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sábado, 22 de febrero de 2020

AUTORES AUTOEDITADOS (31) DIEGO BARDERA (LOS DOCE MUNDOS)

Esta es la trigésimo primera entrega de esta sección para autores autoeditados o noveles, en este caso autoeditado,  en la que si quieres dar a conocer tu libro, bien porque es autopublicado o porque es tu primera novela, puedes participar mandándome un correo a pedroesantosh@yahoo.es y yo me pondré en contacto contigo.
Tened en cuenta posibles escritores, que si tu novela es romántica, este no es probablemente el sitio más adecuado, porque aunque se puede encontrar en este blog todo tipo de lecturas, los seguidores de este blog no es ese género el que buscan cuando vienen a él.







El texto en azul aparecerá con aquellos comentarios propios que haga sobre el libro. El resto del texto es del propio autor.

Doy desde aquí la bienvenida a un jovencísimo autor.








DIEGO BARDERA


Título: Los doce mundos
Autor: Diego Bardera
Editorial: Autoeditado, 2019
Páginas: 399
Encuadernación: Tapa blanda 




BIOGRAFÍA de DIEGO BARDERA


Nos dice el autor:


Diego Bardera, nacido el 16 de marzo de 2002 en Madrid, en este momento estudio 2º de Bachillerato. Siempre he sentido pasión por los libros, tanto es así que escribo desde los once años, desde exactamente el día en que me terminé El señor de los anillos. Tengo ya varios libros terminados, pero este es el primero que publico, un libro lleno de sentimiento y de una historia personal, mostrada en la dedicatoria, que, aunque no lo sabía cuando lo escribía, da vida a su argumento. He ganado pequeños concursos de relatos y poesía en la escuela, y todos ellos me han enseñado a relatar como lo hago en Los Doce Mundos, la historia con la que querría empezar una carrera en un mundo bastante complicado. Cometí el error, o no, de publicarlo en kindle antes de mandarlo a una editorial, y ahora, casi tres meses después de haberlo enviado a editoriales tradicionales, aún espero respuesta.







SINOPSIS de LOS DOCE MUNDOS

“Cuando aquel extraño individuo apareció en el valle de Freikan, Caarant no podía imaginar que su vida iba a cambiar para siempre. Pero así fue, y él, el herrero de la más recóndita aldea del Biverso, emprendió un increíble viaje a la tierra de los inmortales que iba a transformarlo todo. Abandonó su herrería, su gente, su tierra en busca de algo más importante que él mismo, en busca de algo que diese sentido a lo que consideraba una mísera existencia. Y entonces fue forzado a tomar parte en una guerra entre poderes incontrolables para los hombres, una guerra que se extendió no solo por el suyo, sino que asoló los Doce Mundos y lo sumió todo en la oscuridad. Los simples e insignificantes mortales vieron desvanecerse todo lo que amaban y, en medio de la desolación, Caarant, el herrero, seguía caminando en busca de la tan ansiada libertad.”


Los Doce Mundos cuenta la historia de Caarant, el humilde herrero de un pequeño pueblo que, embaucado por un ser demoníaco, es forzado a tomar parte en una guerra entre dioses y a arrastrar a ella a toda la humanidad, en un universo ficticio con magia y extrañas criaturas formado por doce reinos con distintas leyes fundamentales (como la física en nuestro mundo). En la novela coexisten el clásico esquema del héroe y la oposición del bien y el mal y ciertas innovaciones dadas por el tipo de magia utilizada (que no siempre es magia, como es el caso del “atar”, una fuerza capaz de alterar la línea temporal) y el carácter del protagonista, que siempre en sus largos viajes tiene un único objetivo: encontrar la libertad, algo que colme sus más grandes deseos, algo que haga que sus sueños tengan todos sentido.

Caarant se siente vacío. Tiene una vida perfecta, un trabajo estable en las fraguas de una aldea perdida pero hermosa. Tiene la admirable compañía de una mujer a la que ama, Niein, y, sin embargo, cree que necesita más. Que ha sido hecho para algo más grande que ese pequeño pueblo en el que vive. 
   «Caarant, allí, junto a ella, se sentía realmente feliz, mas una sombra, como siempre había hecho en aquellas ocasiones, trataba con constancia de evitar que esa felicidad fuera plena. Su vida era perfecta. Un buen trabajo, entretenido y bien remunerado, un buen hogar, una vivienda en el centro de la aldea de Freikan y gente, como Niein, que le quería. Sin embargo, la pregunta, la pregunta que siempre tenía en la cabeza le acuciaba y en momentos como aquel rompía aquel estado de paz casi completa: ¿ese, fabricar armas para cazar animales en el bosque u otros fines similares, solo ese era su destino? ¿Viviría toda su vida allí, en Freikan, en aquel insignificante poblado dentro de un mundo colosal? Niein era maravillosa, sí, pero Caarant anhelaba algo más que formar una familia en su vida, algo más. Para aquel joven soñador, aquel pueblo se le quedaba pequeño. Aspiraba a más, él aspiraba a más.»

