miércoles, 11 de octubre de 2017

LA CAJITA DE RAPÉ (JAVIER ALONSO GARCÍA-POZUELO)

La cajita de rapé
Javier Alonso García-Pozuelo




FICHA TÉCNICA

Título: La cajita de rapé
Autor: Javier Alonso García-Pozuelo
Editorial: Maeva, 2017
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 413








Editorial: Maeva, 2018
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 440
PVP: 10,00 €







JAVIER ALONSO GARCÍA-POZUELO


Esto es lo que la editorial nos cuenta de él:

Javier Alonso García-Pozuelo es licenciado en medicina y cirugía, y diplomado en cooperación internacional. Ha ejercido durante más de una década como profesor de salud pública, epidemiología y educación sanitaria, además de trabajar como redactor, corrector y editor de textos científicos. Compagina su actividad docente con su pasión por la literatura, la historia (mantiene desde hace años Cita en la Glorieta, blog colaborativo de historia y literatura) y la música, llevando a los escenarios sus propias canciones en solitario o acompañado de una pequeña banda acústica.






ARGUMENTO de LA CAJITA DE RAPÉ


Madrid 1861. José María Benítez es inspector de vigilancia y seguridad del distrito sur de La Latina en Madrid. Sus orígenes están en el concejo asturiano de Tineo, donde en el otoño de 1761, justamente hace un siglo, su abuelo decidió comenzar una nueva vida en el Madrid de Carlos III.
Ahora le toca investigar el asesinato de una joven criada en la casa de los Ribalter, una acaudalada familia de su distrito, durante lo que parece fue el robo de una importantísima cantidad de dinero en la casa.
Un caso que se va complicando con nuevas muertes y sucesos, mientras el inspector tiene que lidiar con su conciencia y asuntos personales que le podrían hacer perder el puesto de inspector jefe de Madrid que parece estar al alcance de su mano si se pliega a ciertas exigencias del poder.







LA CAJITA DE RAPÉ



Ministerio gobernación
Ya es casualidad que con un margen de apenas unos meses, se hayan publicado dos novelas donde Madrid es una parte fundamental de la trama y que tienen lugar con solo tres años de diferencia. Me estoy refiriendo a Caen estrellas fugaces de Jose Gil Romero y Goretti Irisarri, cuya acción transcurre en 1858 y la que hoy os traigo, La cajita de rapé que tiene lugar en 1861.
No solo tienen en común el escenario, sino que ambas mezclan la novela histórica con la novela negra, más inclinada la primera a la novela de misterio, más próxima La cajita de rapé al género negro.

Sin embargo, nos encontramos por obra y gracia del diferente uso que puede hacerse de la palabra, ante dos novelas completamente diferentes.
Voy a empezar por esa vertiente negra, que le confiere un toque muy interesante a esta novela. Y es que estamos demasiado acostumbrados a que hoy día todo, o casi todo, lo resuelva en buena parte la ciencia y la tecnología: cámaras de vigilancia, escuchas, seguimientos de móviles, pruebas de ADN, reconocimiento de huellas, pruebas toxicológicas, etc. No es que no existan algunos procedimientos científicos, pero son muy limitados como bien nos dice el inspector en un pasaje de la novela ante el hallazgo de unas manchas de sangre:
«El laboratorio a lo más que podría llegar es a dictaminar si la sangre es humana o animal». (Página 176)

Por eso La cajita de rapé nos lleva a los orígenes de la novela negra, aquella en que la inteligencia del protagonista y su capacidad de observación eran la clave para resolver los misterios. Pensad por ejemplo en personajes de la talla de Sherlock Holmes (de Arthur Conan Doyle) o Poirot (de Agatha Christie).
En esa línea, pero sin la prepotencia o la infalibilidad de los ejemplos anteriores, se mueve el inspector Benítez. Mucho más próximo a nosotros que los anteriores:
«Ni un detalle, por más insignificante que parezca, puede despreciarse. La ciencia policial está aún en mantillas, pero con observación atenta, inteligencia y método, mucho método, se puede intentar suplir la falta de instrumentos científicos de que se dispone en otras disciplinas». (página 33)

