El pasado martes 23 de febrero en el
Auditorio Espacio Fundación Telefónica tuvo lugar la presentación de La herida,
la novela que acaba de publicar Jorge Fernández Díaz. Un acto que consistió en
un diálogo/entrevista con Arturo Pérez-Reverte.
Tras presentar a Jorge Fernández Díaz como
un gran periodista que en Argentina es Admirado, temido y odiado, destacó que
la Herida es más que una novela policiaca, porque leerla es
acercarse al corazón más oscuro de Argentina.
Una novela que está siendo un éxito de
ventas en Argentina, donde en diez semanas lleva ya vendidos 80.000 ejemplares.
Nos reconoció Perez-Reverte que el
almirante protagonista de Falcó, se inspiró sin disimulo en el coronel Calgaris
de la serie de Fernández Díaz.
Remil, el protagonista de La herida y de
El puñal, del que es continuación, es un héroe del siglo XXI políticamente
incorrecto. Un agente de inteligencia que trabaja en el lado más oscuro de la
política.
A lo largo de toda la noche, el binomio
literatura/periodismo estuvo muy presente, porque Fernández Díaz comenzó diciendo
que el primero se sintió escritor, aún antes de ser periodista. Cree que la ficción permite contar aquello a lo que el periodismo no
puede llegar.
No pueden contarse algunas cosas del mundillo político como periodista. En
cambio en una ficción, si puede reflejarse ese mundo, para lo cual necesitaba
un personaje que se moviera en la trastienda del poder. Ese es Remil.
En Argentina nunca fue creíble una saga
policial, porque la policía es mafiosa o fascista. Remil es
verosímil porque es de los malos, aunque pelee contra los peores.
Por eso, para ser verosímil, Remil tenía
que ser un canalla, un lobo, aunque las lectoras se enamoren de él. Pero siendo
un lobo, siendo duro es vulnerable, porque no es un artefacto literario.
La historia está narrada en primera
persona, lo cual era un desafío porque quería que hablara el lenguaje culto, pero
al mismo tiempo con lunfardismos. El puñal pasó prácticamente sin tocar en la
versión para España, lo cual dificultaba su entendimiento. En La herida se ha
tratado de neutralizar un tanto ese tono.
Cuando escribió las crónicas de sucesos
para el periódico, tuvo que desaprender la literatura para poder terminar
rápidamente las crónicas, llenarla de clichés que el público entendiera y se
escribieran con automatismo. Tuvo que aprender a trabajar para un público
especial, no ser leal con la historia, sino especulativo para que la historia
le guste a los lectores.
Matar y que te maten es facilísimo, es
lo más natural del mundo, Lo que pasa es que vivimos en sociedades donde
tenemos la superstición de la seguridad.
Remil es un
gladiador, pero un gladiador vulnerable, porque no sería creíble si no tuviera sentimientos.
No tiene miedo a morir, porque lo tiene naturalizado, pero los sufrimientos
amorosos le golpean.
Algo que siempre ha pasado es que los
soldados eran patriotas mientras duraba la guerra y cuando acababan eran parias
mal vistos. Y eso es lo que pasa con los remiles, los necesitamos pero luego
los tememos.
jajajaja. Hemos coincidido en el día de publicación. Besos.
ResponderEliminarEsta novela si que no me la pienso perder
ResponderEliminarGracias por estas crónicas. Para los que no podemos ir, nos viene genial. Y esta novela cada vez me llama más.
ResponderEliminarBesotes!!!