Todos los veranos del mundo
Mónica Gutiérrez
FICHA TÉCNICA
Título: Todos los veranos del mundo.
Autor: Mónica Gutiérrez
Editorial: Roca,
201
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 320
MÓNICA GUTIÉRREZ
Esto es lo que
la editorial nos cuenta de la autora:
Mónica Gutiérrez nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por
la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en Historia por la Universitat de
Barcelona (UB).
Apasionada lectora, escribe novela, relatos y poesía. En la
actualidad compagina la escritura de ficción con la docencia y suele charlar de
literatura con buenos amigos en su blog Serendipia.
Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos de Amazon.
Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos de Amazon.
En este blog puedes encontrar las reseñas de:
ARGUMENTO de TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO
Helena vuelve a
la casa familiar en Serralles para celebrar su boda. Allí se reunirá con su
madre y sus dos hermanos, en un encuentro al que acude temerosa pues no tiene
superada la repentina muerte hace dos años de su padre.
En esta pequeña
localidad donde por no pasar no parece pasar ni el tiempo, el pasado, aquellos
dulces años de la niñez y la adolescencia vuelven a hacerse presentes
planteándole la disyuntiva de lo que quiere para su futuro.
TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO
No hay duda de
que Mónica
Gutierrez
domina como nadie el género “feel good”. Unas novelas
que te dejan con muy bien sabor de boca porque están repletas de bondad. Lo
cual no es sinónimo de que sus personajes no sufran. De hecho Todos los veranos
del mundo parte del sufrimiento de Helena, que ha de enfrentarse a su antigua
casa sin la presencia de su adorado padre. Y para colmo, la casa ha sido
reformada y ampliada hasta convertirla en un centro donde se imparten cursos de
cocina, o como dice Helena, «a embaucar a
idiotas urbanitas de escapada rural». (Página 18)
No se trata pues
de un cuento de hadas ni de realismo mágico. La fantasía tiene poco que ver con
esta novela, que en todo momento nos deja muy claro que la vida no es
precisamente un camino de rosas, si bien lo hace con mucho sentido del humor.
«La vida no es mágica, ni siquiera justa, porque entonces no existiríamos los abogados y quizás yo me habría dedicado a continuar el dulce negocio familiar junto a mis primos». (Página 28)
Tiene eso si,
momentos mágicos, pequeños detalles que sirven para que la perspectiva de la
vida cambie para sus protagonistas, como ese regalo que la seria Silvia recibe.
Ella que es todo estiramiento en su papel de abogada, siempre con su toga y sus
calcetines negros, va a recibir un detalle inesperado que hará que vea la vida
de otra manera:
«Sobre mi cama, envuelto en un bonito papel de regalo, había un paquete y una nota: Para que aprendas a caminar por senderos distintos (que no tienen por qué ser peores). Al abrirlo me encontré con cuatro pares de calcetines de colores». (Página 45)
Todos los veranos
del mundo no deja de ser la historia de una familia, en la que el padre ha
muerto, la historia de una madre y tres hermanos, cada uno de una manera y modo
de ver la vida muy diferente
«Siempre me he tenido por la menos emocional de los tres. Tú, el escritor del alma sangrante, Silvia, la valquiria ecologista de las grandes pasiones». (Página 49)
Transcurre en un
pequeño pueblo no muy lejos de Barcelona. Un pequeño pueblo rural que de hecho
vive del turismo, en el que la paz y el remanso es su característica. Un lugar
en el que el tiempo parece detenerse y avanzar de una manera diferente. El
lugar ideal para encontrarse uno ismo si eso es lo que está buscado.
