LA COMADRONA (KATJA KETTU)

El fiordo del Hombre Muerto

FICHA TÉCNICA

Título: La comadrona

Autor: Katja Kettu

Editorial: Alfaguara

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 415

PVP: 19,00 €

KATJA KETTU

Esto es lo que de ella nos dice la editorial:

Katka Kettu nació en F1978 en Finlandia. Después de unos años en Tallín y Londres, recaló de nuevo en helsinki. Hoy es una artista multidisciplinar: dirige videos musicales, canta en su grupo punk Confusa, enseña guión y divide el tiempo restante entre el cine y la literatura.

Se describe a sí misma como feminista y humorista de la desgracia. Ha publicado El coleccionista de penas, El soldador y La comadrona, que ha cosechado un gran éxito de público y crítica y ha sido galardonada con los premios Runeber, Tank You for the Book, Kalevi Jäntti y Blook Bloggers.

Sus derechos de traducción han sido vendidos a catorce idiomas y está en marcha su adaptación teatral y cinematográfica.

Su último libro El coleccionista de pipas, está protagonizado por varios de los personajes de La comadrona.

ARGUMENTO

Ojo Salvaje acarició el amuleto de su madre que me había regalado, y me hizo jurar:

-Tenlo siempre de tu corazón para que no pierda su poder. Y si un día nos perdemos, nos vemos en el fiordo del Hombre Muerto (Página 310)

Laponia año 1944. La comadrona es una mujer necesitada pero despreciada por muchos de sus vecinos por ser hija de un comunista represaliado.

Su vida cambia cuando, mientras asiste a un parto, un oficial de las SS se queda mirándola. Ojo Salvaje, la llamará. Despertará en ella un sentimiento que hasta ese momento desconocía y que la llevará a seguirle donde quiera que vaya, aunque se trata del mismísimo infierno en la tierra, como es el caso del campo de prisioneros al que va a trabajar como enfermera.

LA COMADRONA

La comadrona es una de las novelas más impactantes que he leído este año 2014. Difícil de definir, porque si bien podríamos considerarla una novela histórica que nos narra los últimos momentos de la presencia de las tropas nazis en Laponia, es al mismo tiempo una novela de amor.

La diferencia es que estamos ante una historia de amor muy poco convencional, marcada por dos personajes singulares: la comadrona y el teniente de las SS.

Si hay algo en la comadrona, a la que el teniente llama Ojo Salvaje, es su fuerza, no solo física sino psicológica. Una superviviente nata a la que no le importa poner su vida en juego frente a algo más importante: el amor que siente. Una fuerza de la naturaleza

Ahora Ojo Salvaje y yo estamos acorralados. No es una mujer corriente, sino una fuerza de la naturaleza. En sus muñecas bate la ira de los montes eternos, sus pies brincan por el páramo como guiadas por un tercer ojo. No pierde jamás el equilibrio. (Página 149)

Veamos cómo se define a sí misma al comienzo de la novela:

Soy una pobre partera sin educación, insignificante y de alma burda. Todo lo que sé lo he aprendido en los últimos meses de la guerra a fuerza de verga y de tierra ensangrentada. Lo que ya sabía antes es que, en el momento de nacer, todos soltamos un mismo grito, que sabe a perineo. Ahora sé que no son pocas las lágrimas que todos vertemos a lo largo de nuestras vidas, que no son pocos los llantos y los lamentos de plañidera que, como aullidos, salen de nuestras bocas. (Página 17)

Pero al mismo tiempo, es una mujer muy difícil de definir tan rica y compleja es su personalidad:

Sumida en el llanto, me recuerda a una norma de “El anillo del nibelungo” de Wagner. Esta mujer devana el hilo de los destinos humanos, pero aún no se de cuál de las tres se trata. Urd, Lo que Fue; Verdandi, Lo que Es, o Skuld, Lo que está por Venir. (Página 225)

En cuanto a él, si compleja es ella, no le anda a la zaga. Pues su pasado es un enigma que el mismo desconoce. Herido en Ucrania, no consigue recordar que oscuros sucesos tuvieron lugar allí, pero sabe que están marcando su presente. En principio su misión es documentar fotográficamente lo que está sucediendo, pero al mismo tiempo como oficial de las SS es responsable en un campo de prisioneros.

Un hombreq ue siente una atracción por todas las mujeres, a las que además fotografía. Surge con la comadrona, una historia de amor que ni él mismo es capaz de entender.

Cada minuto desperdiciado, cada hora, cada parpadeo. Cada instante sin ti, no vale nada. (Página 209)

Una historia de amor que, como todas las grandes historias de amor, tiene sus límites y sus dificultades.

El tiempo del amor es limitado, y el instante que duró el nuestro lo fue especialmente. Solo fueron dos semanas. Dos semanas, tres días, quince minutos de realización, odio, tristeza y perdón. (Página 211)

No es la única historia de amor que se nos cuenta en el libro, porque más allá de este amor de pareja, también se nos habla de las complejas relaciones de amor paterno filiales o el amor que la comadrona siente por una de las prisioneras, convertida para ella en la hija que nunca tuvo.

Si poco convencional es la historia de amor, no menos peculiar es el entorno en el que está encuadrada, en esos últimos años de la presencia alemana en Laponia, con los rusos avanzando contra ellos y un campo de prisioneros como escenario en el que transcurre buena parte de la acción.

Un campo en el que no se nos cuenta todo lo que pasa ni lo que va a pasar, aunque tengamos atisbos y pistas para poder adivinarlo, algo que a la protagonista, ciega por su amor, es incapaz de ver a tiempo.

Una historia que nos es narrada en dos planos temporales diferentes que, pese a estar muy próximos entre sí, nos muestran dos situaciones totalmente diferentes. No solo se trata de dos planos temporales. También son varios narradores diferentes, pues por un lado tenemos lo que nos va narrando la comadrona y por otro el teniente. Aunque a estos hay que agregarle los escritos que un tercer narrador cuya identidad solo conoceremos hacia el final de la novela nos irá dando.

IMPRESIÓN PERSONAL

La comadrona es una novela que a la fuerza impacta. Es un texto duro, sin concesiones para el lector, enfrentado a unos personajes que poco tienen de convencionales, en un ambiente hostil como es el de una guerra y el de un campo de prisioneros, que si bien no es lo mismo que un campo de exterminio, en cierta manera se le parece, porque sólo los más fuertes mental y físicamente pueden sobrevivir allí.

Es además una novela en la que no hay malos y buenos, porque todos tienen su lado oscuro y su lado bueno, ese que como dice la comadrona le hace amar a su teniente por más que sepa que es capaz de cometer muchas maldades.

Es una historia de amor desgarradora en muchos momentos, como solo puede serla la de aquellos que en un momento sintieron que rozaron la gloria y quieren recuperar ese instante perdido en el recuerdo, sin importar lo que tengan que hacer para volver a gozarlo.

Una historia muy sensual, en la que intervienen mucho los sentidos, porque sin llegar al extremo de El perfume, el sentido del olfato tiene mucha importancia en La comadrona, porque su protagonista en muchas ocasiones recurre a los olores para definir, describir y diferenciar a las personas.

Una novela totalmente recomendable, si bien es verdad que puede no ser aconsejable su lectura para espíritus sensibles.

Gracias a Editorial Alfaguara por facilitarme un ejemplar de La comadrona para su lectura y reseña.

VALORACIÓN: 9/10

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