La caída de los gigantes
Ken Follet
Título: La caída de los gigantes
Autor: Ken Follet
Editorial: Plaza & Janés Editores
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 1.024
PVP: 24,90 €
Editorial: DeBolsillo, 2013
Encuadernación: Tapa blanda, bolsillo
Páginas: 1.024
PVP: 12,95 €
KEN FOLLET
Este es el resumen que la editorial nos da de su biografía:
Ken Follett nació en Cardiff
(Gales), pero cuando tenía diez años su familia se trasladó a Londres. Se
licenció en filosofía en la Universidad de Londres y posteriormente trabajó
como reportero del South Wales Echo, el periódico de su ciudad natal.
Más tarde consiguió trabajo en el Evening Newsde la capital inglesa y durante
esta época publicó, sin mucho éxito, su primera novela. Dejó el periodismo para
incorporarse a una editorial pequeña, Everest Books, y mientras tanto continuó
escribiendo. Fue su undécima novela la que se convirtió en su primer gran éxito
literario.
Ken
Follett es uno de los autores más queridos y admirados por los lectores en el
mundo entero y la venta total de sus libros supera los ciento cincuenta
millones de ejemplares.
Está
casado con Barbara Follett, activista política que fue representante
parlamentaria del Partido Laborista durante trece años. Viven en Stevenage, al
norte de Londres. Para relajarse, asiste al teatro y toca la guitarra con una
banda llamada Damn Right I Got the Blues.
En
2010 fue galardonado con el Premio Qué Leer de los lectores por La
caída de los gigantes.
ARGUMENTO de LA CAÍDA DE LOS GIGANTES
Un joven minero galés que sobrevive en las trincheras a la incompetencia de
sus oficiales
Un ama de
llaves seducida, embarazada y abandonada por su aristocrático señor.
Dos hermanos que aman a la misma mujer.
Una joven
heredera estadounidense que se abre de piernas con quien no debe y queda
embarazada.
Dos amantes de países enemigos separados por una guerra.
¿A que suena
todo esto? A folletín.
Folletín. Palabra que procede del francés feuilleton,
que es el diminutivo de feuillet, hoja. Página de un libro. Este
género dramático de ficción se caracteriza por un argumento poco verosímil que
suele recurrir a la temática amorosa, sin olvidar en muchos casos darle un aire
misterioso o escabroso, y en que lA simplicidad psicológica de sus personajes
es la nota predominante.
Por tanto Folletón (Follet-on)sería
un folletín grande.
LA CAÍDA DE LOS GIGANTES
He de reconocer
que este fue uno de los libros que más curiosidad despertó en mí en los últimos
tiempos, porque si bien desde que salió al mercado se encaramó en la lista de
los más vendidos, tengo la impresión de que en este caso ser el más vendido no
equivale a ser el más leído.
Entiendo que La caída de los gigantes no es precisamente
un libro de bolsillo, y que sus más de mil páginas y sus casi dos kilos de peso
no lo convierten en el libro ideal para leer en un transporte público y menos
aún para llevarlo a cuestas todo el día.
Enfrentarse por otra parte a más de mil páginas con un precio que ronda los
veinticinco euros no es precisamente un estímulo. O también es posible que la
campaña de marketing haya sido muy eficaz, lo cual sumado a la emisión en
televisión de la versión de su obra conocida, Los pilares de la tierra,
incrementara el interés por el libro de Ken
Follett tanto de sus lectores habituales, como de otros ganados a la causa
por la serie televisiva.
En mi caso el precio no es problema porque proceden de mi biblioteca
habitual.
Tras nueve días
de lectura y cuatro de reflexión posterior para asentar y organizar mis ideas, este
fue el comentario que en su día hice de la novela
La caída de los gigantes es la primera entrega de una trilogía llamada The Century en la que Ken Follett ha hecho una revisión de la historia del siglo
XX, a través de la historia de cuatro familias.
Comienza con uno de los acontecimientos más absurdos y más cruentos del Siglo XX, la Primera Guerra Mundial, y junto a él uno de los hechos que han marcado el devenir de la historia del siglo pasado: la revolución rusa. No es un periodo muy largo el que abarca la historia pues abarca, pasada una breve introducción en Enero de 1911, desde Enero de 1914 a Enero de 1924.
