La ciudad
Luis Zueco
FICHA
TÉCNICA
Título: La
ciudad
Autor: Luis
Zueco
Editorial: Ediciones B, 2016
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 505
Editorial: Zeta bolsillo, 2019
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 512
PVP: 12,95 €
PVP: 12,95 €
LUIS ZUECO
Esto es lo que la editorial nos dice del
autor:
Luis Zueco (Borja, 1979)
es novelista, historiador, investigador y fotógrafo. En la actualidad es el
director del Castillo de Grisel, fortaleza medieval convertida en hotel
con encanto. Además, es ingeniero industrial, licenciado en Historia y máster
en Investigación Artística e Histórica, miembro de la Asociación Española de
Amigos de los Castillos, vicepresidente de la Asociación de Amigos de los
Castillos de Aragón y colaborador, como experto en patrimonio y cultura, en
diversos medios de comunicación.
Su novela El escalón 33 recibió la
Mención de Honor en el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de
Zaragoza 2012, el Premio al Mejor Thriller Histórico 2012 de la web Novelas
Históricas y fue
seleccionada en el I Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda. También ha
publicado la novela histórica Tierra sin rey, la guía Castillos de Aragón: 133
rutas y la
novela El castillo (Ediciones B, 2015) Mejor Novela
Histórica 2015 por la web Novelas Históricas.
ARGUMENTO de LA CIUDAD
«Voy a contarles la historia de una ciudad. No una de las más pobladas, como París, Londres o Viena, sino de una de reducido tamaño, pero singular como ninguna otra. Un lugar en el que pasé buena parte de mi vida y que, durante cuatro meses, fue el centro de toda la cristiandad».
Así comienza esta historia que tiene
lugar a finales del siglo XIII y la ciudad no es otra que Albarracín.
En la ciudad se están cometiendo
horribles crímenes en el que los maestros de diferentes gremios están siendo
asesinados tras haber sido torturados sin que nadie sepa el motivo ni los
autores. Y todo ocurre en un momento convulso para la ciudad que parece va a
ser atacada por el rey Pedro III.
LA CIUDAD
Albarracín |
En muchas guías podrás encontrar que se
habla de Albarracín como de una de las ciudades más bonitas de España o del
mundo. ¿Exageración? Yo he estado allí y puedo deciros que sí, que es una de
las más bonitas que he visto en España (y he visto unas cuantas). Las fotos que
acompañan este texto son tomadas por mí y son un pálido reflejo de una ciudad
en que cada uno de sus rincones es digno de una fotografía.
Albarracín es la protagonista de esta
historia. Una ciudad construida sobre la plataforma que ha ido excavando el río
a lo largo de los siglos y que, ante la falta de superficie, se construye hacia
arriba de modo que los pisos superiores van sobresaliendo hacia afuera para
recuperar el espacio dedicado a la calle. A esta singular arquitectura unidle
el rojo de sus casas, producto de la oxidación de la piedra con la que se ha
construido rica en hierro.
Una ciudad fronteriza que se mantenía
independiente a pesar de ser codiciada por diversos reinos como los de Castilla
y Aragón, con los que era fronteriza. Un lugar estratégico y por tanto muy
deseado:
«Nos ha tocado vivir días aciagos, Martín. Cuando estamos a punto de echar al infiel de las tierras cristianas, los reyes y sus hijos han comenzado a guerrear entre ellos por poner coronas de oro y gemas preciosas sobre sus peludas cabezas, en vez de unirse y luchar contra los musulmanes y extirpar sus envenenadas creencias, que corrompen nuestra tierra». (Página 38)
Albarracín |
Se avecinan malos tiempos para la ciudad,
porque Pedro III ha puesto la ciudad en el punto de mira de sus ambiciones. Y
él no es como su padre que dividió el reino entre sus hijos. Cuando se traza un
objetivo, va tras él con todas sus consecuencias.
«Pedro III no es como su padre; él es oscuro, complejo, siempre un paso por delante del resto. No hay que buscar en su persona caprichos ni antojos para entender sus decisiones; él nunca hubiera dividido el reino. Todo lo que hace tiene una motivación de alto nivel». (Página 55)
Todo parece indicar que habrá guerra,
porque Albarracín es un señorío que se ha mantenido siempre independiente y
desea seguir siéndolo:
«Lo que estaba claro es que esta ciudad nunca se arrodillaría ante ningún rey. Si alguna de las coronas la quería, debería tomarla por las armas, y cualquiera que haya estado aquí sabe que no sería fácil. Los de Albarracín sabían defenderse, el emplazamiento de la ciudad se levantó con el firme propósito, de ser inconquistable, y hasta la fecha había demostrado seguir fiel a esa idea». (Página 256)
Albarracín |
La ciudad vive un mal momento, porque en
su interior se están produciendo asesinatos. Unos asesinatos que están
aterrorizando a la ciudad que cree que son obra del maligno. No encuentran otra
manera de explicar cómo pueden tener lugar ni cómo pueden ser tan horribles.
