La chica a la que no supiste amar
Marta Robles
Autor: Marta Robles
Editorial:
Espasa, 2020
Encuadernación;
Tapa blanda
Páginas 332
MARTA ROBLES
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Marta Robles es licenciada en Ciencias
de la Información, rama periodismo, por la UCM y lleva treinta años ejerciendo
su profesión en todo tipo de medios.
Comenzó su carrera profesional en la
revista Tiempo y desde entonces nunca ha dejado
de colaborar en distintas publicaciones como Panorama, Man, Woman, Elle, Carácter, Wapa, XL Semanal, el Magazine de La Vanguardia, Grazia, La Gaceta de Salamanca o La Razón.
En televisión ha trabajado en Canal 10,
TVE, Tele 5, Antena 3, Canal 7, Telemadrid, Canal Sur y Dkiss, en todo tipo de
formatos informativos y culturales, casi siempre dirigidos y presentados
por ella misma.
En radio ha dirigido y presentado
programas en Radio Intercontinental, Cadena Ser, Onda Cero y EFE Radio, y ha
colaborado en Punto Radio y Es Radio.
Ha escrito siete libros de no
ficción: El mundo en mis manos (1991), La dama del PSOE (1992), Los elegidos de la fortuna (1999), El catálogo del Parque Oceanográfico de Valencia (2003), Madrid me Marta (2011), Usted primero (2015) y Haz lo que temas (2016); y nueve
de ficción: Las once caras de María Lisboa (2001), Diario de una cuarentona
embarazada (2008), Don Juan (2009), Luisa y los espejos (2013) —Premio
Fernando Lara de Novela—, Obscena, A menos de cinco centímetros (2017)
—finalista en el Premio Silverio Cañada de novela negra de Gijón—, HNegra (2017), La mala suerte (2018) y La chica a la que no supiste amar (2019)
Actualmente colabora en La Razón, La Gaceta de Salamanca, Objetivo Bienestar, Amigas y conocidas (TVE), Espejo Público (Antena 3) y El Cascabel (13TV).
Entre sus numerosos premios cabe
destacar el TP de Oro, dos Antenas de Oro, dos de Plata, el Woman de Oro, el
Premio Nacional de Comunicación o el Premio PR a la periodista más querida de
Madrid, además del Premio Fernando Lara de novela.
En este blog puedes encontrar reseñadas
las siguientes novelas de la autora:
ARGUMENTO de
LA CHICA A LA QUE NO SUPISTE AMAR
El detective Roures recibe la visita de
su amigo Alberto Llorens. Una visita inesperada en la que su desesperado amigo
solicita su ayuda para resolver el problema en el que está envuelto pues,
aunque el detective le hacía felizmente casado, su matrimonio ya no funciona y
era asiduo a un puticlub en el que se enamoró de una joven negra que allí
trabajaba. Tras sufrir ésta un cáncer en el que le extirparon en un quirófano
clandestino los dos pechos, es asesinada.
Ahora su amigo es perseguido y
extorsionado por unos negros que le amenazan con vudú como si fuera el
responsable de dicha muerte, por lo que acude desesperado a Roures para que
averigüe quién es el asesino de la chica.
LA CHICA A
LA QUE NO SUPISTE AMAR
La chica a la que no supiste amar recibió el galardón Letras del Mediterraneo 2019.
La chica a la que no supiste amar es la tercera entrega de las tres que de momento forman parte de la serie del detective Roures:
La chica a la que no supiste amar es la tercera entrega de las tres que de momento forman parte de la serie del detective Roures:
-A cinco centímetros (2017)
-La mala suerte (2018)
El protagonista de esta serie no es
ningún chaval, pues en La mala suerte tenía sesenta y dos años y el alma
llena de cicatrices. Y en esta tercera entrega ha debido pasar por lo menos
casi un año más.
«Estaba claro que, según avanzaba la vida, más arrepentimientos se le quedaban a uno prendidos en el estómago, que era ese lugar que se rebelaba contra el “todo vale” de algunos seres humanos. De su pasado de guerra tenía una colección de motivos para el remordimiento; y por lo que parecía, en su presente de paz iba a seguir acumulándolos». (La mala suerte. Página 33)
En esta entrega, veremos al Roures más
sensible, como si los años le fuesen ablandando.
«Si los tipos duros llorasen, tal vez él lloraría. Pero no lo hacen. Y él es un tipo duro, aunque la edad le haya reblandecido el corazón». (Página 101)
Es incapaz de decir que no a su antiguo
amigo, un fotógrafo con el que compartió unas cuantas guerras, por más que no
vea claro el caso ni el porqué de la ayuda que su amigo le solicita.