Tal vez por eso,
es el lugar al que acude Helena cuando su vida va a tomar un giro del que no
está muy segura: va a casarse. Aunque no está muy segura de si es el amor lo
que va a presidir ese matrimonio. No se trata de que su novio no sea del agrado
de su familia (le apodan el juez Dred), que no ve en él a un hombre enamorado y
capaz de hacer feliz a Helena. Más bien da la impresión de que dicha boda es
algo ajeno a ella incapaz de agarrar la vida por los cuernos y ver qué es lo
que quiere y necesita:
«-Algún día serás capaz de vivir según tus propias reglas.-Yo no sé hacer eso, Silvia.-Claro que sí. Aprende a escuchar tu corazón y déjate de convencionalismos o de deseos ajenos». (Página 81)
Tal vez ella no
lo sepa, pero su corazón si lo sabe, sobre todo después de que se haya
reencontrado con su amigo de la infancia, aquel que le hizo ver el mundo de
otra manera
«Si en los tribunales me preguntasen bajo juramento que es la perfección, contestaría sin dudar que una tarde de verano con los pies descalzos, a la orilla de este arroyo con un palo en la mano y aquel niño inasequible al desaliento de mi timidez». (Página 89)
OPINIÓN PERSONAL
Probablemente no
sea esta la mejor novela de Mónica Gutiérrez, pero no importa. Me ha dejado al
terminar su lectura con esa sensación de paz y aceptación de la vida que
buscaba al comenzar su lectura.
Algo a lo que
sin duda contribuye el escenario en que transcurre. Algo que por otra parte es
habitual en las novelas de Mónica Gutiérrez, que consigue que sus lectores deseen
trasladarse, siquiera por un pequeño tiempo, a los lugares en que transcurren
sus novelas. ¿Quién de vosotros ha leído Un hotel en ninguna parte y no ha
deseado pasar unos días en él? Pues la lectura de esta novela sin duda os
dejará con ganas de recibir lecciones de cocina en la casa de la madre de
Helena.
Junto a sus
escenarios, vuelven a estar presentes en esta novela unos personajes muy bien
definidos, con una personalidad bien definida y en la que por encima de todo
destaca que son buenas personas. Con sus cosas, como todos nosotros, pero en
las que el amor a los suyos está por encima de cualquier otra consideración.
Hasta al pobre
Juez Dred le tomaremos cariño, por más que deseemos que no se case con la protagonista.
No es lo suyo. Lo suyo son sus juzgados y una vida chata marcada por los
juicios en la que el amor no sea un obstáculo.
Un remate de la
historia muy bonito, con unas líneas finales encantadoras, de esas que te
dejan, por si no fuera suficiente con todo lo que tenías hasta ese momento, con
un sabor de boca muy agradable, al que solo falta rematar con un: Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado.
Y para terminar,
os dejo con una frase de la novela.
«No importa lo lejos que corras a esconderte, la vida acaba por encontrarte». (Página 115)
VALORACIÓN: 8/10
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
Solo he leído hasta ahora un libro de Mónica y me gustó muchísimo (La librería del Sr. Livingstone) así que sé que este también lo leeré porque cuando un escritor me gusta cómo maneja las palabras suelo serle fiel porque ya no es en sí la historia sino disfrutar de su manera de contarla.
ResponderEliminarUn abrazo
Pedro, muchísimas gracias por tu reseña y por tu lectura. Tengo muy en cuenta tus palabras porque tú me has leído desde el principio. Creo que esta me ha salido un poquito más romántica que feelgood pero me gusta mucho que digas que te deja esa sensación de buen rollo que tanto busco. Un abrazo y mil gracias.
ResponderEliminarEsas sensaciones son las que siempre busco cuando leo a Mónica. Y ya veo que aquí las voy a encontrar otra vez.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me ha encantado tanto los personajes como la ambientación, con lo que me gustan los Pirineos....
ResponderEliminarEs un libro de lectura divertida y entretenida.
He vuelto a vivir nostalgia de mi niñez cuando iba de vacaciones al pueblo.
Me gusta como escribe Mónica, puedes hasta llegar a oler las flores y sentir los pájaros que describe.
Es un libro que recomiendo, cuando lo comienzas te engancha y te deja un buen sabor de boca ya que da nociones de vida....
En el anterior comentario no me identifique, soy Rosa G.
ResponderEliminarHola Mónica soy Rosa G.
ResponderEliminarMe han encabtado los personajes y la ambientación, me encantan los Pirineos.
Es un libro de lectura divertida y entretenida. He vuelto a vivir la nostalgia de mi niñez cuando veraneaba en el pueblo (mi Marc tenía otro nombre).
Con Mónica puedes llegar a oler las flores y sentir los pájaros que describe.
Es un libro que recomiendo, cuando lo comienzas te engancha y deja un buen sabor de boca porque da nociones de vida.