Nunca la jodas
Jens Lapidus
FICHA TÉCNICA
Título: Nunca la jodas
Autor: Jens Lapidus
Editorial: Suma de Letras, 2010
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 800
PVP: 19,50 €
Editorial: Punto de Lectura, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 656
PVP: 10,95 €
-Dinero fácil
-Nunca la jodas.
-Una vida de lujo
No se trata de
una obra fruto de la experiencia de toda una vida, pues estamos ante un autor
muy joven de treinta y tres años. Muy joven sí, pero con experiencia en el
mundillo criminal y de los bajos fondos de Estocolmo gracias a su profesión de
abogado, en la que ha representado a algunos de los más conocidos criminales
suecos.
De hecho se incluyen en la narración actas de juicio o memorándums de la policía que dan un aire muy realista a la novela.
De hecho se incluyen en la narración actas de juicio o memorándums de la policía que dan un aire muy realista a la novela.
La crítica sueca se deshace en alabanzas:
- "Este
tipo (¿de dónde ha salido?) aparece con un libro que es sencillamente la mejor
novela policíaca de la actualidad". (Stockhlm City)
-"Jens Lapidus es un autor de género policíaco de gran talento. Además
es muy joven. Sólo puede ir a más y tiene todo el potencial para convertirse en
el mejor". (Leif Gw Person)
- "Dinero
fácil es una voz nueva y completamente diferente sobre la cara oscura del
crimen. Ya era hora, como mínimo". (Lãnstidningen Östersund)
- "El sueco chapurreado de los inmigrantes, la jerga oficial y la
financiera se entremezclan de forma impecable con las cualidades duras y
genuinas de los maestros Lehane, Chandler y Ellroy. Imprescindible".
(Tidningen Ångermanland).
Muy llamativo
este último comentario, porque nos pone sobre la pista del estilo literario de
Lapidus, comparándolo con los mejores de la novela negra
norteamericana. De hecho el libro comienza con dos citas, una de Dennis
Lehane y la otro de Jamos Ellroy (referente a la droga
de su último libro Sangre vagabunda)
No son malas
comparaciones, porque Lapidus no desmerece al lado de
estos consagrados autores y su estilo se asemeja al de ellos, directo, preciso,
sin florituras de cara a la galería, con un lenguaje realista y adaptado a cada
personaje.
Nunca la jodas (por la cuenta que te tiene)
ARGUMENTO de NUNCA LA JODAS
En un sótano
aparece el cadáver de un hombre borracho que ha sido asesinado. Todo parecería
normal, si no fuera porque Thomas, el policía que ha tenido que atender la
llamada observa unas raras marcas de pinchazos en sus brazos. Ese detalle
desaparece del informe que realiza, lo cual incrementa sus sospechas, que se
incrementan cuando en el informe de la autopsia no dice nada de las mismas.
Alguien no
quiere que se investigue a fondo dicho asesinato y apartan a Thomas de la
investigación, relegándole tras una maniobra en la que es acusado de maltratar
a una persona en una detención, a la policía de tráfico. No conviene que tire
del hilo de una investigación que está conectada con uno de los puntos más
oscuros de la historia de Suecia: El asesinato de su primer ministro Olof
Palme.
Por otra parte, Niklas ha llegado a Suecia tras haber estado trabajando
como mercenario en Irak. Encuentra una Suecia que le es extraña, pero sobre
todo, vuelven a él los viejos fantasmas de la niñez, en los que su madre era
maltratada por su padrastro mientras a él le quitaban de en medio.
Decide empezar una guerra sin cuartel contra los maltratadores, para lo que
comienza a prepararse mientras va gastando todos sus ahorros en ello. Será una
guerra sin cuartel, en la que no tienen posibilidades de sobrevivir frente a
él, todo un profesional, aquellos que él ha comprobado como vejan y maltratan a
sus mujeres.
Una lucha que aunque no lo vea, se revela como imposible, porque como le dice una mujer: ”Nunca podrás castigar a todos”.