Los principales temas que abarca son:
1.- La Primera Guerra Mundial
Una de las cuestiones históricas que nunca
he entendido es el por qué de la Primera Guerra Mundial. Siempre me ha parecido un exagerado "efecto
mariposa" por el que el asesinato del archiduque de Sarajevo desembocó en
la muerte de diez millones de personas.
Después de leer
el libro, el siguiente párrafo resume parte del disparate:
«En todos los países, quienes estaban a favor de la guerra habían acabado por imponer su opinión. Los austriacos habían atacado Servia cuando podían haberse contenido; los rusos se habían movilizado en lugar de negociar; los alemanes se habían negado a asistir a una conferencia internacional para encontrar una solución negociada al conflicto; a los franceses les habían ofrecido la ocasión de permanecer neutrales y la habían rechazado; y ahora los británicos estaban a punto de tomar parte activa cuando podían haberse quedado fácilmente al margen». (Página 325)
Pero sigo sin tener muy claro el por qué de tanto interés en la guerra.
Como en todas las guerras, el dinero está detrás de la misma. En la primera
guerra del golfo, el petroleo de Kuwait era directamente la causa. En la
segunda guerra del golfo, la presencia de armas de destrucción masiva era la excusa,
pero la industria armamentística americana, los contratos para reconstruir lo
que iban a destruir y por supuesto el petróleo, eran las causas reales de la
misma.
Muy significativo lo que dice el autor por boca de uno de sus personajes:
«Yo opino que esta es una guerra capitalista que no tiene nada que ver con los trabajadores». (Página 480)
No veo
suficientemente claros los motivos económicos para entrar en la guerra, pero me
ha quedado en cambio clarísimo por qué la contienda no podía quedar en tablas pese
a la sangría de vidas humanas que llevaban los dos bandos. La guerra se había
transformado en una cuestión de todo o nada. El perdedor pagaría los costes de
la guerra, con lo que el vencedor podría saldar su deuda y salir adelante. Un
armisticio sin vencedores ni vencidos, suponía la ruina para todas las partes.
Lo que tampoco consigue explicar el libro, tal vez porque la estupidez
humana no tiene expiación, es la ineptitud de los oficiales de ambos bandos,
responsables de una carnicería humana sin precedentes. Una guerra en la que se
enviaba a miles de hombres en línea a pecho descubierto a morir
irremisiblemente acribillados por las ametralladoras enemigas, en un vano
intento de conquistar un palmo de terreno.
Para que os hagáis una idea, en la batalla del Somme, la primera gran
batalla en la que intervinieron las tropas británicas, murieron 400.000
hombres. Es como si en el Estadio Santiago Bernabéu, o el Nou Camp que para el
caso es el mismo, con sus gradas repletas de espectadores, desde el centro del
campo los ametrallaran, bombardearan y gasearan hasta no dejar a nadie vivo. Y
hecho esto vaciaran el campo de cadáveres y volvieran a llenar el estadio para
repetir la maniobra hasta un total de cuatro veces.
2.- La Revolución Rusa
Uno de los
acontecimientos mundiales que marcó el siglo XX, fue sin duda la revolución
rusa, que comienza en medio de la Primera Guerra Mundial, seguramente porque
las masacres y la hambruna que por culpa de la guerra tuvo que sufrir el pueblo
que, propiciaron el levantamiento popular.
Sorprende
encontrar a un Lenin que fue agente de los alemanes, que pagaron su retorno a
Alemania porque el triunfo de la revolución por la que luchaba Lenin, supondría
poder cerrar el frente ruso, puesto que los revolucionarios rusos eran partidarios
de la paz con Alemania. Otra cosa es lo que a continuación vino, una lección
que por cierto siguen sin aprender los grandes estrategas mundiales, que arman
al enemigo de tu enemigo, pensando que luego va a ser tu amigo y luego pasa lo
que pasa, que acabas de armar a los talibanes y semejantes.
Una revolución
rusa con sus luces y sus sombras. Porque la situación del proletariado frente a
una clase aristocrática y dominante era insostenible, entre otras cosas por la
inutilidad de la misma para mejorar las condiciones de vida de los que tenía
casi como esclavos a su servicio, lo que propició que en una economía que se
huída, los primeros en sufrir las consecuencias fueran los más pobres (¿Os
suena eso de quiénes son los que siempre comienzan perdiendo en una situación
de crisis económica? Pues que se anden con pocas tonterías los que en el mundo
mandan, no vayan a resucitar de la nada antiguos principios ya caducos)
Pero sombras,
porque ya desde un primer momento y en aras de la victoria y el mantenimiento
de una revolución social, junto con los aristócratas y los poderosos, cayeron
también las libertades. Y comenzó una represión sin freno ni control que
terminaría causando en Rusia más muertos que en todas las guerras mundiales en
las que tuvo que participar.
