Sin dejar rastro
Haylen Beck
Autor: Haylen Beck
Traducción:
Patricia Antón de Vez
Editorial:
Salamandra
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 352
Esto es lo que la editorial nos cuenta
del autor
Haylen Beck es el
seudónimo de Stuart Neville, un escritor de novela negra aclamado y galardonado
internacionalmente. Neville, que ganó el premio al mejor libro del año en la
categoría de thriller/misterio de Los Angeles Times por
su serie sobre la detective Serena Flanagan, situada en Belfast, y que fue
nominado al Edgar Award, ha aparecido en las listas de mejor escritor del año
de numerosas publicaciones, entre ellas The New York Times, Los Angeles Times y The Boston Globe.
Sus novelas firmadas como Haylen Beck tienen lugar en Estados Unidos y están
inspiradas por su amor al género negro norteamericano. Los derechos de
traducción de Sin dejar rastro se
han vendido a más de una decena de países.
ARGUMENTO de
SIN DEJAR RASTRO
Audrey Kinney es una mujer que tras
haber superado su adicción a las pastillas y al alcohol, reúne el valor
suficiente para cargar el coche y a sus hijos en él y huir de su marido, un
poderoso y rico hombre de negocios de Nueva York. Un hombre que la lleva
maltratando física y psicológicamente desde que se casaron.
Cuando se encuentra cerca ya de su
objetivo en California, a miles de kilómetros de su hogar, es parada por un
policía por una leve infracción de tráfico. Al registrar su maletero encuentra
un alijo de marihuana, por lo que la detiene y envía a sus hijos con otro
agente.
Cuando en la celda del pequeño pueblo al
que es llevada pregunta angustiada por sus hijos, el sheriff le responde que
ella viajaba sin hijos. Es su palabra contra la de él.
Acaba de empezar una angustiosa lucha de
Audrey para poner fin a la pesadilla de sus hijos desaparecidos.
SIN DEJAR
RASTRO
Portada original |
Aunque pueda parecer que he contado
mucho del argumento, me he limitado a contar las primeras páginas y revela
mucho menos que la contraportada de la novela.
De argumentos semejantes a éste, están
pobladas las cutrículas con las que Antena3 deleita a los espectadores de las
tardes del fin de semana. Muchas veces me he preguntado si tan malos son los
guionistas o si será que el público es eso lo que demanda.
Porque la demostración de que puede
hacerse muchísimo más con ese punto de partida es Sin dejar rastro, una novela
que me ha mantenido en tensión de la primera a la última página.
Ante este punto de partida: dos niños
desaparecidos en un control policial, cabe tomar dos alternativas. O bien
siembra el autor, con trampas o sin ellas la duda de si realmente han sido
robados o es que la madre no está en su sano juicio y el la culpable; o bien
toma partido directamente por la madre y su angustia.
Haylen Beck opta por lo segundo, pues no
está narrado desde el punto de vista de la madre, sino desde un narrador
omnisciente. Por eso sabemos que no es la imaginación de la madre, sino que los
hijos realmente le han sido robados por la policía. Todo ello le confiere una
gran carga dramática a la novela, porque es imposible no empatizar con esta
mujer que no solo tiene que padecer la separación de sus hijos, sino toda la
carga mediática de los medios de comunicación que la han crucificado
directamente sin haber escuchado su versión.
Tampoco hay que perder de vista que esta
novela nos habla del maltrato. Un maltrato muy especial, pero no por ello menos
destructivo que la clásica paliza:
«No es la primera mujer que pasa por esto y Dios sabe que no va a ser la última. He sido testigo de toda clase de abusos. Créame, no sólo adoptan la forma de palizas: su marido es un facilitador. La tiene ebria y drogada para que esté tranquila y resulte fácil de manipular. No la quiere, pero por alguna razón no puede dejarla marchar». (Página 173)
No todo van a ser desgracias y
calamidades para esta mujer, que si no la novela se acapa en nada. En su camino
se cruzará un hombre muy especial con un pasado que le permite entenderla: Danny
Dou Yei (Danny cuchillo)
«No era el color de la piel lo que le molestaba de aquel hombre, pese a que era poco corriente en el pueblo; más bien se trataba de a clase de hombre que era. Whiteside había conocido a muchos como él a lo largo de los años; uno acaba por reconocerlos a simple vista: un hombre está hecho para matar o no lo está. La mayoría no lo están, pero aquel tipo sí». (Página 205)
OPINIÓN
PERSONAL
He disfrutado mucho con Sin dejar rastro, una de esas
novelas en la que no es fácil decidir si se trata de un thriller (a pesar de lo
adictiva que es el ritmo no es tan rápido) o más bien una novela negra, con un
mejor trato del autor para con los personajes, porque no son blanco y negro.
Incluso los protagonistas tienen su lado oscuro en el pasado.
Una novela que nos lleva al lado más
negro de la vida, el de aquellos que trafican con niños (no aclara la novela
para qué tipo de diversión los quieren exactamente, aunque realmente eso es lo
de menos), el de los que no ven más allá del dinero sin importarles el
sufrimiento de los niños ni de sus padres, a los que convierten además en
dobles víctimas.
Sin dejar rastro atrapa desde
las primeras y es de esas novelas que no puede dejarte indiferente como lector.
Sufrirás y mucho junto a esta madre desesperada, hasta el punto de que es una
novela que no olvidarás fácilmente, lo cual no puede decirse de muchas. Lectura
muy rápida, aunque no es de esos libros que estás deseando que no acabe para
seguirlo disfrutando. Al contrario, estás necesitando que termine para poner
punto final a la tensión a la que te someterá su lectura si te animas.
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente.
Pues tiene muy buena pinta. Si se cruza, no voy a dejarla pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo conocía y pinta muy muy bien... me lo apunto, que me gusta mucho el género.
ResponderEliminarBesotes
Quién es el autor de la portada ???
ResponderEliminarQuién es el autor de la portada ???
ResponderEliminarMark Owen
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