Una lucha que aunque no lo vea, se revela como imposible, porque como le dice una mujer: ”Nunca podrás castigar a todos”.
De telón de
fondo, una Suecia negra, muy negra, donde controlado por un grupo de antiguos
militares yugoslavos, el tráfico de droga, la trata de mujeres y el asesinato,
son moneda corriente.
NUNCA LA JODAS
Tras leer Dinero
fácil de Jens
Lepidus, quedé expectante a la espera de la segunda
entrega de esta trilogía. Porque desde el primer momento se nos cuenta que es
una trilogía, la llamada Trilogía de Estocolmo, de la que la
segunda novela tiene por título este llamativo: Nunca la jodas.
Una
recomendación válida para cualquier mortal, pero mucho más para aquellos que
por moverse en un mundo violento al margen de la ley, más que una recomendación
es una ley de vida, pues no pueden permitirse el más mínimo margen de error, si
no quieren abandonar antes de la cuenta este mundo.
La primera pregunta que me surgía antes de leer el libro, y que me imagino
que muchos de vosotros también os haréis es: ¿Se trata de una continuación del anterior? Una vez leído puedo deciros, que si bien cronológicamente los
acontecimientos continúan en el punto en que se quedaron en la anterior novela,
la historia es totalmente distinta, hasta el punto de que puedes leer esta
segunda entrega aunque no hayas leído la anterior, de cuyo argumento
prácticamente no va a mencionarte nada.
Me parecía antes de leerlo lo más lógico, porque la historia de los tres
personajes de la primera, había quedado lo suficientemente cerrada como para no
dar más de sí. Se necesitaban nuevos personajes y eso es lo que nos
encontraremos en esta segunda entrega. Sólo queda un personaje, como eje de
enganche y de continuidad, pues está claro que reaparecerá en la tercera
entrega. Se trata de Radovan, el jefe
mafioso yugoslavo que mueve todo el cotarro del mundo criminal en Estocolmo.
LOS PERSONAJES
No deja de
resultar curioso que estas novelas se traten de una trilogía, y de que sean
tres los personajes en torno a los cuales gira la trama argumental. Porque tres
eran en Dinero fácil y tres son también, aunque como comentaba
totalmente distintos en Nunca la jodas. Tres historias totalmente
separadas, pero que inevitablemente terminarán convergiendo aunque ni ellos
mismos puedan sospecharlo, en torno a Radovan.
Thomas: Aunque en la primera
novela sólo veíamos el lado oscuro de la sociedad sueca, en este caso vamos a
ver también la realidad desde el lado de la policía, si bien no es un policía
perfecto, porque por más que odie el mal y lo combata, no deja de aprovechar
para sí mismo una parte de los beneficios que pueden conseguirse ilegalmente
durante esta persecución.
«El salario normal de un policía, no era ni una décima parte del valor de la droga que confiscaban en una noche normal. Era un insulto. Una burla. Un escupitajo a la jeta de todos los tíos honrados que sabían lo que había que hacer de verdad. Era sencillamente justo que uno cogiera un poco». (Página 30)
Justificaciones
no le faltan nunca a un policía que comienza a deslizarse por el camino de la
corrupción, que ve cómo los demás se enriquecen con un dinero fácil haciendo lo
que está mal. Pero ante todo, Thomas no puede ser un policía, un buen policía.
Por eso cuando se encuentra con un crimen, aparentemente vulgar, el de un borracho
que aparece muerto en un sótano, es incapaz de mirar hacia otro lado cuando
empieza a darse cuenta de que hay demasiadas cosas que no cuadran en la versión
oficial del homicidio.
«Una encrucijada. Podía elegir. O bien se sentaba en el banquillo de los suplentes, dejaba que unos payasos delincuentes pudieran con él, que ganara la chusma. O bien él y Hägeström iban a por todas aunque además se arriesgaran a perder el trabajo, aunque Hägeström fuera un colaboracionista. No iban a poder con él». (Página 237)
Niklas: Acaba de volver de Irak, donde ha estado trabajando como mercenario.