«Los clientes, y más los amigos, creen que los detectives disponen de una varita mágica. Que pueden hacer desaparecer sus errores y sus miserias. Que con una investigación resolverán sus conflictos y las conciencias se les quedarán limpias. No es cierto. Resolver las historias oscuras es peligroso. Nadie suele salir indemne». (Página 17)
Por otra parte, prosigue su relación con
Carlota, la juez mallorquina que de cuando en cuando viene a visitarle para
pasar un fin de semana con él, por más que no entienda que él pueda ser el
elegido por la diferencia de edad que hay entre ellos y tratarse de una mujer
de rompe y rasga que puede tener a sus pies a quien quiera. Aunque tal vez no
sea consciente de algunos de sus grandes atractivos para ella:
«Siempre tienes la música adecuada y las palabras perfectas. Aunque sean de otros». (Página 81)
Y entre ese amor y su sentido de la
amistad, se ve enredado en un caso del que no es capaz de distinguir lo real de
lo falso:
«La amistad te vuelve un mal detective y el amor un gilipollas». (Página 253)
Al margen de esa subtrama que viene ya
desde la novela anterior y en la que se plantea de un modo muy directo el tema
de la fidelidad, el tema de fondo que subyace en toda
la novela es la explotación de la mujer, la trata de blancas
)me pregunto por qué se llama así cuando en buena parte vienen del continente
africano) y la prostitución a la que se ven abocadas sin posibilidades de
escapar.
«La desesperación, la angustia, la impotencia de las mujeres no tiene la menor importancia para los proxenetas. Igual que las gallinas son solo carne y huevos para quienes las crían hacinadas y las venden o se las comen sin haberles dado la oportunidad casi de respirar, las prostitutas son coños para usar, lavar, reutilizar y tirar a la basura, cuando ya no sirvan para nada». (Página 190)
Una denuncia en toda regla del machismo
que permite que esta lacra social siga siendo posible, porque no hace falta
llegar a los extremos de aquellos que se dedican a controlar el negocio de la
prostitución para ser responsables en parte de que éste tenga lugar:
«Los hombres no son ni buenos ni malos. Solo listos o imbéciles. Los primeros aprovechan las ocasiones. Los otros no. Y ya está. (…) Y mujeres. Todas malas. ¿Costillas del varón? Noooo. Parásitos dañinos a los que hay que domesticar y utilizar. Como a las pulgas del circo». (Página 278)
Y entre tanto machismo, la autora se
permite algún guiño o broma hacia el poder de la mujer: esa capacidad de
comprender y captar el por qué de las cosas y de las personas:
«Intuimos. Somos casi como vosotras. Imagínate las “detectivesas”. Son lo más grande. No repetiré el palabro, que las feministas me llevan al paredón. Y además no existe». (Página 265)
OPINIÓN
PERSONAL
Foto de El Búno entre libros para Instagram |
Me ha gustado también La chica a la que no
supiste amar,
la tercera entrega de la serie, tanto por cómo continúa la subtrama y el
planteamiento que hace sobre la fidelidad (a mi gusto mucho más interesante que
el que hace la propia novela Fidelidad de Marco MIssiroli), como por la propia
trama en sí, que aunque pueda resultar algo previsible, no es menos cierto que
como lector me ha mantenido en vilo.
Además de todo ello, el tema de la explotación sexual y el negocio del sexo, me parece muy
conseguido. No hay recetas con soluciones en La chica a la que no supiste amar, pero sí está
claro que presenta el problema (porque es un grave problema) sin medias tintas
y llamando a las coas por su nombre. Con una crítica sin paliativos, también
hay que decirlo a los hombres, esos “puteros” que son los que hacen que el negocio
esté permanentemente el alza.
Aunque es cierto que puede leerse de un
modo independiente (es un caso que empieza y queda totalmente cerrado en esta
novela), también es verdad que el conocimiento de los personajes, sobre todo de
algunos secundarios como la jueza que acompañan a Roures quedan mucho más
completo si has leído las anteriores, o por lo menos La mala suerte, la novela
anterior.
Una novela entretenida que sin duda
disfrutarán los aficionados al género y que anima a seguir leyendo la
continuación si tiene continuidad esta serie.
Mmmmm lo único que me tira para atrás es que sea una serie, pero no me importaría leerlos.
ResponderEliminarBesotes