La huella de una carta
Rosario Raro
FICHA
TÉCNICA
Título: La huella de
una carta
Autor: Rosario Raro
Editorial: Planeta, 2017
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 542
ROSARIO RARO
De ella nos dice su editorial:
Rosario Raro (Segorbe,
Castellón, 1971) es profesora de Escritura Creativa en la Universitat Jaume I,
doctora en Filología Hispánica con una tesis sobre las estrategias de escritura
en internet y posgraduada en Comunicación Empresarial y Pedagogía. Desde hace
más de veinte años imparte cursos y talleres literarios para numerosas
instituciones. Su obra ha sido traducida al catalán, al japonés y al francés y
reconocida con numerosos premios literarios, tanto nacionales como
internacionales. Vivió durante una década en Lima, Perú.
De su novela Volver a Canfranc (Planeta, 2015), [en su versión francesa Dernier train pour Canfranc (Editions Kero, 2017)], se han publicado hasta el momento siete ediciones, ha sido finalista de los premios de la crítica valenciana y la productora Diagonal TV ha adquirido los derechos audiovisuales de la misma para su adaptación a la pantalla.
ARGUMENTO de LA HUELLA DE UNA CARTA
Nuria, una joven ama de casa y madre de
dos niños, muy enamorada de un marido al que solo ve los fines de semana porque
el resto del tiempo lo pasa viajando fuera de Barcelona para la empresa de la
que es representante, se decide a contestar un anuncio que ve en la prensa:
«Se acercó más para leer la letra minúscula que enumeraba las características requeridas a quienes quisieran optar a aquel puesto: responsabilidad, dotes en el ámbito de la psicología, buen nivel de redacción, ser una persona creativa, de mucha intuición y capacidad resolutiva». (Página 16)
Un trabajo que la satisface plenamente,
pues le permite cuidar a sus hijos y desarrollar una actividad que le complace
mucho, pues en cierto modo le permite seguir su vocación:
«Supongo que no me lo pensé dos veces porque desde siempre he querido dedicarme a la literatura. Aferrarme a esas cartas, sentirlas tan dentro, darles salida, encauzar tantas emociones que me transmiten considero que es una forma de aproximarme a ese oficio». (página 150)
Pero con lo que no cuenta es con lo que
va a encontrarse en una de sus primeras cartas: una historia que va a poner
toda su vida patas arriba:
«Le escribo porque no tengo a nadie más a quien dirigirme. El motivo de mi carta es el siguiente: de forma más accidental que usted pueda imaginarse he sabido de un asunto tremendo a través de las palabras de un amigo. Con este señor tengo el mayor grado de intimidad que puede haber entre un hombre y una mujer, usted ya me entiende». (Página 51)
Es la historia de un medicamento que
provoca el nacimiento de niños deformes. Un desastre que Nuria intenta detener
a pesar del peligro que para ella pueda suponer ese intento.
LA HUELLA DE UNA CARTA
No creo que podamos considerar La huella de una carta una novela
histórica, a pesar de que los dos elementos históricos en que se basa la novela
sean reales: la existencia de un programa radiofónico al que las mujeres
dirigían sus cartas y el terrible destrozo que provocó un fármaco que, tomado
durante el primer de embarazo producía terribles efectos al feto en formación.
Pero el que esté basada en esos dos
puntos, no lo convierte en histórico, pues la historia es totalmente
ficcionada, sin personajes reales (desde el punto de vista histórico) e incluso
como nos cuenta en su nota final la autora, la historia en España del fármaco que
en la novela se llama telamón, pero que en la realidad se conoció como
talidomida, es como se nos cuenta.
Una historia terrible la de los niños y
familias afectados por este fármaco del que me limito a poner una imagen de su
estructura química, pero no voy a poneros fotos de esos niños y sus
malformaciones (información que podéis encontrar en internet por otra parte)
porque demasiado duras son como para que las encontréis sin proponéroslo.
Pero dicho esto, la novela no deja de
ser el reflejo de una sociedad, la española, a comienzos de los años 60 cuando
iba a comenzar el despegue de nuestra economía. La acción comienza en el año
1962 y nos muestra las entrañas de un programa radiofónico, el consultorio de
Elena Francis, patrocinado por una compañía de cosméticos para promocionar sus
productos. En él, se leen y contestan cartas de oyentes que escriben pidiendo
consejo, tanto sobre temas domésticos, como de otros de índole personal.