Tiene un pasado marcado por los abusos que vio cometer a su padrastro con su
madre. Eso ha despertado en él una conciencia de los abusos que se están
cometiendo con las mujeres, abusos que él está dispuesto a remediar, iniciando
una guerra sin tregua para la que comienza a prepararse.
«He estado en la vida militar muchos años (…) Pero desde que volví a casa he comprendido que también en Suecia está teniendo lugar una guerra. (…) Contra vosotras, las mujeres. Sois atacadas diariamente. Sois objetos de atentados y agresiones». (Página 228)
Mahmud: Es solo un pequeño traficante de droga que aspira a ser alguien algún
día, pero al que sus trapicheos le llevan a una situación muy delicada con una
banda, que le exige un dinero que él no tiene. Por eso se ve enredado con los
yugoslavos, a los que les hace un gran favor denunciando a otro musulmán, pero
en lugar de obtener la esperada protección, sólo se sirve para verse enredado
en los asuntos de los yugoslavos sin obtener su ansiada libertad e
independencia económica.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Antes de que
las novelas suecas se pusieran de moda mostrándonos una imagen distinta de su
país, Suecia era poco más que un estereotipo para mí, con esa imagen de las
primeras suecas que llegaron a nuestras playas y fueron inmortalizadas en
aquellas películas de la época de Jose Luis López Vázquez, Pajares y Esteso
como el culmen del mito erótico, aquellas rubias espectaculares de grandes
pechos que se atrevieron además a lucir bikinis en nuestras playas.
Eso, y la imagen de un paraíso socialdemócrata con Olof Palme al frente, un país con fortísimos impuestos que servían para que las necesidades de cualquier sueco estuvieran cubiertas desde el primer día que venía a este mundo. Aunque tanto bienestar llevase parejo una elevada tasa de suicidios.
Eso, y la imagen de un paraíso socialdemócrata con Olof Palme al frente, un país con fortísimos impuestos que servían para que las necesidades de cualquier sueco estuvieran cubiertas desde el primer día que venía a este mundo. Aunque tanto bienestar llevase parejo una elevada tasa de suicidios.
Frente a esa imagen un tanto idílica, esta trilogía nos muestra una
realidad mucho más cruel, la de una sociedad amuermada y en decadencia:
«Suecia, donde todo se puede arreglar con un poco de voluntad, sabiéndose mover, con dinero o contacto con los socialistas». (Página 21)
«Suecia, donde todo se puede arreglar con un poco de voluntad, sabiéndose mover, con dinero o contacto con los socialistas». (Página 21)
Dinero fácil, el primer libro de esta trilogía, nos mostraba una sociedad cada vez más
multirracial, donde los emigrantes van irrumpiendo con fuerza en ella, con una
visión totalmente distinta. Una visión que empieza por el uso de una violencia
a la que no están acostumbrados los suecos. Al frente de esa violencia, un
grupo de yugoslavos huidos tras la rotura de Yugoslavia y la derrota de sus
tesis nacionalistas. Y junto a ellos hispanos, musulmanes y demás fauna.
En Nunca la jodas aborda también una lacra de la sociedad sueca, aunque desgraciadamente
no exclusivo de ella, que ya fue abordada por Stieg Larsson en su trilogía Millenium:
El maltrato a las mujeres. Una realidad frente a la que la sociedad parece
cerrar los ojos.
No se cumple el
refrán de segundas partes nunca fueron buenas, aunque lo cierto es que me gustó
más Dinero fácil. Seguramente se deba a que por la estructura de la
novela, basada en el seguimiento a tres personajes, la historia de uno de
ellos, la de Mahmud flojea un tanto. Es cierto que este personaje es
fundamental para mostrarnos ese lado oscuro del crimen, tanto de la trata de
blancas como del trapicheo de droga, pero Mhamud a mi gusto, carece de la
fuerza dramática de sus compañeros.
