miércoles, 29 de mayo de 2019

SIN DEJAR RASTRO (HAYLEN BECK)


Sin dejar rastro
Haylen Beck


 Título: Sin dejar rastro
Autor: Haylen Beck
Traducción: Patricia Antón de Vez
Editorial: Salamandra
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 352






 HAYLEN BECK

Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor

Haylen Beck es el seudónimo de Stuart Neville, un escritor de novela negra aclamado y galardonado internacionalmente. Neville, que ganó el premio al mejor libro del año en la categoría de thriller/misterio de Los Angeles Times por su serie sobre la detective Serena Flanagan, situada en Belfast, y que fue nominado al Edgar Award, ha aparecido en las listas de mejor escritor del año de numerosas publicaciones, entre ellas The New York TimesLos Angeles Times y The Boston Globe. Sus novelas firmadas como Haylen Beck tienen lugar en Estados Unidos y están inspiradas por su amor al género negro norteamericano. Los derechos de traducción de Sin dejar rastro se han vendido a más de una decena de países.






ARGUMENTO de SIN DEJAR RASTRO

Audrey Kinney es una mujer que tras haber superado su adicción a las pastillas y al alcohol, reúne el valor suficiente para cargar el coche y a sus hijos en él y huir de su marido, un poderoso y rico hombre de negocios de Nueva York. Un hombre que la lleva maltratando física y psicológicamente desde que se casaron.
Cuando se encuentra cerca ya de su objetivo en California, a miles de kilómetros de su hogar, es parada por un policía por una leve infracción de tráfico. Al registrar su maletero encuentra un alijo de marihuana, por lo que la detiene y envía a sus hijos con otro agente.
Cuando en la celda del pequeño pueblo al que es llevada pregunta angustiada por sus hijos, el sheriff le responde que ella viajaba sin hijos. Es su palabra contra la de él.
Acaba de empezar una angustiosa lucha de Audrey para poner fin a la pesadilla de sus hijos desaparecidos.






SIN DEJAR RASTRO

Portada original
Aunque pueda parecer que he contado mucho del argumento, me he limitado a contar las primeras páginas y revela mucho menos que la contraportada de la novela.
De argumentos semejantes a éste, están pobladas las cutrículas con las que Antena3 deleita a los espectadores de las tardes del fin de semana. Muchas veces me he preguntado si tan malos son los guionistas o si será que el público es eso lo que demanda.
Porque la demostración de que puede hacerse muchísimo más con ese punto de partida es Sin dejar rastro, una novela que me ha mantenido en tensión de la primera a la última página.

Ante este punto de partida: dos niños desaparecidos en un control policial, cabe tomar dos alternativas. O bien siembra el autor, con trampas o sin ellas la duda de si realmente han sido robados o es que la madre no está en su sano juicio y el la culpable; o bien toma partido directamente por la madre y su angustia.
Haylen Beck opta por lo segundo, pues no está narrado desde el punto de vista de la madre, sino desde un narrador omnisciente. Por eso sabemos que no es la imaginación de la madre, sino que los hijos realmente le han sido robados por la policía. Todo ello le confiere una gran carga dramática a la novela, porque es imposible no empatizar con esta mujer que no solo tiene que padecer la separación de sus hijos, sino toda la carga mediática de los medios de comunicación que la han crucificado directamente sin haber escuchado su versión.

Tampoco hay que perder de vista que esta novela nos habla del maltrato. Un maltrato muy especial, pero no por ello menos destructivo que la clásica paliza:
«No es la primera mujer que pasa por esto y Dios sabe que no va a ser la última. He sido testigo de toda clase de abusos. Créame, no sólo adoptan la forma de palizas: su marido es un facilitador. La tiene ebria y drogada para que esté tranquila y resulte fácil de manipular. No la quiere, pero por alguna razón no puede dejarla marchar». (Página 173)

No todo van a ser desgracias y calamidades para esta mujer, que si no la novela se acapa en nada. En su camino se cruzará un hombre muy especial con un pasado que le permite entenderla: Danny Dou Yei (Danny cuchillo)
«No era el color de la piel lo que le molestaba de aquel hombre, pese a que era poco corriente en el pueblo; más bien se trataba de a clase de hombre que era. Whiteside había conocido a muchos como él a lo largo de los años; uno acaba por reconocerlos a simple vista: un hombre está hecho para matar o no lo está. La mayoría no lo están, pero aquel tipo sí». (Página 205)






OPINIÓN PERSONAL

He disfrutado mucho con Sin dejar rastro, una de esas novelas en la que no es fácil decidir si se trata de un thriller (a pesar de lo adictiva que es el ritmo no es tan rápido) o más bien una novela negra, con un mejor trato del autor para con los personajes, porque no son blanco y negro. Incluso los protagonistas tienen su lado oscuro en el pasado.
Una novela que nos lleva al lado más negro de la vida, el de aquellos que trafican con niños (no aclara la novela para qué tipo de diversión los quieren exactamente, aunque realmente eso es lo de menos), el de los que no ven más allá del dinero sin importarles el sufrimiento de los niños ni de sus padres, a los que convierten además en dobles víctimas.
Sin dejar rastro atrapa desde las primeras y es de esas novelas que no puede dejarte indiferente como lector. Sufrirás y mucho junto a esta madre desesperada, hasta el punto de que es una novela que no olvidarás fácilmente, lo cual no puede decirse de muchas. Lectura muy rápida, aunque no es de esos libros que estás deseando que no acabe para seguirlo disfrutando. Al contrario, estás necesitando que termine para poner punto final a la tensión a la que te someterá su lectura si te animas.





VALORACIÓN: 8/10


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