El pasado miércoles 8 de marzo, tuvo lugar
en Mamá framboise un encuentro bloguero con Luz Gabás. Uno de los más
divertidos a los que he asistido últimamente, porque es un auténtico placer
charlar un rato con Luz Gabás, con la que hablamos de casi todo.
Además del placer de coincidir con gente
con la que, a base de encontrarnos en eventos de este tipo, hemos hecho una
buena amistad, léase Bea y Concha (De lector a lector), Manuela (Entre mis
libros y yo), mi hija Teresa (Leyendo en el bus), María (Paseando a Miss
Cultura), Sany ((Libros que voy leyendo), Pepa (Que locura de libros), volví a encontrarme con gente que hacía
tiempo que no veía como Concha Yuste, Yolanda (Que el sueño me alcance leyendo)
o María (Un montón de cosas que contar). Y por supuesto Isa Santos, de Planeta, con la que siempre es un palcer hablar.
Quizás la palabra que en sus múltiples
variantes más se repitió esa tarde fue la de “romántica”. Para empezar, Luz Gabás nos dijo que cuando se puso a escribir esta novela,
quería hacerlo sobre las montañas y que fuera muy romántica. Dos temas
relacionados, porque durante la época romántica se pusieron de moda ir a la
montaña y los balnearios.
Hoy día por romántico se entiende solo
sentimientos, pero es mucho más que eso. Es razón y pasión, muerte y vida.
Temas que pueden aparecer en cualquier tiempo y novela. Además lo centró en una
pleno romanticismo, en una época de nuestra historia de la que reconoce que no
sabía mucho.
Nos comentaba que hoy día la situación
política de nuestro ‘aís es muy romántica, como lo es la política en su novela,
porque hay un exceso de pasión en la política, lo cual no es bueno. Al igual
que hay un exceso de política en la cultura, porque la cultura no puede ser
políticamente correcta.
Romanticismo es amor y de amor habla su
novela. Una de las frases que sale en la novela es la de El amor incluye el
perdón. Es una frase que hoy en día es muy debatible. La oyó un día en misa y
se la apuntó.
Imposible no hablar de los personajes.
Uno de los más queridos por todos los asistentes es el de Aurore, que es el
reflejo de muchas mujeres viajeras como ella que se dieron en aquella época.
Por cierto, nos dijo que tiene dos tías que se llaman así.
Un personaje con el que dice sentirse
identificada, por más que no tiene nada que ver con ella.
Si sus personajes femeninos son fuertes,
algo que nos dice le comentan en muchas entrevistas, es porque son así las
mujeres que ella ha conocido.
En cuanto a Attua, el protagonista
masculino, no quería un héroe que soportara todo. Su drama es que llega un
momento en que todo le da igual.
El nombre del personaje lo tenía
guardado desde la primera feria del libro en la que estuvo en Extremadura, en
que firmó un libro a una persona que se llamaba así. Desde entonces tenía ese
nombre apuntado para utilizarlo.
Un año y medio fue el tiempo que estuvo
escribiendo Como fuego en el hielo. Le costó mucho más que Regreso a tu piel,
tal vez porque aquella era una historia que tenía más clara. Además esta es muy
coral y tenía que tener mucho cuidado en cuadrar los horarios de los diferentes
personajes, buscar frases que les cuadraran…
De eso y muchas más cosas estuvimos
hablando, como de la versión cinematográfica de Palmeras en la nieve y su
protagonista Mario Casas, o de novela negra, de la que nos dijo que era una
entusiasta de las novelas de Jo Nesbo.
Y si no seguimos hablando no fue por falta de ganas, sino porque nos echaron del local porque tenían que cerrar.
FICHA TÉCNICA
Autor: Luz Gabás
Editorial: Planeta, 2017
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 576