Como decía nada
más comenzar este comentario, para la lectura de Nunca la jodas no
es imprescindible haberse leído Dinero fácil, pues no hay una
continuidad en las tramas, aunque si la hay en el dibujo que nos está haciendo
de ese submundo de Suecia, por lo que es aconsejable, pero no imprescindible,
empezar por el primer libro de la trilogía.
Es auténtica novela negra, una diferenciación frente a la novela de
suspense o intriga con la resolución de un asesinato, está clarísima en el caso
de Nunca la jodas, porque por más que se resuelva el caso, no
tienes en ningún momento la sensación de que el bien haya triunfado, que el
detective o el policía como un nuevo caballero andante, haya venido para
derrotar al mal.
Por el contrario, te deja ese sabor de boca amargo, propio de una auténtica
novela negra, de que el mal está no solo presente, sino victorioso, que su
aparente derrota es sólo un mínimo retroceso frente a las fuerzas del bien, de
que en la naturaleza humana el mal tiene más fuerza que el bien, que difícilmente
va a conseguir la victoria final.
CONTRAPORTADA
Hay algunos comentarios en la contraportada que merecen por sí mismos un
comentario:
Su literatura es un viaje al crimen real (Lorenzo Silva)Esa es la sensación que tengo al leer el libro, la de que nos está contando una historia muy real, que seguramente esté ocurriendo a nuestro lado sin darnos cuenta. Que el autor haya estado años en contacto con ese lado oscuro de la sociedad, hace que todo parezca tan documentado y real.
Este libro se aleja de la novela negra tradicional escandinava para seguir la línea americana y especialmente la de James Ellroy. (LA RAZÓN)
Su estilo es efectivamente muy semejante al del
escritor norteamericano, con frases en algunos momentos cortísimas, casi como
ráfagas de disparo, sin perderse en páginas y páginas de descripciones. Sin
poesía, como un puñetazo directo a la boca del estómago del lector.
Negra hasta a la hora de describirnos la nieve, ese elemento que siempre me
ha parecido algo tan puro, pero que como nos dice el autor, solo tiene un
momento de pureza y belleza que es en el momento de haber caído, porque al poco
tiempo, en vez de dejar la ciudad como un manto blanco, se convierta en algo
gris, que impregna con u aire de tristeza y suciedad todo lo que la rodea
cuando ha sido pisoteada.
El mejor de la nueva hornada sueca. A diferencia de sus colegas, Lapidus no hace thriller: hace novela negra pura y dura. Su Trilogía negra de Estocolmo permite subvertir para siempre las bases de una novela policial sueca que esta vez no hace concesiones a lo políticamente correcto. (David Barba)
Ya comenté
antes como lo de Lapidus es novela negra sin más, que no se frena a la hora de
meterle mano a la sociedad sueca, sus defectos y sus obsesiones, tanto frente a
los socialdemócratas que durante tantos años gobernaron el país, como frente al
gobierno actual.
El relato más documental jamás escrito de los bajos fondos de Estocolmo (ABC)Sin llegar a presentarnos como en el primer libro en algunos momentos del relato esos (falsos) documentos de juicios, sigue siendo una visión desde dentro del funcionamiento del sistema judicial, policial y en general de todo el sistema burocrático sueco. No me deja de llamar la atención, la facilidad con la que cualquier particular puede acceder a documentos privados que son en realidad de carácter público. Toda tu vida está al descubierto no sólo para el Estado, sino para cualquier persona que quiera ponerse a hurgar en tu vida (llámese coche, casa, ingresos, antecedentes policiales, etc).
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.
VALORACIÓN: 9/10
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Pues no he leído nada del autor así que me la llevo anotada. Pinta bien lo que cuentas.
ResponderEliminarBs.
Pese a la notaza que le pones siento decir que no me llama nada.
ResponderEliminarUn besote.
Pues tendré que buscar el anterior libro y comenzar esta trilogía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tengo Dinero fácil pendiente =)
ResponderEliminarBesotes
Apuntada esta trilogia.
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