Y entonces aparece un ser extraño, que dice ser el vasallo de un dios del que ni Caarant ni los suyos han oído hablar, y les habla sobre un lugar donde el dolor y el agotamiento no tienen cabida, donde todo es alegría, paz y gozo. La deidad que le envía debe elegir a tres representantes en su mundo para ver la luz de su hogar, en nombre de todos los mortales, y uno de ellos es Caarant. 
   «He recorrido multitud de tierras que ni siquiera sabéis que existen, vengo de un reino tan lejano que sin ayuda nunca vuestros frágiles pies podrán siquiera fantasear con ver, de un reino que pervive en el tiempo más allá del horizonte, más allá de los minúsculos valles, mares, montañas y llanuras de vuestro mundo. Allí gobierna aquel al que los de su pueblo llamamos con justo título el Rey Inderrocable, él es el señor de los inmortales Anerion, mi pueblo. Allí están los Cuatro Visionarios y los Dos Poderes, Eromed y Deilu, comandando las legiones del Rey Inderrocable. Desde el principio de nuestra historia Eldor nos ha gobernado, desde que los Anerion despertamos cierto día en los jardines de su castillo, en una tierra repleta de hermosos ríos y frondosos bosques. Allí las cosas son distintas, allí el dolor y el cansancio no existen y la alegría y los sueños y la esperanza colman nuestras almas a diario. Eldor nos ha dado un hogar, una vida, una patria. Eldor nos ha dado todo lo que tenemos, incluida la inmortalidad. Sí, yo y el resto de los Anerion no conocemos la muerte, mas no desesperéis, hombres y mujeres de Freikan, no desesperéis porque mi tierra es también vuestra. Mi hogar os pertenece.»

En oposición a él está Gronteg, un hombre movido únicamente por su ambición y sus ansias de poder. Gronteg es el heraldo de otro de los doce mundos, nunca en la vida ha visto a Caarant, pero al momento hay algo, mejor dicho alguien, que les une en una única causa.
La rabia explota en el Cosmos. Mortales e inmortales se pelean en la historia que pretende ser una reflexión sobre la libertad, el sentido de la vida, el amor, el valor y la lealtad, todo esto rodeado de seres mágicos y poderes extraordinarios.
Lo que más resaltan los lectores de este libro es la humanidad de los personajes, sus dudas y sus miedos. Así he intentado hacer con héroes y villanos, y, sobre todo, con el personaje al que más transforman los acontecimientos, un joven cohibido y tímido que cambiará para siempre con el desarrollo de la historia. 


Así comienza la historia:

«Existió en otro tiempo un hombre valiente, libre, del que se podría decir que era verdaderamente un hombre. Un hombre destinado a cambiar para siempre el porvenir de mundos y mortales, un hombre cuyo nombre e historia han sido olvidados por todos; las guerras y el paso de los años han borrado su recuerdo y su memoria, pero ha llegado a nuestros días una palabra, una sola palabra, lo único que queda de aquel desgraciado a quien los mismos individuos tomaron a veces por héroe y otras por asesino: Dóreas. 
   Esta historia ocurrió cuando el mundo era joven y el cielo, pequeño. Es la historia de aquel a quien nadie recuerda pero que cambió el destino de todo un mundo, de aquel dóreas de quien todos en Sarintia hablan pero nadie sabe quien es realmente. Una historia de guerra, de amor y de venganza, la historia de doce reinos, de un rey y de un enemigo, del nacimiento del Cosmos y del inicio de una eterna guerra, de la ruptura de lealtades y de las mentiras de un cobarde, del nacimiento y el final de los Doce Mundos tal y como los conocían hasta entonces. Una historia que podría empezar un caluroso y soleado día de verano en una caliente herrería junto a un hierro que era golpeado, una y otra vez, por un pesado y colosal martillo.
   Tam. El golpe resonó en toda la estancia y saltaron chispas por los aires, pero el herrero continuó con su labor. Tam. Un golpe, y otro, y así aquel trozo de metal ardiente fue poco a poco tomando forma. Cuando, varias horas más tarde, el herrero acabó su trabajo, sonrió con satisfacción por debajo del casco que le protegía de las chispas que saltaban del metal.»








¿POR QUÉ LEER LOS DOCE MUNDOS?

Esto es lo que nos dice el autor:

Reconozco ser aún muy novato, pero me atrevería a decir que sí. La historia de Caarant gustará a aquellos que hayan disfrutado de las guerras de El señor de los anillos o El Silmarillion, de las ansias de libertad de Gladiator o Braveheart y, por supuesto, a los que crean que sin sueños no serían. A los que anhelen comprender qué es ese sentimiento, ese anhelo de libertad.

Lo que más resaltan los lectores de este libro es la humanidad de los personajes, sus dudas y sus miedos. Así he intentado hacer con héroes y villanos, y, sobre todo, con el personaje al que más transforman los acontecimientos, un joven cohibido y tímido que cambiará para siempre con el desarrollo de la historia





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