3.- Los derechos de la mujer
La universalidad del voto, allí donde es posible votar, no es una conquista
antigua, sino muy reciente. No solo es que ninguna mujer tuviera derecho a
voto, sino que no todos los hombres tenían derecho al mismo. Esta es una
situación que la Primera Guerra Mundial (algo bueno tenía que tener tanto
desastre) ayudó a cambiar, porque si los hombres tenían derecho a morir en la
guerra, también tenían derecho a participar en la decisión de sus gobernantes
de involucrarles en la misma.
Por otra parte, la ausencia de hombres, que o estaban muertos o
participando en la guerra, hizo que muchas de las actividades en las que no
estaba permitida la participación de las mujeres, tuvieran que echar mano de
ellas, pudiendo así demostrar que valían tanto como un hombre, aunque no las
pagaran ni la cuarta parte que a los mismos.
Una concienciación que a no mucho tardar consiguió el derecho al voto a algunas mujeres y posteriormente a todas.
Una concienciación que a no mucho tardar consiguió el derecho al voto a algunas mujeres y posteriormente a todas.
4.- El laborismo
Tanto Ken
Follet como su mujer son convencidos laboristas, de ahí que el libro
esté redactado desde ese punto de vista. Aunque no seamos británicos, es muy
interesante ver cómo fueron los inicios del laborismo, como eran las campañas
políticas, cómo eran sus mítines.
Esos pensamientos, son puestos en boca de alguno de sus personajes, como cuando dice:
Esos pensamientos, son puestos en boca de alguno de sus personajes, como cuando dice:
«La monarquía simboliza la ineptitud, la crueldad y la derrota, no la legitimidad». (Página 695)
LOS PERSONAJES
No soy muy
partidario de detallar los personajes que aparecen en una novela. En este caso,
porque me servirá a mí mismo de guía para cuando salga la segunda parte, voy a
hacer una breve reseña de los mismos.
Foto de personajes tomada de:http://spaska.deviantart.com/art/Fall-Of-Giants-characters-430179701 |
Hay que darle todo el mérito que se merece a Ken Follet, porque si difícil es un circo de dos pistas, mucho más lo es mantener la atención sobre cinco familias que conllevan un mínimo de ocho personajes principales, todos a la vez. Es señal de un magnífico esquema previo, que permite mantener este malabarismo con ocho personajes en el aire, sin que ninguno se caiga al suelo.
Cada grupo de personajes viene a representar los principales países que
tomaron parte en la Primera Guerra Mundial, aunque sorprende que pese a
desarrollarse los combates principalmente en Francia, se ningunee a este país
del que no hay un solo personaje, ni siquiera mínimamente secundario.
Familia Williams
Representan en
este relato al pueblo británico. Son una familia galesa que vive del carbón y
dos de sus miembros son parte importante de este relato, por una parte Billy, el hijo pequeño, a través del cual veremos la guerra desde el punto de
vista de un soldado en las trincheras.
Por otra parte Ethel la hermana, que pese a la estricta educación religiosa de sus padres,
no duda en rebelarse, aunque la rebelión traiga consecuencias que cambiarán su
vida. Luchadora tenaz, saldrá adelante, luchando además por el derecho de todas
las mujeres, tanto a un trabajo y un sueldo digno, como al derecho al voto.
Familia Fritherbert
Frente al pueblo llano y trabajador, aparece esta familia como el
contrapunto obligado, la más rancia aristocracia inglesa, perfectamente
definida en el siguiente párrafo:
«Estaba claro que era la voluntad de Dios que los Fritzherbert gobernaran a sus semejantes y que vivieran de manera acorde a su condición, pero Fritz pensaba que no había hecho nada que justificase la fe que Dios había depositado en él». (Página 47)Sin duda Fritz es el encargado de ocupar el lugar del villano en la narración:
«Los hombres como Fritz eran tan peligrosos... Con sus formas y sus modales impecables serían capaces de llevar al mundo a la destrucción». (Página 283)
Lo más logrado del personaje, es que pese a ser el villano, no es un malo
absoluto, sino que tiene sus luces y sus sombras, y pese a todo, también tiene
un lado positivo.