Las víctimas son los maestros de
distintos gremios de la ciudad. Los gremios que no dejan de ser el alma de este
lugar, controlando su economía:
«Los gremios eran un estamento básico de la ciudad, agrupaciones de trabajadores integradas por artesanos de un mismo oficio cuyo fin era defender sus intereses. Para ello utilizaban diferentes medios, buscaban siempre un equilibrio entre la demanda de obras y el número de talleres activos, garantizaban el trabajo de los suyos, y además regulaban todo el sistema de aprendizaje». (Página 97)
La novela intenta reflejar una época
convulsa, pero al mismo tiempo no deja de ser un reflejo también de la nuestra,
porque pueden cambiar los nombres que les damos, pero el mundo no ha cambiado
tanto. Habremos avanzado hacia un mundo más justo, pero estamos muy lejos de
conseguirlo. No habrá siervos de nombre, pero que le pregunten a los que no
tienen trabajo o tienen uno muy precario por el que son explotados, qué es lo
que son en realidad:
«Que importa la justicia… Si el mundo fuera justo todos podríamos ser reyes, ¡dime! ¿Tu serás algún día rey? El mundo nunca será justo, habrá reyes, condes, duques o se llamarán con otros nombres. Y por supuesto habrá siervos y vasallos, aunque también se les lame de otra manera y se les siga engañando de otras formas. El mundo nunca será justo porque los hombres no lo somos». (Página 100)
Albarracín |
Un mundo en el que la mujer, y una de
ellas es la gran protagonista de esta novela, no eran nada. Siguen sin ser
consideradas gran cosa y están lejos de conseguir la igualdad con el hombre,
pero al menos, no cuelan ya estas justificaciones religiosas que se le daba a
dicha desigualdad:
«-No debes tener miedo, confesa tus pecados.-Ser mujer.-Eso no es exactamente un pecado.-Para vosotros, los hombres, la mujer es pecadora por naturaleza.-¿Para nosotros? Dios creó al hombre como ser perfecto y superior para que disfrutara de la creación. En cambio, la mujer nació de una costilla de Ad-a para contribuir a la felicidad del hombre. Todo ello fue voluntad del Señor, no de los hombres». (Página 119)
La ciudad es una novela coral, con gran
cantidad de personajes, tanto reales como de ficción, algo que nos aclara el
autor de la novela al decirnos quiénes eran reales y existieron y cuáles son
obra de su invención para poder escribir la trama de esta novela.
A través de ellos podemos hacernos una
idea de cómo estaba compuesta la sociedad de aquella época y cómo era su modo
de vida, en el que la supervivencia era la meta por la que muchos se veían
obligados a trabajar día a día.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Si te gusta la novela histórica, no
dudes en leer La ciudad. Una obra con la que el autor pretende mostrarnos otro
de los grandes escenarios de la Edad Media, como ya hizo con su anterior novela
El castillo.
Le ocurre como a esas series televisivas
que en el primer capítulo quieren mostrarnos a sus muchos protagonistas y sólo
consiguen que el primer episodio o episodio piloto, sea un tanto lento y le
cueste arrancar con la trama.
Albarracín |
Además, en su afán didáctico recurre a
diálogos en que uno de los personajes aprovecha para explicar a su interlocutor
toda una serie de circunstancias políticas, o administrativas, o de
funcionamiento del mercado… Muy ilustrativo, pero siempre me han sonado estos
diálogos si no están muy bien traídos a cuenta como falsos, además de que
frenan el ritmo de la narración.
Ese es quizás el principal defecto de
esta novela, un arranque que, a fuerza de intentar explicarnos el modo de vida
en aquellos años y mostrarnos tantos personajes no nos permite terminar de
enganchar con ninguno de ellos. Algo que termina cuando hace su aparición
Alodia, la protagonista femenina de esta novela, pues desde el momento en que
hace su aparición, la novela cambia su ritmo y al menos a mí, me atrapó
totalmente.
Dicho de otra manera, es una novela que
va de menos a más. Por eso no te desanimes si el comienzo te parece un tanto
lento, porque terminarás enganchándote a esta novela y terminarás disfrutándola
mucho.
Una novela que al terminar de leerla
tienes la sensación de haber aprovechado el tiempo, porque no sólo te lo has
pasado bien, sino que además has terminado con más conocimientos de los que
tenías cuando comenzase a leerla. Disfrutar y aprender a la vez ¿Qué más se
puede pedir?
VALORACIÓN: 8/10
Pues justo la empecé ayer y a mi me ha atrapado desde el crimen de las primeras hojas
ResponderEliminarEstoy en plena faena con ella Pedro y me está gustando la historia. Me has dejado con muchas ganas de visitarla con tus fotos.
ResponderEliminarBesos
Una novela entretenida a la vez que ilustrativa sobre una época de la que, por lo menos, yo poco conocía. Besos.
ResponderEliminarTiene una pinta estupenda, y por tu reseña y los comentarios que he ido viendo, merece la pena leerla. Igual aprovecho a pedirla en la carta a los Reyes ;)
ResponderEliminarUn beso