La hija de la española
Karina Sainz Borgo
Título: La hija de la española
Autor: Karina Sainz Borgo
Editorial: Lumen,
2019
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 220
PVP: 18,90 €
EBook: 8,54 €
EBook: 8,54 €
Editorial: Punto de Lectura, 2020
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 224
PVP: 10,95 €
Esto es lo que la editorial nos cuenta
de la autora:
Karina Sainz Borgo nació en una Caracas de 1982,
cuando todo estaba a punto de incendiarse. Trabaja como periodista
especializada en temas culturales, aunque
escribe a todas horas. Ha publicado los libros de periodismo Caracas hip-hop (Caracas, 2007) y Tráfico y Guaire. El país y sus
intelectuales (Caracas, 2007) y mantiene el blog Crónicas Barbitúricas. La hija de la española es su primera
novela. Tras la contratación por Lumen fue vendida en traducción a veintidós
países.
ARGUMENTO de
LA HIJA DE LA ESPAÑOLA
«Ese día me convertí en mi única familia. La última parte de una vida que no tardarían en arrebatarme, a machetazos. A sangre y fuego, como todo lo que ocurre en esta ciudad». (Página 31)
El día que su madre muere, Adelaida de
treinta y ocho años se queda sola en medio de una ciudad donde la violencia es
el único pan de cada día. Para colmo, su casa es tomada por un grupo de mujeres
al mando de La Mariscala. Son intocables. Son Hijas de la Revolución.
Al tocar en la puerta frente a su casa,
encuentra que está abierta y su propietaria Aurora Peralta, conocida como “la
hija de la española” está muerta. Junto a ella una carta en la que le comunican
la concesión del pasaporte español.
¿Se atreverá a huir? ¿Podrá hacerlo?
«Por mis venas corría una sangre que nunca me ayudaría a escapar. En aquel país en el que todos estaba hechos de alguien más, nosotras no teníamos a nadie. Aquella tierra era nuestra única biografía«. (Página 33)
LA HIJA DE
LA ESPAÑOLA
Podría quedarnos el consuelo de saber
que La hija de la española es un libro de
ficción. Pero lo malo es que, cuando lo leemos, sabemos que esta historia tal
vez sea inventada, pero el trasfondo de todo lo que ocurre en ella, por más que
los nombres estén cambiados, es lamentablemente una realidad cotidiana para los
que no pueden salir de allí.
Pocos españoles de los miles que en su
día emigraron allí en busca de una vida mejor pueden quedar ya en Venezuela. Lo
que en su día comenzó como un lento goteo de gente que volvía, se convirtió en
una marea imparable de gente que regresaba a España en muchos casos con poco más
que lo puesto, en busca de los restos de la familia que aquí pudiesen tener
para volver a comenzar de nuevo.
Españoles de segunda generación que
renunciaban a todo lo que conocían, a sus amigos, a sus carreras (iba a añadir
a sus trabajos pero eso ya en muchos casos era pura ficción) para iniciar una
nueva vida en un país que de nada conocían.
No estoy hablando de cosas que no conozca.
Ésta es una historia que he ido viviendo día a día en mi familia y no es cosa
de ayer, sino que lleva fraguándose ya muchos años. Por eso Venezuela, un país
que se creía muy rico, con sus grandes reservas de petróleo es hoy día el
cuarto país más pobre de Latinoamérica, pasando del puesto 12 al 30 en solo
cuatro años, solo por encima de Haití, Nicaragua y Honduras. Ese es el fruto de
la Revolución.
Desesperada es la situación de todos
aquellos que han tenido que volver dejando atrás una vida. Pero al menos han
podido hacerlo gracias a ese pasaporte español. Pero ¿qué es de aquellos que no
tienen un pasaporte y están atrapados sin poder salir hacia ningún sitio? Esa
es la historia que va a contarnos Karina Sainz Borgo en La hija de la española, la de una
mujer que encuentra lo que podría ser un tesoro: la concesión de un pasaporte,
salvo que no es para ella sino para alguien que ha muerto.
Una mujer que lo ha perdido ya todo en
esta vida: su amor, su madre a la que acaba de enterrar (la escena con la que
arranca la novela), su casa con su ordenador desde el que trabaja (es editora
para una editorial extranjera) sus recuerdos… Aunque le quedan si no físicos,
sí sus recuerdos de la infancia, esos que va desgranándonos a lo largo de la
novela.
Dos pasajes para no olvidar: la historia
de su relación con un fotógrafo y la despedida final a su madre en el
cementerio.