Maud es su hermana, casi la otra cara de la moneda, mucho más en contacto
con la realidad de los que sufren, defensora también del voto para la mujer.
Vivirá una de las grandes historias de amor del libro.
Familia Ulrich
Esta es la versión de la guerra desde el lado alemán, a través de una
aristocrática familia alemana y de su hijo Robert, que pese a ser un firme partidario de la paz, termina envuelto en la
guerra. Él será el que viva una aventura de amor en contra de todas las
posibilidades de triunfo con Maud.
Familia Kostin
Para saber la
realidad rusa, tanto de su participación en la guerra como de la propia
revolución rusa, tenemos a esta familia con sus dos hermanos. Grigori es el mayor y desde muy pequeño ha tenido que
sacar adelante a su hermano Lev pues su padre fue ahorcado por
el príncipe del pueblo y su madre murió tiroteada por el ejército del zar en
una manifestación. Eso hace que ya desde niño tenga una concienciación política
muy alta en contra del zarismo y de lo que este representa.
Su hermano Lev por
contra no deja de ser un golfo caradura, un ladronzuelo que irá intentando
sacar de la vida todo el partido posible sin importarle las consecuencias que
tengan para los demás.
Familia Dewar
Representan a la alta sociedad americana. Gus, hijo de un senador y asesor del presidente Wilson es a través del cual
veremos el punto de vista de los Estados Unidos en todo el conflicto.
IMPRESIÓN PERSONAL
Definitivamente, este
libro es un gran folletín. Pero conviene hacer algunas matizaciones
importantes, porque algunos de los considerados maestros de la literatura, su
género predilecto fue el folletín. Basta con recordar a Alejandro Dumas,
Charles Dickens, o del lado español a Benito Pérez Galdós.
¿Cuál es pues la
diferencia entre un buen y un mal folletín? Pues que estos autores supieron en
todo momento reflejar el ambiente de una época, ese Londres victoriano, esa
sociedad madrileña, y aunque sus personajes no tengan siempre una gran
profundidad psicológica, han sabido conectar con una serie de estereotipos que
los han convertido en universales, como Oliver Twist en el niño huérfano y
abandonado, D’Artagnan el mosquetero como el espíritu de la amista y la unión
(uno para todos y todos para uno).
Sin ser un
dechado de perfección, los personajes de la novela de Ken Follet marcan una
serie de estereotipos que funcionan muy bien, pero al mismo tiempo están más
dotados de vida que un simple retrato de cartón piedra.
Aunque no he creado un capítulo para hablar de Ken Follet, es evidente que pocos escritores tienen su buen
hacer y su experiencia, pues solo desde su personalidad y su vasta experiencia
como escritor puede escribirse un libro tan complejo como éste.
Por mucho que se trate de un folletín, hay que saber ganarse al público
desde la primera página para animarle a continuar con las mil que le quedan todavía
por delante.
Por eso, con mucha habilidad, antes de meterse en honduras sobre los por
qués o los cómos de la gran guerra, nos da una introducción con uno de los
personajes, que no va a ser de los más importantes, pero que es imposible que
no capte nuestra atención. Nada mejor para ello que llevarnos al interior de
una mina galesa (recordando sus ancestros) de la mano de los miedos y las
expectativas de un niño de trece años que comienza a trabajar en la mina.
Tiene antes de
empezar unas páginas en la que por nacionalidades aparecen todos los personajes
que vamos a encontrar en el libro. No tuve necesidad de consultarlo ni una sola
vez, lo cual dice mucho a favor del autor, que maneja unos malabares con ocho personajes
sin que se le caiga ninguno al suelo y manteniendo la atención del lector sobre
todas las historias que van sucediéndose, sin perderte ni liarte en ningún
momento.
No
es un libro para eruditos. Tiene muy
claro el autor lo que pretende y para quién lo pretende como nos demuestra en
su entrevista publicada en la revista Que leer:
El lector no quiere un libro de historia. Si por casualidad el lector aprende algo sobre historia, pues fantástico. Pero esta no es la razón por la que él o ella eligieron este libro. La gente elige mis libros porque quiere disfrutar de sumergirse en la vida de otras gentes comunes y corrientes.
Por otra parte,
probablemente consciente Ken Follett de que su público es en
buena parte femenino, un público al que como norma general no le gustan las
“batallitas”, pese a tratarse de un libro sobre la Primera Guerra Mundial, las
batallas que se nos describen son una gota en el océano de las mil páginas.
