El peso de los muertos
Víctor del Árbol
FICHA
TÉCNICA
Título: El
peso de los muertos
Autor: Víctor
del Árbol
Editorial: AlRevés, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 288
VÍCTOR DEL ÁRBOL
Nacido en Barcelona en 1968, fue mosso d´esquadra desde 1992 hasta 2012.
Es Licenciado en Historia por la Universitad de Barcelona.
Cinco son sus novelas publicadas hasta ahora, todas cargadas de premios:
-El peso de los muertos (2006) Premio Tiflos de Novela 2006
-La tristeza del samurai (2011): Premio Le Prix du Polar Européen 2012, Premio Tormo Negro 2013
-Respirar
por la herida (2013) Finalista en el Festival Internacional de
Cine Negro de Beaune 2014 a la mejor novela extranjera.
-Un
millón de gotas (2014): Mejor novela escrita en español del 2014 por la asociación de blogueros
en España Creatio Club Literario, III Premio Para Negra Ciudad de Salamanca 2015, Grand Prix
de Littérature Policière y mejor novela policial extranjera por el Magazine
Lire.
ARGUMENTO de EL PESO DE LOS MUERTOS
«Un hombre al que apenas había visto en vida pero que la había acompañado siempre desde aquella tarde de 1945 en el puerto. Él era la causa por la que había regresado, No servía de nada guardar rencor. Lo mejor era cargar con lo que la vida le daba y seguir adelante. Era necesario hacer aquel viaje, y enfrentarse de una vez por todas a su pasado… siempre y cuando lo que le dijo Octavio Cruz por teléfono fuese cierto». (Página 34)
Una llamada telefónica interrumpe la
placentera vida de Lucía, que vive exiliada en Suiza con su marido Andrés.
Decide no obstante viajar a Barcelona para llevar las cenizas de su padre y
enfrentarse al pasado.
«Ojalá Octavio Cruz no la hubiese llamado, pensó en aquel instante Lucía. Podía haberse quedado en Viena con su marido y su matrimonio plácido, y sus amigos convenientes y poco entrometidos. De pronto comprendía lo absurdo de haber abandonado su vida sin aristas aparentes para volver a esta cadena de sensaciones y recuerdos que la arrastraba por el cuello al infierno». (Página 113)
EL PESO DE LOS MUERTOS
Es imposible que esta reseña no resulte
un tanto peculiar, porque supone ir a la primera novela publicada por Víctor
del Árbol, un autor que me tiene cautivado y del que ya había leído las
cuatro siguientes, incluyendo como no, su laureado Premio Nadal.
El peso de los muertos, diez años después
de su publicación y siendo muy difícil, por no decir imposible encontrarla en
ningún sitio, ha sido publicada de nuevo por Editorial AlRevés. Sin embargo, la
numeración de las páginas a las que hago referencia en el texto, corresponden a
la primera edición, la de Castalia.
Antes de publicarla, ya me comentó
Víctor del Árbol (le pregunté por esta novela durante la presentación en Madrid
de La
víspera de casi todo) que esta nueva edición, por respeto a aquellos
que ya la habían leído, no era una revisión ni ampliación de la primera, que el
texto era el mismo.
Lo primero que me ha llamado la atención
de esta novela, es que no desentona para nada con
el resto de las novelas que ha publicado, hasta el punto de que, si no lo
supiese, nunca pensaría que se trata de una primera novela, tanto por temática
(muy alejada de lo que pudiera considerarse esa novela en la que el autor saca
lo que ha sido su experiencia vital y en la que en muchos casos agota todo lo
que tiene que contar), como por su complejidad.
Lo que no ha supuesto una sorpresa, ha
sido encontrar en El peso de los muertos, esos rasgos y temas tan característicos
del autor y que podemos encontrar en todas sus novelas. Comenzando por sus personajes, a los que aquí da una definición que
no volveremos a encontrar en el resto de sus novelas, pero que los caracteriza
muy bien: de una raza lluviosa:
«-Yo soy de una raza lluviosa, como usted.
-¿A qué se refiere con eso de la raza de lluvia?
-Trae la lluvia consigo, es su traje, Ha mudado de cuerpo pero sigue llevando el mismo vestido. Igual que yo. Llevo una nube encima, y adonde voy me sigue como la sombra de mi tristeza. Igual que a usted. Llenaríamos un océano si nos juntásemos». (Página 122)
Unos personajes que como ocurrirá luego
en todas sus novelas, por buenos que sean, tienen también su lado oscuro, su
pizca de maldad. Desde Octavio Cruz, el antiguo amigo de Lucía que es quien la
llamó para que volviera a Barcelona:
«A primera vista Octavio Cruz parecía u ser arenoso, blando, Permanentemente mostraba una expresión de incertidumbre que acentuaban unos labios delgados y titubeantes, como si siempre le quedara algo por decir y no encontrara el momento de hacerlo. (…) Temía cuarenta y cinco años, pero la barba descuidada y la obesidad le hacían parecer diez años más viejo». (Página 37)
Lucía, la protagonista, de la que poco a
poco iremos conociendo su oscuro pasado:
«¿Aclarar las cosas? Lucía no entendía bien cómo se hacía eso. Su vida era una cadena de mentiras entrecruzadas en la que cada eslabón era una mentira que justificaba la siguiente. No hubiese sabido por dónde empezar». (Página 47)
Nahum Márquez, el hombre condenado a
muerte por el asesinato de la mujer del General Quiroga, una mujer de la que
estaba enamorado.
Si acaso, la excepción sería Andrés, el
marido de Lucía, quizás el más puro de todos los personajes, anclado en sus
ideales juveniles, si bien es incapaz de no ir detrás de otras mujeres a pesar
de estar enamorado de la suya.