OPINIÓN
PERSONAL
Foto en Instagram de El Búho entre libros |
Es cierto que esta novela me llega de un
modo muy especial por motivos personales y familiares, que me ha sorprendido
porque la realidad es aún mucho peor de lo que yo conocía. Bien es verdad que
el deterioro en los últimos años, esos en los que Venezuela se ha hundido en la
miseria, son posteriores a aquellos de los que tenía conocimiento directo.
Pero no es menos cierto que Karina Sainz
Borgo ha conseguido un relato descarnado, sin concesiones, ni siquiera para su
propia protagonista a la que no intenta justificar en ningún momento, pues su
único delito, como el de buena parte de la población venezolana es intentar
sobrevivir.
Una lectura que no voy a decir que sea
de obligada lectura, porque nada debe existir más libre que el derecho a leer y
escoger uno lo que lee (dicho sea de paso, difícilmente podrá conseguirse por
vía legal esta novela en Venezuela), pero que sin duda puedo catalogar como imprescindible para los que quieran conocer la realidad
venezolana.
Una realidad contada sin concesiones
para el lector, que se verá envuelto en una espiral de violencia entre el humo
de los gases lacrimógenos que tiene que respirar la protagonista.
Una novela dura, muy dura, porque por
más que los hechos que los hechos que se nos narran supuestamente sean ficción,
pero que te recomiendo que leas. No te arrepentirás de hacerlo
SELECCIÓN DE
CITAS
Cuando quise darme cuenta, tenía el
libro lleno de posits señalando frases. Unas frases que nos dejan muy a las
claras lo que Karina Sainz Borgo piensa de su país y que nos reflejan cómo son
sus personajes.
No me he resistido a dejaros aquí una
pequeña selección:
«Así vivíamos todos entonces: mirando qué había en la bolsa de la compra del otro y olisqueando si el vecino llevaba algo que escaseara para buscad dónde conseguirlo, Todos nos convertimos en sospechosos y vigilantes, travestimos la solidaridad en depredación». (Página 20)
«Nadie nos instruyó, el tiempo fue contándomelo, La guerra era nuestro destino, desde mucho antes de que supiésemos que llegaría. Mi mamá fue la primera en intuirlo. Tomó sus medidas y fue aprovisionándose durante años. Si podíamos comprar atún, mejor llevar a casa dos latas. Por si acaso. Llenamos la alacena como si alimentáramos a un animal que nos daría de comer para siempre». (Página 39)
«Ese país donde las mujeres siempre parieron u criaron solas a los hijos de hombres que ni siquiera se tomaron la molestia de ir a comprar tabaco para no volver». (Página 45)
«Nadie quería envejecer, ni parecer pobre. Ocultar, maquillar. Esa era la divisa patria: aparentar». (Página 46)
«En aquel país, lo único que funcionaba era la máquina de matar y robar, la ingeniería del pillaje. Los vi crecer y formar parte del paisaje, al que se acoplaron como algo normal: una presencia camuflada en el desorden y el caos, protegida y alimentada por la Revolución». (Página 53)
«Prometieron. Que nunca nadie más robaría, que todo sería para el pueblo, que cada quien tendría la casa de sus sueños, que nada malo volvería a ocurrir, Prometieron hasta hartarse. Las plegarias no atendidas se descompusieron al calor del sentimiento que las alimentaba. Nada de cuanto ocurría era responsabilidad de los Hijos de la Revolución». (Página 64)
«El siguiente en la fila era siempre un potencial oponente, alguien que poseía algo más. Los que vivían luchaban a dentelladas por las sobras. En aquella ciudad sin desenlaces, peleábamos por un sitio para morir». (página 65)
«Santiago se equivocaba. El nivel de la cloaca había subido muy por encima de nuestras cabezas. Nos había sepultado. A él, a mí y al resto. Ya no éramos un país, éramos una fosa séptica». (Página 108)
«Sobrevivir es parte del horror que viaja con quien escapa. Una alimaña que busca derrotarnos cuando nos encuentra sanos, para hacernos saber que alguien merecía más que tú seguir con vida». (Página 216)
VALORACIÓN: 10/10
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente.
Veo que coincidimos en impresiones...
ResponderEliminar¡Bueno bueno bueno! es que puestas así las cosas Pedro, que me la tengo que llevar 😉
ResponderEliminarBesitos
Pues no le había hecho mucho caso a este título, pero ya mismo lo apunto en mi lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Varias cosas de las que mencionas en la reseña me llama la atención, pero lo primordial es lo de conocer la situación actual de Venezuela. Confieso que en ese aspecto estoy algo más alejada, pese a que me gusta saber de política. Es una novela de interés y no descarto darle una oportunidad. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarBuenaas!Pues pinta bastante bien , aunque no creo que vaya a leerlo ^^
ResponderEliminarGracias por la reseña <3