Descripciones
mínimas pero inevitables, como la batalla de Somme, la primera en la que
intervinieron los británicos, fundamental para comprender el sinsentido de
aquella lucha. Por cierto que dicha escena también fue narrada en La
canción del verano, un gran libro sobre la Primera Guerra Mundial pero que
en ningún momento entra a analizar el por qué de la misma.
Hay un par de
breves escenas en el frente ruso, y otra más cuando los americanos intervienen
por fin en la guerra, una intervención que no sabía yo hasta que punto fue
decisiva para cambiar el curso de la guerra, al entrar tropas nuevas y de
refresco. Hay una escena que no puede ser otra cosa que un homenaje al final de Adios
a las armas, con un soldado muriendo de un modo absurdo cuando está a punto
de firmarse el alto el fuego.
Queda claro
pues, que aunque no te gusten las batallas, no vas a tener
problemas con este libro.
No he hablado hasta ahora directamente de lo que opino del libro, aunque me imagino que las cuatro estrellas y tres mil palabras, son señal de que este es un libro importante.
No es perfecto, pero tiene la virtud de captar tu
atención desde el primer instante. Tal disparidad de hisotiras, por muy bien trenzadas que estén, hace que
el ritmo en algunos momentos, pese a ser muy rápido, sea irregular.
Mil páginas pueden invitar a meter la tijera. Lo curioso es que es en
alguno de los primeros capítulos en los que el libro puede ser más premioso,
deteniéndose demasiado en la descripción de una casa señorial, bien sea para
que sirva de contraste con el mundo de los mineros y su pobreza que acaba de
describirnos, pero podía haberse aligerado.
Captar tu atención
durante mil páginas y además conseguir que adquieras algunos
conocimientos de la historia mundial no es
precisamente poco mérito. ¿Es un folletín? Sí, pero ahondar mucho más en la personalidad de los personajes es probable
que hubiera dado lugar a una obra maestra, pero por contra la hubieran leído
hasta el final cuatro personas, que no es precisamente el objetivo de ningún
autor, que más que el reconocimiento de la crítica, quiere el reconocimiento
del público, reconocimiento que viene determinado no por cuatro palmaditas en
la espalda, sino por unas ventas millonarias.
Espero haberte servido de ayuda a la hora de decidirte o no por este libro. Desde luego, si no eres un lector habitual, probablemente este no sea el libro más adecuado para tí.
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles
VALORACIÓN: 8/10
Lo leí hace bastante tiempo y guardo un grato recuerdo de ella, pero también recuerdo que quedé un poco harta de este género, por lo que no continué con la trilogía. Quizás lo haga en un tiempo. Magnífica reseña como siempre. Un salud.
ResponderEliminarEste caerá tarde o temprano. Leí no hace mucho "Un mundo sin fin" y aún conservo ese buen sabor de boca que te dejan las grandes historias. Fantástica reseña.
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Muy bueno tu análisis de la novela. Lo leí hace ya tiempo y con miedo, que no es este autor de mis favoritos precisamente. Y esta novela me gustó. También la siguiente. Me queda el último de la trilogía por leer. A ver cuándo me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que estos libros me apetecen pero son tan largos que nunca les encuentro el momento. Ahí los tengo esperando.
ResponderEliminarBesos
Me apunto la trilogía The Century(La caída de los gigantes, el invierno del mundo y El umbral de la eternidad). Aunque si me pudieras decir la trilogía donde se sitúa Los Pilares de la Tierra para comenzar desde el principio en tapa blanda claro esta jejejee.Gracias.
ResponderEliminarMe lo regaló mi madre cuando salió pero el libro desapareció de casa...de hecho, lo había empezado a leer y ya no pude continuar. Y la verdad es que me ha encantado el repaso que has hecho del contesto histórico...se nota que lo disfrutas. Una gran reseña Pedro.
ResponderEliminarLo leeré en cuanto tenga oportunidad, besitos
Leí la trilogía completa, ha sido de los mejores libros de género de novela histórica que he podido leer, lo increíble de esta historia es que te llegas a sentir parte de ella porque amas, odias, sufres por la injusticia, lloras, te emocionas y todo con un libro, lo recomiendo fielmente.
ResponderEliminarKen Follett es de los mejores autores que he podido conocer a través de la literatura (he leído varios libros de su autoría y jamás he quedado indiferente)