«Lo había intentado con toda su fuerza y nadie podía reprocharle lo contrario, pero querer a Lucía más allá del duro caparazón bajo el que asomaba de vez en cuando era muy difícil. A sui lado tenía la sensación de estar incompleto, de ir siempre en busca de algo de ella que era inaprensible». (Página 22)
Pero por encima de todos brilla la
figura del inspector Ulises, al que todos llaman “el moro”, con la que Víctor
del Árbol comienza su galería de malos ilustres. Personajes a
los que el lector odiará con toda su alma.
Ya en esta primera novela, la venganza será el motor que mueve a sus
personajes, una constante en la literatura de Víctor del Árbol. Ese “Ojo por ojo, diente por diente” que
rezaba la insignia del padre de Lucía, y cuyo verdadero significado conoceremos
a lo largo de la novela:
«Cuanto más cerca estaba de la calle Imperio y del moro Ulises, más miedo sentía de que la sentencia de la antigua insignia de su padre se hiciese realidad: “Aquello que hiciste te será devuelto por alguien”». (Página 90)
También ser hará presente la figura del
héroe, una figura que volverá a explorar muy a fondo en Un millón de gotas,
pero que ya está aquí en El peso de los muertos
«Su padre, Juan de Dios, era un héroe, un mito, una leyenda que había herido en lo más hondo al general Quiroga, la bestia más sanguinaria de la policía militar franquista. Por ese mismo crimen, su padre era un proscrito, él y todos los suyos, de por vida. Y todo se lo debía al que entonces era inspector Ulises, al que todos llamaban entre dientes El Moro» (Página 56)
Un héroe para los demás. Pero Lucía
arrastra las consecuencias de los actos de aquel que para ella fue cualquier
cosa menos un héroe:
«Repitió en voz baja esa suerte de elegía, como si las cenizas de su padre fuesen a encarnarse otra vez por arte de magia en aquel hombrecillo rechoncho de aspecto bovino que fue en vida y que para nada relacionaba con esa sentencia: “Los hombres de valor dan sentido a nuestra lucha”». (Página 20)
Puerto de Barcelona |
«Lucía no sintió una emoción especial al divisar Barcelona. Vista desde el aire era una superficie como todas, un amasijo impersonal de cemento volcado hacia el mar. Se dio cuenta nada más salir de la terminal que esa ciudad tenía poco que ver ya con ella». (Página 23)
Curiosamente, la costa de Morte,
concretamente Muixido, es el escenario de una de las escenas de la novela. Un
escenario que será, por más que en esa ocasión sea un pueblo ficticio, el
protagonista de su novela La víspera de casi todo.
La novela arranca con una escena de esas
que cuando aparece en una novela, no puede menos que ponerme los pelos de
punta: la ejecución de un hombre por un asesinato. Una ejecución que será
llevada a cabo por el procedimiento del garrote vil. Un muerto para arrancar,
pero habrá más a lo largo de la novela, pues todos los protagonistas tienen a
sus espaldas algunos muertos, bien reales o ficticios. De ahí viene el título, de la frase que Ulises le dirige a Nahum:
«-Pesan mucho los muertos ¿verdad?» (Página 361)
Muy buena la ambientación de la novela,
con dos épocas históricas diferentes (sin contar el arranque en Costa da Morte
en 1915 ni la breve incursión en Melilla en 1925): Barcelona nada más acabar la
guerra civil, y la Barcelona de 1975 en los días previos a la muerte de Franco.
Y para rematar, una de esas frases que
aparecen en la novela y que te obligan a una reflexión personal:
«Así era la vida, pensó, un círculo que termina donde empieza. Uno anda de chico a viejo sin darse cuenta de que, en realidad, no avanza, solo desanda lo andado». (Página 364)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Ni siquiera en su primera novela, esa
que podría esperar más floja por ser un principiante, ha bajado Víctor
del Árbol su nivel. Una novela que gracias a la reedición de la misma,
podréis conocer ahora muchos de vosotros.
Hacedlo, tanto si no conocéis al autor,
pues será un buen modo de hacerlo, como si ya lo seguís, porque no os
defraudará esta novela en la que ya están presentes todas las características
que determinan su modo y estilo de escribir y narrar historias.
Si lo conoces, ya sabes que la tristeza es una de sus características, esa raza
de hombres y mujeres lluviosos de los que os hablaba al principio del
comentario. Pero no es menos cierto, que son personajes dotados de una
vitalidad y una fuerza, que son difíciles de olvidar.
Y como siempre, una novela que, aunque
en principio podríamos incluir en el género negro, es una mezcla de géneros,
difícil de clasificar, en una palabra. No importa, lo que importa es la
historia que nos cuenta, y si hay algo que también caracteriza a Víctor del
Árbol es que es un gran contador de historias. El peso de los muertos no es una
excepción, sino el comienzo del que está siendo una brillantísima carrera que
esperamos que continúe muchos años.
Para ver a vídeo reseña de esta novela pincha AQUÍ o en la imagen
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VALORACIÓN: 10/10
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NO sabía que la habían reeditado! Tendré que darme el caprichito, aunque aún tengo dos novelas del autor pendiente en la estantería.
ResponderEliminarBesotes!!!
Víctor tiene un estilo, que aun leyendo sólo una de sus novelas, ya se nota muy suyo. Tengo pendiente todas sus otras novelas publicadas y me alegra saber que sigue en la misma línea y a la altura de sus sucesoras.
ResponderEliminarBesitos
Gracias por la reseña, he leído nada del autor.
ResponderEliminarBesos
Me encantaría leerla. Es un autor que me apasiona y esta es la única que me falta de él. Muchas gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos
Tengo pendiente leer al autor!
ResponderEliminarBesotes