Era tan numerosa la correspondencia que
recibe el programa, que sólo unas pocas cartas son seleccionadas para radiarse
su contenido. Pero todas reciben respuesta, de ahí que contrataran a personal
como el caso de Nuria, la protagonista de la novela, para responderlas.
Unas respuestas, tanto las radiadas como
las escritas, que obedecían al patrón de una mujer dócil, obediente a su marido,
ama de casa por encima de todas las cosas… Una visión en que la religión está
por encima de cualquier consideración. No en vano, las respuestas son
supervisadas por un sacerdote.
Parte de estas cartas nos son mostradas
en la novela y, por más que puedan sorprendernos, es el fiel reflejo de una
época de nuestra historia.
Un programa que en cierto modo servía de
desahogo para unas mujeres que en cierto modo, eran prisioneras de su marido y
sus hijos.
«En la mayoría de ellas, más que preguntar algo, la impresión que le daban las remitentes era que necesitaban contarle a alguien lo que les sucedía. Es decir, trataban de problemas domésticos de bastante menor alcance que aquel del que no conseguía apartar su mente». (Página 72)
Con todo, esta es la parte secundaria de
la trama. Lo realmente importante y que además actúa como motor de la trama es
la investigación sobre el origen de las malformaciones de los niños. Lo cual
nos llevará a conocer el lado más oscuro de la industria farmacéutica, por más
que hoy día el sistema de control sobre la inocuidad de los productos sea
totalmente diferente y las pruebas de teratogenicidad (capacidad de una
sustancia de alterar el desarrollo del feto a nivel intrauterino) mucho más
exhaustivas.
Claro, que España es diferente y hace
muy pocos años que los afectados por la talidomida perdieron el juicio en el
que exigían indemnizaciones a la empresa farmacéutica que les causó su
situación.
Y para darle un poco de aliciente a la
novela, no podía faltar una historia de amor, un amor en principio imposible
por las barreras que tendría que saltarse para seguir adelante, en una época en
la que, como la novela retrata, hay cosas que no pueden hacerse así como así.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Aunque sean dos temas muy diferentes, el
de la radio y las cartas que enviaban al programa por un lado, y el del uso de
un fármaco que destruyó y alteró la vida de muchas personas por otro, el
tratamiento que se da a ambos nos permiten, no solo una novela con una intriga
aceptable, sino la ambientación de una época no tan lejana a nosotros. De
hecho, yo pertenezco a la generación de niños que vivió muy próxima al uso de
la talidomida que arruinó la vida de tantas familias.
Una historia que, pese a lo grave que
fue, ha estado mucho tiempo muy silenciada, tal vez porque no interesa poner de
manifiesto las componendas de las administraciones públicas.
Puede resultarnos extraño el tratamiento
que se daba a la mujer, a sus problemas, a la sexualidad. Pero esa era la
realidad que les tocaba vivir en España, aún dominada por un concepto católico
a ultranza del matrimonio y la vida familiar. Y, aunque nos parezca mentira, no
hace tantos años de ello, de ahí que sea muy interesante conocer esa realidad
tan bien mostrada a través de las cartas y las contestaciones que la protagonista
de La huella de
una carta
se veía obligada a dar.
Una novela que tenía mucho interés en
leer tras el debut de la autora con Volver a Canfranc y que no me ha
decepcionado.
VALORACIÓN: 8/10
Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente:
No me importaría leerla, me parece interesante lo que cuentas.
ResponderEliminarBesos
Ya me fijé en ella y la anoté para próximas lecturas, y aunque lo de próximas es muy relativo teniendo en cuenta esas listas que se reproducen por esporas, espero que sea una de mis lecturas de este verano.
ResponderEliminarUn besito Pedro.
Yolanda.
Una temática muy interesante.Ya tenía apuntado el anterior libro de esta autora y voy a tener que apunta también éste.
ResponderEliminarBesotes!!!
La tendré en cuenta, ya que también me gustó bastante su primera novela y me apetece la época en la que está situada la acción.
ResponderEliminarSaludos.
Lamento decir que no me ha gustado nada. El tema del telamon" me creo muchas espectativas, opino que esta bien tratado, asi como refleja muy bien la sociedad de la epoca. Pero las coincidencias innecesarias, la resolucion facilona de la trama amorosa y la mezcla con los experimentos nazis, creo que no estan bien evolucionadas en la novela. No la recomandare.
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