Un inspector que tiene en gran estima la palabra. No solo posee una vasta biblioteca, sino que también hace sus pinitos literarios (por tener hasta tiene un sobrino que trabaja en un periódico). No es extraño pues que compare su trabajo de investigación con una novela:
«Resolver un caso es muchas veces como escribir una novela, pero a la inversa. El novelista va desgranando, capítulo a capítulo, una historia que tendrá su momento apoteósico casi al final, pero para el cual se han ido colocando, aquí y allá, toda una serie de pistas que hacen casi predecible el desenlace. Nosotros, por el contrario, ya conocemos el final, Lorenza Calvo Olmedo fue asesinada la noche del domingo, y ahora nos toca sacar a la luz todos los capítulos que han terminado configurado ese final». (Página 168)

No está solo en su trabajo. Le acompaña Fonseca, su mano derecha y hasta hace poco secretario de la inspección, puesto del que acaba de desplazarle un joven.

General O´Donnell
Ortega Morales es dicho joven. Joven abogado malagueño que pese a no tener ninguna experiencia policial ha sido nombrado para tal puesto por enchufe. Pese a ello, actitud, trabajo e inteligencia no le faltan.


Junto a esta trama de novela negra, tenemos un retrato de la sociedad española de 1861, con un especial énfasis en la situación política del país. Concretamente la acción se sitúa en los días en que va a producirse la apertura de las Cortes, con la Unión Liberal liderada por el general O’Donnell al frente de las mismas, en un momento delicado pues la unidad entre sus filas ya no parece ser la misma.
Una convulsa situación política con compadreos, movimientos a un lado y otro, chantajes y presiones que son el pan nuestro de cada día de una sociedad en la que un cambio de gobierno implica subir, bajar o desaparecer de unos puestos de trabajo nombrados en muchos casos a dedo.






IMPRESIÓN PERSONAL

Puerta del Sol
Me apasiona Madrid, sus calles y su historia, así que de entrada este tipo de novelas me atraen mucho, especialmente si como es el caso además viene mezclado con una trama más o menos negra. Nos lleva además el autor a una época no muy conocida, con un Madrid que lucha por modernizarse, con una policía carente de medios, pero que controla al milímetro los movimientos de cada uno de los habitantes de la ciudad a la que tiene fichada de arriba abajo y en el que la política es muy importante. Para no serlo, si en ello te puede ir tu puesto de trabajo.
Sin duda, lo mejor de la novela es su ambientación, a la que contribuye el lenguaje con el que está escrita, pues te traslada inevitablemente a esa época del pasado.
Pero ese lenguaje es al mismo tiempo para mí su mayor virtud y su mayor defecto. Porque es un lenguaje súper adjetivado y súper descriptivo, que si bien te hacen sentir en aquella época, para mi gusto le frenan en demasía el ritmo narrativo. Claro que eso es una apreciación muy personal, pues prefiero el estilo directo y conciso, que no es precisamente el caso de La cajita de rapé, algo que evidentemente es muy personal.


Sin duda creo que merece la pena, pese a ese freno, trasladarnos al Madrid de aquella época, conocer cómo era la vida de sus habitantes y cómo se movía una policía que nada tiene que ver con la que hoy día podemos tener.





VALORACIÓN: 8/10




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3 comentarios:

  1. Ya sabes que me pierden estas novelas, así que habrá que intentar hacerse con ella. Besos.

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  2. Me gustan mucho estas historias, así que tomo buena nota del título.
    Besotes!!!

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  3. Yo también disfruto muchísimo de las novelas ambientadas en Madrid. Me enamora esa ciudad y su historia así que no me importaría nada leer esta novela.

    Bs.

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