página 50)

San Sebastián

Una novela que, aun centrándose todo el presente de la misma en Madrid, tiene una parte muy importante de la misma en el País vasco, con una ciudad San Sebastián, como eje emocional de la misma, aquel lugar del que Gabo una y otra vez tenía Gabo que despedirse con dolor.






OPINÓN PERSONAL

Foto de El Búho entre libros para Instagram

No tengo ninguna duda de que Nunca fuimos héroes estará entre mis mejores lecturas del 2020. Una novela que no podemos calificad de histórica porque los hechos que nos narra están a la vuelta de la esquina, pero que sin duda generaciones posteriores la podrán calificar de tal.
Una novela muy necesaria para dar a conocer a la generación actual la pesadilla que muchos españoles tuvieron que vivir: el atentado de la calle Correo, el comando Madrid, el asesinato de Miguel Ángel Blanco el concejal de Ermua cuya muerte supuso un punto de inflexión que llevó a la derrota final de la banda terrorista.
Una novela contada con un estilo de novela negra, penetrando en el alma del cazador (Gabo) y de su presa (Harry), por más que en muchos momentos no esté claro quién es el cazador ni quién la presa.
Narrado además en muchos momentos con un ritmo de thriller que hacen que no me fuera posible aparcar la lectura, mientras rememoraba muchos hechos de mi vida.

Una novela que sin duda disfrutarán mucho todos aquellos que vivieron aquellos años y que tuvieron que sufrir la incertidumbre del día a día, de si habría o no nuevos atentados, nuevas víctimas.
Una novela imprescindible para todos aquellos que no vivieron aquel horror, para que puedan conocer de primera mano el horror de una historia muy cercana.

No te pierdas Nunca fuimos héroes.



VALORACIÓN: 10/10


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